crecer ❨ kookgi ❩

By daeguyz

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- ̗̀ ❨ ¿para qué era que jungkook quería crecer? ah sí, para follarse a su hyung ❩ ˆ JEO... More

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By daeguyz

Yoongi continuó intentando apartarse de Jungkook, pero ya no con el mismo afán, sino pasmado por lo que le acababa de murmurar en el oído. Agradeció que no lo tuviera de frente porque así no tuvo que soportar su mirada sobre su avergonzado rostro, aunque tenerlo detrás de él tampoco era una ventaja muy factible.

—Jungkook, deja de decir tonterías... — Yoongi se movió incómodo, porque aún sentía la respiración del menor cerca de su cuello, y quería dejar de sentirse tan nervioso por su culpa. Decidió quedarse quieto, totalmente quieto, justo cuando los brazos de Jungkook lo rodearon por su cadera, presionándolo contra su cuerpo, y sólo entonces se dio cuenta de que aquello no era una tontería.

—Hyung, de verdad quiero hacerlo contigo... — Jungkook tenía sus ojos cerrados, había decidido dedicarse un momento a grabarse en la mente la sensación del calor que emanaba su presencia y el aroma que percibía de la nuca de Yoongi, él no podía estar tan maravillado por algo tan simple. Dejó un beso pequeño ahí, libre de malicia, sólo un beso porque lo vio tan ideal.

— ¿Y ese es tu plan, pedirme permiso y pensar que aceptaré? — Yoongi hablaba con un aire irónico, porque había algo que no le permitía tomarse en serio lo que escuchaba, ¿todo era real?

Ignoró la ola de nerviosismo que el pequeño acto de los labios en su nuca le causó, en especial porque habían continuado, y ahora descendiendo por la curvatura de su cuello. Jungkook estaba besando su cuello, Jungkook estaba simplemente haciéndolo, como si se tratase de algo que había hecho desde siempre, con libertad y naturalidad; Yoongi buscó con sus manos y le sujetó de los brazos, advirtiendo un poco, aún cuando no replicó con voz, porque estaba increíblemente anonadado.

—Tal vez convencerte — Jungkook sonrió y tomó las manos de Yoongi, que lo estaban sujetando con fuerza del brazo. Podía darse cuenta claramente, por el temblor de sus manos, y por lo pausada que su voz sonaba, de que tenía miedo.

Y era normal, Yoongi estaba en su derecho de sentirse así, porque Jungkook de repente había cambiado totalmente su forma de ser, para mostrarse realmente como quería ser conocido, ser aceptado. Hasta el momento no había percibido alguna señal totalmente firme de que lo quisiera lejos, y eso lo llenaba de una felicidad y un alivio enorme; quería decir, que él tal vez sí tenía una oportunidad, que si se esforzaba un poco más, Yoongi comprendería la forma en la que lo quería, no le era indiferente, se daba cuenta por como podía hacerlo estremecer con unos cuantos suspiros en la nuca y unos besos en el cuello, aún tenía una oportunidad, y la iba a aprovechar.

—Está mal... — Yoongi había murmurado, pero sus palabras estaban más dirigidas hacia él mismo.

—Hyung, por favor... — Jungkook logró hacer que Yoongi volviera su rostro y cuerpo para mirarlo, él estuvo a punto de quejarse, pero al final decidió quedarse callado, no pudo decir absolutamente nada al ver la pacífica expresión en el rostro del menor, tan sereno y apaciguado, confiando en algo tan volátil, como si él pudiese cumplirle todo lo que pidiera, y la verdad las cosas no eran así.

"¿Qué se supone que tengo que decirle? ¿por qué estoy incluso pensándolo?" Yoongi decidió no apartar las manos de Jungkook cuando las levantó hasta su rostro de nuevo, y podía decir que ya estaba acostumbrándose al tacto en su rostro, era como si no se cansara de contemplarlo, y él no era tan desagradable como para negárselo.

—Si seguirás pensando de mi como un niño, por lo menos dejame demostrarte tan sólo una vez que soy un hombre... — y Jungkook podía estar mintiendo, porque una vez que probara tenerlo entre sus brazos, sabía claramente que le sería imposible cederlo.

No esperó algo más, ni una queja ni un asentimiento, lo que hizo fue simplemente besarlo de nuevo, y la sensación de Yoongi correspondiéndole era demasiado abrumadora. Había imaginado eso muchas veces, y sabía que cuando lo tuviera, las emociones se multiplicarían por millones en comparación a solo soñarlo. Lo tenía así, sobareándole los labios con lentitud y suavidad, tomándose el tiempo necesario para nunca olvidarlo, aunque ya en sí fuese imposible hacerlo.

