Casa NO en venta (completa✔)

By BiancaMond

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Ella vive y trabaja en la casa que le heredaron sus padres. Él quiere hacer ahí un centro comercial. ¿Quién d... More

Sinopsis
La propuesta
El "Sr." Welles
Nuestro almuerzo de negocios
Esa clase de chico
¡No voy a vender!
Mucho más de lo que yo creía
Al menos seamos amigos
La invitación
La quinta del Tío Jack
El brindis de la cena
La cita de Ethan
¿Quién será el perdedor este año?
Pequeña dulce victoria
Touché
No todo está bien
Conociendo a Norman Welles
El fiasco de la cena
Visitas inesperadas
Si lo que quieres es dinero...
La casa de Ethan
Eso que no nos dijimos
La noche de pizzas
Pizzas y problemas
Bajo la máscara de Norman
Un viejo... ¿amigo?
Su número de celular
Un beso y una declaración frustrada
El alfil del rey
Una invitación con mi nombre
Sin el pan y sin la torta
"Pierde la pelea y pierdes a la chica..."
Él sólo quiere tu casa
Confía en mí
Lo único que quiero son bebés
¿Qué sientes por mí?
Lo más importante
Cindy Preston
Es ella
Un juego que no quiero jugar
El que no arriesga, no gana
¿Qué has hecho, Oliver?
Algo que me llene el alma
Mi acompañante en el casamiento
La razón por la que se fue
Ganar o perder
El secreto de Amelia
Crecer
El regalo perfecto (Capítulo Especial-E. Welles)
Epílogo

El cumpleaños de Jacob

129K 10.2K 2.4K
By BiancaMond

Ya había estado muchas veces antes en la casa de Jacob. Una construcción de dos plantas en la parte de adelante y un pequeño patio detrás, con una pileta al costado. En el fondo un quincho rodeado de vidrio, lo llamábamos la pecera, pues solíamos reunirnos allí a pasar el rato con Curi y los chicos. Trisha los había apodado "los chicos", decía que eran demasiado infantiles porque se pasaban jugando videojuegos. Pero yo estaba acostumbrada a ese grupo, ya que habían sido mis compañeros en el colegio.

Sin embargo, se sentía algo diferente ver el patio lleno de gente tomando y hablando. Jacob se acercó y nos saludó alegre. No eran ni las diez de la noche y ya se notaban en él los efectos del alcohol.

—Eso es lo que pasa cuando le das de tomar a un niño —exclamó Trisha al verlo llegar. Pero él parecía estar pasando un buen rato, se sujetó del hombro de Curi y nos dio sonoros besos a nosotras.

—Bienvenidads a mi huemilde cumpredaños —trató de expresar, haciendo una especie de reverencia que casi lo llevó al suelo. Por suerte Curi pudo reaccionar lo suficientemente rápido como para sostenerlo.

Ambos se alejaron como pudieron hasta donde estaban los otros chicos, mientras Trisha y yo buscamos un asiento vacío y nos acomodamos.

Mis ojos recorrieron el panorama, pero los de Trish se posaron directamente en mí.

—Entonces... ¿A qué hora viene? —preguntó pícara.

—¿Quién? —consulté, evadiendo su mirada y tratando de fingir que no sabía a qué se refería.

—Si no sabes de quién estoy hablando, entonces ¿por qué tus ojos brillan de una manera diferente? —no necesitaba mirarla para saber que sonreía de costado y tenía las cejas levantadas.

No podía ocultarle nada. Con el correr de los años Trisha se había vuelto algo muy parecido a una hermana mayor para mí. A pesar de que no tuve ninguna, estoy segura de que debe sentirse así. De hecho, nunca antes le había ocultado nada respecto a ningún chico. Sin embargo, con Ethan lo sentía diferente, no quería confesarle nada hasta estar segura de que hubiera algo tanto de mi parte como de la de él. Pero en este momento no tenía sentido seguir pretendiendo no saber de quién hablaba, así que tuve que ceder.

