EL OSCURO CORAZÓN DE ADAM

Por iza9087

231K 12.1K 860

¿Qué harías si, de repente, el hombre que crees detestar, y que es tu jefe, te propone un juego carnal lleno... Más

Prologo
capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capítulo 31
capítulo 32
capítulo 33
capítulo 34
capítulo 35
capítulo 36
capítulo 37
capitulo 38
capitulo 39

capitulo 23

5.6K 286 6
Por iza9087

Caminaba bastante raro, lo sabia por la forma en cómo las personas me miraban. Pero bueno, los invito a caminar mientras un puto vibrador esta funcionando en su interior, de seguro que caminarán igualmente de extraño.

Entrando en el ascensor me encontré con Sofía y Stiven, ambos parecían discutir algo. Por la postura de Sofía era ella la que regañada a Stiven y no al contrario.

-¿Pasa algo?- pregunto con la voz ronca.

Ambos me miraron, y como las demás personas, notaron que estaba más roja de lo normal.

-¿Tienes fiebre?- pregunta Sofía acercándose y poniendome una mano en mi frente.

-Tengo demasiado calor-digo conteniendo esas olas de placer que despertaron cuando Adam puso a funcionar ese aparato.

-El aire acondicionado se mantiene prendido las veinticuatro horas del día- explica Stiven- ¿Cómo carajos vas a tener calor?

Le miró irritada, no era que quiciera argumentar al respecto. Viéndolos a ambos algo intrigados, saque mi tarjeta y la introduzco en el panel de confirmación, oprimo el botón presidencial.

Si iba al comedor con todos los demás, seria mi muerte. Evadir a Sofía y Stiven que no eran tan fastidiosos cómo Samuel, fue fácil. No imaginaba explicarle algo al preguntón de Anthony, ni mucho menos toparme con Carlos.

-¿No iras a almorzar?- Sofía pregunta algo preocupada.

-No me siento del todo bien-miento, al parecer de ahora en adelante mentir se convertiría en un juego de niños- pero vamos, evadieron mi pregunta.

Ambos se miran confundidos, pero luego fue Stiven el que cayó en cuenta.

-Sofía no quiere que asista a una reunión- me explica.

Levanto una ceja, desde cuando Sofía podía decidir que hacía Stiven.

-El Sr McLean tiene que asistir a su cena de aniversario- por su voz sabia que no le gustaba para nada, ya que su linda voz mimada paso a ser algo normal- ya ha faltado a muchas de sus celebraciones, y siempre....

-Creo que eso es algo personal de Stiven- Sofía me dedica una mirada dura, vean ahí a la pequeña mostrar sus garras.

Al parecer, Sofía le gustaba demasiado Stiven, más de lo que yo había pensado.

-Creo que como su secretaria debo hacer que el SR McLean llegue a todas sus citas sin excepción- se defiende tanto a ella como a Stiven.

-Sofía...- dice algo frustrado Stiven- Miz que piensas tu, ¿debo o no debo ir?

Lo miré, el ascensor hace rato que los había dejado fuera del comedor, pero ellos igualmente no se veían preocupados. Pero estando con ellos, descubrí que podía mantener el control, si no le prestaba mucha atención a esa cosa.

-Es tu elección, si quieres ir a tu cita, anda con ella. Pero si crees que es más importante la reunión, asiste a ella- sabia que Stiven tenia muchos problemas con Adam por no asistir a reuniones.

No era que lo hubiera visto, pero si que lo había escuchado en los pasillos, al parecer el tenia una novia algo joven para él, ella aun estudiaba en la universidad y él era un hombre ocupado, algo que complicaba las cosas; Stiven tenia demasiadas responsabilidades y su novia era como tener una media de otro color en tus zapatos.

-Debería ir a su cita, ya tiene suficientes problemas con ella- puntualiza Sofía.

-Y demasiados con el SR Mkcloud- puntualizó yo.

Sofía me mira algo sorprendida de que supiera ese pequeño detalle.

-La gente es demasiado chismosa por acá, Sofía, no te preocupes- le aconseja Stiven, su voz le hizo demostrarse algo enojado por el tema.

-Espero que sepas que su novia no es tan joven como dicen ser- aclara Sofía- se llevan tres años, ¿entiendes?

Quise asentir, pero una ola mucha más grande llego como una bomba. El ritmo de esa cosa había cambiado, ahora era más fuerte. Se movía mucho más arriba y bajaba con una presión inimaginable, era como tener unos malditos dedos en mi interior.