Y Yoongi sentía que lo que estaba haciendo, estaba mal, muy mal hasta cierto punto. Pero fue algo que no pudo meditar por mucho tiempo durante el camino que Jungkook trazó sin separarlo ni un poco de su cuerpo hasta la cama. Entonces pensó que lo harían, y qué clase de consecuencias eso les traería.

Jungkook admiró la forma en la que el cuerpo de Yoongi se dejó caer en la cama, mostrándole sus ojos expectantes, sus labios rojos y su pecho frenético, subiendo y bajando una y otra vez, su beso lo había descolado; le parecía increíble que incluso en ese simple acto pudiese encontrarse tan fascinado, en verdad gustaba de Yoongi, no había dudas, y no se arrepentía de todo lo que esperó por tenerlo así.

—En verdad hyung, no tienes idea de todas las veces que te imaginé así... — Jungkook se mantuvo de pie frente a la cama, sin dejar de observar a Yoongi en ningún momento. Le sonrió con algo que Yoongi pudo haber llamado ternura pero ante la situación en la que estaban lo rechazó. Además, cómo podía parecerle tierno si le decía algo tan vergonzoso, si le confesaba que ya lo había imaginado de esa forma en el pasado.

—Eres un mocoso precoz... — Yoongi apartó la mirada, un poco asustado, su corazón golpeando fuerte lo demostraba. Y la sensación se duplicó cuando Jungkook se inclinó para dirigir sus manos hacia el cierre de su pantalón, lo desabrochó bajo la tímida sumisión de Yoongi, y lo bajó hasta quitarlo junto a su calzado, aprovechando para conocer la textura de sus delgadas piernas.Yoongi levantó sus brazos para dejarlos sobre su frente, cubriendo un poco su rostro, pues sentía sus mejillas calientes, y esperaba que Jungkook no se percatara de esa reacción. No podía evitar sentirse avergonzado ante lo que Jungkook le decía y hacía. Y además él no estaba deteniéndolo.

—Hablo en serio, hyung... — Jungkook recorrió el camino de regreso que había marcado, tocando las piernas y los muslos del mayor hasta tomarlo de la cadera con firmeza —no estoy mintiendo, has sido el primer y único amor de mi vida — Jungkook sabía que si soltaba cosas así, avergonzaría a Yoongi, y verlo sonrojado por su culpa le gustaba. Yoongi lo empujó un poco, porque no, en serio no quería que le dijera esas cosas a la cara, terminaría llorando como niña asustada y él ahí no debía ser el llorón.

"¿Así es como lo hacen ahora, para conseguir lo que quieren?" Yoongi no podía simplemente creer en las palabras de Jungkook. Nadie que que lo razonara lo haría, no podía entrar en la mente de Jungkook para comprenderlo.

Jungkook siguió su camino, ahora levantando poco a poco con sus manos, la camiseta de Yoongi, descubriendo su abdomen hasta llegar a su pecho. Se permitió apreciar con detalle cada parte de la suave y blanca piel que tenía frente a él, aunque estaba seguro de que ya nunca podría olvidarlo, disimulando una suave sonrisa en el actuar. Inclinó su cuerpo y dejó un beso corto y fugaz en el cuello del mayor; quizá pareciera fuera de lugar decirlo, pero le gustaba sentir cómo se ponía de nervioso Yoongi ante la sencillez de un beso leve, como si le dejara al descubierto todos sus pensamientos e ideas, y no pudiera esconderle absolutamente nada, y la sensación le gustaba demasiado, sentirse tan cerca de él en un nivel más íntimo que con sólo tocándolo.

Jungkook entonces siguió la corriente de ese primer beso en el cuello, empezando un recorrido por el pecho de Yoongi, trazando un camino hacia abajo, acariciando con su nariz y dejando suspiros como caricias por donde pasaba; bajó aún más sus tiernos besos con lentitud, sentía cómo la respiración de Yoongi se cortaba y poco a poco iba desregularizándose, eso le gustaba, le agradaba saber que podía causar eso en él. Estaba decidido a compensar la diferencia de edad entre su hyung y él, con todo lo que pudiese hacerlo sentir, podría llevarlo hasta el cielo y después arrastrarlo hasta el infierno sin miramientos, debía dejarle claro que ahora era un hombre, que había dejado de ser su niño débil y llorón, para convertirse en su hombre.

—Jungkook... — Yoongi dejó ir un suspiro profundo cuando los labios del menor se acercaron a un sitio verdaderamente peligroso conforme seguía descendiendo. Tuvo que pensar en alguna manera de controlar todo lo que estaba sintiendo, morder su labio inferior y mantener sus ojos cerrados, pensó en un lugar adecuado en dónde poner sus manos, porque tenía miedo de tocar a Jungkook, siquiera de rozarlo aún cuando él se miraba tan dispuesto a seguir besando su cuerpo; subió entonces sus manos hasta dejarlas sobre su frente, al momento en el que sintió cómo era tomado de los muslos para que sus piernas quedaran abiertas ante el menor.

