Sentimientos Encontrados. (Ca...

Par itsisaxox

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El mundo cambió y yo debo cambiar con él. El mundo que conocía antes desapareció. Con el tiempo entendí que... Plus

Sinopsis.
∆ C1: Un nuevo despertar.
∆ C2: ¿Un apocalipsis?
∆ C3: Superhéroe.
∆ C4: Pase lo que pase.
∆ C5: ¿Quién eres?
∆ C6: El Hijo de Rick.
∆ C7: Complicidades.
∆ C8: Mudanza.
∆ C9: Una señal.
∆ C10: Gracias.
∆ C11: Paseos nocturnos.
∆ C12: La libreta
∆ C13: Recuerdos dolorosos.
∆ C14: Nuevo grupo.
∆ C15: No es un santuario.
∆ C16: De poca fe.
∆ C17: Obsesiones.
∆ C18: Historias.
∆ C19: Mala espina.
∆ C20: Autocontrol.
∆ C21: Deja vú.
∆ C22: Persiguiendo sombras.
∆ C23: Traición.
∆ C24: Bajo presión.
∆ C25: Oportunidad.
∆ C26: Atando lazos.
∆ C28: Un extraño entre nosotros.
∆ C29: Una bienvenida interesante.
∆ C30: Salvajes y monstruos.
∆ C31: Primer paso.
∆ C32: Una noche sin sobrevivir.
∆ C33: Expedición mortal.
∆ C34: Un engaño y una loca.
∆ C35: Rendirse no es una opción.
∆ C36: Personas del pasado.
∆ C37: No fue un gusto conocerte.
∆ C38: Un amor a la luz
∆ C39: Sinceros sin sutileza.
∆ C40: Apoyo incondicional.
∆ C41: ¿Competencia sana?
∆ C42: Un posible secuestro.
∆ C43: ¿Tiene pulso?
∆ C44: Verdaderas emociones.
∆ C45: Desastre emocional.
∆ C46: En la unión está la fuerza.
∆ C47: El juego de las hormonas.
∆ C48: Pelear libera tensión.
∆ C49: Los secretos salen a la luz.
∆ C50: Ver para creer.
∆ C51: Nuevos descubrimientos.
∆ C52: Mala espina.
∆ C53: Asesinos a sueldo.
∆ C54: Miedo por primera vez.
∆ C55: ¿Hay más de ustedes?
∆ C56: Confesiones sin piedad.
∆ C57: Crueldad.
∆ C58: Lugar feliz.
∆ C59: Al borde de la muerte.
∆ C60: Arrepentimiento.
Epílogo.
Hola.
Notita.

∆ C27: Amistad renovada.

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Par itsisaxox

|Narra Katie|

Han pasado dos semanas desde la muerte de aquella rubia que solían llamar Beth. Dos semanas que no han sido para nada fáciles ni llevaderas. Cada quien ha estado sumergido en sus pensamientos y se ha perdido la comunicación como grupo. El dolor, la tristeza, sed, hambre, cansancio, en eso se basó el grupo durante las dos semanas.

Lamentablemente sufrimos otra pérdida y fue la muerte de Tyreese. Luego de salir de Atlanta, Noah nos contó de la promesa que le había hecho Beth: Acompañarlo a buscar a su familia. No quedaba lejos así que Rick quiso cumplir lo que sería el último deseo de Beth. Sin embargo, estando allí, Noah y Tyreese tuvieron problemas con un caminante donde Ty terminó mordido. Fue algo muy fuerte para Sasha, ella estaba pasando por el luto de Bob y ahora el de su hermano; ella y Maggie la estaban pasando muy mal.

Aunque Maggie lo estaba llevando mejor, Sasha estaba muy callada, alejada, como si su cuerpo estuviese aquí, pero su mente en otro mundo. La verdad me preocupaba que se fuera a suicidar.

