Jade.
–Mamá, yo puedo cuidarme sola, por favor.–Supliqué.
–Dije que no, Jade, El vendrá a cuidarte.–Dijo seriamente, notablemente obstinada de mis suplicas.
Solté un suspiro de frustración.
–El es demasiado sobre protector.–Me quejé.
–Y eso esta perfecto. –Dijo burlona.
La idea de que Zayn me cuidara mientras mamá estaba en un reencuentro de el colegio donde estudiaba, no me convencía del todo. Dejar que el me cuidara era no poder ni mover una hebra de mi cabello.
–Llegarás tarde, deberías irte ya.–Le digo.
–No me iré hasta que Zayn llegue, en solo un pequeño momento eres capaz de hacer muchas cosas, y eso va en contra de tu reposo.
Ruedo los ojos como por enésima vez en este día.
–Mamá, eres una total exagerada, claro que no sería capaz de hacer "desastres en la casa", te repito, sé cuidarme sola.
–Igual no te tengo confianza, prefiero esperar a que llegue.
Es una maldita testaruda.
–Zayn siempre llega tarde, y no quiero que por ende tu también lo hagas.
–Por Favor, Jade. Te estas comportando como una pequeña niña berrinchuda, ¡No sigas insistiendo, No me iré hasta que Zayn llegue!.
Bajé la mirada hasta mi vientre. Me sentía como eso, una niña. A pesar de que tenga 20 años y un bebé en mi vientre, todavía estoy bajo el techo de mi madre, por lo tanto todavía debo aceptar regaños y reclamos de su parte.
Preferí callar y no insistir en el tema, ella siempre se salía con la suya y no había nada ni nadie que la hiciera cambiar de opinión. Terca. Eso la describía.
–Está aparcando su auto, ¿No puedes aprender a ser un poco más paciente?. Esto es por tu salud, Amelie.
Rodé los ojos.–Cosa que se volvió habitual el día de hoy.–Ella esta molesta u obstinada por mi insistencia y Replicamientos. Lo sé porque me llamó por mi segundo nombre.
–Iré a abrirle la puerta.–Dijo para salir rápidamente de mi habitación y bajar las cortas escaleras hasta la puerta principal.
Me sentía inútil, no podía ni siquiera abir una puerta. Lo más que he hecho por mi cuenta es acearme, y solo porque me avergüenza que mi madre haga eso, no quería que viera ciertas partes que han cambiado desde que era una pequeña niña, cuando ella lo hacia cuando no podía hacerlo por mi cuenta. Y extrañamente, ella aceptó.
Escuché la varonil voz de Zayn y sentí un poco mas de alivio, al menos ya no escucharé la tormentosa voz de mi madre que hoy no ha parado de taladrearme la cabeza. En otras circunstancias amaría su voz, tan suave, cálida y dulce. Pero en este punto, lo que más deseas es que cierre la boca.
–Hey, Jade.–Saluda Zayn entrando por la puerta de mi habitación.
–Hey.–Le respondo suavemente, recostando mi cabeza en el espaldar de mi cama.
–Voy saliendo, Estoy tarde. ¡Zayn cuidala buen por favor, que no se levante!. –Grita Johanna desde abajo.
–¡Tranquila, lo haré!.–Responde Zayn en un grito.
Cuando estuve segura de que ya mamá no podía escucharme, suelto un grito de alivio.
–¡Al fin, Dios mio!. –Digo pasando mis manos por mi cabello y rostro.
–Estoy seguro que ha estado insoportable, ¿no?.–Dice sentándose en la mitad libre de mi cama matrimonial.
–Mas que eso, no me deja hacer absolutamente nada, me tiene sobre-protegida.–Digo rodando los ojos.
El comienza a reír, maldito.
–No le veo la gracia.
–Hey, no te molestes, solo es que, te estás comportando como una niña.
–Eso me lo acaba de decir mamá, asi que mejor callate.
El suelta otra risita.
–Deberias ducharte mientras hago algo para merendar, sé que tienes hambre.
–Pensé que me ayudarías a ducharme, eso era lo que faltaba.–Hablo sarcásticamente.
–Espera, ¿Johanna te ayuda a duchar?.–Dice entre sorprendido y burlón.
–¡No!, pero sinceramente estuvo a punto.
–Oh, eso si es ser sobre protectora al extremo.
–Ni me lo recuerdes.
–Voy a preparar algo, ¡y duchate tú sola!.–Grita mientras baja las escaleras
–Es obvio que lo haré sola, idiota.
A veces pienso que Zayn debería madurar para ayudar al crecimiento de su hijo, pero el es asi, es una persona con pensamientos maduros y en algunos momentos se comporta como un adolescente.
Me levanto con sumo cuidado de la cama, camino hasta mi closet y agarro ropa interior y un vestido corto rosa palido con flores de color blanco.