Jungkook se arrodilló en la orilla de la cama y arrastró el cuerpo de Yoongi entre las sábanas hasta dejarlo en frente de él, éste no encontró tiempo de rechistar ni un poco, después hizo que reposara sus muslos sobre sus hombros y dejara caer sus blancas piernas por su espalda amplia; al levantar la mirada y verlo con sus manos cubriendo parte de su rostro, se imaginó que las cosas cambiarían demasiado después de hacer todo lo que estaba pensando, y estuvo a punto de pensar en la posibilidad de arrepentirse, pero fue un pensamiento que no terminó de generarse, porque encontrarlo de esa forma, a su merced, era lo único que le importaba en ese momento y nada podía distraerlo de ello. Yoongi no podía sentirse más ansioso y vulnerable ante la sugestiva posición. Jungkook tomó el bóxer de Yoongi del elástico, y antes de bajarlo, levantó su mirada hasta encontrar sus ojos.

—Yoongi, mírame... — Jungkook habló con voz firme, y Yoongi tuvo que obedecer porque se encontró sintiéndose demasiado excitado al escucharlo ¿cuándo fue que su voz se volvió tan grave de repente? se sintió inferior de una extraña forma, cohibido al recibir sus órdenes, y aún más al obedecerlas, pero eso jamás lo confesaría; así que lo hizo, alejó un poco sus manos y bajó la mirada hasta encontrarse con la de Jungkook, casi pudo jadear de la expectación, porque no sabía qué era lo que podría hacerle, qué esperar de él — ¿sabes lo que hará tu niño?... — Yoongi frunció su entrecejo al escuchar aquel adjetivo, no podía aceptarlo si Jungkook lo pronunciaba de esa manera y en esa situación, sus manos bajaron hasta tomar las sábanas con fuerza, porque no podía creer la lívida sensación que le causaba la manera en la que le hablaba — ¿lo sabes, hyung?

—Jungkook, por favor... — eso en realidad fue una queja, y no pretendía para nada que se escuchara como un ruego, en verdad no lo quería así, y por eso se maldijo al momento de abrir la boca —me estoy arrepintiendo, quítate de encima, niño pervertido...

Jungkook sólo mantuvo su mirada firme en él, con un ligero aire de diversión y a la vez decisión, porque al principio le pareció gracioso que Yoongi lo llamara "niño" o "mocoso" estando enojado, pero ahora que lo tenía sobre la cama frente a él y con las piernas abiertas, no consideraba que debiera seguir refiriéndose a él de esa forma, y bien, sí había algo qué hacer para cambiar eso.

Se aseguró de que los ojos de Yoongi estuvieran sobre los suyos, le acarició con parsimonia los costados de su abdomen, tentando una suavidad que lo hizo retener un suspiro, y al final besó inocentemente el bulto que el bóxer de su hyung resguardaba. Sonrió lascivo, porque las piernas de Yoongi se movieron incómodas sobre sus hombros, pues su acción lo tomó desprevenido y sin alguna defensa en su contra, además también de que algo era cada segundo más visible ahí dentro; y tuvo que sonreír de satisfacción, porque él era el único que podía ayudarlo con eso, el único que lo haría.

—No hagas eso... — Yoongi bajó sus manos rápidamente, hasta encontrarse con la cabeza de Jungkook para mover sus mechones, intentando apartarlo. La situación estaba siendo demasiado contradictoria a lo que decía, porque ya era tarde, ya estaba semi desnudo sobre la cama con Jungkook sobre él y una creciente erección, ya habían llegado a un punto en el que regresar sería complicado, ya arrepentirse no valía, y decir que la situación no le daba un peligroso atisbo de excitación tampoco valía, porque no era cierto aunque intentara convencerse de ello.

—Es lo que haré, hyung... — Jungkook se tomó un momento para disfrutar de las manos de Yoongi entre su cabello, que si bien no lo estaba acariciando, la aparición de la idea le llevó una corriente de deseo. Decidió entonces terminar de quitar el bóxer, dejando al descubierto frente a él a Yoongi sin nada que le obstruyera su visión —seré un buen niño para ti — sonrió de nuevo, cuando su mirada se cruzó con la de Yoongi. Jungkook entonces asomó la punta de su lengua, para deslizarla por todo el largo del miembro de Yoongi.

