Striking my boss (Malec)

Oleh Mafe_Caicedo

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Allí había una mujer de cabello azul, conversaba alegremente con un hombre de cabello verde, los dos me mirar... Lebih Banyak

Reflexión
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Bienvenida!
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 18
MARATON MALEC
Capitulo 19
Capitulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Epílogo
Extra
Agradecimientos
EXTRAS PROMETIDOS
NUEVA HISTORIA MALEC

Capitulo 17

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Oleh Mafe_Caicedo










Pov Magnus





Habría esperado cualquier reacción de Alexander, pero que estuviera confundido y se viera Incluso un poco aterrador no, por supuesto que no me lo esperaba, por lo cual me sonrojé...

¿Pero qué demonios me estaba pasando? Yo era Magnus Bane, yo no me sonrojo... o bueno eso se supone porque lo hice de repente.

Oh no ¿y si quizás a Alec aún no estaba listo para tales compromisos?

Ese pensamiento me hizo congelar el corazón por lo cual suspiré un poco entristecido.

-Lo-lo siento, quizás no fue lo correcto por decir –murmuré con un hilo de voz, me sentía completamente inseguro.

La sorpresa desapareció casi inmediatamente del rostro de Alec para ser remplazada por una enorme sonrisa.

- ¿Así que te arrepientes? –me preguntó divertido, yo me puse aún más nervioso.

-Oh no, bu-bueno es decir... tú... yo... quiero... bueno es...

Alec soltó una carcajada y en ese momento sentí lo que él sentía siempre que me burlaba de él.

- ¡Oye no seas malo Alexander! –gruñí cruzándome de brazos.

-Sí, bueno, eso se llama karma, tú siempre me pones nervioso.

- ¿Así que es una venganza? –pregunté un poco molesto, Alec sonrió brillantemente mientras me tomaba en brazos.

-Por supuesto que sí.

- ¿Si es una venganza? –Pregunté incrédulo.

-No amor... bueno sí, pero me refiero a que sí quiero casarme contigo, sería todo un honor para mí.

Yo me sobresalté y quedé sentado liberándome los brazos de Alec.

- ¿De verdad?

- ¡Claro que quiero casarme contigo Maggs!

-Oh Garbancito, me haces tan feliz –dije y tomé su rostro en mis manos para cubrirlo de besos –espera un momento.

Rápidamente me puse de pie y busqué entre toda la ropa que estaba regada en el suelo, en un bolsillo de mi chaqueta encontré lo que estaba buscando, la cajita azul, me senté de nuevo en la cama frente a Alec y la abrí.

Mi hermoso ojiazul miró el anillo incrédulo.

-Maggs... creo que es demasiado.

-Garbancito, te mereces esto y más –dije tomando el anillo y tomando su mano para ponérselo.

-Pero yo no tengo nada que darte –murmuró apenado.

-Oh vamos Garbancito, el que estés conmigo es el mejor regalo del mundo –le dije con ternura antes de tomarlo en mis brazos, él me besó en el pecho.

-Aun así te conseguiré un anillo que sea digno de ti.

-No te preocupes por eso Garbancito.

-No Maggs, yo quiero hacerlo.

Solté una risotada.

-Está bien amor, por cierto ¿crees que mañana puedas acompañarme a buscar a alguien?

- ¿A quién? –preguntó Alec curioso.

-A mi padre.

- ¿Qué?

-Bueno, hablamos con Izzy y creemos que ya es hora de remediar todas las heridas del pasado y cuando me refiero a todas, son todas, éramos una familia feliz Alexander, esa foto que me dejaste es buenísima, me encanta, tus padres me siguen tratando como si fueras un niño y hacer ya hablé ellos, con tus padres son un amor como los recordaba, ahora me siento idiota por todo lo que hice.

-Magnus...

-Está bien, dejaré el pasado atrás, pero quiero que mi padre también lo haga, mira, lo que pasó antes no fue sólo culpa de tus padres, también de los míos, ellos decidieron entrar en aquella pandilla, mi padre no puede vivir culpando el tuyo toda la vida, yo ya entendí eso y quiero que mi padre lo haga, era un niño pero tengo recuerdos borrosos, tu padre y el mío jugaban como si fueran hermanos, así como tú con el rubio teñido.

- ¿Te refieres a Jace? –preguntó a Alec con diversión.

-Sí, ese –dije yo sacudiendo la mano como quitando la importancia –eran muy unidos y quiero que vuelva a ser así.

-Magnus... amor eso que dices es muy hermoso, pero es más complicado de hacer,

-Lo sé, pero nada pierdo con intentarlo.

- ¿Estás completamente seguro? –Me preguntó mi Garbancito poco convencido.

-Por supuesto que sí.

-Bien –Alec tomó mis manos y entrelazó nuestros dedos antes de besar el dorso de mi mano –entonces te acompañaré y te apoyaré.