Por otro lado, el agujero que tenía Beth en su frente fue porque la jefa de policías y líder del grupo en el que estaba Noah —Dawn— le disparó a la rubia; Rick contó que Daryl no pensó dos veces en tomar venganza y dispararle también a la policía. No hubo tiroteo ni guerra porque uno de los doctores intervino pidiendo paz, defendiendo que su líder estaba loca y que ellos no eran igual a ella. De hecho, ofrecieron sus instalaciones para que nosotros nos quedamos, pero Rick se negó y creo que así estábamos mejor.

Otra pérdida lamentable fue el camión de bomberos. La gasolina se agotó y las estaciones de servicio cercanas estaban vacías. Eso ocurrió hace cuatro días, así que desde ese momento nos había tocado caminar. Los autos que encontrábamos estaban descompuestos o sin gasolina, por lo tanto, no valía la pena.

Justo ahora estábamos comiendo en medio del asfalto, con la temperatura sobre treinta y el sol quemando nuestras cabezas. Daryl aprovechó para cazar mientras nosotros alimentábamos nuestros hambrientos estómagos.

— ¡Agua! —chilló Eugene señalando algo a unos metros sobre la carretera.

— ¡Eugene, no! —Rosita fue tras él.

Nos levantamos, unos más confundidos que otros, y seguimos a los dos adultos. Detuvimos el paso tras ver un paquete transparente con botellas de agua. Arriba tenía un papel pegado con cinta adhesiva que decía «Disfruten».

— ¿Qué...? —musitó Ash.

— ¿Quién habrá dejado esto aquí? —murmuré quitando el trozo de papel.

—No lo sé —Rick miró a su alrededor buscando algo, pero solo vio a Daryl con algunas ardillas.

Eugene se agachó para tomar una botella, la destapó y cuando se la llevó a la boca, Abraham la tiró al suelo de un golpe.

— ¿Estás loco? —lo regañó como si de un niño se tratase—. Puede estar envenenada, imbécil.

Eugene bajó la cabeza y se fue a dónde estábamos antes. Miré hacia el bosque creyendo que encontraría al responsable, pero solo sentí una gota de algún líquido en mi frente. Era agua. Miré al cielo.

—Creo que va a llover —susurré.

Las gotas se fueron haciendo más insistentes hasta que empezó a llover con fuerza. Para entonces ya habíamos empezado a correr en busca de algún techo donde esperar hasta que pasara el diluvio.

—Hay que buscar un refugio —opinó Glenn—. Esta lluvia no tiene aspecto de terminar todavía.

—Yo me conseguí con un granero no muy lejos —mencionó Daryl.

Contamos hasta tres y comenzamos a correr siguiendo la dirección del arquero. Tardamos unos cinco minutos en llegar a dicho lugar. Entramos tan rápido como pudimos para así poder tomar el aire que nos faltaba.

—Esperemos que este granero no se venga abajo por la lluvia —comentó Abraham—. Es lo único que falta.

—Nos vendrá bien descansar bajo techo —dijo Rick tomando a Judith en sus brazos—. Debemos planificarnos, no podemos seguir caminando sin rumbo.

— ¿Y a dónde planes ir? —intervino Carol—. Ni siquiera sabemos dónde estamos.

—En algún lugar de Virginia —contestó, acunando a su hija—. Este granero será de ayuda mientras nos recomponemos, necesitamos comida, municiones, un auto.

—Por ahora, podemos descansar —indicó Michonne.

Todo asentimos, estando de acuerdo con el plan.

Me acerqué a una esquina del granero para tomar asiento en el pasto, tenía sueño, estaba agotada, no había podido dormir bien estos días por las pesadillas de mis padres y mi mente no dejaba de maquinar todas las memorias y recuerdos felices. Era frustrante, masoquista, ya ni siquiera quería dormir porque sabía que tendría una pesadilla.

Quería arrancarme la cabeza en ese momento.

Carl, Ashley y James se acercaron, tomaron asiento junto a mí y guardaron silencio. Ellos estaban tan cansados como yo, tenían tantas ganas de dormir como yo así que lo mejor era ahorrarse las palabras y simplemente intentar conciliar el sueño.