"Oh Dios, soy un pedófilo, soy un pedófilo, soy un pedófilo" el mayor gimió, porque la calidez de ese simple y lento movimiento sobre su sensible piel, combinada con la inocente mirada que le daba, lo hizo sentir fuera de sí en un instante. Yoongi ya no sabía qué estaba haciendo, y porqué no se detenía. Pero tenía tanto tiempo sin hacer algo así, aún cuando se sentía mal al mismo tiempo todo se sentía bien, y después de todo un insensible no era. Levantó su cabeza, apartando totalmente lo que Jungkook estaba haciéndole de su campo de visión, se sintió incompetente y un poco ansioso.

— ¡Jungkook! — Yoongi se obligó a morderse la lengua, porque la cantidad de gemidos que quería soltar se multiplicó cuando su miembro se perdió lentamente entre los suaves labios de Jungkook, como si ahí hubiese pertenecido desde siempre, fue recibido también por las caricias que la lengua traviesa de Jungkook le dio, probándolo con ímpetu, sin señal de querer detenerse. Las sábanas que lo rodeaban parecían quemarle su blanca piel ante cada roce que hacía al removerse sobre éstas, no podía encontrarse en una sola posición si Jungkook se esmeraba tanto en lo que hacía.

Jungkook sujetó a Yoongi de la cadera, cuando notó cada espasmo en su cuerpo, estableciendo así su propio ritmo, porque Yoongi había empezado a levantar un poco su pelvis inconscientemente, buscando más profundidad, más contacto, mucho más de lo que Jungkook le estaba dando. No podía negarlo, estaba satisfecho de lo que veía. Con lentitud y suavidad, deslizó la erección fuera de sus labios, para detenerse alrededor del glande, se dedicó a prestar más atención allí con sus labios y lengua, mientras que sólo una de sus manos se encargaba del resto. Le gustaba el ritmo que llevaba, tomarse su tiempo sólo para guardarse cada movimiento y cada sonido que percibía. Levantó su mirada para observar cómo Yoongi tenía ambas manos sobre su frente, con los ojos cerrados, afrontando el placer, dejando que sus pesados jadeos llenaran la habitación sin medida.

Yoongi sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo entero, siendo tomado como un aviso del peligro que se avesinaba. Reunió la poca fuerza que le quedaba, la última pizca de prudencia que Jungkook no le había arrebatado ya con sus besos y bajó su mano para acariciar de nueva cuenta la cabeza de Jungkook con suavidad, sujetando sus mechones castaños; esta vez Jungkook pudo sentirse estremecido por el tacto.

—Kook, fuera... — habló con voz grave, una orden que sonó como un ruego, una ansiedad que necesitaba ser aliviada pronto. Quería que Jungkook se apartara de una vez, porque sino terminaría con sólo eso, y le avergonzaba el sólo pensarlo, le avergonzaba aún más que tenerle que ver a los ojos después de lo que estaban haciendo, por eso quería detenerlo; pero su cuerpo no estaba de acuerdo con lo que decía, ya que seguía levantando su cadera para sincronizarse con el movimiento que hacía Jungkook al bajar sus labios por su miembro, hasta sentir su cabello acariciarle el vientre y su respiración llevándolo a un despliegue más delicado, incluso mandándolo a un placer más grande al cerciorarse de que Jungkook lo tenía completo dentro de su boca, hasta la garganta.

Bien, ya se había burlado de él, ya le había robado besos, y ya lo había sometido hasta un punto extremo, pero aún seguía siendo el mayor, y ahí estaba su necedad también. No estaba para nada dispuesto a dejar caer su orgullo, su lugar como el mayor, su oposición, todo ya un poco caído por cierto; pero también se sentía perdido y no podía serle indiferente cuando se esforzaba en atraparlo de esa manera, debía detenerse para no confesarle a Jungkook que le estaba gustando todo eso, que no sabía cómo pero estaba deseando más, que si seguían no podría contenerse y terminaría aceptando que lo quería dentro de una vez.

Jungkook analizó el tono de voz del mayor, juntándolo con las reacciones y con lo que sentía. Era cierto que no quería detenerse, que él era el menos reacio a alejarse, pero también lo era, que su plan seguía en pie, y debía seguirlo para llegar a su objetivo, demostrar que podía dejar de ser un niño cuando quisiera. Así que deslizó sus labios fuera del miembro de Yoongi, deteniéndose del todo, escuchando su jadeo, su respiración irregular.

— ¿Qué pasa, hyung? — Jungkook en realidad sabía lo que pasaba, o podía darse una pequeña idea. Estando ahí, tan ensoñado, podía sentir que sabía todo acerca de Yoongi sin necesidad de preguntarle; y eso era algo que Yoongi no comprendería, porque pensaba que no lo conocía, que no podía amarlo.

