Martes por la mañana. Lo mismo de siempre, Dereck salió a correr, uno de sus nuevos propósitos. Pero yo más que nadie se que el viernes de esta misma semana, ya no querrá seguir.
Estoy acostada mientras en la tele está un capítulo de la teoría del Big Bang.
El horno de microondas suena informándome que mi sopa instantánea ya está lista. Con mucha pereza me dirijo hacia la cocina, busco mi tazón favorito entres los demás trastes. Pero, no lo encuentro.
Juro que si Dereck le hizo algo, lo partiré en dos. Nimodos, me digno a agarrar el verde.
Sirvo en este el contenido de la sopa, tomó un tenedor y me dirijo al sofá.
Me vuelvo a acostar, dejaré que la sopa se medio enfríe.
Mi celular comienza a sonar, me vuelvo a levantar y lo tomo de la mesa.
–¿Qué sucede Dereck?– regreso al sofá.
–Vine al súper por leche, ¿no se te ofrece nada?– escuche la agitada voz de mi amigo.
–Mmmh, podrías traerme una crema de cacahuate, pan tostado, fresas, donas y jugo.– trate de pensar que más necesitaba.
–¿No quieres un castillo también?– dijo sarcástico.
–Uno rosado podría ser.– digo riendo.
–De acuerdo nena, te llevaré dos. Nos vemos al rato.– iba a colgar pero él volvió a hablar. –Por cierto, ¿no quieres maquillaje o algo para tu cita de hoy en la noche?
¡La cita! La mendiga cita se me había olvidado y eso que no han pasado unas 24 horas después de a ver aceptado o mejor dicho, que Dereck aceptó por mi.
–Eh, no, gracias Dereck, todo bien.
–Bueno, hasta dentro de unas horas.– dijo y colgó.
Tengo que ver que me pondré, son las 10 de la mañana, aún me queda tiempo, mejor me acuesto a dormir un rato y ya después me levanto.
~*~
–¡Eres una maldita floja Kiara Smith!– escucho un grito procedente de la puerta de mi recámara.
Poco a poco abro los ojos pero los vuelvo a cerrar por la luz del sol.
–¿Kiara enserio toda vía no te levantas?
–¿Qué hora son?– digo con voz soñolienta.
–Las 4:30.
Me levanto de golpe. ¿Las 4:30? No puedo creer que durmiera tanto.
–¡Dios mío! Dije que solo dormiría una hora o algo así.– dije para mí misma.
–Creo que dormiste más de una hora– empieza a reír.
–Callate ya, me iré a bañar.– me levanto de mi cama en dirección al baño.
–¡Ponte guapa!– grita desde afuera.
Dejó que el agua caliente junto con el agua fría, empiecen a llenar mi bañera.
Me desvisto poco a poco y veo mi rostro en el espejo. De pronto un recuerdo viene a mi, falta poco tiempo para que se cumplan 8 años.
Un golpe en la puerta me saca de mi trance.
–¿Quieres que te prepare un Sandwich?– dice mi amigo.
–Claro. No me esperes, tardaré en la bañera.– me informó.
Me dirijo a la bañera y me quedo ahí, pensando en mi corta vida. Tengo 22 años y aún no encuentro un trabajo. Porquería de mi.
Después de unos 15 minutos de estar en la bañera. Me decido salir. Me pongo una toalla en el cabello y con la tira envuelvo mi cuerpo.
Me veo en el espejo y me veo pálida, las ojeras no tardan en hacer visión en mi demacrado rostro.
Salgo del baño y me dirijo a mi ropero, sacó un vestido negro, en las mangas tiene encaje del mismo color.
Busco unas bragas del mismo color y intentó buscar un brasier limpio de color negro.
Me pondré unos tacones del mismo color, Ja! Pareciera que voy a un velorio.
Me pongo mi ropa interior seguido de mi bata color azul. Salgo hacia la cocina y veo a Dereck sentado jugando con su teléfono. Levanta la mirada y me sonríe.
–Son las 6:30 cariño, ¿estas lista?– me tiende mi plato donde se encuentra mi Sandwich.