-Eres el mejor... además también quiero presentarle a mi futuro esposo, mi padre es importante para mí.

-Bien, conoceré a mi suegro mañana... sin presiones –dijo él un poco nervioso, yo solté una risotada.

-Te va a amar... quizás demasiado así que pueda que me ponga celos.

Alec rio suavemente.

-No te preocupes amor, recuerda que yo soy solo tuyo.

-Más te vale Garbancito, porque o sino ya verás.

- ¿Ya veré qué?

Justamente cuando iba a contestar, alguien tocó la puerta antes de entrar.

-Alexander si ya terminaste de hacer tus cochinadas con Magnus, la cena está servida, pedí comida china.

Yo solté una risita al ver a Max de pie en el umbral de la puerta.

Alec se sonrojó completamente y se ocultó bajo las sábanas.

- ¿Ahora si te avergüenzas? –Cuestionó Max –pero cuando gritabas en hombre Magnus a todo pulmón no lo hacías.

- ¡Maxwell déjame en paz! –gruñó Alec al bajo las cobijas, yo solamente podía reír divertido, ese chico era genial.

-Bueno chicos, vayan a cenar, supongo que todo... aquello tuvo que darles mucha hambre.

- ¡Max! –gruñó Alec de nuevo, yo abracé a mi Garbancito por encima de las cobijas.

-Está bien pequeño, ya vamos.

-Excelente –dijo él antes de salir de la habitación.

Alec se quitó las sábanas y me fulminó con la mirada.

-Te odio.

-Me amas.

Alec retuvo una sonrisa intentando seguir enojado conmigo, así pasó un par de segundos.

-Tal vez –dijo por fin cuando la sonrisa le ganó y se instaló de sus labios.





¤~¤~¤~¤





-No lo sé Magnus, tengo miedo ¿y si no le caigo bien?

-Te adorara ya verás, después de todo eres el hijo de Robert Lightwood.

-Sí, creo que eso no me va ayudar mucho en este momento, recuerda que por ahora tu padre y el mío no son los más confidentes.

-Sí... lo sé –yo torcí el gesto pero todo saldrá bien lo prometo ¿confías en mí?

-Por supuesto que sí pero ¿Confiar en tu padre? No malinterpretes, sólo que no lo conozco y tengo miedo, en serio quiero que me acepte, eres muy importante para mí.

-No vas a morir, no seas dramático Alexander –le dije con diversión –te aceptará porque eres maravilloso, ya verás.

-Espero que no te equivoques.

-Tranquilo, es más, tu toca la puerta, da el primer paso tú.

Alec estaba nervioso y cuando fue a tocar la puerta está se abrió y apareció mi padre, allí sin poder evitarlo, Alec golpeó dos veces la frente mi padre ya que había cerrado los ojos, pero cuando mi padre gruñó los abrió de golpe y quedó totalmente pálido.

- ¿Qué demonios? –Exclamó éste llevándose las manos a donde mi novio lo había golpeado – ¿y tú quién eres niño? –Preguntó mi padre frunciendo el ceño.

-Hola padre –intervine llamar su atención y me sonrió abiertamente.

- ¡Magnus! –Dijo –hace mucho que no me visitas.

-Sí, lo sé, ya sabes... el trabajo y todo eso, pero quería presentarte a Alexander –lo señalé –es mi novio y mi prometido.

Mi padre pareció sorprendido un segundo pero luego sonrió abiertamente.

-Bueno, te disculpó por golpearme sólo porque eres el chico de mi Magnus, pero por favor pasen, abrí la puerta porque creía oír voces y no estaba equivocado... supongo que tuve que esperar que llamaran la puerta –dijo divertido.

Alec rio apenado mientras me seguía adentro.

-Por favor chicos, tomen asiento ¿quieren algo de beber? ¿Té? ¿Café? ¿Un vino?

-Un café estaría bien –dijo Alec con un hilo de voz, mi padre asintió – ¿y Magnus quieres vino tinto para ti?

-Me conoces excelente –le dije guiñándole un ojo, mi padre rio suavemente.

-Por supuesto que sí.

Minutos después llegó mi padre y se aclaró bruscamente la garganta ya que yo estaba sentado en las piernas de Alec mientras que lo besaba suavemente, mi novio se sonrojó completamente mientras que yo me sentada junto a él y lo tomaba de la mano.

-Deja respirar un poco al chico –me reprendió mi padre que se acercaba a nosotros con el café de Alec, también tenía una copa de vino tinto para él y otra para mí –bueno chico es genial tenerlos aquí, me preguntaba cuando Magnus me presentaría a alguien, nunca ha sido compromisos.

-Padre... –advertí y el rio

-Está bien, lo siento, quizás eso sea imprudente para decir.

-Un poco –dije.