Yoongi se removió incómodo sobre la cama. Su cuerpo completo le exigía una única cosa, y no quería pedirla. Quería aliviarse, quería poder terminar todo eso porque así también obtendría el alivio de Jungkook. No había otra forma de hacerlo más que cediendo, sólo olvidándose de todo por un momento para simplemente concentrarse en Jungkook, éste que tenía sobre él, el que ya no era más un niño.

Finalmente tomó una decisión, se convenció completamente al percatarse del brillo en los ojos del menor, si ya estaba haciendo las cosas, entonces debía terminarlas; el arrepentimiento vendría después, como el precio de la irracionalidad.

Tomó a Jungkook de su cabello para hacer que levantara su cuerpo y se acercara a su rostro, se limitó a mirarlo a los ojos sólo por una fracción mínima de segundo, un segundo suficiente para que su rostro se encendiera de vergüenza, pero ya no le importaba, estaba dispuesto y muy a su pesar. Así que lo besó, porque sólo así no se sentía tan culpable de desear que el que una vez fue un dulce niño lo tomara, sólo así podía ocultar su vergüenza y actuar como alguien que no tenía miedo, sólo así podía mantener a Jungkook callado. Jungkook, por su lado, se deshizo en suspiros que se perdieron dentro de la boca de Yoongi, porque le gustaba, le gustaba mucho besarlo, y aún más que él lo haya buscado primero.

"Quiero esto para siempre" el menor ya no tenía duda alguna, había valido totalmente la pena esperar por Yoongi, y ahora que conocía lo que era tenerlo entre sus brazos, no quería dejarlo jamás.

Sus manos subieron hasta tomarlo del rostro y acrecentar su dicha con la suavidad de su piel, con la sensación de sentirlo arder por su causa debajo de su cuerpo, con sus torzos juntos y sus piernas enredadas. Su corazón estaba demasiado acelerado, definitivamente no había algo que lo hiciera sentir más feliz que eso. Yoongi mordía el labio inferior de Jungkook como podía, cada vez que se separaban mínimamente al tomar un poco de aire, para volver a empezar un beso igual de poderoso. Levantó sus piernas un poco, para dejar a Jungkook entre ellas sin mucha dificultad, con una timidez casi extinta. Se quejó un poco, porque el menor aún tenía ropa puesta, y necesitaba que no fuera así, de modo que se permitió ordenarle entre jalones que se deshiciera de cada prenda, y con dificultad, puesto que no querían dejar de besarse por mucho tiempo, le obedeció. Cuando por fin el menor se encontró simplemente con un bóxer color negro cubriéndolo, el que suspiró ésta vez fue el mayor, porque él nunca en su vida había estado con un hombre tan atractivo como Jungkook.

Y Jungkook no podía estar más satisfecho de robarle cada vez más suspiros a su hyung. Le gustaría poder guardarlos dentro de una cajita de recuerdos, así como también las expresiones sumidas de placer que el mayor ponía cada vez que lo tocaba, o el sonido grave de su voz diciendo su nombre, para poder tenerlos por siempre y contemplarlos cuando quisiera. El ambiente lo hizo afrontar un escalofrío y decidió esconderse por un momento en el cuello cálido de su hyung.

Yoongi lo aceptó, mientras tranquilizaba su respirar, aún cuando ya no quería esperar más. Aprovechó entonces ese pequeño descanso en el que Jungkook depositaba sus pesados suspiros en su cuello, para sujetar la cadera del menor, tomando la orilla de la ropa interior y bajarla con lentitud y cuidado hasta deshacerse de ella con un poco de ayuda del menor también. Se movió un poco, haciendo que Jungkook levantara su rostro de nuevo, y entonces se tomó la libertad para bajar la vista y conocer completamente su cuerpo. Y tuvo que apretar su mandíbula para no suspirar o gemir, porque Jungkook era la clase de hombre perfecto, que cualquier hombre o mujer estaría satisfecho de tener en la cama, podía asegurar eso, iba a hacerlo.

Cuando levantó su mirada de vuelta a la de Jungkook, se lo encontró con las mejillas suavemente coloradas, porque se había tomado unos cuantos segundos para examinarlo, y eso le había causado una pizca de nervios. Jungkook lo miró seriamente, ¿habría algo de él que no le gustaba?

— ¿Te gusto, hyung? — Jungkook recargó su frente en la de Yoongi, que tenía mechones obscuros pegados a causa de su acaloramiento. Su voz intentó ocultar el rastro de nervios, porque de repente se había puesto así; nunca había sido alguien inseguro de acuerdo a su aspecto, porque se aceptaba tal y como era sin mucho problema, pero ante esa situación, tenía más expectativas que no sabía si alcanzaba. Quería gustarle a Yoongi, necesitaba hacerlo, porque eso era lo último de todo. Si bien había estudiado para ser inteligente, buscando ser capás de impresionar y conquistar a Yoongi, también quería gustarle y que su cuerpo fuera también lo suficientemente bueno para él. Quería ser bueno para él en todo sentido, de las todas maneras existentes.