Llevo la ropa hasta el baño y cierro la puerta por precaución, me quito la ropa que cargaba puesta hasta quedar totalmente desnuda frente al espejo. Mi viente ha crecido notablemente, mi cara se ve mas redonda y mis cachetes mucho mas, ignorando el que siempre he sido cachetona, me veo mas gordita debido a que soy de baja estatura. Pero he decidido cambiar mi delgado cuerpo para mi hijo, y eso es lo que cuenta.
Abro el grifo y el agua moja rápidamente todo mi cuerpo, haciéndome relajar. Agarro el jabón de tocador y lo paso por todo mi cuerpo.
Cuando termino, me visto con las prendas que elegí antes de ducharme.
Cuando abro la puerta veo a Zayn recostado en mi cama junto a un plato lleno de frutas con leche condensada, Mmh
–Has tardado mucho en bañarte.–Reclama.
–Disculpa.–Respondo rodando los ojos.
–Lo hice para ti.–Me tiende el plato de frutas.
–Que lindo, ¿Tu no comerás?
–Mientras te duchabas lo hice.–Se encogió de hombros.
–Quiero comer en el jardín.
–Eso si no se podrá hacer.–Responde.
–¡Oh vamos, Zayn!, Ya te pareces a la amargada de mi mamá.
–Pues esa amargada me dejó a cargo de ti, y estoy haciendo caso a las ordenes que me dio, y es que lo único que puedes hacer sola es ducharte.
Te arrugaras pronto si sigues así.–Pensé.
–Pero no iré sola, me acompañarás.
–Da igual.
–No, no da igual, vamos, Por favor.–Rogué. Parecía un niño pidiendo por el nuevo juguete que pasan en los comerciales.
–Bueno, esta bien, iremos, pero tu solo te sentaras a comer.–Advirtió.
–Estoy de acuerdo.
Bajamos lentamente las escaleras, Zayn agarraba una de mis manos para ayudarme.
Cuando salimos al jardín principal, me sentí viva otra vez, la brisa cálida de Los Angeles daba justo a mi cara y movía a todos lados mi cabello.
Me senté en una de las sillas que adornaban el jardín y puse el plato y la mesa.
Zayn corrió a jugar con Bruno, el perro de una vecina, que a veces dejaba el perro aquí.
Zayn corría con el perro de un lado a otro, pero tropezó con un adorno del jardín haciéndolo caer de trasero.
Mis carcajadas eran incontrolables, y los quejidos de dolor de Zayn me hacían reír más.
–No es gracioso. –Dice haciendo pucheros caminando hasta mi, sobando su plano trasero.
–Para mi si lo es.–Digo todavía riendo.
–¡Oh Dios!, Siempre pensé que ustedes serían algo, pero vuelvo a la ciudad y ya están esperando un hijo, No pensaba que iban tan en serio.
Frunzo el ceño al escuchar esa voz femenina decir eso, volteo y me doy cuenta que es Barbara, una señora de un pueblo a la que sus hijos mayores viven en esta calle y siempre viene de visita.
–Barbara.–Me levanto para acercarme a ella y saludarla.
Zayn olvida su dolor y me ayuda a caminar, ruedo los ojos ya que puedo hacerlo perfectamente bien sola, pero se ha tomado a pecho eso de cuidarme.
–Estoy muy contenta de que tengan un bebé en camino, ¿Como te sientes con eso de ser padre, muchacho?.–Le pregunta a Zayn.
–No es mi hijo. –Responde rápidamente y con seguridad, a lo que me hizo fruncir el ceño.
Lo miré y pude notar en su rostro nerviosismo.
–Oh, pensé que ustedes eran novios, como en mi pequeño pueblo las noticias no llegan. Disculpa la imprudencia, muchacho. Le dices a tu mamá que pasaré a saludarla mas tarde.
Solo asentí a eso.
Cuando se fue, voltee a ver a Zayn con mi rostro donde se notaba mi confusión y molestia.
–¿Me puedes explicar por qué has dicho que no es tu hijo?.–Exploto, gritando, cruzando mis brazos en mi pecho.
–Solo...se me salió, no quise decir eso.–Dice nervioso.
–¿Sabes?, No te creo, Lo dijiste con una seguridad sorprendente, ¿Qué razones te he dado para que desconfíes de tu paternidad?.
–Ninguna, solo....–Paró,de hablar.
–Si solo quieres irte y no hacerte cargo, solo hazlo, Zayn. Nunca te obligué a hacerte cargo de el y mucho menos estar conmigo. Respeto tu decisión, esta todo dicho.
Me doy la vuelta y entro a la Casa, cerrando con llave la puerta principal.
Los golpes desesperados en la puerta se hicieron presentes junto con gritos de parte de Zayn.
Solo subí hasta mi habitación y me acosté, ignorando los ruidos de sus suplicas.
No podía creer que dudara de que es su hijo, por dios.