Monochrome [MikaYuu/Owari No...

By NanaCassal

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Mikaela sabe que la vida no es ningún cuento de hadas. Así como él no es un valiente caballero envuelto en ar... More

Prólogo
Capítulo I: En muy muy lejano
Capítulo II: Había una vez... tú
Capítulo III: El castillo que les rodea
Capítulo IV: Pergaminos
Capítulo V: El primer caballero
Capítulo VI: Sonrisa de infante
Capítulo VII: Vals de invierno
Capítulo VIII: La heredera olvidada
Capítulo IX: Espejos rotos
Capítulo X: Luna de miel
Capítulo XI: Jazz & Blues
Capítulo XII: Dragón azul
Capítulo XIV: Flores en trio
Capítulo XV: La melancolía de la princesa
Capítulo XVI: Príncipe encantador
Capítulo XVII: Batalla a muerte
Capítulo XVIII: Felices por siempre
Epílogo

Capítulo XIII: La reina roja

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By NanaCassal

Disclaimer: Todos los derechos de Owari no Seraph (Seraph of the End) pertenecen a Takaya Kagami, Yamato Yamamoto y a Daisuke Furuya.

Advertencias: AU ǀ Yaoi (Boy's Love) ǀ Incesto ǀ Yuri (Shojo ai) ǀ Heterosexual ǀ OoC ǀ Uso de sufijos honoríficos ǀ Contenido sexual.

Pairings: MikaYuu (Mikaela x Yūichirō) ǀ Secundarias: GureYuu (Guren x Yūichirō). MitsuNoa (Shinoa x Mitsuba). KimiYoi (Kimizuki x Yoichi).

N/A: Quería subir esto para el cumpleaños de nuestro amado Yuu-chan mas no se pudo. Mi PC murió hace algunos días, pero por suerte ha resucitado. ¡Aleluya!

...

Y cuando el amanecer llega

Tú estás mintiendo conmigo

Twilight - Bôa

.

ǀ Monochrome ǀ

.

El tiempo no se detuvo, continuó su cauce. La primavera se fue tan rápido como llegó, con el verano pasó lo mismo; las flores se convirtieron en frutos y, cuando menos reparó, las hojas de los árboles comenzaron a teñirse en tonalidades amarillentas y rojizas. Bienvenido fuera el otoño, ¡oh, cuánto detestaba esa estación! Le recordaba tanto a ella. En otoño fue cuando la conoció.

A veces se sorprendía a sí mismo pensando en su princesa, fantaseando con el futuro que no podrían tener. Cuando suspiraba a causa de su recuerdo se reprendía mentalmente y se esmeraba en recordar todas las lágrimas que derramó por ella. Y así pasaba de la melancolía al enojo, intentando que las llamas del rencor consumieran la imagen de la que una vez fue su amada.

Tenía mejores cosas en las cuales pensar. En el mañana y en el día después de este, en el camino que le faltaba por recorrer, en las emociones que todavía no sentía; también en las nuevas personas que le rodeaban, en esos nuevos aspirantes a amigos, y en la mujer que tanto le había ayudado a poder seguir adelante.

El título de reina aplastaba con creces al de princesa, así que supuso que eso era lo que necesitaba: que la reina de corazones aplastara todos los recuerdos que la princesa del otoño le dejó. Y el día que menos se lo esperó se sorprendió ahora imaginándose abrazando a otra mujer que no era morena ni su cabello color ébano; esta era blanca como la nieve y sus ojos se asemejaban a la caoba, nada que ver con las orbes esmeralda que en antaño le habían cautivado.

Era mejor así. Ahora volvía a compartir sus sueños y pensamientos con alguien más. Y fuera verdadero o no ese nuevo sentimiento, le estaba ayudando a seguir con su vida, a pegar los pedazos de su roto corazón, a volver a probar la felicidad. Era preferible existir de esa manera que continuar muerto en vida.

Jugar a haber encontrado una nueva motivación, una nueva razón para vivir... un nuevo amor.

Capítulo XIII

La reina roja

-¿Mika hoy no va a venir?