Cuando se abrió el ascensor en mi piso, salí casi corriendo al baño. No me despedí ni dije una palabra más, dejaría a la suerte lo que pensarán de mí, en su imaginación.

Cuando entre al baño solté un gemido, Dios me lo estaba aguantando desde hace rato. Me mire en el gran espejo, estaba bastante roja, ni el rubor podía ocultar el rojo de mis mejillas o el polvo esconder el rojo de mi cuello.

Mire a todos lados, podía correrme ahí mismo. Habían pasado una puta hora y yo con esa mierda ahí, no podía aguantar más. Así que me di la vuelta y abrí mis piernas, dejando que la cosa tuviera más espacio para hacer su trabajo.

Iba a dejar que me inundará el órgasmo, pero las palabras de Adam llegaron a mí, quitandome las ganas, si me corría, iba claramente a resaltar cuan fácil era, y yo no lo iba a permitir.

Cerré otra vez mis piernas y me deje caer al suelo, iba a morir con esa cosa dentro. Era fantástica y perfecta la penetracion que hacía ese simple aparato, y yo no podía disfrutar completamente de ello.

Me quedé ahí hasta que mi celular sonó, indicando que tenia que volver a esa sala de conferencias.

4pm

Estaba sudando, claramente lo hacía. Tenia el pañuelo que me dio el hombre de al lado, ya listo para escurrir. Mi cuerpo estaba al límite, lo sabia.

Pero al parecer Adam no tenia planeado terminar con esto lo antes posible. Al contrario, se la pasaba cambian la velocidad del aparato como si fuera un juguete, y yo no estuviera a punto de perder la conciencia por su tonto juego.

Trabajaba algo lento, pero no era de menospreciar lo poco que lograba hacer. Gracias al cielo la pareja de recién casados, era la última reunión que había en el día. Por primera vez, no veía la hora de que Adam los echará a volar, pero su compañía le estaba interesado a Adam, y esto se debía a que las preguntas que les hizo las respondieron muy profesionalmente.

Al final la reunión con la pareja duro más que las anteriores, y fueron los únicos en el día que las empresas Mkcloud les dio apoyo para su capital, por supuesto, dejaron un porcentaje de ventas muy establecidas; sino cumplían esto, el capital dado seria quitado sin más.

-Muchas gracias- dice la mujer muy profesionalmente, despidiéndose de todos.

Adam escucho los aportes de todos sobre el desarrollo de toda la jornada. Al terminar, Adam dio un discurso muy bien elaborado, incluyendo hasta el menor detalle y dejando a todos callados.

Recogí todas las carpetas y las coloque en la mesa al lado de mi Mac, tenia que organizar toda la información en la base de datos, para luego mandarla a archivo y que allí se terminarán todo los demás protocolos.

-Sufre- se ríe Adam detrás mio.

-Lo hago, lo invito a tener un vibrador todo el día- no tenia ánimos para llevar sus juegos de mierda.

Ya debía tener mi zona íntima roja cómo una manzana, sabia que tendría un dolor infernal después de esto, entonces porque simplemente no se callaba y paraba esto de una vez por todas.

El voltea mi silla, con una brusquedad que casi me saca de ella. Agarra con una mano suya ambas mías con demasiada fuerza, con su otra mano saca de su chaleco unas ¿Esposas?

-¿Puedo saber que esta haciendo?- pregunto, cuando él empieza a colocarme las esposas.

¿Me mataría?,¿Me castigará?,¿Pero que coños estaba haciendo? No respondió mi duda. Puso ambas manos en los brazos de la silla y se acuclillo, no demasiado, pero si lo suficiente para poder estar en mi misma altura.

Creo que nunca me voy a acostumbrar a que fuera tan alto, era como una constante demostración de cuanta presencia tenia en cualquier postura que se encontrará.

-Del uno al diez, ¿Cual estado de penetracion prefiere?- su voz era misteriosa y muy juguetona, nada parecida a la habitual.

Trate de de cifrar algún sentido a su pregunta. No lo encontré. Su mirada era lejana, y sin gracia.

Algo sabia, no era ninguna porcelana que diría cinco o seis, al contrario, era más diez o once si estuviera de último número.

-Díez- mi respuesta trajo su mirada a la mía, dándome una escaneada de unos segundos.