Alec parecía avergonzado.

-Bueno, si no te molesta tengo cuestionario.

Yo alcé la mirada hacia mi padre arqueando las cejas, Alec pareció un poco más nervioso.

-No lo molestes –le advertí.

-Vamos hijo, sólo quiero conocer a tu chico, creo que tengo derecho.

-Padre...

-No, está bien –dijo Alec –dispare –indicó intentando sonar relajado aunque yo que lo conocía perfectamente, sabía lo tenso que estaba.

-Excelente ¿nombre completo?

Demonios la primera pregunta sería una de las más incómodas o quizás la última.

-Alexander Gideon... Lightwood... Trueblood.

Mi padre escupió la bocarada de vino que estaba bebiendo.

- ¿Lightwood? ¿Hijo de Robert y Maryse Lightwood?

Alec me miró un segundo completamente nervioso, sus manos estaban encerrados en puños, yo asentí casi imperceptiblemente sólo para que mi novio lo notara, Alec volteó a mirar a mi padre que aún esperaba la respuesta.

-Sí yo soy su hijo.

Mi padre me miró arqueando las cejas.

-Esto es una broma ¿cierto Magnus?

-Padre por favor, por razones del destino me encontré a Alexander, lo amo y él me ama a mí, no empieces con tus prejuicios.

-Pero...

-Padre en realidad nuestra visita es más que una presentación, me encontré con Robert y su esposa, por Alexander obviamente, es una larga historia, pero...

-Entonces cuéntamela.

- ¿Qué?

-Cuéntame esa larga historia.

-Pero...

-Quiero escucharla.

-Te sentirás decepcionado de mí –suspiré, él me miró preocupado un segundo antes de encogerse de hombros –al menos me dirás la verdad, te crie para ser honesto hijo mío y cualquier cosa que te diga probablemente te lo mereces.

Yo suspiré y Alec me besó la mano.

-Pero prepárate, no es fácil de escuchar –mi padre asintió –verás, hace unos meses Alec comenzó a trabajar para mí...



¤~¤~¤~¤





Cuando terminé la historia mi papá me miraba completamente ceñudo.

-Pero Magnus por favor ¿Qué pasó contigo? No te crie para ser así, te conté todo eso para ser honesto contigo, porque quería que me conocieras y confiaras en mí, no para que fueras una persona vengativa.

-Lo siento, solo recordé a Robert, recordé mi madre y yo...

-Entiendo mi niño, pero esa no es forma de comportarte, al menos dime que te disculpaste con ellos dos.

-Por supuesto que lo hice y con Alexander, con toda su familia –respondí inmediatamente, Alec estaba mirando a mi padre con preocupación.

-Lamento todos los problemas que ocasione señor Bane, no fue mi intención.

Mi padre lo miró sorprendido.

- ¿Pero por qué te disculpas chico? Tú no has hecho nada malo, por otro lado Magnus...

-Lo siento padre –me disculpé de nuevo.

-Está bien, ya me has contado todo, es genial, Robert y Maryse siguen siendo las mismas personas que conocí hace muchos años.

-En realidad han cambiado –dijimos a Alec y yo al unísono.

-Bueno, en su forma de ser y en sus pensamientos, pero siguen siendo las mismas dulces personas que conocí hace mucho tiempo, por lo que me cuentas, Magnus a pesar de todo lo que hiciste te perdonaron sin dudar, eso es maravilloso... en realidad.

- ¿Qué? –pregunté curioso.

- ¿Crees que sea mucha molestia si les hago una visita?

Yo salté emocionado.

- ¿Estás hablando en serio padre?

-Pero por supuesto ¿Saben Magnus? Han pasado tantos años sin tu madre... no ha sido fácil, no voy a negarlo, pero ahora que lo pienso como un adulto que soy y no como el niño que era, todo lo que hizo Robert fue para salvar a su familia y salvarnos a nosotros, si no hubiera hecho aquello, él también hubiera muerto y nosotros posiblemente seguiríamos en la pandilla, tú estarías involucrado en todo eso y no me gustaría que mi pequeño hubiera crecido en tanta violencia, creí que odiaba a Robert, pero la verdad es que no lo hago, estaba pensando como un adolescente en aquel tiempo, pero ya soy maduro y ahora por lo que me cuentas si él está dispuesto perdonarme, quiero volver a verlos, fue mi mejor amigo y Maryse era un encanto, quiero volver a verlos.

-Padre... recuerdo que ellos dos eran como unos segundos padres para mí... ellos están dispuestos a olvidar todo eso ¿crees que podemos volver a ser una familia como antes lo éramos? –Pregunté un tanto inseguro, mi padre sonrió y negó.

-Pero por supuesto que no –yo suspiré tristemente –seremos mejor, aquella familia estaba metida en problemas, en un muchísimos problemas, implicada en demasiadas peleas más de las que me gustaría admitir, pero ahora todos hemos madurado y hemos mejorado por lo cual sé que todo será mejor que antes.