—No vendrá. Con lo rara que ha sido esta semana no me he ocupado de ir a verlo —me encogí de hombros— y él tampoco pasó por la tienda en estos días —como no nos habíamos visto, no había tenido oportunidad de decirle a Ethan cómo llegar a la casa de Jacob.

Ella quedó en silencio por unos segundos, como si no supiera si era una buena idea continuar con esa conversación. Iba a decir algo cuando mi reacción la hizo callar de golpe. Mis ojos habían captado una escena que me llevó a ponerme de pie de un salto. Curi estaba en el fondo, teniendo una acalorada conversación con Axel, un amigo de Jacob. Curi nunca se había llevado bien con él y el hecho de que estuvieran discutiendo me hizo pensar que podría terminar ocurriendo algo peor. Axel era tres años mayor que Curi y, por ende, más alto y musculoso (de hecho, Curi no era nada musculoso. Difícil serlo si te pasas la mitad del día frente al computador y la otra mitad detrás de una cámara de fotos), por lo que evitar un enfrentamiento sería lo más sensato.

—Debemos sacarlo de ahí —le dije a Trisha, pero ella se quedó en donde estaba, algo nerviosa. Axel había sido su novio un tiempo atrás y no habían terminado precisamente en buenos términos, por lo que evitaba estar cerca de él mientras pudiera.

Bufé y me dirigí hasta donde estaban, sin que ella me siguiera.

—Curi, ¿vienes un momento? —pregunté, logrando que los dos fijaran sus ojos en mí e interrumpieran su discusión. Curi estaba visiblemente molesto.

—Hola, Jacqueline —me saludó Axel con falsa alegría.

—Hola —contesté cortante. Ese idiota le había sido infiel a mi mejor amiga, no tenía ningún motivo para ser amable con él. Tomé a Curi del brazo y lo aparté a un lado.

—Salvado por la campana, Rogers —le gritó Axel cuando nos alejábamos.

—Ignóralo —le pedí. Nos ubicamos al costado de la piscina y lo miré a los ojos, severa. —¿Qué pasó?

Él metió las manos en los bolsillos, algo incómodo.

—Dijo algunas cosas que me molestaron...

— ¿Sobre qué?

No sé si fue el reflejo de la luz que venía de abajo del agua y se proyectaba en nosotros causando un efecto extraño en nuestros rostros, pero me dio la impresión de verlo sonrojarse. —Sobre Trisha... —contestó tímidamente.

No pude evitar esbozar una sonrisa. Me daba mucha ternura la manera en que Curi nos protegía siempre, a pesar de que su carácter no era para nada el de un caballero con armadura.

—No seas tonto —le dije. —A Trisha le importa poco o nada lo que pueda pensar Axel, si es que en verdad tiene cerebro para pensar en algo —rodé los ojos.

Él rio y volvimos a incorporarnos a la fiesta. Curi fue a asegurarse de que Jacob comiera algo antes de seguir tomando, ya que ahora estaba tratando de subirse a una mesa a cantar con una botella como micrófono. Y yo me quedé en un pequeño grupo de ex—compañeras que me atajaron y comenzaron a interrogarme sobre mi vida.

—¡Oh, por Dios! —Exclamó una de ellas al cabo de media hora de anécdotas— No volteen, pero... ¡Está entrando el chico más lindo que vi en mi vida!

Quienes estaban en su línea de visión comenzaron a sonreír y cuchichear, y las que estaban a mi lado se morían por voltear y mirarlo.

—¡Va a pasar por aquí! —profirió una de ellas y las otras le hicieron señas de que no hable tan fuerte.

—Esperen, se detuvo a saludar a una chica —narró otra en voz baja, decepcionada.

—¿Cómo es? —preguntó la que estaba a mi lado, ya que no podía verlo, al igual que yo.

—Es alto, guapo y muy bien vestido, rubio. Parece modelo de Calvin Klein.

Todas soltaron risitas tontas, pero yo empecé a ponerme un poco nerviosa. Esa descripción encajaba perfectamente.