Después de esos mínimos segundos donde nuestras miradas se conectaron, el vibrador empezó. Era fuerte, ¡Ohh si!, esto era mejor que los pequeños toques que Adam me estaba dando en toda la tarde.

-Corrase- me ordena Adam, concentrado aun en mi expresión.

Y malditamente lo hice, tanta contención y tortura me iba a matar. Abrí mis piernas y cerré mis ojos y mi boca, para dejar mi órgasmo ser míos y no también de Adam.

En ese preciso momento que me deje ir, mi cuerpo dio una sacudida de placer tan grande, que mis paredes íntimas se contraen fuertemente, y mi liberación fue grande. La mejor que pude haber tenido en la historia.

Después de unos minutos del mejor placer, abrí mis ojos pesados. Adam ya no estaba. Mire para todos lados, y solo encontré una sala vacía y un montón de trabajo que me esperaba. Con un suspiro y una queja de mi cuerpo, continúe con mi trabajo.

No me encontré con Adam después, solo tuve un mensaje suyo a las ocho diciéndome que podía irme- bueno así no fueron específicamente sus palabras- Tampoco me cruce con Anthony, Stiven, Samuel o Carlos.

En realidad cuando salí del edificio, el lugar parecía un cementerio, no había ni un alma en pena. Solo estaban los guardaespaldas de Adam. Sebastián estaba en la puerta hablando con unos hombres.

-Adiós Sebastián- me despido cuando paso por su lado.

El asiente. Sebastián no era un hombre de muchas palabras, al contrario lo que hablaba era al grano, pero quien lo culpaba, Adam tampoco era los que le gustaba decir demasiadas palabras.

Al llegar a mi auto, mi celular empezó a sonar, Samanta.

-¡Clarooo!, se me olvido que los ricos no se cruzan con los pobres- estaba enfadada.

No había tenido mucho tiempo de llamarla, ¿Cómo lo iba hacer si prácticamente vivía en ese edificio? Tantas cosas que me han pasado en mi vida y tan pocas que podía contarle a mi mejor amiga.

-Vamos, Samanta. He tenido mucho trabajo, no sabes cuanta tortura ha tenido que soportar tu amiga- puse voz de víctima, y su risa poco graciosa llego al otro lado.

-No me digas, ni una llamada, además ¿Tampoco le dijiste al vigilante que era de tus visitas concurridas?- pregunta ahora un poco menos enojada.

Mierda. No había tenido TIEMPO, para nada en realidad.

-Voy en camino, llegare en diez minutos- sabia que estaba en mi casa, Samanta no era de las que preguntaba por algo tan irrelevante.

-Eso espero- cuelga sin más.

Estaba realmente enojada. Por esto tuve que salir un poco más veloz de lo normal, no era muy buena aun conduciendo, andaba siempre en sesenta máximo ochenta, y ahora iba más que ciento diez en la autopista.

Llegue en menos de diez minutos, y claramente una Samanta cargada de bolsas y enojada me esperaba en la sala de portería.

-Hola Srta Miz- me saluda el portero-hay una señorita que e...

Pero antes de que el caballeroso hombre terminara,Samanta sale de la mini sala, abre la puerta de los pasajeros y tira las bolsas.

-Le dije que era tu hermana y no me cree- se queja Samanta, entrando en el asiento del copiloto.

Siempre teniendo la mirada del hombre. Cuando iba a decir algo más, ahora fui yo la que lo interrumpió.

-Lo siento, David- excusó los comportamientos y la actitud de mi amiga- luego te pasare que ella es prácticamente la única persona que puede entrar si yo no estoy presente.

El hombre asiente, y se despide de ambas. Samanta me da un sermón de cuan indignada se sentía por mi ausencia.

-Lo peor de todo no es que me olvides. Lo peor, es que el vigilante no conozca mi existencia- se queja sacando la última bolsa del auto- me hizo sentir como si fuera una gamina o peor aún, una indigente.

No sabia como más disculparme. Al entrar a casa, pega un grito.

-¿Cómo es que esta casa no esta patas arriba?- pregunta super sorprendida.

Era demasiado desorganizada, pero sólo venia a dormir y ya, no tenía demasiado tiempo para desorganizar algo.

-Por en décima vez, he estado demasiado ocupada- le explico burlona.

Ella deja las cosas en la cocina, yo entro con ella y la observó, sacar todo el mini mercado que me traía.

-No tenias po...

