Bajo la lluvia

By WolfMika

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Marinette odia las noches de lluvia pues siempre ha sentido que cosas malas pasan en esos momentos y esos mom... More

Prologo
Temores, sorpresas
Lagrimas
Recuerdos
Regreso
Tristes recuerdos
Encuentros inesperados
Confeción
Impresiones
Ladybug (parte I)
Ladybug( parte II)
Lágrimas de una Catarina
Realidad
Oportunidades.
Sospechas
Intriga
Decisiones Drásticas
Llegadas, Noticias y Sorpresas
Sin más mentiras
Revelación
A tu lado
Cosas por saber
Bridgette y Marinette
Bajo la lluvia .:Final:.
Especial: Claude.

Especial: Marinette

203 20 4
By WolfMika


Para darle mas emoción reproduzcan el vídeo mientras leen n.n

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;D

*****

Nota: Este capítulo es independiente de la historia. No afecta para nada a la trama de la historia... Capitulo inspirado en la canción "Jueves" de la oreja de Van Gogh.

No podía dormir, la espalda le dolía, no lograba sentirse cómoda en ninguna posición... se sentía terriblemente sola por él no estaba a su lado, quería llorar, gritar su nombre rogar porque él estuviera u lado.

Reprime un gemido, mientras sus manos se aferran a las mantas, cierra sus ojos comenzando a sacar lentamente le aire por la boca en un leve soplido, él bebe en su interior le patea demasiado, se movía de forma inquieta, con cuidado toco su vientre sintiendo los movimientos, un par de lágrimas brotaron de sus orbes zafiros. Observo el reloj a n lado de la cama, las dos de la mañana, el tiempo le parecía ser eterno.

-Félix.- chillo, sin quererlo comenzó a sollozar.- porque me dejas sola...

Bridgette intento reprimir el llanto y por aquello su cabeza comenzó a dolerle, una nueva patada esta vez más fuerte que la anterior y a escasos minutos de la última. Unos cinco si sus cálculos no fallaban.

El dolor poco a poco fue disminuyendo, con trabajo logro sentarse, el cuerpo lo sentía pesado, en esa nueva posición parecía que su bebe se sentía apretado, sentía todo el vientre tenso, era extraño le faltaban por lo menos dos semanas para entrar en labor de parto.

En esos momentos, mientras acariciaba su vientre de forma circular se preguntó ¿Qué había visto Félix en ella? No era linda, no era rica, era torpe y huérfana... sus tíos le adoptaron a los dos años tras la muerte de sus padres después de un terrible accidente automovilístico. Ahora que recuerda, su historia comenzó una mañana en la estación del tren.

*****

Corría desesperada por las calles, el primer día de clases en la preparatoria y se le hacía tarde, demasiado. Entro corriendo a la estación no le había dado tiempo de guardar sus cosas, era tarde como siempre, el primer tren se había marchado.

-¡Esperen!- grito inútilmente, como si el conductor pudiese escuchar sus gritos, se detuviera y abriera nuevamente las puertas. Pero no fue así.

Sus pies se enredaron haciéndole caer, provocando que todo lo que llevaba en sus brazos se esparciera en el suelo, fue un milagro que nada callera dentro de las vías.

-Torpe, torpe, torpe, soy una torpe.- murmuraba para sí, el próximo tren tardaría por lómenos un par de minutos. Recogió sus cosas con pesar ya era un hecho que llegaría tarde el primer día de clases.

-Toma.

Escucho, una voz fría, seca que le llamaba, al alzar su rostro sus orbes zafiro se toparon con unos grises que le detuvieron la respiración y helaron la sangre... tal vez eso era lo que se podría llamar "amor a primera vista" tomo el cuaderno que le extendía con las manos temblorosas. Aquel chico se retiró dejándola sola parándose casi al extremo del andén en la espero del próximo tren.

Cuando el tren llego Bridgette, tomo lugar junto a las puertas, abrazaba su mochila con el rostro colorado sentía vergüenza ¿Por qué? Aquel chico era el típico amor pasajero, una persona que llamo su atención y lo recordaría por meces hasta que otro apareciera. Suspiro... levanto su vista el chico que le había ayudado un poco antes estaba sentado frente a ella con la mirada perdida en un libro. Dios porque le castigabas de esa manera; bajo su rostro avergonzada. Él por su parte separo la mirada de su libro enfocándola en esa extraña chica de cabello azabache, ella era... extraña a su parecer. El tren se detuvo varias estaciones más adelante cuando sus puertas se abrieron ella salió corriendo, la preparatoria estaba a un par de cuadras lejos, apenas lograría llegar a la segunda hora.

