En la hora de la cena, todos miraban a Megan, quien de tanto llorar, tenia los ojos rojos, la frente arrugada y los labios hinchados.
Luego de un cuestionario de parte de sus amigos, el enojo de Neville por no estar allí para consolarla, las amenazas de los gemelos sobre si alguien le había dicho algo; Megan convenció a todos de que solo había recordado cosas malas y se había puesto mal, o creyó convencerlos...
Se sentó en medio de los gemelos, para poder ver la mesa de Slytherin de frente, y ahí estaba Draco. Vestido con su túnica color esmeralda, su pelo rubio platinado hacia juego con su piel, pero no lo notaba feliz. Lo miraba en trance, el estaba mirando su comida sin tocarla y con su mano izquierda sosteniendo su cara.
Fue como por arte de magia, como si sintiese la mirada de Megan. Subio su vista y sus miradas se encontraron. Sus ojos estaban igual que en el tren, no tenían brillo, era como si su mirada suplicara salvación, Megan suspiro y abrió la boca como si quisiese hablar, pero no sabría que iba a decir. Fred paso su brazo por sus hombros y ella sonrió, pero cuando dirigió su mirada a la mesa de Slytherin nuevamente, Draco no estaba allí, sino que estaba saliendo del gran comedor.
-Chicos, disculpen, tengo que ir al baño- fue lo primero que se le ocurrió a Megan para salir corriendo tras Draco, a quien encontró en el pasillo
-Draco- dijo agitada, este paro en seco, la rubia se acerco sigilosa, pero el solo sacudió su cabeza como si quisiera que sus pensamientos salieran de su cabeza y empezó a caminar nuevamente. Pero igual lo tomo de la túnica, girándolo para ver sus ojos.
Draco trago duro con su vista ligeramente hacia abajo, ya que Megan era un poco pequeña
-¿Que paso? ¿Que te paso?- miro ella suplicante, pero el joven Malfoy solo miro alrededor, la tomo del brazo y la arrastro hacia la esquina del pasillo.
-Escúchame Flamel- dijo duro y su mandíbula temblaba -No te me acerques, ¿entiendes? Solo, aléjate de mi, no quiero volver a verte- Se giro para irse con aire de superioridad, pero la miro de nuevo. Draco quería ver por ultima vez esos ojos negros intensos, y he de asegurar que Megan quería ver los suyos, pero por toda una eternidad.
Draco se fue rascando su antebrazo izquierdo y Megan se quedo allí, sumida en sus pensamientos, cuestionándose que había hecho mal.
Quería llorar, pero no lo hizo, llego a su sala común y sus amigos esperaban allí, hasta Fred y George estaban.
Todos preguntaron al mismo tiempo, diciendo que estaban preocupados, pero la rubia solo contesto que se sentía abrumada y que la disculpen, cuando dijo que todos deberían ir a la cama y que los quería, miro a Neville de una forma extraña, pidiendole que el no se vaya.
Todos fueron a sus habitaciones y Neville se quedo. Le contó todo sobre Draco, desde el principio, le pidio disculpas por no contarselo antes, pero Longbottom no se enojo. En cambio, agradecio que confie tanto en el como para contarle su mayor secreto...
Y allí se quedaron hasta las dos de la madrugada, cuando al finalizar la historia Megan se puso a llorar y se quedo dormida en los brazos de su mejor amigo.