"Como conocí al idiota"[Edita...

By ivett2003

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Se que suelen decir que del odio al amor solo hay un paso. La verdad es que yo no lo creo Si odias a una pers... More

*Sinopsis*
⚠Atención⚠
Tráiler - Como conocí al idiota
1- De pequeños...
2- La universidad
3- "No me intimidas"
4- Primer dia de clases
5- Reencuentro
6- La playa perfecta
7- De vuelta de la escapada
8- El chico encapuchado
9- Estaría muerta si no fuese por ti
10- Celos...¿Por qué?
11- Viaje inesperado a Madrid 1/2
12- Viaje inesperado a Madrid 2/2
13- Enfermedad.
14- "Tiene la manstruacion"
15- Un error
16- Demasiadas risas
17- Incendio
18- Intimidades...
19- ¿Quedar como amigos?
20- La fraternidad
21- Recuerdos del pasado
22- La hora de la verdad
23- La hora de la verdad (2/2)
24- Beso inapropiado
25- Sentimientos encontrados
26- "Tenemos que hablar"
26- "¡No somos nada!"
28- "¿Y mi beso?"
28- "Mi primera vez con mi amor de infancia"
30- El gran día
31- El gran día (II)
32- ¿Segura?
33- No puede ser...
2da temporada (leerlo por favor)
34- Un tiempo...
35- "No siento lo que sentia"
36- "¿Piensas dejarme asi?"
37- ¿Piensas dejarme así? (II)
38- ¿Quieres juego de esposas?
38- "La niña no está..."
40 - "Me tienes para todo lo que haga falta"
41- ''¿Que miërda te a pasado? ''
IMPORTANTE
43- Perderemos al chico...
44- Siempre fue infiel...
45- Dijiste amor...
46- Te quiero..
47- Ra-rayan ya viene...
Epílogo
@Agradecimientos

42- ¿Quiere que me maten so desgraciado?

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By ivett2003


Subimos las escaleras poco a poco, porque Rayan lleva a la niña en brazos.

—Cojeme las llaves del bolsillo del pantalón.—dice cuando llegamos a la puerta de la habitación que nos habían asignado.

Las tenía en el bolsillo de adetrás, las saco y abro la puerta.

Rayan no tarda en dejar a la niña en la primera cama que ve, que es la más pequeña de todas.

La tapa con la manta y yo dejo las mochilas en una silla. Me tumbo en la cama agotada sin apartar las sábanas.

—Por fin... —gimo al sentir lo bien que se está tumbada en esta. Rayan se tumba al rato. Después de conseguir tapar a la pequeña.

Se gira poniéndose boca abajo mientras me mira. Mi pecho sube y baja, cada vez más lentamente.

—¿Quieres dormir? —pregunta apartando las sábanas hacia atrás.

Estaba cansada pero no tenía sueño.

—No, me apetece ver la televisión un rato. —digo para que no malinterprete. Se como es Rayan. A parte de un mal pensado le da igual que haya una menor presente.

—Entiendo... Pues a ver la televisión un rato, pero poco porque mañana a las seis de la mañana hay que estar despiertos. A las ocho menos cuarto es cuando tengo que dejar a la niña, tú a las siete y media debes estar en comisaría. —dice con seguridad. Asiento y aparto mi lado de sabana de esta.

Me pongo de espaldas a el, me quito toda la ropa, me meto a la cama en ropa interior. Rayan igual. Íbamos a tener que ponernos la misma ropa para mañana, no teníamos nada de recambio.

Abrimos la televisión con el mando a distancia y buscamos algo para ver hasta que vemos series policíacas de las que a los dos nos han encantado siempre.

Me apoyo en su brazo abrazándolo, noto como este sonríe y me abraza por la cintura. Se sentía realmente bien.

Dos horas después son las once de la noche y el sueño comienza a hacerse presente. Sin darme cuenta cierro los ojos involuntariamente.

—Te quiero... —escucho susurrar a Rayan después de dejarme un beso cálido en la cabeza en forma de cariño.

5.45 a.m

Abro los ojos abruptamente al escuchar la alarma que había puesto Rayan la noche de antes.

Me encuentro de cara a la ventana del hotel, cuando me giro veo la espalda desnuda de Rayan, observo esa rama de rosas tatuadas que tanto me gustaba y me gusta.

Se está vistiendo. Gateo hasta su lado de la cama y lo envuelvo por el cuello dejándole un beso en la mejilla.

—Buenos días...—dice entre risas. Con la camiseta negra de ayer puesta, se gira y me planta un beso en los labios. Dejándome sin aliento. Como la primera vez.

Su lengua juega con la mía haciendo círculos en esta. Se me pone la piel de gallina solo de recordar la primera vez que nos besamos. Me empuja hacia atrás, pero como estaba de rodillas en la cama caigo en esta, me separo un poco.

—Rayan nada de... —vuelve a juntar sus labios en los míos, luego baja por mi cuello.

Me río de las cosquillas y escalofríos que me produce ese tipo de besos. Él lo sabe y por eso lo hace.

—Pa-para... —digo entre risas y cosquilleos por todo el cuerpo.

Este me mira como si fuese un caramelo de fresa, esos que tanto le gustan y le vuelven loco.

—Te comería pero... Tenemos prisa y... —mira hacia la cama de Gisela que aun sigue durmiendo.

Asiento y le dejo un beso en los labios de los que siempre lo dejan con las ganas de más.

Salgo de la cama cojo la ropa de la silla y me dirijo hacia el lavabo de la habitación. Camino de una forma poco yo, provocativa.

—Date prisa que faltan diez minutos para las seis. —digo girandome. Lo pillo mirándome el trasero y mordiéndose su labio inferior. Rápidamente aparta la mirada cuando lo dejo sin vistas y me giro hacia él. Asiente y cierro la puerta detrás de mí.

Me doy una ducha rápida sin entretenerme demasiado. Cuando salgo después de unos quince minutos, Gisela está despierta y vestida. Rayan ha dejado las llaves en el llavero que hay en el mueble de la sala.

—¿Ya estas lista? —me pregunta Rayan.

Tengo el pelo húmedo pero no pensaba secarlo más ya que hoy hacía un día caluroso.

Pensaba aprovecharlo, ya se acercaba el frío y no podría llevarlo sin secar.

A Gisela aun se le ve algo cansada. Pero no como ayer.

Me agacho para estar a su altura mientras esta se ata los cordones de sus zapatos.

—¿Que tal estas? —le pregunto atándole el otro zapato para ir más deprisa.

—Bien... —contesta con voz agotada y algo cortante. Asiento algo decepcionada. No me gusta ver como la pequeña sufre de esa manera. Algo hay que hacer.

Me levanto y me dirijo hacia Rayan. Que esa cerrando las cortinas.

—Rayan. La madre de Gisela ¿Dónde está? —pregunto intrigada.

Este se gira y me coje por la cintura —Están separados, su madre vive en un pueblo no muy lejos de aquí ¿Porque? —pregunta apartándome un mechón de pelo. Sabe que me preocupo, por eso está siendo tan cariñoso ¿Si no porque seria?

Mira a Gisela que entra en el lavabo.

—Te entiendo. Es triste ver lo mal que lo pasa. Pero no podemos hacer nada. Bastante hemos hecho por ella. —me dice. Asiento. Tiene razón.

—Venga debemos irnos ya... —digo para restarle hierro al asunto. Gisela que ya había salido del lavabo se pone la mochila es la espalda, y nos dirigimos todos a la salida.

—Te dejaré en la puerta. ¿Vale? —dice cogiendo de la mano de Gisela.

—Vale, cuando haya acabado todo, ¿Donde quedamos? —le pregunto.

—Nos veremos en su casa, estaré allí —dice sacando el móvil de su bolsillo —Yo estaré pendiente del móvil, te enviaré un mensaje —dice levantándose.

Cuando llegamos a la recepción del hotel, Rayan deja las llaves de la habitación, salimos con bastante prisa después de esto.

El coche no estaba demasiado lejos del hotel, a unos diez pasos. Le doy dos besos a Gisela, porque saldré del coche cuando llegue a comisaría y no me podré despedirme de ella.

—Gisela, no te preocupes ¿si? Pronto te llevarán con tu mamá. Pero después de lo que a pasado, no odies a tu papá ¿vale? Él te quiere aunque le cueste demostrarlo. —aunque sólo tenga cinco años es una niña muy madura y sabe de que me hablo—¿Me lo prometes? —pregunto, esta asiente.

—Te lo prometo... —dice segura. La abrazo y le dejo un pequeño beso en la cabeza. Le ato el cinturón y cierro la puerta. Rayan ya estaba preparado en su sitio y había escuchado lo que le había dicho pero no dijo nada. Abro la puerta del copiloto y me siento en este.

En menos de diez minutos ya habíamos llegado a comisaría.

—Estaré atento al móvil. Ten cuidado... —dice dejándome un beso en los labios largo pero corto a la vez.

—Ten cuidado tú también. —digo cuando difícilmente nos separamos. Me acaricia la mejilla, abro la puerta del coche y salgo de este.

—¡Adiós Kayla! —Se despide alegremente la pequeña. Sonrio al verla reír después de todo.

Veo el coche de Rayan alejarse por la carretera. Subo las escaleras y empujo la puerta. Hay muchas cabinas, me acerco a la primera que veo que está libre.

—Buenos días joven, ¿Que desea? —pregunta un señor de mediana edad, sus ojos me resultan algo familiares.

—Quiero informarles de algo, ¿Podría ser algo más privado por favor? Se trata de un caso importante —no quiero que nadie escuche nada así que prefiero que sea en algún sitio más cerrado.

—Claro señorita, espere un segundo. —dice educadamente.

—Llameme Kayla, señor... —miro la tarjeta que tiene enganchada en el chaleco— Mired. —vaya casualidad.

Este asiente. —Sígame Kayla. —pide amablemente. Veo como se levanta de donde estaba sentado, y después de abrir una puerta con llave me deja pasar dónde están las pequeñas salas de la comisaría. Abre una de ellas con una llave, me deja pasar primero y luego él.

Cierra la puerta detrás suyo, pero deja las llaves puestas.

—Debe tener mucha importancia porque esto solo se hace cuando son casos importantes. —dice con algo de broma. Mi cara seria hace que rápidamente capte que es algo serio y borre esa sonrisa.

—Tiene que ver con mi... Pareja. El tuvo un problema familiar con su padre y recurrió a las drogas, el jefe de esto le propuso trabajar con él. Era joven y aceptó, pero no sabia lo que hacía, estuvo un largo tiempo con esto hasta que decidió dejar las drogas, quería dejar el trabajo pero su jefe lo amenazo y por miedo a que lo metiesen en la cárcel porque ya era mayor de edad no dijo nada, supongo que no le interesara lo que pasó cuando yo me enteré... —el me prestaba mucha atención pero me interrumpe después de decir lo último.

—Cuéntamelo todo por favor, cuantos más detalles mejor. —pide con educación, me sorprendo por completo pero le sigo contando.

—Bueno el caso es que yo necesitaba espacio, pensar y todo eso. Pasaron cinco largos meses, y en ese tiempo él había ido a rehabilitación y había dejado las drogas, pero entonces le quedaba deshacerse de su jefe. Durante todo este tiempo no queríamos recurrir a la policía, porque a parte de que su jefe tiene muchos trabajadores y nos tienen vigilados era muy peligroso. Bueno hace unos días...mm.. Yo haciendo de niñera con su hija, mm... Porque casualmente trabajaba de eso... —me invento esto último para no contarle lo que realmente paso con detalles— mi pareja se entero que trabajaba de niñera para su hija y decidimos quedarnosla un corto tiempo para así amenazarlo de que dejase a Rayan en paz —el policía se sobresalta al escuchar su nombre— ¿Pasa algo agente? —pregunto algo asustada.

—No... Emm... Perdona, siga por favor. —dice amablemente.

Asiento.

—Hoy Rayan, iba a dejar a la pequeña, a la que su padre no la trata como se debería, ya que la pequeña tenía un MP3, en el que su padre, el jefe para que Rayan trabajaba. La niña lo paso muy mal ayer noche por eso. —le informo por si pueden hacer algo con eso, que lo hagan— pero Rayan sabe como es su jefe, después de habernos llevado a su hija un tiempo no lo piensa dejar en paz, lo querrá ver muerto. —finalizo.

El agente ''rarito''asiente.

—Es un caso importante. Debes darme los nombres y todo lo que sepas de los que están metidos en esto, incluso el tuyo. Y la dirección de la casa de su supuesto jefe. Esperame en la recepción de comisaría. —me dice con algo de firmeza, todo lo contrario a como había saludado desde un principio— Pero antes espere, rellena todo lo que sabe en este papel. —abre un cajón de la mesa en la que estamos sentados y saca un bolígrafo de esta. Apunto todo lo que se en esta.