–Algo así, no tardaré en maquillarme, solo me pintare las pestañas y las cejas.– le doy una mordida al Sandwich.
–Tienes que ir bien guapa– me mira unos segundos. –Ponte el vestido rojo, y bragas Rojas. Dicen que después de la primera cena, hay buena comunicación.– sonríe morbosamente.
–Eso no es cierto.– le reprendo. –Eso pasa después de la tercera cita idiota.
–Pues conmigo funciona a la primera.– me guiña un ojo.
Ya sé a lo que se refiere. Tiene sexo con ellas el mismo día de conocerlas. Supongo que Harry no es así, mucho menos yo soy así.
–Eres un asco. Esas mujeres no tienen decencia, se meten contigo el mismo día de conocerte, no se trata de eso.– le digo.
Dereck solo ríe ante mi comentario, recoge su plato y lo lleva al fregadero.
Le saco la lengua y el solo vuelve a reír. Sale de la cocina y a los pocos segundos escucho la televisión encenderse.
–¡Kiara! Están pasando Jersey Shore, Maldicion, esta vez está más buenas las mujeres.–volví a reír ante su comentario. Este hombre no iba a cambiar.
Termine mi sandwich y me levante. Deje el plato en el mismo lugar que Dereck. Salí de la cocina y lo vi recostado disfrutando de un nuevo capítulo de esa serie.
Me dirijo hacia mi cuarto, cierro la puerta y voy hacia el tocador. Es mejor que empiece a maquillarme ya.
~*~
–Kiara, son las 7:45– dice mi amigo tocando la puerta.
–Ya mero estoy lista. Regresa a ver la tele.– dije apurada.
Me quito la bata y me empiezo a colocar el vestido negro. Trató de no arruinar mi peinado. Me pongo los tacones y me dirijo al gran espejo que tengo a lado de mi tocador. Me veo, ¿bien? El vestido si hace resaltar mi figura y con estos tacones que uso rara vez, me veo más alta.
Salgo de mi cuarto sin antes haber agarrado mi bolso y camino a la sala.
Un Dereck con palomitas en la boca me voltea a ver y sonríe.
–¡Santo dios!– dice dejando el tazón en la mesita. –Te vez muy bien nena. Estas de gloria.
Sonrío y le doy un beso en el cachete. –Ya mero debe llegar Harry. Me dijo que a las 8.– me senté a un lado de él.
–Kiara, ¿crees que algún día me casaré?– suelta con una expresión neutra.
–¿De que hablas?– río ingenua. Dereck jamás saca este tipo de temas, según yo, el está feliz con su soltería.
–Es que, demonios, acabo Jersey Shore y lo cambie, termine en uno de reflexión y había un muchacho. El tenía como unos 40 y estaba narrando cuanto ansiaba tener una familia.– dice mirando hacia la pared.
–Claro que si, tú solo estás viviendo tu juventud, cuando menos lo esperes tendrás unos 10 hijos corriendo por todo el condominio de tus padres ahí en París.– le sonreí. –Sinceramente eres muy guapo. Si no fueras mi mejor amigo, te llegaría.
Sonríe ante mi comentario. –¿Te das cuenta que tú y yo una vez lo intentamos?– asentí.
–Pero no funcionó, el destino quería que fuéramos amigos. Además quedamos en olvidar ese amor de verano. –dije.
Cuando yo tenía 17 y Dereck 19. Ambos viajamos a Los Cabos. Yo empezaba a tener un poco más de desarrollo, se puede decir que nuestras hormonas no fueron la mejor combinación, puesto que yo perdí mi virginidad con el. Desde ahí el me propuso intentar algo, pero solo no se dio, tampoco digamos que yo me haya enamorado de el.
Le quiero, pero si prefiero que sea mi mejor amigo.
El timbre de la recepción suena y me levanto del sofá. Dereck me dice que disfrute mi noche y yo asiento. Me despido y salgo hacia el elevador.
Suena el ultimo timbre y se abren las puertas de este. Salgo y veo a Harry de espaldas. Creo escucha mi taconeo y voltea.
Oh por dios. Se ve jodidamente guapo.