Yoongi lo miró, enterándose de todo lo que le quiso ocultar. En sus ojos lo notó, y quiso darle un golpe o algo así, porque ni siquiera podía concebir la razón de la pregunta, pues estaba seguro de que Jungkook podía gustarle a cualquier persona en el mundo, y el sólo lo preguntaba como si fuese algo muy cuestionable. Aún así, sintió la tremenda necesidad de decírselo, todo por culpa de lo lindo que Jungkook se miraba en esa situación, avergonzado.

—Sí — Yoongi lo tomó de sus mejillas, tomando sus labios en un beso suave y corto, al alejarse sonrió, como alguien orgulloso —no podrías estar mejor — murmuró sobre sus labios, con voz baja y calma, porque era la primera vez que le decía algo así a alguien. Jungkook también sonrió, demasiado feliz.

Yoongi abrazó a Jungkook, poniendo ambas manos alrededor de su torso, y con ayuda de sus piernas lo hizo recostarse sobre él, robándole un jadeo que no pudo retener, debido al roce que se generó entre sus miembros, lo rodeó al final de su cuello, dejando sus rostros muy juntos. Yoongi le sonrió, porque a pesar de todo, le gustaba pensar que él tendría un poco de control siempre. Movió su cadera como pudo, repitiendo el roce, que esta vez los hizo jadear a ambos. Su vergüenza aún no se iba pero la obscuridad que la tarde les había dejado caer encima, le permitiría desinhibirse un poco. Lo estaba sintiendo, caliente y duro, y no podía creerlo aún con eso. Pero le gustaba. Definitivamente se había olvidado de todo, clara prueba de eso eran sus pensamientos y respuestas, porque estaba pensando en pedirle a Jungkook que lo hicieran ya, que también quería hacerlo. Los ojos de Jungkook brillaron, su corazón había empezado a latir muy rápido con sólo darse cuenta de todo lo que estaba haciendo Yoongi.

—Te he dicho desde que regresaste, que ya no soy un niño, y espero que esté quedándote claro el porqué... — Jungkook habló con voz firme, usó una suavidad que hizo a Yoongi estremecerse, aún más cuando hablaba tan cerca de sus labios. Sus manos bajaron, hasta que tomó a Yoongi de la cadera, alzando un poco sus piernas, permitiéndoles estar en una posición ideal y sugestiva, que dejaba al mayor totalmente indefenso ante sus deseos, justo como quería tenerlo. Esas palabras las había dicho ya muchas veces, pero no era sino hasta ahora que les daría veracidad.

—Sé que ya no lo eres — Yoongi jadeó sus palabras, porque estar abierto de piernas y de una forma tan expuesta para Jungkook lo hacía estremecerse —ésto me lo dice... — abandonó toda muestra de prohibición, perdió su manos entre sus cuerpos, regalando un camino de caricia suave por el largo del abdomen del menor, vio su destino, cuando tomó con su mano el miembro de Jungkook, apretándolo entre su palma cálida. Y Jungkook gimió con pesar, perdiéndose en ese nuevo placer de ser tocado por Yoongi.

La voz de Jungkook fue pesada cuando soltó el nombre de su hyung entre jadeos, bajó ahora él su mano, para perderla también entre las piernas de Yoongi, llegando a acariciar con sus dedos lo que sería su entrada al paraíso; aún cuando ya encontraba su existencia misma como el más grande de ellos.

—No... — Yoongi tomó su muñeca y evitó que siguiera acariciándolo en esa zona tan susceptible, se mostró sintiéndose derrotado de una forma extraña, sumido en todo menos su cordura —sólo hazlo... — habló con el rostro sonrojado, tomando aún la mano de Jungkook para que no siguiera estimulándolo de esa forma. Jungkook lo miró confundido, no se había detenido ante la negativa de Yoongi, y había introducido lentamente uno de sus dedos dentro de Yoongi. El mayor gruñó —dije, que no... — murmuró pausado, evitó a toda costa su mirada, porque sabía que al verlo, todo acabaría mal para él. Jungkook podía darse cuenta del esfuerzo que estaba haciendo para no gemir, lo notaba por la forma en la que su formada mandíbula se endurecía, por cómo su cuerpo se contraía debajo del suyo. —Jungkook...

—Entiendo que estés desesperado, pero no quiero lastimarte — Jungkook sonrió divertido, tomando un poco de la situación a su favor. Yoongi había soltado un suspiro prolongado que no logró retener conforme sentía al menor explotándolo. Yoongi maldijo, frunciendo su ceño y tomando con fuerza a Jungkook de los hombros, ya ni siquiera podía defenderse de sus burlas, estaba demasiado sumergido en todo lo que sentía.

