capitulo 27

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-Señorita, estos son los pocos libros de psicología que encontré en inglés- me pasa Santiago, toda una caja de libros.

Eran demasiados, y los había clasificado como "pocos". La verdad entendía bien el español, me defendía hablando, en cambio leerlo se me dificultaba.

Me pase el resto del Lunes y todo el Martes, en mi cuarto, estudiando. Eran apenas veinte etiquetas, no quiero decir que sea imposible que sólo se clasifiquen en esas, pero bueno, somos millones de personas con comportamientos diferentes. Por esto conseguí los libros de psicología,con esto ayudándome a entrar en un campo más amplio.

Cuando fue Miércoles, tuve que dejar atrás los libros y el desorden del cuarto, para ir a comprar mi atuendo. Día de compras, algo que realmente iba a agradecer mi cabeza.

-Se....- Santiago se queda algo sorprendido por el desorden tan grande que había en el cuarto.

Era una imagen catastrófica, vasos de café express tirados en todas partes, junto con paquetes de papas y muchos dulces raros que ofrecía el hotel, propios de España. Tuve que haber ganado varios Kilos de grasa, no de la buena como esperaba la doctora.

-¿No ha venido la señora del servicio?- pregunto con cara de asco por el lugar.

-Lo cancele.

Hablaba demasiado, si me cerraban la boca buscaba la forma de hablar por las manos o otro medio. Donde la hubiera dejado venir, entablaria una larga conversación.

-¿Quiere que la llame?, respeto como quiera estar dentro de su habitación, pero será un gran lio, para organizarse- su voz y mirada al lugar, no tenía incluida la palabra "respeto".

-Adoraria que lo hicieras- digo cogiendo mi bolso para irme.

Santiago me llevo a varias tiendas, en donde un vestido costaba todo mi armario junto, lo que no era muy bueno. Tenia poco dinero y eso complicaba todo.

-Santiago, aprecio que me lleves a estas glamurosas tiendas- le digo al salir de Dior- voy a ser muy sincera contigo no tengo demasiado dinero, y si comprará un vestido en una de estas tiendas, me quedaría sin nada.

Santiago me mira asombrado, y no me importó. Si Santiago saluda a la mujer más estúpida, que trabaja para el hombre más rico, con un salario mínimo. Me estaban explotando y ni modo demandar.

-Mi novia tiene una marca Free, es una línea económica, creo que puede agradarle algo- me aconseja.

Suspiro, no por su consejo, sino por enterarme de que tenia novia, Santiago era muy lindo y amable.¿Qué mujer no se enamoraba de estas cosas?

-¿Te he dicho cuanto me gustas?- pregunto sonriendo y muy agradecida. El se ríe.

-Es la primera vez, mi trabajo es mantenerla satisfecha en Madrid- dice orgulloso por mis palabras.

No tardamos mucho en ir de Dior a Free. La tienda era tan YO, nada lujoso, simple y armonioso. Y la ropa era más asequible que las otras.

Encontré el vestido más apropiado. Investigue que Adam siempre iba de negro, y que estas fiestas de firmas y nuevos contratos, el negro era la mejor prenda. (imagen multimedia)

No pude conocer a la novia de Santiago, porque encontré el vestido apenas vi el maniquí y lo compre, junto con los zapatos y accesorios.

Al llegar al hotel, mi cuarto era un mundo nuevo, olía y se sentía un ambiente a limpio. Todo en orden, sin rastro de polvo o basura. Aunque no tardó mucho de volver a quedar en un caos, cuando me organice para irme.

-Santiago, ¿Porque tu no me vas a llevar?- baje demasiado cumplida, para alguien que no se lleva bien con el tiempo.

Y por primera vez, me tocaba esperar a que me recogieran.

EL OSCURO CORAZÓN DE ADAMWhere stories live. Discover now