-Callate- me calla- se que no compras nada para comer... mira la prueba, ¿De que te sirve tener una nevera, si solo tienes, agua y Nutella?

-Para hacer decoración- no era que no me gustara comer, solo que no entendía que me impedía disfrutar de la comida.

-Ja ja ja, muy graciosa. Miz tienes que comer algo, no puedes sobrevivir solo con pan y Nutella, ya no sigues viviendo con tus padres- Samanta era lo más cercana a una madre que he tenido en estos años.

Sabia perfectamente como hacerme entrar en razón y darme cuenta de los actos incorrectos que estaba cometiendo.

-Ahora ganas mucho dinero, te da para comprar mucha comida, no sólo pan- me regaña, dejando las papas en el gabinete.

-Tratare de comprar más, lo prometo- y no mentía, iba a tener una cita con la nutricionista el sábado.

Esto me hizo pensar en el contrato y en las mentiras que de seguro iba a tener que decirle a Samanta de ahora en adelante.

-¿Que pasa?- me pregunta, colocando las carnes frías en la nevera.

-Nada- digo despreocupada yendo a donde ella para ayudarla.

-Me hiciste una de tus miradas- mueve sus ojos de una forma graciosa-quedate ahí, no quiero ayuda.

Me rio de sus ojos, y no le hice caso en detenerme, por otro lado, cojo una bolsa y la abro.

-¿Qué ojos?

-Los que haces cuando algo te molesta-dice preocupada.

-Nada me molesta, son ideas locas tuyas- trato de evadir el tema, al parecer Samanta me conocía bastante bien.

-No estoy loca. Se perfectamente que algo te ocurre- recibe la bolsa de nuggets.

Al prestarle más atención a sus ojos, di con que no iba a ceder tan fácil. Y me odie por ser tan fácil de leer, pero luego un brillo de esperanza toco mi puerta.

-Vi a Carlos- suelto.

Ella amago su postura al abrir el refrigerador.

-Lo ves todo el tiempo- dice despreocupada, pero su voz vaciló.

-En el trabajo- ahora si detuvo lo que hacía.

Me sentía horrible por sacar el tema de esta forma, sin embargo era eso o llevar nuestra conversación al mar de las mentiras.

Se voltea muy nerviosa y al ver su rostro todo pálido, supe que estaba más preocupada por lo que me pudo decir.

-El te dij....

-No me dijo que había pasado entre vosotros- suspirar era el alivio de muchos y el suspiro de Samanta no era la excepción.

-No es que no quiera contártelo- se disculpa por la forma algo rara en que la mire- es sólo que aún no me siento preparada.

-Lo sé- no la juzgaba, yo misma aun no era capaz de contarle mi pasado.

Acomodar el resto de las cosas, fue más rápido de lo pensado, aparte de que la habitación se llenó de un silencio incomodo.

-Por otra parte, no me contaste que tenia un hermano tan sexy- digo rompiendo el hielo, con una sonrisa algo torpe.

Ella me sonríe por igual, pasándome una taza de chocolate caliente con malvaviscos.

-Anthony, solo lo conocí dos veces, y si es bastante sexy- afirma, siguiendome a la habitación mía.

Al llegar dentro, prendemos la tv y ponemos una película en Netflix.

-Miz Ortega, sacando un hombre a nuestra charla- dice aun pensativa, mientras esperábamos que la película cargará- ¡Nooo! Ya se acostaron.

-Claro que no- digo riendome- bueno, solo unos pequeños besos inocentes.

-No me lo puedo creer- apaga la tv, yo me quejo- Ni una mierda, me tienes que contar todo.

Sonrió, al menos podía decirle una cosa buena de todo lo malo que había sucedido en mi vida, claro aparte de ese maravilloso órgasmo.

Hola a todossss los nuevos y viejos lectores, espero les este gustando los cap que he subido, disculpen la demora.

¿Qué pasará? Que emociónnnnnn,curiosidad y intriga hay por aquí.

Besoooss, voten en sus cap favoritos y comenten en las partes que les gustaaaaa.

Feliz final de semana 😍😍😘😘😘😙😙😚😚😚🎊🎊🎊









Seguir leyendo

También te gustarán

50.1K 613 11
"El Fabricante de Lágrimas, es aquella persona que tiene el poder de hacerle amarlo con intensidad y tiene control en tí, pero también el que tiene l...
3.6M 158K 129
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
898K 24.5K 31
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
152K 6.9K 70
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando