capítulo 36

3.2K 182 46
                                    

El dolor en mi espalda era igual de irritante que el dolor en mi pierna izquierda, mi respiración era irregular, y seguir las grandes zancadas que daban las largas piernas de Adam me era cada vez más complicado. Tropecé otra vez con una de las tantas raíces que poseía el bosque en el que tuvimos que escapar.

Todo había pasado tan rápido, mucho antes de que Adam pudiera contestar a mi pregunta, Sebastián nos había gritado que nos bajáramos de la camioneta, yo no sabía que carajos estaba pasando, hasta que Adam me jalo de mala gana fuera de la camioneta y el lio se desato, aun todo era tan claro, podía sentirlo como si fuera hace unos segundos que ocurrió.

> Dos horas antes

-Se acercan tres camionetas por el frente y cuatro motos por detrás- Sebastián saca de la maleta dos armas y se las extiende a Adam, que aun tenía un fuerte amarren alrededor de mi antebrazo, por lo que toma ambas armas con su mano izquierda -por esto le he dicho que salir con tan poca protección tiene sus desventajas-su voz sonaba irritada.

Saca una nueva arma un poco más pequeña que las otras dos y me la extiende, haciendo estremecer mi cuerpo, odiaba el ver esas cosas. Adam zarandea mi cuerpo para que despertara y tomara el arma, cuando alce la mano derecha para tocar el trozo de metal que me ofrecían, los tres pudimos notar el temblor irracional que tenía.

》 ¿Sabe utilizarla? - pregunta con una voz suave, tratando de controlar el claro rechazo de mi cuerpo con el arma.

Negué levente con la cabeza, en realidad tenía más recuerdos de cómo habían utilizado esas armas en mi presencia, pero ninguna experiencia utilizándola.

-Apunte los pies, con eso podrá defenderse, aunque sea la más bizca lograra acertar- Adam corta la conversación, claramente irritado-tomare el Sur, hay una pequeña parada de camioneros.

Sebastián asiente. Adam me jala lejos de la carretera y me adentra al gran bosque que rodeaba la carretera por ambos lados con grandes árboles que no dejaban paso a la luz, todo tan oscuro que el pánico en mi cuerpo se hizo más visible. Odiaba los bosques, odiaba el sentirme tan pequeña que cualquier cosa pudiera hacerme daño, odiaba tener que haber tocado un arma, odiaba que mi pasado me atormentara en esta situación. Lo único que me mantenía a flote era el agarre de Adam que nunca dudo.

Unos ruidos lejanos y otros cerca nos detuvieron a ambos, yo miraba con pánico a todos lados, recuerdos muy presentes llegaban en mi cabeza. Y todo se volvió mucho peor cuando Adam me soltó.

- Corra hasta encontrar una luz- ordena, y eso hice, sin replicar u objetar, me di la vuelta y solo corrí.

La luz de la carretera se veía lejana, pero estaba más cerca que hace un momento, cuando tropecé con una raíz que poseía el gran bosque, mi pierna fue tan afortunada de caer en un tronco a medio cortar, rasgando tanto mi vestido como mi muslo, grité de dolor y no pude evitar derramar lágrimas.

Oí unos pasos acercarse, trate de moverme, pero mi pierna era un impedimento. Puse la pequeña arma debajo de mi regazo y esperé a que cualquier cosa apareciera. Un hombre, cubierto por una mascara se me acerca, cuando estuvo lo suficientemente cerca, saque el arma y di donde Adam indico hace unos minutos que diera.

- ¡Perra! - grita de dolor, al caer toma su pie ahora herido.

¡Buena esa Miz! Alentándome trate de pararme. Todo se torno de negro cuando una rodilla impacto en mi cara, haciéndome caer y perder el aliento.

Una bota de cuero me sometía a quedarme en el suelo. Trate de localizar el arma, pero el poco oxigeno que entraba en mi sistema, me hacía imposible la tarea de focalizar algo en el suelo.

EL OSCURO CORAZÓN DE ADAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora