—¿Dónde está Woo Hyun? —cuestionó Jang mientras terminaba de comer el emparedado que Sung Kyu le había preparado.
—Fue a t-traer algo para hacer l-la cena —contestó antes de acercarle un vaso con zumo de naranja a su amigo.
Dong Woo sujetó su recipiente de cristal y se lo aproximó a la boca para darle un par de sorbos.
—Me alegra tanto que ya estés mejor.
—Gracias. Yo t-también me alegro m-mucho.,
—¿Has recordado algo más? —Kim asintió y lo miró a los ojos.
—Sí. Recuerdo c-cuando Woo Hyun y yo nos hicimos pareja. R-recuerdo como su act-titud cambió. También rec-cuerdo lo arisco que era y t-todas las veces que discutimos. —Y Sung Kyu volvió a suspirar—. C-cuando me enamoré de él, creí que jamás se iba a fijar en m-mí. Al principio pensé q-que iba a ser inalcanzable para a-alguien como yo. P-pero ahora aquí estoy, a su lado, y s-soy el hombre más feliz s-sobre la Tierra. Aunque —siguió el de ojos pequeños—, siento q-que hay algo muy importante q-que me falta de recordar. S-siento que es algo dem-masiado significativo, pero... por más que lo p-pienso...
—Hola, amor —escucharon de pronto ambos chicos.
Sung Kyu se sobresaltó al instante y giró el rostro, encontrándose con la profunda mirada de su 'novio', quien se le acercó con rapidez y le dio un suave beso en la mejilla.
—Hola —susurró en respuesta.
—Hola, Woo Hyun.
—Dong Woo, me alegra verte, ¿te quedarás a cenar?
Jang sonrió y se puso de pie, caminando hacia el fregadero para dejar el vaso y el plato.
—Lo siento, pero, mi madre también me invitó a cenar y no quiero rechazarla. Hace varias semanas que no la veo.
—Entiendo.
—Pero otro día aceptaré con gusto.
—Está bien.
—Debo irme. Los veo después.
—Ve con cuidado.
—Lo haré. Hasta pronto, Sung Kyu.
Kim le regaló una última sonrisa antes de verlo atravesar la cocina y dirigirse a la puerta principal. El joven de sonrisa angelical les dedicó un ademán de despedida y salió de la casa.
—¿Cómo te fue en tus clases? —preguntó Woo Hyun al mismo tiempo que abrazaba a su joven pareja por la espalda.
—Muy bien. D-dijo el profesor que en unas c-cuantas semanas podré retomar mi carrera e-en la universidad.
—¡Oh! Es una estupenda noticia —exclamó, aferrándose más al cuerpo de Sung Kyu, y dejándole varios besos sobre sus suaves cabellos—. Yo también te tengo otra noticia genial.
—¿En s-serio?
—Myung Soo me llamó hace unos minutos para decirme que ya tiene un comprador para tu casa.
Y Sung Kyu se giró entre su agarre para besarlo en la boca, enredando sus brazos alrededor del cuello del mayor mientras una pequeña sonrisa adornaba también su rostro. Woo Hyun atrapó sus labios de una forma lenta y cariñosa y el joven de pequeños ojos correspondió a su gesto de la misma manera.
∞
Al día siguiente, Sung Kyu y Woo Hyun se levantaron temprano y, después de llevar a los hermanos Lee a sus respectivas escuelas, se dirigieron al restaurante para encontrarse con Myung Soo y el comprador de la casa, pensando también en tomar su desayuno en el lugar.
Entraron al edificio tomados de la mano y los corteses saludos de los empleados no se hicieron esperar. Se encaminaron con pasos lentos a una de las mesas del fondo y, a mitad de camino, el gerente llamó su atención.
—Señor Nam, joven Kim, buenos días.
—Buenos días —contestó Woo Hyun, y su joven esposo le regaló una sonrisa mientras se inclinaba un poco.
De pronto, Myung Soo extendió una de sus manos en dirección de Sung Kyu, y él la sujetó sin pensarlo, aprisionándola con suavidad.
—¿Cómo ha estado? —preguntó el gerente, y su hermano sonrió de nuevo. Aunque, de un momento a otro, se sintió algo avergonzado por la atención y el interés de Myung Soo.
—Mucho m-mejor, gracias.
—De verdad me alegra —respondió con sinceridad, y después le pareció que un leve rubor se instalaba en las mejillas del menor.
Myung Soo suspiró en silencio y su mirada se mantuvo fija en los pequeños y curiosos ojos de su hermano por un momento más, no obstante, un leve carraspeo lo sacó de repente de su ensoñación. Por lo que dejó ir la mano de Sung Kyu y su mirada se clavó en el rostro de su jefe, el cual parecía un tanto inconforme con la escena.
Enseguida, Myung Soo cayó en la cuenta de su "error". Porque seguramente eso se malinterpretaría, y no era su intención causar ningún disgusto entre la pareja. Debía conversar con Woo Hyun cuanto antes y aclararle las cosas. Tenía que hablar con su "cuñado" y explicarle el porqué de su comportamiento.
—El comprador no tarda en llegar —aclaró el gerente, caminando otra vez hacia la mesa cuando la pareja retomó su andar.
Woo Hyun retiró una de las sillas, ofreciéndosela a su esposo, y Sung Kyu tomó asiento. El dueño del restaurante le pidió a su gerente que les trajeran el almuerzo después de que el otro hombre llegara.
Y Myung Soo asintió, inclinándose antes de darse la vuelta para dejarlos solos. Woo Hyun lo observó alejarse y sostuvo por un momento más su mirada sobre su espalda. Entrecerró los ojos por un leve instante y la imagen de la mano de su joven marido siendo aprisionada por la de él de pronto le pareció muy molesta de recordar.
Varios días atrás, ya había notado a Myung Soo algo extraño, y no le hacía nada de gracia la "rara" forma con la que miraba a su esposo desde ese entonces. Así que Woo Hyun empezó a maquilar cosas sin sentido en su cabeza.
Pensamientos sobre el gerente y su amado esposo; ideas sobre Myung Soo, queriendo llamar la atención de Sung Kyu.
Porque no le encontraba otra explicación al repentino cambio del pelinegro. Nam sabía que era amable y muy dedicado con su trabajo y las personas, pero, de cierta forma (y sabía que no se equivocaba), lo estaba siendo aún más con la persona que amaba.
El repentino brillo en los ojos de Myung Soo no mentía. La sincera e imborrable sonrisa del gerente no se podía disimular. Su delicada y hasta "melosa" forma de hablarle le decía que algo estaba pasando.
Y se mantuvo pensando en eso mientras Sung Kyu cerraba el trato con el comprador de la casa. También mientras tomaban el almuerzo. Incluso cuando comenzaron a platicar sobre cosas triviales y el hombre terminaba de firmar los papeles.
Minutos después lo despidieron y su joven marido le dio las gracias al tiempo que se inclinaba. Se acomodaron de nuevo en la mesa, y entonces Myung Soo apareció.
—Me parece inc-creíble que haya v-vendido mi casa tan pront-to, Myung Soo —mencionó Sung Kyu, admirado.
—Bueno, es una excelente propiedad. Realmente no fue compli...
Y el gerente no terminó de hablar, porque de pronto su hermano se le echó encima para rodearlo del cuello con ambos brazos mientras le daba las gracias.
Así que Myung Soo no pudo evitar sentir que su corazón se aceleraba, y por un momento quiso extender los brazos de la misma forma y aprisionarlo entre ellos, pero el ruido de una de las sillas moviéndose lo hizo desistir. Carraspeó cuando sus ojos se cruzaron con los de su jefe y, alejándose de inmediato del muchacho, notó la manera fría y molesta con la que lo miraba Woo Hyun.
—Vámonos, amor. Aún tenemos que ir al centro comercial —mencionó el dueño del restaurante, tomando de inmediato una de las manos de Sung Kyu.
El joven le sonrió de nuevo al gerente y dio un par de pasos hacia atrás, aterrizando entre los brazos de Woo Hyun, quien lo sujetó por la cintura con posesividad a la vez que parecía querer calcinar con sus ojos a Myung Soo.
Y el gerente tragó saliva en silencio por la acción, intentando sostenerle la mirada, sin embargo, Nam le dejó más que claro que había descubierto su cambio de personalidad hacia su esposo. Y entonces Myung Soo supo que había cometido más errores. Se dio cuenta que su "extraña" actitud no había pasado desapercibida por Woo Hyun.
De inmediato pensó en ponerle remedio, pero, cuando menos se lo esperó, la gruesa voz de su jefe lo hizo quedarse con la idea en el aire.
—Estaré muy ocupado estos días, así que no quiero que me llames, a menos que sea un asunto demasiado importante o algo que sólo yo pueda arreglar. ¿Entendido, Myung Soo? —declaró, aún con su joven consorte entre sus brazos.
Sung Kyu parpadeó y lo miró de reojo, sintiendo de pronto un tierno beso de parte de su novio en una de sus mejillas.
—Entendido, señor.
Y después Woo Hyun tomó la mano de su pareja, caminando a la salida sin despedirse del gerente, aunque Sung Kyu sí le dedicó un ademán antes de que cruzaran la puerta.
Cuando se perdieron de su vista, Myung Soo soltó el aire que estaban reteniendo sus pulmones mientras intentaba procesar lo que había sucedido.
Porque era seguro que Woo Hyun había malinterpretado todo, pero ni siquiera le dio una oportunidad para explicárselo. Y no tenía idea de si en otra ocasión podría hacerlo. Era la primera vez que su jefe lo trataba con tal seriedad. Sin duda estaba molesto, y entonces Myung Soo comprendió que tenía que hablar con él lo más pronto posible.