Akane ya se sabía la respuesta, el silencio de Yūichirō tan solo se lo confirmó. Al ver al joven de cabello negro suspirar, optó por sonreírle; sentía que Yuu tampoco se encontraba del todo bien, que de alguna manera a él también le afectaba la ausencia de Mika y que tampoco diera señales de vida.

-De seguro la universidad debe haberlo absorbido. ¡Ya no debe tener vida! -bromeó Yuu en un intento de aligerar el ambiente -. Ese idiota ya verá. Lo llamaré apenas llegue a casa, merece un buen regaño.

Había comenzado a dudar de las palabras del moreno desde hacía mucho. Perdió la cuenta de cuántas supuestas llamadas debió haberle hecho ya a Mika. Las dulces mentiras que se había dedicado a contarle ya n surtían efecto, al contrario, estas se estaban acumulando cual bola de nieve la cual aplastaría a Yuu en cualquier momento.

A pesar de ello, Akane no se atrevía a encararlo todavía. Yuu-chan -como Mika solía llamarlo- se veía cansado, deprimido... melancólico; también parecía afectarle el tema de Mikaela, más de lo que parecía. Y quizá, solo quizá, ya era momento de enfrentar al joven de ojos verdes y preguntarle qué diablos sucedía, si Mika volvería o ambos tenían que olvidarse de él para siempre.

La pequeña no quería eso, ¡no, no y no! Necesitaba ver a Mika una vez más, tan solo una antes de que lo peor sucediera.

-Yuu-nii...

No alcanzó a pronunciar su llamado. De la nada sintió una opresión en el pecho, punzante y dolorosa, que le impidió respirar. Yuu se alteró al instante.

-¡Akane! ¡Akane! -La aludida no lo escuchaba con claridad, no pudiendo concentrarse en otra cosa que no fuera el dolor -. ¡Akane!

Pasado el shock, y aún sin saber qué hacer, Yūichirō salió de la habitación cual rayo. A los escasos segundos, regresó en compañía de alguna enfermera.

La enfermera parecía estar acostumbrada a ese tipo de situaciones. Manteniendo la calma, se acercó a Akane. La pequeña continuaba de igual manera, con el aire escapándosele del cuerpo. Al observar aquello, la enfermera gritó a Yuu que buscara al doctor.

Así lo hizo el moreno. Llegó con el doctor Narumi pisándole los talones. Makoto, al igual que la enfermera, no pareció inmutarse. En cuanto se acercó a la pequeña parecía saber qué hacer: acomodó la postura de Akane, reclinando suavemente su cabeza en la almohada para después examinarla con suavidad.

La respiración de la pequeña volvió a normalizarse. Makoto creyó escuchar un suspiro aliviado por parte de Yūichirō mas no prestó demasiada atención. Continuó concentrado en la niña.

Akane se veía sumamente desmejorada: se encontraba pálida, ojerosa, sus labios estaban resecos, sus extremidades frías y sus pies hinchados. Como persona temió lo peor, no obstante como doctor debía hacerse a la idea que la opción que contemplaba era algo que podía llegar a suceder, las posibilidades eran demasiado altas.

-Ya pasó, no hay nada de qué preocuparse -anunció Narumi para relajar tanto a la enfermera como a Ichinose -. Solo hay que dejarla descansar -recomendó.

Yuu entendió la indirecta. Se acercó hasta Akane la cual dormitaba; le dio un beso en la frente y le susurró una frase que Makoto no alcanzó a escuchar. Después de ello, los tres salieron de la habitación.

Makoto cerró la puerta y se sobó el puente de la nariz para luego encaminarse hacia su oficina. Sin embargo, la voz de Yūichirō le detuvo.

-¿Cómo está Akane, doctor?

-Ya dije que solo necesita descansar -contestó de manera mecánica. Vio el ceño de Yuu fruncirse.

-Me refiero a cómo está no a lo que necesita -aclaró -. Lo que acaba de suceder no es normal. ¡Dígame qué sucede!

Con un gesto de mano le pidió que bajara la voz. A regañadientes, Ichinose obedeció; cuando pareció calmarse, Makoto volvió a hablar.

-Akane está débil. El tratamiento no funcionó como esperábamos así que su situación es delicada.

-¿Va a morir? -cuestionó sin tacto.