—¡Está viniendo hacia aquí!

Contuve la respiración por un momento hasta que una mano se posó delicadamente sobre mi hombro.

—Hola Jackie —me susurró cerca del oído. Lo miré bastante sorprendida.

—¿Ethan? ¿Qué haces aquí?

Él sonrió al notar mi reacción.

—Hola chicas, lamento tener que llevarme a Jackie. Espero que no se molesten —les lanzó un guiño seductor.

—Lo que quieras —exclamaron ellas al unísono y suspiraron.

Opté por apartarme con Ethan, si me quedaba un segundo más allí me ahogaría en el mar de baba.

—¿Cómo supiste en dónde era el cumpleaños? —lo interrogué cuando estábamos llegando hacia la entrada, donde se encontraba Trisha.

—Tengo mis maneras —se lució, engreído.

—Sí, claro —le di un golpecito con el codo. —Apuesto a que fue Trish quien te lo dijo.

Él rio y levantó las manos fingiendo inocencia.

En realidad, se veía bien. No en vano las chicas habían enloquecido y ahora me miraban como si fueran a arrojarme un puñal en cualquier momento.

Llevaba puestos unos jeans oscuros, una remera blanca con diseño en negro y encima un blazer informal de color gris claro, remangado hasta los codos, que le daba un estilo interesante.

Trisha no disimuló la risa al ver mi cara de reproche, y me hizo reír a mí también.

—Eres una mentirosa —le dije.

—Fue a verte ayer cuando no estabas, entonces me preguntó en dónde era la fiesta y se lo tuve que decir —se defendió entre risas. —No pensé que te sorprendería tanto verlo aquí.

—El problema es, —le explicó Ethan, enlazando sus dedos con los míos— que no quiere cumplir con su parte del trato. —Levantó su mano, mostrándole claramente a Trisha nuestra unión. Los ojos de mi amiga se abrieron como platos y podría jurar que me sonrojé. Ahora sí vendrá alguna de las otras chicas a golpearme, estoy segura.

—Oh, vaya, esto está avanzando mejor de lo que yo esperaba —se llevó la mano al mentón, observando nuestros dedos entrelazados.

—Es sólo una estúpida apuesta, o algo así —me apuré en contestar.

—No es cierto, estamos comprometidos —contestó él, atrayéndome más hacia sí. Lo hacía apropósito para fastidiarme. Trisha tan sólo reía.

Entonces una mano proveniente de atrás pasó entre nosotros separándonos como una sierra.

—Nadie le pone una mano encima a Jackie sin mi aprobación —lo reprochó Curi.

Ethan lo miró desconcertado.

—¿Y quién eres tú?

—Soy su hermano, Kurt.

Los ojos de Ethan se abrieron de par en par mientras Trisha y yo reíamos por lo bajo. Curi siempre decía que era mi hermano gemelo, aunque no nos pareciéramos en absolutamente nada. Creía que era la mejor manera de protegerme y alejar a los chicos de mí.

—Oh, lo siento mucho Kurt —exclamó Ethan con rapidez, ofreciéndole su mano en son de paz. —No sabía que Jackie tuviera un hermano.

Curi le estrechó la mano procurando parecer serio, pero Trisha los interrumpió.

—¡Oh, vamos! Es nuestro amigo, Curi, ya has oído hablar de él —expuso. —Y él es Ethan, así que no lo hagas huir —reprochó esta vez a Curi con la mirada.

—¡Ethan! Es bueno conocerte al fin, —le dijo—. He oído muuucho sobre ti.

Sentí el calor en mis mejillas mientras Ethan me lanzó una mirada pícara.

—¿Mucho? —preguntó mirándome de reojo y con la sonrisa dibujada en su rostro.

—Bueno, es mi mejor amigo y está al tanto de la situación de la casa —me excusé.

—De la casa sí, pero no de sus manos entrelazadas —reprochó Curi cruzándose de brazos y fingiendo celos.