Pero yo no quise. Tenía miedo de cerrar los ojos y volver a tener una pesadilla sobre la muerte de mi mamá.

—Estoy contigo —escuché a Carl susurrar a mi lado. Tomó mi mano y la besó en el dorso—. Estás bien.

—Estoy teniendo pesadillas —le confesé.

—Ya lo sé —apretó mi mano con suavidad—. Ashley me ha contado que te ha visto quejándote mientras duermes, que forcejeas. Anoche estuve pendiente de ti y comenzaste a sollozar.

— ¿De verdad? —fruncí el ceño, echándole un vistazo—. No creí que las pesadillas me hicieran llorar o forcejear.

—Me preocupaste, Collins —ladeó su cabeza para clavar sus ojos en mí—. Parecías estar sufriendo.

—He estado soñando con la muerte de mi mamá una y otra vez —relaté dejando caer mi cabeza en su hombro—. Cada vez se hace más retorcido, más sangriento, anoche soñé que ella me estaba insultando, me llamaba asesina y de hecho lloré en la pesadilla, sentía mucha tristeza y culpa.

—No es real, Katie, es tu mente jugando contra ti —susurró, su mejilla reposó en mi cabello—. Debes entender que no fue tu culpa, ella ya había sido mordida y además sabía que estaba perdida.

—Es que lo sé —la frustración se estaba apoderando de mí—. Yo sé que no había forma de mantenerla con vida, sé que dispararle fue lo mejor para que ella no sufriera, pero no entiendo por qué tengo pesadillas si ya tengo claro que no es mi culpa.

—Tal vez no —intervino Ash—. Te conozco y sé que aún sigues culpándote.

—Necesito ayuda —musité quitando mi cabeza del hombro de Carl—. Quiero dormir y me da miedo volver a soñar con mi mamá.

—Estaremos aquí, contigo —habló James dedicándome una sonrisa—. Si te vemos mal, te despertaremos.

—No, ustedes también necesitan descansar —fruncí el ceño—. No lo permitiré.

—Podemos soportarlo, Katie —me recordó Ash.

Suspiré y asentí, no iba a hacerlos cambiar de opinión así que recosté mi cabeza sobre el hombro de Carl y dejé llevarme por el cansancio.

(...)

—Maldita sea —se quejó el pelirrojo.

Hace unos cortos minutos que el grupo se unió para evitar que los caminantes arrasaran con el lugar. Sucedió de la nada, nadie entendía por qué justo nos atacaban a nosotros. Todos dormían cuando de la nada el estruendo nos alertó.

—Estos idiotas no van a ganar, no hoy —susurré.

De repente, la lluvia dejó de escucharse cuando un rayo cayó justo afuera del granero seguido de un estruendoso trueno. No mentiré, me asusté demasiado, nunca había visto un rayo tan cerca y apostaría a que cayó detrás de la puerta.

Lo que me gustó de aquel creación natural fue que el peso se disminuyó hasta el punto en que los rugidos cesaron y el sonido de los caminantes rasgando la madera desapareció.

— ¿Se fueron? —inquirió Ashley.

—No lo creo —susurré—. Tal vez hayan muerto por el rayo.

—Dios mío, necesita sentarme —Ash se alejó de la puerta y tomó asiento.

—No creo que pueda dormir de nuevo —deslicé mi espalda por la madera hasta finalizar en el suelo lleno de paja.

—Yo sí —el pelirrojo fue hasta su lugar y se recostó de nuevo—. No molesten.

Rosita imitó a Abraham acostándose junto a él.

Luego de treinta minutos de haberse tranquilizado el ambiente, la mayoría volvió a retomar el sueño. Me había ido al esquina otra vez para intentar dormir, pero era inútil, se veía que estaba amaneciendo, podía escuchar a los pájaros, ya no iba a dormir otra vez.

—Ya vuelvo —escuché a Sasha levantándose de su lugar.

— ¿A dónde vas? —inquirí, apoyándome sobre los codos.