-Eso no lo sabemos -intentó calmarlo, lástima que sus palabras no surtieron el efecto esperado; Yuu lucía aún más nervioso -. Hay qué hacer más estudios, ver qué más podemos hacer. Lamentablemente esta información es clasificada y no puedo decirte más debido a que no eres familiar directo de Akane. Pero no te alteres, cualquier cosa te mantendré informado.

-Gracias... -masculló el moreno en forma débil. Makoto negó con la cabeza.

-No tienes nada qué agradecer. Ahora, si me permites, tengo más pacientes qué atender.

Al marcharse el doctor Narumi, Yuu permaneció en silencio y en el mismo lugar sin atreverse a mover un solo músculo.

A lo lejos se encontraba Shinoa la cual había estado escuchando su conversación todo ese tiempo. Pensó en acercarse a Yuu pero al instante desistió de esa idea; seguía molesta con él, todavía no se le pasaba todo el coraje. No, aún no era el momento de acercarse a él.

Giró sobre sus talones dispuesta a salir del hospital, aun así su curiosidad pudo más. Volvió a mirar a Yuu por el rabillo del ojo, en verdad se veía como una mierda. Y al observarlo en tan mal estado se dio cuenta que ya no podían seguir de la misma manera, que no podía dejarlo tal cual mientras ella volvía a casa, que Yuu tenía problemas y la necesitaba. Yūichirō era más que el chico que le rompió el corazón a Mitsuba, era también su mejor amigo.

Se acercó con cautela al muchacho. Al estar detrás de él, tocó suavemente su hombro. Ante aquel gesto, Yuu se giró hacia ella.

-¿Shinoa? -pronunció su nombre con sorpresa.

-¿Y eso es todo lo que dices? -Hīragi intentó hablar con naturalidad, le salió mejor de lo que hubiese esperado -. Esperaba algo mejor, sabes.

-Pero... tú... yo... ¿no estás molesta conmigo?

-Lo estoy.

-¿Entonces?

Ni siquiera ella lo sabía con exactitud. Lo único que tenía claro era el hecho de que Yuu era su amigo y parecía necesitarla; y ella, a pesar de no considerarse una persona empática, sintió que su deber era acudir ante el mudo grito de ayuda de Yūichirō.

-Quizá ya es momento de enfrentar la situación, digo, Yoichi y Kimizuki ya lo hicieron. Así que nosotros debemos hacer lo mismo y no quedarnos atrás, ¿no crees? -En ese momento lo miró a los ojos -... Y tú pareces necesitar de alguien.

Yuu se cruzó de brazos; bufó por lo bajo.

-¿Y qué te hace pensar eso?

-Escuché lo que el doctor Narumi te dijo, además tienes los ojos vidriosos como si estuvieras a punto de llorar -mencionó de forma suave. Yuu desvió la mirada -. No te avergüences, Yuu-san, todos necesitamos llorar de vez en cuando.

-Yo no...

-Oh, tú sí. Vamos, todos sabemos que eres blandito por dentro. -Ante la rabieta de Yuu, soltó una suave risa. Casi ni parecía que no se habían hablado durante todos esos meses -. Anda, vamos a por un café, yo invito.

-¿Tú invitas? Esto es nuevo para mí.

-En lugar de hacer comentarios irónicos deberías sentirte honrado de que yo sea la que te esté invitando, pero no vayas a creer que intento ligar contigo, eh.

Ichinose sonrió ante ello aunque también pareció haber soltado una especie de gruñido, una rara combinación. Shinoa, en cambio, solo sonrió; ya le hacía falta molestar a su queridísimo amigo Yuu-san.

.

.

.

A Mika ya no le gustaba septiembre, el motivo no quería ni pensarlo; el proceso de superación iba demasiado bien como para arruinarlo con un simple recuerdo.

Al final el mundo no se había acabado. Seguía vivo, tenía salud, la universidad iba bastante bien y nuevas personas iban llegando a su vida. Los días continuaron transcurriendo tal y como lo habían hecho todos los años de su existencia. Eso le hizo darse cuenta que en efecto nadie era indispensable ni mucho menos alguien podía morirse por amor.

El mejor ejemplo: ahí estaba él continuando como si nada, como si lo ocurrido jamás hubiera pasado; sobrellevando lo mejor posible lo que venía. Y todo iba bien, por supuesto que sí; la fortuna le sonreía tal cual siempre había sido. Para todos él seguía siendo Mikaela Bathory, el chico popular y estudiante modelo que siempre fue. A pesar de esa mancha negra en su historial -de la que por suerte casi nadie tenía conocimiento- lo demás continuaba impecable.

Tampoco pensaba en cosas absurdas e innecesarias, por el momento tenía cosas más importantes en las cuales concentrarse; en su carrera principalmente y en su novela que poco a poco iba tomando forma.

Aún y cuando su protagonista estuviera inspirado en esa persona de la que no quería volver a pensar en su nombre, menos pronunciarlo, la historia en general le fascinaba. No iba a tirar a la basura todo el esfuerzo que había invertido en esa novela por el fantasma de un amor que no pudo ser. Además, bien podía servirle a manera de desahogo. Escribir siempre le había ayudado a canalizar sus emociones, negativas o positivas, en papel; era una especie de terapia tan buena como ir al psicólogo y mucho más económica.

-La trama es buena, Bathory-san -le había comentado el profesor Geales, el cual se había convertido en su profesor favorito, cuando le mostró la historia -, aunque tengo un par de observaciones qué hacerte.

Era la primera historia que se tomaba tan en serio por lo sintió la necesidad de pedir la opinión de un experto en el tema. Urd Geales era un escritor con algo de fama, conocido por haber publicado una saga de novelas de corte gótico las cuales contaban con un gran número de fanáticos; Mika se incluía entre ellos. ¿Quién mejor para pedirle una opinión?

Antes de que el profesor comenzara con la reseña, Mika tragó en seco. Se sentía algo nervioso, bastante en realidad. Era la primera crítica verdadera que le hacían.

-La historia tiene un comienzo muy interesante, sin embargo para el segundo capítulo hay un cambio radical; pasar de una matanza al ambiente escolar es un giro demasiado brusco. Aun así logras mantener a la expectativa aunque también he de admitir que en algunos puntos es predecible. -Urd dio un vistazo rápido al engargolado, lo tomó entre sus manos y pasó rápidamente las hojas -. Falta desarrollo de los personajes secundarios pero quiero suponer que eso lo harás más adelante. Y por último -hizo una pausa para suspirar, sonrió levemente - el manejo de la relación entre los protagonistas es creíble, sientes su desesperación y el cariño entre ambos, sus sentimientos son palpables, no obstante debes tener cuidado con ello. Existe un leve guiño, un indicio de que el amor entre ambos no es filial sino más bien una especie de amor platónico, debes tomar en cuenta que las relaciones boy's love son un arma de doble filo, así como pueden atraer público, pueden repelerlo.

Mikaela agradeció por sus palabras, tomó el engargolado y dio una reverencia para luego salir del salón de clases. A decir verdad esperaba una crítica más dura pero supuso que Geales estaba siendo condescendiente con él, después de todo aún era un escritor primerizo.

Comenzó a caminar por los pasillos de la facultad. Ya no tenía más clases y ciertamente la idea de llegar a su departamento y echarse en el sofá era demasiado tentadora, más cuando había tenido una semana tan pesada. Así que optó por esa opción. En menos de dos minutos ya tenía planes para su noche.

El rumbo habitual que tenía lo llevaba a pasar cerca de la facultad de artes, y tal y como lo esperó, rondando por esta se encontraba Krul. Inconscientemente siempre echaba un vistazo para percatarse de su presencia, casi siempre la encontraba andando por ahí. Tepes parecía tener bastante tiempo libre.

-¡Mika! -La mención de su nombre hizo que detuviera sus pasos. Se giró en dirección al llamado, encontrándose con la silueta de Krul frente a sus ojos -. ¿Ya te vas?

-Sí, por hoy ya he terminado todo. Necesito un respiro.

-Ya veo. -Ella asintió; su rostro siempre sereno en cualquier momento -. Sabes, quería pedirte un favor.

-Dime qué necesitas. Mientras esté dentro de mis posibilidades sabes que sí.

-Hoy recibí un paquete, son pinceles y acuarelas importadas. Me avisaron que llegó pero como no me encontraba en el departamento solo lo dejaron enfrente de mi puerta. Por eso quiero pedirte que cuando llegues verifiques que en verdad se encuentra ahí y, si no es mucho pedir, que cuides la caja hasta que yo vuelva.