—Es que hicimos un trato, él aceptó hacer algo que no quería, entonces yo tuve que aceptar que tome mis manos —rodé los ojos.

—Un trato bastante injusto, desde mi punto de vista —se quejó Ethan—. Yo tuve que aceptar algo que no quería hacer, mientras que a ella esto le agrada, aunque no quiera aceptarlo —tomó de nuevo mi mano entre la suya mientras Trisha reía en voz baja.

Curi hizo una mueca e inclinó la cabeza.

—Hay alguien a quien le gustará incluso menos que a mí esta escena. Y lo vi llegar hace un momento —dijo.

—No me digas que en realidad tiene un hermano —contestó Ethan, con fingido terror.

—Peor que eso... un interesado.

—Yo diría un "ex novio" —habló Trisha.

Ethan me miró sorprendido.

—Ninguna de las dos cosas —me defendí—. En realidad, no somos nada.

—Tal vez es así para ti, pero él le preguntó a Jacob si vendrías hoy... —aclaró Curi levantando y bajando las cejas de seguido.

Ethan no dijo nada más hasta que nos sentamos alrededor de una de las mesas. Trisha y Curi se fueron a traer bebidas y Trevor me saludó de paso, pues acababa de entrar.

—¿Es él? —Me preguntó Ethan— ¿Él es quien dijeron que era tu novio?

—No, él es Trevor, otro de los amigos de Curi —comenté—. Ellos hablaban de Benjamín. Pero en realidad no fue mi novio, sólo salimos hace un tiempo.

Asintió, pensativo. —Y... ¿quién es Benjamín?

—Benjamín es el mejor amigo de Axel, el novio anterior de Trisha. ¿Ves a aquellos dos que están fumando al costado? El que es más alto y tiene cabello negro es Axel. Benja es el otro, el de cabello castaño.

Él miró hacia ambos y frunció el ceño.

—¿Y qué les gustaba de aquellos dos?

—Bueno, nunca supe realmente qué le vio mi amiga a ese tipo. Es egocéntrico, bastante machista y totalmente desagradable —crucé mis brazos—. Sin embargo, el tiempo en que ellos dos salieron juntos, Benja y yo comenzamos a vernos más a menudo. En esa época se me hacía insoportable lidiar con Axel casi todos los días, por lo que tener a Benjamín ahí me ayudó a soportar más su constante presencia en mi vida.

—¿Y qué hay de Kurt?

—Curi se había alejado por completo de esa pareja, ya que Axel y él se llevaban de lo peor y no soportaba ver a Trisha con alguien como él, decía que ella merecía a alguien mucho mejor. Y tenía razón, pero Trisha lo había elegido, así que no me quedaba otra opción más que intentar con todas mis fuerzas llevarme bien con él.

Él juntó sus manos y apoyó los codos sobre las rodillas. —Entonces Benjamín y tú comenzaron a salir también... ¿no?

Me encogí de hombros.

—Nos llevábamos bastante bien y teníamos algunas cosas en común. Un tiempo después empezamos a ir juntos al cine o a pasear los dos solos. En realidad, no llegó a ser mi novio y tan sólo nos besamos una vez, porque para ese entonces la relación de Trisha y Axel ya se estaba haciendo pedazos. Peleaban a menudo, terminaron y volvieron unas cuantas veces, hasta que Trisha decidió dejarlo definitivamente—. Preferí omitir la parte en que ella descubrió que él le había estado siendo infiel, pues no quería exponer algo tan íntimo de mi amiga.

—Entonces, ¿qué pasó con ustedes dos? —Él me miraba atentamente, como si no quisiera perderse de ningún detalle de mi relato.

—Mi relación con Benjamín se vio afectada por la ruptura de ellos —expliqué. —Él seguía diciendo que la culpa había sido de mi amiga y yo no podía ver a su mejor amigo ni oír hablar de él. Comenzamos a distanciarnos un poco y... —tragué saliva, me costó hablar de lo que seguía, pero me armé de valor porque se trataba de Ethan— fue en esa época en que sucedió el accidente de mis padres y mi mundo se vino abajo.