Amonestada por su profesor, fue mandada a la oficina del director, y en el camino distraída en sus pensamientos, choco contra alguien.

-Lo siento yo...- Aquellos orbes grises que le miraban de forma fría.

-Ten cuidado.- fue lo único que le escucho decir reanudando su camino... su voz profunda, misteriosa le hicieron ruborizarse ¿Qué pasaba con ella?

Los días pasaron, y sin quererlo ambos desconocidos terminaron en la misma clase, tomando el mismo tren todos los días... Bridgette conoció el nombre de ese misterioso chico por el cual todas se derretían aunque fuera por sus desplantes y arrogancias. Félix conoció el nombre de esa chica torpe que conoció en el subterráneo, la que siempre llega tarde, de linda sonrisa y miraba a amable. Meces han pasado desde que iniciaron el curso y Bridgette misteriosamente se había ausentado por varios días hasta que la encontró de nuevo.

Su rostro pálido, su sonrisa un poco apagada, sus ojos caídos, ni siquiera le había mirado y seguro que sabía él estaba en ese lugar esperando el tren. Subieron, demasiada gente y ningún asiento libre, siempre compartían los asientos uno frente al otro de forma distraída, de forma consiente.

-Bridgette...- escuchar su nombre en los labios de Félix le hizo sentir un nudo en el estómago, un frio correrle de pies a cabeza, se mordía la lengua evitando esbozar una estúpida sonrisa.

-Hola.

-¿Te encuentras bien? has faltado a clases por lo menos una semana.

-Oh si, bueno... nadie se salva de resfriarse, me ha tocado a mí, pero ya estoy mejor... g-gracias.

-Te echaba de menos.- confeso en un susurro, susurro audible para ella que le desconcertó.

Y como una broma del destino, las luces se apagaron de golpe, el tren freno, más no de golpe sino que una pequeña sacudida que provoco ella perdiera su equilibrio cayendo en los brazos del rubio de porte serio y frio. Sus miradas se encontraron se perdieron en los colores uno del otro, y en un momento sorpresivo e inesperado él le robo un beso, uno dulce y tierno que le hizo sonrojarse de pies a cabeza. Las puertas se abrieron y ella corrió, no era su estación.

Se sentía apenada, por aquello fue sorpresivo y aunque lo hubiera deseado por que no es más que una chica del montón enamorada de él... se sentía estúpida ¿jugaba con ella? ¿Por qué la beso? Su cabeza era un lio un lio.

-¡Bridgette!

El dueño de aquella voz corrió tras de ella, hasta lograr sujetarle del brazo, otra vez esos ojos profundos y fríos le miraban fijamente.

*****

Su historia había comenzado entonces aquella vez, en aquel encuentro mientras esperaban el tren. Encendió la luz a un lado de la cama para no estar sumida en la oscuridad que le incomodaba. Abrió el cajón del mueble junto a la cama encontrando un libro que no se había tocado nuevamente dese hace tiempo, un papel sobresalía de entre sus páginas.

Quiso tomarlo y ver de qué se trataba, quería distraer su mente del dolor que su bebe le provocaba, más apenas las páginas del libro comenzaron a abrirse, el dolor regreso y esta vez más fuerte que antes. El libro dio directo en el suelo, esta vez no pudo contener le gemido de dolor, como pudo se levantó sintiendo algo escurrir por sus piernas.

-¡Ah!...d-duele... ¡TÍA SABINE!

Sus tíos entraron rápidamente a su habitación apenas comenzaron a escuchar sus gritos, Bridgette apenas se sostenía gracias a la ayuda de una silla en la habitación, sus lágrimas resbalaban sin freno alguno.

Bridgette había sido internada. Había entrado en la primera etapa de labor de parto. Aquello se trataba de un embarazo adolecente y los médicos no recomendaban el parto natural, una cesárea era la mejor opción, pero ella se negaba, no lo quería.

-Félix.- chillo, deseaba que él estuviera en ese lugar, a su lado tomando su mano. Sin quererlo se había vuelto muy caprichosa, siempre demandando su presencia. Escuchar su voz.

Cuatro de la mañana, el momento había llegado, sudaba, ya no aguantaba más y aparentemente él bebe tampoco, rápidamente fue llevada a quirófano, los doctores insistían el parto natural no era lo mejor, en el peor de los casos harían la operación, y evitar poner en riesgo la vida del bebe. Bridgette tiene un miedo extremos a las agujas, cuando le aplicaron al epidural lloro tanto como una niña pequeña podría hacerlo al recibir su primera vacuna.