-Claro, no hay problema. -Mika accedió al instante -. Apenas llegue te mando un mensaje para confirmarte todo.

-Muchas gracias -sonrió un poco. Cuando sonreía, a Mika se le figuraba una muñeca.

No obstante, antes de terminar con la despedida, los ojos castaños[1] de Krul se clavaron en lo que Mikaela portaba bajo el brazo. Fue mucha su curiosidad.

-¿Qué es eso? -cuestionó.

-Ah, esto. -Mika tomó el encuadernado -. Es el borrador de una historia, algo sin mucha importancia.

-¿Puedo leerlo?

Bathory se mostró reacio. Ocultó un poco el documento y miró a Krul con una leve mueca. Confiaba en ella, ya la consideraba su amiga, no obstante pensar en mostrarle alguno de sus escritos a otra persona que no fuera Akane le ponía nervioso. Sería como permitirle a Tepes adentrarse a una parte de él, que lo conociera a fondo. No sabía si ya era momento de eso.

Ante el silencio de Mika, Krul permaneció seria. Al no ver alguna reacción positiva optó por negar con la cabeza.

-Está bien, entiendo -reconfortó -. No te sientas obligado.

Antes de que diera media vuelta, Mika la detuvo.

-Espera, yo... Es que nunca le he mostrado esto a alguien -se excusó -. Pero realmente me gustaría que lo leyeras.

Dicho eso, extendió el engargolado a la chica la cual lo tomó entre sus manos. Se lo había entregado por mero impulso, fue como una acción reflejo, aun así algo dentro de sí mismo le incitaba a confiar en ella. Sentía que su historia -y sus pensamientos- se encontraban en buenas manos. Además, la opinión de otra persona nunca estaba de más.

-Gracias, prometo cuidarlo muy bien -abrazó el cuadernillo, volvió a sonreírle. Sí, era como una muñeca -. Te lo regresaré en cuanto lo termine.

-No te preocupes, no hay demasiada prisa. Léelo cuando puedas.

-Gracias de nuevo -volvió a pronunciar -. Bueno, ahora sí me despido. Nos vemos después.

Ambos se despidieron con un gesto de mano. Mientras continuaba caminando hacia su destino, Mika se convenció de que había tomado una decisión correcta en cuanto a mostrarle su historia a Krul.

.

.

.

El reloj que se encontraba en su muñeca marcó las diez en punto. Mika dejó de lado la novela que leía para levantarse del sofá e ir a la cocina a por un vaso de agua. Cuando volvió a su lugar, echó un vistazo al paquete de Krul que reposaba sobre la mesita de café. Le parecía raro que la chica no hubiese dado más señales de vida desde que le envió ese mensaje hacia un par de horas, después de confirmarle que ya había realizado su pedido.

Soltó un suspiro para luego terminarse el agua de golpe. Volvió a ponerse en pie no obstante esta vez su destino era la habitación. No era que hubiese tenido un día especialmente agotador, pero sí que se encontraba bastante cansado. Sin embargo el sonido de la puerta principal siendo golpeada de forma suave detuvo sus planes.

Se encaminó hacia la entrada. Observó a través de la mirilla para saber de quién se trataba; al ver que era Krul abrió la puerta.

-Mika, en verdad lamento venir tan tarde -comenzó disculpándose -. En verdad me absorbió.

Bathory no entendió a qué se refería, no obstante, cuando Krul le mostró el encuadernado todo se aclaró en su mente.

-Ah -balbuceó, incapaz de idear alguna otra respuesta.

-Eres un grandioso escritor -continuó la joven. Ojeaba de nueva cuenta el engargolado, leyendo fragmentos al azar -. Quedé fascinada, lo dejaste en la mejor parte. Necesito saber cómo terminará la batalla en Shinjuku, si Miyu aceptará huir con Kenshō󐇮. En verdad necesito saber tantas cosas.

-Vaya, no creía que fuera a gustarte tanto. -En verdad no lo había hecho, suponía que ni siquiera le gustaría.

-Estoy inspirada respecto a esto -prosiguió ella, interrumpiendo las palabras de Mika -. Me gustaría hacer alguna pintura acerca de la historia. ¿Me lo permitirías? -Mika asintió por mero reflejo -. Gracias. Te prometo que va a gustarte.

Sin pedir autorización, Krul se encaminó hacia el sofá, sentándose en este de lo más cómoda. Mikaela tan solo imitó su acción, aún se sentía bastante abrumado.

-Oye, Mika. -Tepes sí que estaba especialmente conversadora -, me ha dado curiosidad: ¿cómo se llamará tu novela?

Mikaela se lo pensó unos segundos para luego responder.

-Owari no Seraph.

-Suena realmente bien.

-En realidad no me decido si Owari no Seraph o Seraph of the End. -El inglés le dejaba un mal sabor de boca, atraía malos recuerdos; prefirió ignorar la sensación y continuar -: ¿Cuál te gusta más?

-A decir verdad los dos son grandiosos, aunque en inglés la mayoría de las veces resulta más atractivo. Por cierto, tienes una buena pronunciación.

Mika prefirió pasar de eso, dejar de lado los malos recuerdos.

Krul dejó el borrador junto al paquete. De pronto ambos se habían quedado en silencio, tan solo observando los objetos que se encontraban frente a ellos y mirándose de reojo una que otra vez. A pesar de ello, no era incómodo. Bathory se sentía reconfortado con ella, esperaba que Krul se sintiera de la misma forma.

-Eres una persona realmente interesante -mencionó Tepes de pronto, rompiendo la atmósfera silenciosa y sorprendiendo a Mika en el proceso. Al menos era recíproco -. Es agradable pasar el tiempo contigo.

El muchacho no pudo evitar reír, más de los nervios que por otra cosa; hacia bastante tiempo que no tenía un acercamiento tan íntimo con una fémina. Ante su reacción Krul alzó una ceja.

-No me lo tomes a mal, solo que no parecías ser la clase de persona que se abriera ante otra así de la nada, tan de repente -se justificó Mikaela.

-No lo hago muy seguido, siéntete afortunado.

-Y me siento así.

El silencio volvió a envolverlos, esta vez no tan tranquilo como antes. Bathory comenzó a jugar con sus manos, algo dubitativo sobre lo que debía decir, sobre si era correcto o no intentar dar un paso. Necesitaba alivio y eso era algo que solo conviviendo con Krul había logrado, y ella decía que también se sentía bien junto a él. Tal vez lo mejor era dejar que las cosas se dieran solas sin tener mayores expectativas, justo como era antes, cuando únicamente se dejaba llevar por la corriente sin entregar nada mientras la otra parte no lo hiciera. No volvería a cometer el error de darlo todo de forma incondicional.

Así que eso haría, dejaría que todo fluyera de forma más natural. Tenía ganas de pasar un buen momento, de conocer a alguien y de descubrir si algo podía darse entre ambos -y de que eso sucediera con Krul las probabilidades eran altas-, ¿qué más daba cómo viniera después?

En su mente lo tenía planeado pero llevarlo a cabo era difícil.

-Mika -volvió a llamarlo Krul, interrumpiendo sus pensamientos -. ¿Pasa algo? Te quedaste ido.

-Nada en realidad -intentó excusarse -. Pensaba cosas.

-¿Cómo cuales?

-En nosotros -reveló sin más, tal vez si era directo podría obtener algún resultado -. También eres una persona muy interesante, también me agrada pasar tiempo contigo y también te considero muy atractiva.

-Yo no he dicho que te considere atractivo.

-Bueno, eso queda como algo solo de mi parte. Pero quería que lo supieras.

-Mikaela, ¿estás intentando flirtear conmigo?

De su garganta salió una risa seca.

-Tal vez. ¿Tan malo soy?

-Eres más bien un nivel intermedio. He tenido peores.

-Supongo que eso me alegra.

Tepes sonrió de manera suave. Mika se quedó observándola un momento, hasta de perfil era preciosa. Si lo analizaba con detenimiento, la chica a su lado tenía todo lo que anteriormente buscaba en alguien de sexo femenino: mona, delicada, inteligente, refinada...

De pronto, por un momento fugaz, a su mente llegó la imagen de Yūichirō; guapo, tosco, varonil, de pocas luces. A su subconsciente le encantaba traicionarlo.

-Vamos, no te pongas así. Todavía no te he dicho que no.

La suave voz de Krul lo trajo, de nueva cuenta, de vuelta a la realidad. Le agradeció en silencio. Se giró a verla de nueva cuenta encontrándose con el semblante apacible de la muchacha. Decidió concentrarse en ella; ya no habría nada más allá de sus bonitos ojos avellana.

-Pero tampoco has dicho que sí o algo parecido.

-Analizo la situación. Me creas o no, no es algo en lo que había pensado demasiado.

-¿Entonces admites haber contemplado la idea?

Tepes no respondió absolutamente nada. Al contrario de muchas otras chicas que había conocido en su vida, ni siquiera se sonrojó. Casi parecía ser inmune a su encanto, o tal vez los dos años que ella le llevaba le daban la suficiente madurez como para no ruborizarse cual colegiala.

-Como te dije antes, me pareces un chico interesante, agradable y guapo también. -De nuevo fue muy directa. Parecía estar enumerando las cosas que compraría en el supermercado en lugar de estarle dando una respuesta a su pseudo declaración. Prosiguió luego de una pausa -; ha pasado un buen tiempo desde mi última relación; además estoy falta de sexo.

Lo último lo admitió sin descaro, como si fuera la cosa más normal del mundo. Aquella frase logró que las mejillas de Mika sí se sonrosaran suavemente; volvió a sentirse como un púber sin experiencia.

-Entonces... ¿eso qué significa? -preguntó, intrigado.

Krul acercó su cuerpo hacia él. Recargó la cabeza en el hombro de Mikaela para luego descansar su mano en el muslo de este.

-Podríamos darnos la oportunidad, ver qué sucede. Algo no muy formal por ahora.

-Estoy bien con eso.

La chica alzó el rostro en dirección al de Bathory el cual se acercó con delicadeza al de ella. Sus labios no tardaron en chocar. Al principio fue un beso lento que con el paso de los segundos se fue tornando más y más apasionado. Mika tomó el rostro de su ahora novia entre sus manos mientras la mano de Krul seguía acariciando su muslo de forma lenta.

Después de unos minutos, Tepes se separó de su boca para bajar hacia su mentón y estacionarse en su cuello. Besó con delicadeza para luego, sin previo aviso, plantarle una mordida; succionó un poco de esa parte, de seguro dejaría una marca.

-¿Lo del sexo era verdad entonces? -comentó Mika.

-¿Acaso es demasiado atrevido para ti? -cuestionó sin remordimiento.

-Para ser honesto, se siente bien. También estoy falto de sexo. Pero yo sí me vería demasiado atrevido si te pido que te quedes esta noche.

-¿Me veo como una mojigata?

-Más bien no quiero arruinar nuestro noviazgo de cinco minutos.

-Sabes, te eché el ojo desde el primer momento. Llevo tiempo esperando esto.

-¿En verdad?

-Ajá, pero no quería asustarte y por eso te dejé dar el primer paso. Ahora cállate y disfruta del momento.

Y la obedeció. Volvió a besarla como si no hubiera un mañana, acatando todas las órdenes que ella le exigía.

Le arrancó la blusa, se deshizo de su sostén, le subió la falda. Mientras chupaba sus senos, acarició cada parte de su diminuta anatomía. Posó las manos en la curvatura de su cintura para bajar y bajar más, cuando menos se dio cuenta se encontraba besando sus otros labios con lujuria. Tal vez sí había extrañado un poco el cuerpo de una mujer.

Después de que se deshiciera de sus propias prendas y de colocarse un preservativo -porque las mujeres sí pueden quedar preñadas-, entró en ella de una estocada. Dentro era húmeda y cálida, no tan apretada lo que demostraba que no era virgen. Mas como aquello no era ningún impedimento continuó con el vaivén, metiendo y sacando su pene hasta que terminó dentro de ella.

Inhalaron y exhalaron. Descansaron. Luego de haberse recuperado, Krul tomó su mano y le pidió que le indicara dónde se encontraba su habitación. Volvió a obedecerla y ambos ingresaron al cuarto. Y la erótica danza volvió a dar comienzo, ahora de pie con la chica de cara a la pared. Al parecer le gustaba experimentar y tenía tiempo fantaseando con ser dominada. Bathory se dedicó a disfrutar de ella hasta que quedó completamente seco.