Llevé la vista a otro lado, no quería que él notara el dolor en mis ojos.

—Me hubiera gustado tener en ese momento a alguien que pudiera ayudar a sostenerme. Tenía a Curi y Trisha pero, ya sabes, me refiero a una pareja que estuviera conmigo en esos momentos. Pero Benjamín no fue esa persona para mí. Ni siquiera fue a visitarme y más adelante supe que sí se había enterado de lo que pasó —forcé una sonrisa tímida—. No volvimos a hablar después de eso.

Ethan le dio una caricia a la parte baja de mi rostro y entretejió sus dedos con los míos, pero no para molestarme como lo había hecho antes, sino mirándome a los ojos profundamente.

—Me hubiera gustado conocerte unos meses antes —susurró con dulzura, sacándome una sonrisa verdadera.

Mis amigos depositaron las bebidas sobre la mesa y se sentaron para conversar sobre temas triviales.

Fuimos a la pista más tarde, en realidad Curi y yo no éramos muy amantes del baile, por lo que nos pusimos en pareja y platicábamos entre la gente más que otra cosa. A nuestro costado, Trisha e Ethan bailaban como si fueran los participantes de algún show de talentos. No sabía que Ethan podía bailar tan bien, pero Trisha siempre se llevaba todas las miradas cuando pisaba la pista de baile. Hacían tan linda pareja que se me retorció algo dentro. Mis ex compañeras los miraban con recelo y cuchicheaban. Pero otros trataban de seguirles el ritmo y disfrutar de la música.

Jacob ya estaba del todo ebrio para ese momento y, tratando de imitar uno de los pasos de Ethan, se fue al suelo causando que todos nos riéramos a carcajadas. Curi fue a ayudar a Trevor a levantarlo del piso y yo sentí una mano que tocó insistentemente mi hombro derecho. Me volteé para ver a Benjamín detrás de mí, quien me saludó con dos besos.

—Hola Jacque, ¿cómo va todo?

Nunca me había agradado del todo que me llamara "Jacque", porque sonaba seco y crudo.

—Hola Benja —llevé un mechón de cabello detrás de mi oreja. Me puso algo nerviosa volver a hablar con él después de más de medio año.

—No te gusta bailar, ¿nos sentamos? —preguntó acomodando su mano en mi cintura para guiarme afuera de la pista. Aunque no me guste aceptarlo, él me conocía tan bien como para saber que el baile y yo no éramos mejores amigos.

Curi seguía del otro lado con los muchachos, así que acepté y lo acompañé hasta una de las mesas. Nos sentamos uno al lado del otro. Ya tenía los pies algo cansados, así que me vino bien.

Benjamín lucía exactamente como hace siete meses atrás. Es verdad que es muy poco tiempo para que una persona cambie, pero para mí se sentía como una eternidad porque en mi vida hubo un antes y un después de ese día en que perdí a mis padres para siempre. Muchas cosas habían cambiado, y la presencia de Benjamín había sido una de ellas. Pero ahora estaba él aquí, mirándome como si nada hubiera pasado, como si no hubiera desaparecido en el peor momento de mi vida.

No podría decir que sintiera algo por él ahora. No lo hago desde hace meses, aunque sí me había gustado en ese tiempo y su presencia ahora se sentía como algo difícil de digerir.

—Te ves bien —dijo, haciendo que fije mi mirada en la suya.

Esbocé una pequeña sonrisa. Tal vez esperé alguna explicación o disculpa de su parte. Pero en lugar de eso, él inició un extenso monólogo sobre lo bien que le estaba yendo últimamente en el trabajo, que había sido ascendido y gozaba de una nueva oficina.