-Félix...-chillo nuevamente. La enfermera a su lado limpiaba el sudor de su frente mientras ella pujaba, no podía, no podía dar a luz a su bebe, lágrimas de impotencia salían por sus ojos, mordía sus labios.

-Preparen todo para la cesárea.- ordeno el médico, las enfermeras se movieron rápidamente.

-¡N-no! N-no quiero...no...

-Señorita usted no puede...

-Ella puede.- una voz firme se dejó escuchar, su dueño le tomo delicadamente la mano de Bridgette, y ella le miro entre molesta y alegre.- vamos Brid puedes hacerlo.

-Félix, te odio...-m-me dejaste... sola.

-Después me lo reprochas ahora concéntrate falta poco para conocer a nuestro hijo.

Aferrándose de su mano comenzó a pujar nuevamente, no estaba sola, ya no, el amor de su vida estaba ahí a su lado... los minutos parecían eternos, largas horas que no tenían un fin. El medico tenía miedo de que Bridgette se desmayara a la mitad del parto, pues entonces la cesárea ya no sería una opción, después de lo que parecía ser una larga lucha la cabeza del pequeño había salido, lo demás sería más fácil.

-Una última vez.- ordeno el médico.

-Bridgette tu puedes, una vez más.- le alentó, su rostro pálido era una señal de que ya no soportaba ya no aguantaba. Ella tomo una gran bocanada de aire apretó sus dientes hasta hacerlos rechinar y se aferró a la mano de Félix como si su vida dependiera de ello.

Él se sorprendió del a fuerza de la azabache, en ese último momento, soltó su mano dejándose caer en la camilla, el silencio de la sala pronto fue roto por el llanto infantil, ese llanto que provoco lagrimas escaparan de sus ojos, quedando atónito. Bridgette jadeaba intentando recuperar el aliento, las enfermeras atendieron a Bridgette y a su hijo recién nacido, todo fue de golpe tanto que lo desconcertó.

-Felicidades... fue una niña.- el doctor palmeo el hombro del nuevo padre entregándole un par de tijeras quirúrgicas, mientras una enfermera se acercaba a él con su hija en brazos.

Corto el cordón umbilical y después la pequeña fue colocada sobre el pecho de su madre quien se mantenía despierta a duras penas, observo a su bebe, una mueca en el rostro de la pequeña apareció en sus pequeños labios algo similar a una sonrisa al sentir el calor de su madre. La voz de Félix se desvanecía y su vista se tornaba oscura. Hasta sumirse en el negro profundo.

Cinco de la mañana en punto. 26 de Agosto.

Gabriel miraba a los recién nacidos al otro lado del cristal, si hasta hace unos meces atrás él había estado parado en ese mismo lugar observando a su hijo un rato después de nacer, el ver a una criatura de la que desconocía hasta hace unas horas no sabía cómo manejarlo. La noticia había sido impactante.

Al fondo de aquella habitación se abrió una puerta por donde primeramente paso una enfermera y tras de ella Félix, la mujer se detuvo en la tercera hilera justo al centro para sostener al pequeño para posteriormente colocar al bebe en los brazos de su hijo.

*****

Era su turno de atender al pequeño Adrien de dos meces, sus llantos retumbaban casi por toda la mansión, desde que cumplió el segundo mes, el pequeño Adrien se despertaba a mitad de la noche, sus padres le atendían, cambiaban y su madre le alimentaba más eso no bastaba para que el pequeño regresara a dormir sino que alguno de sus padres debía pasearse por toda la casa como alma en pena meciendo al niño entre sus brazos para que se durmiera.

Félix bajo corriendo las escaleras mientras se vestía en el proceso, Gabriel le miro alterado, eran las dos y media de la mañana y para que a esa hora estuviese despierto era muy raro.

-Félix.- le llamo, el nombrado se dio media vuelta abotonándose la camisa.- ¿Adónde crees que vas?

-Es una emergencia, tengo que salir.- respondió terminando de acomodarse ahora el pantalón.

-Es de madrugaba ¿Qué es eso tan importante? Mañana mismo presentas le examen profesional regresa a tu habitación.- le ordeno, el rubio no tenía tiempo para discutir con él tomo las primeras llaves del primer auto que encontró no pretendía obedecer aquella orden.

-Lo siento padre, es una emergencia, Bridgette me necesita a su lado ahora mismo.

-Si no me das una explicación razonable ahora mismo, no pasaras más lejos de esa puerta y sabes que lo cumpliré.