El agente asiente, coje el papel con la información y se lo lleva.

Salgo de la pequeña sala y salgo a la recepción como me había pedido.

Creo que lo había hecho bien. Saco mi móvil del bolsillo trasero. Un mensaje de Rayan.

Voy a entrar, espero que todo haya ido bien por ahí... BESOS

Unos quince minutos después, el agente al que le había contado la larga historia aparece y me hace un gesto con la mano, para que me acerque a él. —Vale señorita Kayla, el plan está en marcha. Ya tenemos las furgonetas cargadas. —dice —Pero necesitamos que se quede en su casa, estará más protegida y... —lo interrumpo

—No, quiero ir con vosotros. —digo como me había dicho Rayan.

—Señorita no nos hagas las cosas más difíciles de lo que ya están, valla a su casa y quédese allí. —dice algo cabreado.

—Yo aquí no tengo casa agente, duermo en la universidad y está rodeada de todos ellos. —le digo bastante harta. Joder si que es pesado.

—Pues valla a la casa de alguna amiga o familiar. Con nosotros no puedes venir. Son las normas —dice seriamente. Frunciendo el ceño.

Me acerco un paso a el aun que realmente me saca casi dos cabezas—Escúcheme bien, o me deja ir o se verán usted y todos sus trabajadores en la ruina ¿Me escuchaste? Yo quiero saber lo que pasa, hemos quedado así Rayan y yo, si le gusta bien y si no también. ¿O acaso quiere que me maten so desgraciado? —digo harta de sus mierdas en vinagre.

—Esta bien señorita no hace falta que se ponga así. Y no, no quiero que la maten, mi trabajo es satisfacer el deber de los demás. Podrá venir pero se quedará con los demás en las furgonetas. —dice bastante escarmentado. Sonrió.

—Gracias. —digo con una sonrisa amplia en mis labios.

—Sígame... —murmura.

Caminamos por un largo pasillo hasta salir por la parte de atrás de la comisaría, me subo en la furgoneta en la que se sube el agente.

El trayecto es en un completo silencio, lo agradezco y aborrezco a la vez. No se como pero lo odio porque el trayecto se me hace más largo pero lo agradezco porque estoy hecha un saco de nervios y es mejor el silencio.

Cuando por fin llegamos, todo está en silencio, no hay ni un alma en la calle, el guardia me mira. Las furgonetas se paran en fila en medio de la carretera como si nada y el guardia me pide que me quede.

—Vale, preparados para salir en fila, cero cuatro, pica a la puerta y se aleja un metro. Después de esto recibirán más órdenes. Corto y cambio. —dice en el jefe guardia por la radio.

Sale de la furgoneta y veo como unos veinte hombres aproximadamente se dirigen a la puerta de la casa.

Uno de ellos, pica a la puerta y se aleja.

—Abra la puerta señor Kimey, solos la policía.

Miro fijamente la puerta, no parece que habrá nadie. Pero algo me llama la atención, en la ventana de la casa se ve Rayan. Tiene la boca con algo de sangre y algunos cortes en la ceja, una flecha se le clava en el pecho al verlo así. Intenta decirme algo, y me maldigo por no saber leer los labios, aunque si se pero me cuesta mucho.

—¿Que dices? —pregunto aunque realmente estoy hablando sola. No me escucha.

—Si no abres la puerta nos veremos obligados a tirarla a bajo—escucho como grita el agente.

Aparto la vista de estos y miro fijamente a Rayan que está literalmente chorreando de sudor y sangre, mueve los labios poco con frecuencia.

—No... ¿Arais?¿Hagáis? ¡Abráis!...No abráis la ¿puerto? ¿Puente? ¡Puerta! —me paro a pensar— No abráis la puerta. ¡Ostia pûta!  

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Nota de Autora:

Se pone interesante babys... 
¿Porque no querrá Rayan que abran la puerta?

Esto huele a chantaje puro, puro chantaje puro y duro..🎤JAJAJA

Haber si puedo publicar el cuarto mis bellezas...

Esta vez no haremos preguntas, pero quiero que me expliquen que tal os a parecido
Aquí abajito👇👇

Denle a la estrella...

Kissings!
Saludos,
 
                  Ivett2003⚡

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