Comencé a dejar de prestarle atención unos minutos después, cuando vi a Ethan bailando con una chica que no era Trisha. Era una de mis ex compañeras y se veía realmente encantada de estar con él. Visualicé a Trisha unos metros más al costado, atacando la mesa de los postres. Debí suponer que, si algo le parecía una mejor idea que bailar, sería comer. Curi seguía hablando y riendo con los chicos. Es seguro que no me había visto con Benjamín, porque de haberlo hecho ya estaría aquí inventando una excusa para llevarme lejos. No se llevaba particularmente mal con Benjamín como se llevaba con Axel, pero no por eso éste le caía bien.

—Entonces el que estaba contigo, ¿es tu novio? —me preguntó, haciendo que su voz vuelva a sonar en mis oídos. —Vi que te estaba tomando de la mano hace rato.

—No lo es...

—¿O sea que puedo volver a invitarte a salir? —me sobresalté al escuchar su insinuación.

Afortunadamente no tuve que responder, porque Trisha me llamó desde donde estaba y me hizo señas de que fuera junto a ella.

—Lo siento —le dije a Benjamín y me dirigí a donde ella estaba.

Trisha me miró como decepcionada de verme hablando con alguien como él, hizo una mueca al costado cuando llegué junto a ella.

—Te estás perdiendo de este postre de chocolate por estar con ese tonto —me reprochó, pasándome un platito con un pedazo de torta chocolatosa.

—Hablando de tonto... —señalé con la cabeza a Ethan, quien bailaba bastante pegado a mi ex compañera.

—Oh, no —lo defendió ella con el labio lleno de dulce— no dejaré que culpes a Ethan de esto. Él sólo me hablaba de bailar contigo, pero tú lo dejaste por Curi en un principio y luego te fuiste tras Benjamín.

Reí al notar la molestia en su voz.

—Pero Curi y yo solamente somos amigos y él lo sabe.

—Sí, pero deberías haber visto su cara cuando te vio alejarte con Benjamín.

Volví a reír y ella me fulminó con la mirada. Le señalé el chocolate derretido que se colaba por la comisura de sus labios y ella se lo limpió con la lengua.

—Vamos, Trish. En realidad, me estás echando la culpa a mí, cuando el que está con una mano en la cintura de otra chica es él.

—Pero él está en esta fiesta por ti, y tú te alejaste para hablar con el idiota de tu ex novio. Tampoco es justo que le hagas eso —me señaló con su cuchara llena de crema.

—Está bien, tienes razón —admití. Aunque verlo bailando con otra chica había hecho que me molestara bastante.

—En verdad me gusta mucho para ti, creo que es el chico que mereces —se sinceró.

Nunca había visto a Trisha motivarme de esa manera a estar con alguien. Ella siempre había tenido dudas con respecto a los chicos que me llegaron a gustar y generalmente acertaba en sus suposiciones.

—Ya es hora de ir a casa. Voy a despedirme —le dije cortando la conversación. No quería hablar sobre Ethan, ni sobre la casa, ni sobre Benjamín. Empezaba a sentirme muy insegura con respecto a estos temas y eso me puso de mal humor. Me caracterizaba por ser alguien que siempre sabía qué quería, pero ahora sentí que me envolvía la duda.

—Yo volveré con Curi, que aún está divirtiéndose en grande y no querrá ir hasta que la fiesta termine. Además, esa será una buena excusa para que vayas con Ethan a solas —me guiñó el ojo.

Rodé los ojos, me despedí de ella y de los chicos y me acerqué hasta donde estaba Ethan, quien ahora bailaba con otra de mis compañeras. Aparentemente se había formado una especie de fila, bastante disimulada, de chicas que esperaban bailar con él.

—Ethan, me voy a casa —le dije tocando su hombro. —Nos vemos.

—Jackie, espera.

Se despidió de la chica y me siguió afuera de la pista.

— ¿Qué hay de Trisha y Kurt? ¿Se van contigo?

—No, ellos se quedan hasta más tarde.

—Entonces, ¿te llevará Benjamín? —los músculos de su rostro se tensaron.

—No, voy a ir en taxi. Es que ya estoy cansada y no quiero esperar a volver con Curi.

—Vamos, yo te llevo.

No dijo más, sacó las llaves de su auto y me llevó a casa.

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