—Eres un... — Yoongi pudo haber soltado una serie de insultos seguidos para Jungkook, pero en cambio, muy en contra de su voluntad, su garganta liberó un gemido grave en cuanto encontró la oportunidad, en cuanto Jungkook le brindó un nuevo grado de placer con sus movimientos. Se arqueó con consciencia, elevando su cabeza, incapaz de pensar en que Jungkook estaba observándolo en esa forma tan íntima.

— ¿Un qué, hyung?... — Jungkook aprovechó bien su oportunidad y el cómo Yoongi le había brindado acceso libre a su cuello. Ahí retomó de nuevo su obra, pintándole besos que exponían su hazaña de forma sutil, cerca de sus clavículas y debajo de su mandíbula, probando cada espacio.

Yoongi se movió, hasta bajar sus piernas y alejar a Jungkook de su cuerpo. Lo hizo recostarse ahora a él en la cama, para sentarse a horcajadas sobre su cuerpo. Lo miró a los ojos después de mucho tiempo, y se tomó un momento para tranquilizarse de la reciente intromisión, aprovechó para acariciarse el cuello con cuidado, quejándose de que si encontraba alguna marca lo golpearía.

—Sigo siendo tu hyung y debes obedecerme, así que deja de molestarme — Yoongi disfrutó de la expresión confusa en el rostro de Jungkook ante el repentino cambio de posiciones. Se encontró sintiendo demasiado bien el control, y lo mantendría; así que buscó con su mano la erección de Jungkook y se alzó sobre sus rodillas para alinearse a ella, la punta del miembro de Jungkook lo humedeció, y no pudo evitar gemir al sentirlo tan caliente, rozándose contra sí de esa manera tan sucia, tanto como sus pensamientos, tanto como su culpa.

—Hyung... — Jungkook suspiró en desesperación, buscó dónde poner sus temblorosas manos, y encontraron el lugar perfecto sobre los muslos de Yoongi. Jadeó ante la vista, porque jamás se imaginó que tener a Yoongi sobre él de esa manera se le cumpliría. Se deleitó ante la forma en la que el rostro imperturbable de Yoongi se desfiguró en una mueca de placer y al mismo tiempo incomodidad, y le fui imposible no gemir cuando lo miró morder su labio inferior, y deslizarse lentamente hacia abajo, sentándose sobre su regazo, perdiéndolo por completo en su interior.

Yoongi cerró sus ojos y dejó ir su cabeza hacia atrás, aceptando a Jungkook hasta lo más profundo de su cuerpo, un jadeo de reconocimiento no se hizo esperar, lo sentía con detalle, y no recordaba nada similar con anterioridad. Suspiraba conforme la sensación se acrecentaba y su cuerpo se acostumbraba. Con cada segundo dentro de sí parecía reconocer la intromisión, demostrándolo en las corrientes de placer que recorrían su erección. Su cuerpo tembló y Jungkook le acarició los muslos repetidamente, controlando el deseo que de pronto le surgió hacia todo el cuerpo, de moverse más, él no tenía el control en ese momento, y debía esperar.

—Jungkook... — susurró Yoongi, sintiendo cómo su mandíbula amenazaba con empezar a tiritar, bajó su cabeza para mirar a Jungkook a través de sus mechones, sonrió socarrón — en serio has crecido... — Yoongi recargó sus manos sobre el abdomen de Jungkook y alzó su cadera, sintiendo cómo lentamente el miembro de Jungkook le acariciaba todo su interior, el menor comenzó a desesperarse.

Yoongi no le permitió a Jungkook contestar, porque al instante volvió a bajar su cuerpo, aceptándolo completo esta vez. Jungkook subió sus manos de los muslos del mayor hasta sujetarlo con firmeza de su cadera, la lentitud de los exactos movimientos de Yoongi lo estaba poniendo más ansioso, y el mayor no parecía querer hacer algo para cambiar eso. Suspiró, Yoongi se inclinó hasta el cuello de Jungkook, comenzó ahí a dejar besos pequeños y caricias con su lengua, moviendo su cadera en círculos sobre la erección ansiosa de Jungkook, se permitió sonreír, porque ahora incluso lo sentía más. Ahí cerca de su oído se permitió dejar sus pesados jadeos, que no hacían más que incrementar junto a los de Jungkook; Jungkook no pudo evitar sonreír en medio del placer, porque le gustaba mucho que los gemidos de Yoongi fueran graves y profundos como su voz, y aún más que los dejara cerca de su oído, dedicados sólo a su nombre, donde nadie más que él pidiese escucharlos.