—No es tu problema —espetó.

—Tienes razón —me puse de pie—, no es mi problema, pero a muchos de aquí le importas y por lo menos si te vas a morir quiero saber en dónde para que ellos te busquen.

Mantener la paciencia con Sasha era importante debido a su estado emocional, pero no era excusa para tratar mal a los demás. Yo sabía eso, yo fui ejemplo.

—Al bosque —dijo entre dientes.

—No irás sola —Rick intervino.

Él también estaba despierto.

—Ya estoy lo suficientemente grande para que me anden cuidando —zanjó la morena.

—Yo voy —se ofreció Maggie—. Después de todo, sé por lo que estás pasando.

Rick asintió y ambas se fueron.

Ahora que lo pensaba, quería salir un rato. Respirar aire fresco, el olor de la lluvia, del pasto mojado, quizás quitarme la culpa; aquello podía ser terapéutico para mí así que me levanté, avisé a Rick que saldría unos minutos y salí.

Claro que, alguien se me pegó como un chicle.

— ¿Tengo guardaespaldas o perrito faldero? —inquirí sin mirar atrás. Sabía que estaba allí.

Su risa me lo confirmó.

—Tienes un amigo —dijo, colocándose a mi lado.

—Tengo a alguien que me fastidia mucho —le corregí—. ¿Por qué siempre me quieres acompañar?

—No lo sé —se encogió de hombros, guardando ambas manos en los bolsillos delanteros de su pantalón—. Intento ser amable.

—Y yo perfecta, pero no se puede todo en esta vida —bromeé.

—Ya lo eres —susurró, casi inaudible.

Pero todo estaba en silencio, por supuesto que lo escuché.

— ¿Qué dijiste? —cuestioné, buscando fastidiarlo.

— ¿Qué?

—Susurraste algo y yo quiero saber qué dijiste.

—Nada —curvó sus labios hacia abajo—. ¿Estás alucinando?

—Quizás —me encogí de hombros—. La falta de sueño pudo ser la responsable, pero tengo buen oído.

— ¿Cómo dormiste? —preguntó de la nada.

—No lo sé, tú dime —ne detuve cuando llegamos a lo que parecía un lago.

—No te escuchamos llorar, no forcejeaste, creo que estuviste mejor —se cruzó de brazos echando un vistazo al agua.

—Me sentí mejor —murmuré con una sonrisa que en realidad no tenía idea de dónde había salido.

—Te diré lo que susurré, pero solo si prometes dejarme tranquilo —condicionó. Yo asentí, frenética, e hice el gesto del pinky promise.

—Lo prometo.

—Bien —tomó un poco de aire—. Dije que...

El sonido de una rama tronar interrumpió al castaño. No dudamos en levantar las armas y apuntar en la dirección que nos parecía el origen.

—Creo que solo fue un animal —opinó Carl.

Sin embargo, se equivocó en todos los aspectos cuando un hombre de unos treinta años, tez pálida, cabello castaño e imagen de niño bueno apareció con las manos en el aire mostrando las palmas.

— ¿Quién eres? —interrogué sin dejar de apuntarlo.

—Me llamo Aaron y necesito hablar con Rick.

----------------------------

Tensión y de la buenaaa. ¿Alguien recuerda este capítulo en la serie? La verdad la extraño cada día. Desearía tener buen internet para poder verla toda desde un inicio. ADVERTENCIA: hacer eso literalmente me provocaría crear una tercera parte de la historia de Katie y Carl. Así que, mientras no tenga buen internet, lamento informar que no podré dejar fluir mi inspiración.

Todas mis ganas se habían generado tras cada capítulo de la serie, tras verlos pelear, quererse, convivir; cuando veía sus capítulos solo imaginaba que Katie estaba allí, peleando con ellos, decidiendo con ellos, ayudando. Si Fox coloca un maratón de The Walking Dead, oficialmente se crea la tercera parte.

Pero a nadie le importa de dónde saco inspiración para este fanfic, sigan bajando, los tkm.

Besitos, I.H

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