Justo lo que le hacía falta.

.

.

.

Esa tarde, Yuu llegó acompañado de Shinoa al servicio social. Si bien aún no habían limado todas las asperezas, al menos podían convivir normalmente, casi como si nada hubiese ocurrido. Hīragi supuso que a eso se debía el buen humor de Yūichirō.

En cuanto pusieron un pie en el hospital, de inmediato el ambiente se sintió tenso. Shinoa no tenía idea a qué podía deberse así que ignorando esa sensación se despidió de Yuu y se encaminó a la habitación de Chihiro; Yuu imitó su acción, dispuesto a ver a Taichi, no obstante se detuvo a mitad de camino, quedando pasmado a mitad de uno de los pasillos.

Aquello llamó la atención de Shinoa. Se encaminó hasta donde él para percatarse de qué era lo que tenía tan ensimismado al moreno. Al darse cuenta de lo que sucedía no pudo hacer más que tomar disimuladamente la mano de Yuu y darle un leve apretón.

La habitación de Akane estaba abierta. Dentro de ella había dos personas, un hombre y una mujer, llorando desconsoladamente; frente a ellos el doctor Narumi permanecía apacible sin embargo era posible distinguir el deje melancólico que adornaba su expresión; y en medio de aquel cuarto color blanco nuclear se encontraba la cama en la que Akane siempre reposaba, ahora con la diferencia de que la pequeña no se encontraba en ella; en su lugar había un bulto cubierto hasta el tope con una sábana blanca.

Después de otro pequeño intercambio de palabras, el doctor Narumi les dio privacidad a los que debían ser los padres de Akane, los señores Lida[2]. Salió de la habitación sin hacer ruido alguno cerrando la puerta tras de sí. Fue en ese momento que se percató de la presencia de Yūichirō y Shinoa.

Al parecer volver a dar esa noticia debía ser difícil para él, al menos fue lo que Shinoa supuso. Makoto se relamió los labios y se enfocó en Ichinose; sus palabras tardaron en emerger de su garganta algunos segundos.

-Se encontraba muy débil, no pudimos hacer nada más por ella -parecía como si intentase justificarse. Él también debía encontrarse afectado -. Yūichirō, en verdad lo lamento. Sé que querías mucho a Akane.

Con algo de temor, Shinoa alzó la mirada en dirección al rostro de Yuu; el chico se encontraba sin aliento, pálido, sus ojos vidriosos ya sin poder contener las lágrimas.

Cuando el doctor Narumi pronunció aquella temida frase, Shinoa soltó la mano de Yuu para abrazarlo con fuerza; también sintió ganas de llorar. Yūichirō debía encontrarse destrozado.

El treinta de septiembre en punto de las seis de la tarde, Akane Lida pereció.

.

.

.

Próximo capítulo: Flores en trio.

...

Aclaraciones:

[1]: Según fuentes no oficiales, el color de ojos de Krul antes de convertirse en vampiresa era café.

[2]: En las novelas Ichinose Guren 16-sai no Catastrophe (en este momento no recuerdo en cuál con exactitud) se menciona un listado con los nombres de los niños que eran sometidos a los experimentos de la lista Hyakuya. En este se esclarece que el apellido de Akane es Lida. Aunque, por supuesto, esto también pudo depender de la traducción.

...

¡Hola!

Bueno, aquí está la actualización. Ahora sí que me di prisa a pesar de los inconvenientes jaja. Para que vean que lo de terminar el fic pronto va muy en serio. ¡Y dos actualizaciones en el mismo mes!

Sé que sonará muy repetitivo pero en verdad muchas gracias por su apoyo. Son todos un amorsh con patas ❤ Sus comentarios son maravillosos y, como no, los pinchazos de estrella son geniales (ya sé que la opción se llama "votar" pero #YOLO)

Ah, y respecto a lo de las advertencias y pairings no las puse antes porque, bueno, quería que fuera una sorpresa jajaja. Igual algunos ya se lo imaginaban xD

¡Gracias por leer!

Arrivederci...

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