- ¿En serio? –pregunté ilusionado.

-Por supuesto que sí, ahora si me permiten, quiero volver a Nueva York, es mi hogar y necesito volver.

-Espera un momento –dijo Alec llamando nuestra atención – ¿eso significa que la pandilla fue en Nueva York?

-Por supuesto que sí, quizás aún esté por los oscuros barrios de Brooklyn, pero eso ya no importa, tus padres se mudaron a Massachusetts tras de eso, yo vine a Europa y Jocelyn y Luke según se, se fueron a Canadá.

-Ahora volvieron a Nueva York, son muy amigos de Robert y Maryse, bueno en realidad siempre lo han sido, su hija Clarissa es novia del rubio oxigenado.

Mi padre arqueó las cejas.

- ¿De quién de?

-Jace Herondale, mi hermano adoptivo –aclaró Alec con diversión.

-Magnus Bane ¿qué te dicho de ponerle apodos a los demás?

-Ya, está bien, es que es parece un rubio teñido –me defendí y mi papá me miró mal –no lo vuelvo hacer –mentí, me encantaba molestar a Jace demasiado como para dejarlo.

-No sabía que ellos dos habían tenido una hija –dijo mi padre.

-Bueno en realidad ella es hija de Valentine, pero de algún modo ellos terminaron juntos y bueno, Clary quiere a Luke como su padre y él a ella como una hija como si fuera su padre.

-Para su cumpleaños quince el regalo que Clary quiso es que Luke le firmara los papeles de adopción –dijo Alec y mi padre sonrió brillantemente.

-Que tierna, espera un momento... Valentine y Jocelyn... ¿ellos no tenían un hijo de la edad de Alec?

-Sí, Jonathan Christopher –respondió Alec.

- ¿Qué pasó con ese chico?

-Bueno... es un chico muy guapo ahora –Alec sonrió mirándome y yo lo fulmine con la mirada.

- ¿Qué pasa? –preguntó a mi padre notando aquello.

-Fue novio de Alexander.

Mi padre arqueó las cejas.

-Te gustan los hijos de los pandilleros ¿verdad?

-Oh algo parecido me dijo mi madre –murmuró mi chico –pero luego terminamos y me quedé con el mejor.

Yo sonreí orgulloso, mi padre arqueó una ceja y yo me señale.

-Se refiere a mí –aclaré por si las dudas.

-Lo imaginé –dijo mi padre divertido.

-Ahora Jonathan está comprometido con Imasu.

-Oh ¿aquel peruano encantador que tanto te gustaba y?

- ¡Padre! –reprendí y él se dio cuenta de su imprudencia.

-En fin, no me caía muy bien.

-Ni a mí –gruñó Alec y sin poder evitarlo mi padre y yo reímos.

-Bueno chicos, empacaré mis cosas lo más rápido posible ¿cuándo nos vamos?

-Yo pienso que mañana –dijo Alec –tengo que empacar mis cosas y las de mi hermanito.

-Excelente, mañana en la noche –propuso mi padre y Alec asintió.

-Por supuesto, mis padres estarán encantados de verlo de nuevo.

Mi padre suspiró.

-Eso espero.

-Claro que sí –aseguré.

-No se preocupe señor, todo saldrá genial

-Verás Alexander, somos como una familia, te conozco desde que eras un bebé y ahora que te casarás con mi hijo y sus lazos familiares se fortalecerán, puedes hablarme de tu, no es necesario las cortesías.

-Está bien señor –mi padre lo fulminó con la mirada digo –Está bien...

-Asmodeo –dijo mi padre, Alec asintió.

-Está bien Asmodeo.

-Buen chico, ahora vayan a empacar, yo también tengo que hacerlo, nos veremos mañana en la noche, estoy emocionado por partir.

-Nosotros igual, ahora nos iremos.

-Está bien y saludes a Max, estoy emocionado por conocerlo.

El chico es adorable, lo amarás –le dije yo –se parece muchísimo a Alexander.

-Bueno entonces ya entiendo porque lo adoras, ahora chicos, voy a ir empacar ya mismo, Magnus ayuda a Alexander y déjalo respirar.

-Por supuesto que sí –musité tomando a Alec de la mano para arrastrarlo fuera de la casa.

Una vez estábamos llegando a casa de Alec, éste habló.

- ¿Sabes? Tu padre es excelente, me encanta en realidad.

Yo fulminé con la mirada a mi novio aunque en el fondo estaba completamente divertido y supremamente feliz de que se llevaran bien.

-Recuerda que dijiste que eras mío.

Alec rio antes de tomarme en brazos para besarme.

-Soy completamente tuyo.

- ¿Siempre? –pregunté.

-Siempre.


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