Félix suspiro ya no tenía más caso ocultar las cosas tarde o temprano la verdad se sabría, Gabriel le odiaría por no decirle la verdad, es más le odiaría más que cuando le pedio levantar una demanda para cambiarse el apellido Agreste a Isabey el apellido de su madre biológica.

-Bridgette está en el hospital.- comenzó a hablar.- sus tíos me han llamado, su parto se adelantó a dos semanas.

-¿Qué dices?

-Planeaba decírtelo, pero no ahora no era el momento menos cuando tú y Paulette están tan ocupados cuidando de su primer hijo... el asunto es... mi hijo y Adrien no se llevan más que un par de meces, lamento si te eh decepcionado por no decirlo y el que creas que soy un malagradecido cuando te pedí me quitaras tu apellido, solo no quería meterte en problemas.

Gabriel no podía procesar la información del todo bien, hasta donde logro comprender esa chiquilla que su hijo catalogaba como insoportable e infantil estaba ahora mismo en el hospital trayendo al mundo la hijo de su hijo, en cierto modo eso explicaba su ausencia en la mansión y el por qué Félix pasaba semanas sin regresar.

-Tienes mucho que explicar.- dijo serio y frio. En su interior Félix intentaba no estallar en risas, aquellas palabras en ese tono mientras sostenía aun bebe no le quedaban.- enciende el auto en cinco minutos bajare iré contigo.

Apenas llegaron al hospital, Gabriel le sostuvo del brazo tal cual lo aria con un niño pequeño impaciente por ver la cosa más maravillosa del mundo, llegaron hasta donde los tíos de Bridgette aguardaban por noticias, con impaciencia Félix ordeno el querer entrar y estar al lado de la azabache.

*****

Félix observaba con infinita ternura a su bebe y para Gabriel por sorprendente que fuera era la segunda vez que le veía sonreírle a alguien que no fuera Adrien y de cierto modo muchas cosas ahora cobraban sentido para él. Como claro ejemplo aprender a cambiarle los pañales a un recién nacido usando a su hermano como "muñeco de prueba" el rubio se acercó hasta el cristal para que su padre observara mejor a la bebita, caballera azabache, mejillas sonrosadas de forma natural... toda ella era idéntica a su madre, pero había algo, algo que no podía descifrar que le confirmaba era de Félix, de cierto modo le recordaba cuando él había nacido, igual de pequeño, igual de frágil, una criatura que necesitaba de amor y protección demandante al mismo tiempo.

Para cuando Bridgette abrió sus ojos, ya estaba de regreso en su habitación ya no sentía los movimientos de su bebe dentro de ella, y recordó que no hace mucho le había dado a luz, miro a su lado en la cama un cunero vacío, un suave arrullo atrajo su atención, cerca de la puerta se encontraba un sofá y sentado en el con su bebe en brazos se encontraba Félix, quien pronto se percató de que Bridgette había despertado. Se levantó acercándole a su bebe, al sentirse en otros brazos la pequeña entre abrió sus ojitos mirando a su madre para después cerrarlo y acurrucarse más contra su pecho, buscando el calor que su madre le brindaba.

-Es tan pequeña.- dijo con la voz ronca, el esfuerzo durante el parto le había lastimado la garganta.- esta cosita me torturo por mucho rato.

-No hables.- le pidió abrazándola mientras se sentaba a su lado.- el doctor ha dicho que es una niña muy saludable y la más linda que ha visto.

-Una princesa...- la bebe saco su bracito de la manta rosa que le cubría, Bridgette quiso cubrirla nuevamente notando que la pulsera de identificación se marcaba como "Isabey" - ¿Qué nombre le pondremos?

Félix le miro acariciando tiernamente la cabecita de la bebe... en un principio había elegido que en caso de ser una niña llevaría el nombre de su madre "Mari Anne" pero entonces se le había ocurrido algo mucho mejor.

-Marinette.- respondió.- el nombre perfecto para nuestra princesa.

Notas finales:

Lloraron? No? Si? Lloremos todos juntos QwQ les apuesto a que muchos pensaron que Félix seguía muerto al principio de la historia xD...y bueno como lo dije al principio del capítulo esto no afecta en nada la trama de la historia, e demasiado independiente, un futuro de lo que habría sido de Bridgette si Félix no hubiera muerto esa noche.

La reacción de Gabriel no era la que muchos esperaban para la historia normal xD esa la tengo reservada como una sorpresa para cuando se entere de la verdad muajajaja

Espero les gustara este especial Feligette

Dudas, preguntas, aclaraciones lo que sea todo es bienvenido.

Hasta la próxima actualización :D

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