—Yoongi... — Jungkook suspiró, subiendo sus manos ahora hasta acariciar las espalda del mayor, quien seguía concentrado en su cuello. Yoongi no tuvo que escuchar más que lo grave de la voz de Jungkook para saber lo que quería, y lo que le daría.

Levantó entonces su cuerpo, saliendo de Jungkook, lo miró con una expresión casi nula, no necesitaba sonreír en ese momento, sus ojos dictaron cada palabra así que no fue necesario más que eso; y lo hizo levantarse, para ahora ser él el que se dejara caer en la cama como antes. Jungkook analizó cada movimiento, con su respiración cortada, y él tampoco necesitó de mucho para entender, así que cubrió el cuerpo de Yoongi con el suyo.

El contraste, el hecho de que la piel de Yoongi fuese tan blanca y suave mientras que la de él un poco más tersa, sus hombros y espalda ancha y Yoongi viéndose pequeño en comparación, también su complexión alta y firme, y la de Yoongi delicada y tenue, sus ojos dulces a lado de los fríos de Yoongi, sus voces, sus edades, sus vidas... eran diferentes, y sin embargo una combinación perfecta. Lo besó mientras el remolino de emociones en su pecho se intensificaba, se sentía desnudo de una forma más intensa; no sólo su cuerpo estaba expuesto, también su alma, y llegar a ese punto dentro de las relaciones íntimas es difícil; se llenó de dicha.

Sus manos fuertes lo tomaron con firmeza de la cadera, si ejerció mucha fuerza y dejó alguna marca poco le importó, porque lo único que podía llevarse toda su atención era seguir haciéndolo suyo, sentía que ya no tenía otra meta que alcanzar porque eso era suficiente para hacerlo sentir realizado, simplemente tenerlo a su lado. Y Yoongi lo permitió, lo recibió de nuevo en su cuerpo y lo enredó del cuello entre sus brazos.

—Hyung... — sus suspiros se extinguieron entre sus labios conectados; mantenía el ritmo retomado de su cadera, se ejercía contra él, entrando y saliendo tantas veces como su cuerpo se lo permitía, amó la sensación y ya la había declarado como su nueva adicción. Creyó decirle que lo amaba entre sus jadeos, pero estaba tan perdido en su placer que no supo si lo dijo entre sus agitados pensamientos.

Yoongi se vio obligado a dejar de besarlo, porque sentía que el aire no era suficiente para abastecer sus pulmones por completo, así que recargó sus frentes y afrontó cada embestida con una búsqueda de aire, lleno de placer inexplicable. O más bien era que no quería brindarle la explicación que tenía, y es que Jungkook le estaba demostrando que ya no era un niño.

Fueron necesarias simplemente unas cuantas estocadas más en compañía de caricias ansiosas y besos discretos para que ambos se sintieran estremecidos por la llegada  de una cúspide de placer que amenazó con abatirlos sin medida, cada segundo se los recordaba, y la potencia de su lazo sólo incrementaba ante ello. Jungkook buscó con urgencia tomar las manos de Yoongi, enredando con decisión sus dedos a los de él, escondió su rostro en su cuello y sintió sus ojos acuosos de tanto placer, mientras que los músculos de su espalda se tensaron conforme se empujaba en contra del cuerpo de Yoongi; sentía que en cualquier momento desfallecería y Yoongi desaparecería de su lado, se aferró con tanta fuerza a sus manos y su deseo de tenerlo, guardó su voz como una melodía vital, su piel resbalosa se restregó contra la de él con violencia, sus piernas temblaron de anticipación, y su corazón lo golpeó casi con la misma fuerza con la que el orgasmo los alcanzó.

Y gimió su nombre por última vez, cerca de su oído, cayendo rendido después, sobre su cuerpo con su cabeza recargada en su pecho acelerado. Cerró sus ojos, porque se sintió invadido por una satisfacción que jamás le había abarcado los sentidos, sintió su propio pecho contraerse por el nítido sentimiento de la felicidad a flor de piel, ¿eso era algo como hacer el amor? porque no podía explicarlo de otra forma más ideal.

Toda la tranquilidad y el cansancio que invadieron su cuerpo, se incrementaron cuando sintió una de las manos de Yoongi acariciarle la nuca con suaves mimos, ya no pudo abrir sus ojos, sólo disimular sus lágrimas con las gotas de sudor que le cubrían el rostro.

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en serio me da mucha vergüenza publicar estas cosas así que voy a mi cueva de aislamiento y saldré en unos días;; y pues nada ojalá les haya gustado, y como no se cuando pueda actualizar de nuevo de una vez les deseo fELIZ NAVIDAD BEBÉS, coMAN MUCHO, con sus FAMIlias, sus mascotas, amigos y todo eso<3 mucho amor para ustedes y gracias por leer 💖

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