El club de las C

By Seemydreams_

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Candice, Courtney, Cecile y Caitlin acaban de comenzar su cuarto año en el instituto. Sin embargo, lo que no... More

Introducción
Capítulo 1. Demasiado alcohol para una fiesta.
Capítulo 2. ¿Donde están mis amigas?
Capítulo 3. La resaca del día después.
Capítulo 4. Cada acto tiene consecuencias.
Capítulo 6. ¿Yo?¿Animadora?
Capítulo 7. No puedes ser tú.
Capítulo 8. Ya ni sale el sol.
Capítulo 9. Te invito a un helado.
Capítulo 10. ¡Que comiencen las pruebas del hambre!
Capítulo 11. Hay amores no correspondidos.
Capítulo 12. Los ideales de belleza.
Capítulo 13. Por miedo al qué dirán.
Capítulo 14. ¿Para que tener un crush si puedes tener nutella?
Capítulo 15. Ruby siempre sonríe.
Capítulo 16. ¿Quedarse en silencio o contar la verdad?
Capítulo 17. Un mal entendido.
Capítulo 18. ¡El cumpleaños número quince de Caitlin!
Capítulo 19. Mi amigo el protector.
Capítulo 20. Una palabra muy fuerte.
Capítulo 21. Las audiciones de canto.
Capítulo 22. Día de amigas.
Capítulo 23. Problemas ajenos.
Aviso importante
Capítulo 24. ¡Es Halloween!
25. Ocultar la verdad es sinónimo de traición
26. Courtlin por siempre
Aviso
27. Dos no se pueden divertir si uno no quiere
28. Demasiado para una noche
29. En el hospital se cuentan mentiras
30. Conozcámonos más.
31. El que quería ser su príncipe y rescatarla
32. ¿Elegir un bando?
33. Una semana de mierda.

Capítulo 5. El chico de los ojos azules.

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By Seemydreams_

{En multimedia David Willems}

PUNTO DE VISTA DE COURTNEY

Candice ha sido llevada al despacho del director junto a su hermanastra Brittany. No puedo creerme que se pelearan en medio del pasillo. Eso no es algo propio de Candice y mucho menos de Brittany. A ambas nunca les ha gustado la violencia.

A pesar de todo, entiendo a Candice. Debe de ser duro empezar su primer día de instituto de esta manera. Creo que quien haya pegado esas fotos en las paredes es una persona cruel y rastrera. Mi amiga no se merece eso.

Más bien nadie se lo merece.

Quedan cinco minutos para que comiencen las clases.

Este año tengo entendido que me toca como tutora a Letice Sanders. Ella es una mujer de unos treinta años que se conserva bastante bien. Tiene un pelo cobrizo envidiable y siempre me ha parecido que sus gafas la hacen parecer más intelectual de lo que es. Sanders ha sido mi profesora de lengua y de latín durante estos dos últimos años.

Ahora mis amigas y yo nos encontramos apoyadas en algunos casilleros donde hace apenas un par de minutos se había formado aquella pelea. Las tres estamos en silencio y en cierta manera seguimos asombradas por lo que ha ocurrido.

Pobre Candice.

Observo de reojo a Caitlin, ella juega con sus dedos, lo que significa que está nerviosa. A su lado se encuentra Cecile quien tiene la mirada perdida, estará pensando en sus cosas y luego estoy yo, quien estoy pensando en lo que ocurrió con Candice y en que espero que el director sea comprensible con ella y más después de ver las fotos que están por toda la escuela.

Suena el timbre, lo que significa solo una cosa.

—Deberíamos ir ya a clase o llegaremos tarde —afirma Cecile con una voz algo ronca.

Caitlin deja de jugar con sus dedos y mira a la morena que tiene al lado.

—Sí, tienes razón, os veo luego —responde la más bajita del grupo mientras se dirige a su clase correspondiente.

Ella ha escogido ciencias este año, por lo que está en una clase diferente a la mía aunque tenemos algunas clases conjuntas como las de deporte, informática y latín. No recuerdo si alguna más.

—Vamos —espeta Cecile avanzando por el pasillo entre la multitud de estudiantes que se apresuran por no llegar tarde en su primer día.

Dicen que el primer día de clase es donde se define la impresión que les darás a los maestros, por ello es importante.

Mi amiga y yo entramos en la clase que pone cuarto A y buscamos un sitio donde poder sentarnos juntas. Al final, optamos por un lugar en medio de la clase, ni muy delante, ni muy detrás.

—Estoy un poco nerviosa —Le comento a Cecile. Ella está con la mirada perdida acomodando sus cosas en la mesa.

La profesora o el profesor correspondiente aún no ha llegado.

Cecile desvía su mirada hacia mí.

—Tranquila, ya verás como no es para tanto —intenta animarme.

La amistad que tenemos Cecile y yo es algo extraña. Ella me cae bien, a pesar de que últimamente este un poco más rebelde y se pase con el alcohol o haga cosas con varios chicos que yo no haría de esa manera. Es por su parte por la que veo que quizás no haya una gran amistad.

A veces me da la sensación de que no le caigo lo que se dice precisamente bien. Otras pienso que sí, que somos buenas amigas al igual que lo soy con Candice o Caitlin porque Cecile siempre ha estado ahí cuando la he necesitado. Son las veces en donde me mira raro o se comporta de cierta manera extraña conmigo y es entonces cuando pienso que a lo mejor no le caigo tan bien.

—Gracias —murmuro y ella sonríe.

Poco después, la profesora Sanders aparece por la puerta acompañada de un chico alto con ojos azules y pelo oscuro que reconozco perfectamente.

Es David, el chico que conocí en la fiesta de Eiden.

Puedo ver cómo la mayor parte de las chicas de mi clase abren los ojos con fuerza al ver lo atractivo que es el chico.

—Es un dios griego —afirma una pelinegra tocándose de forma coqueta el pelo.

—¿Se puede ser tan guapo? —Le sigue una morena.

—¿Es el chico nuevo? —comenta otra.

El chico camina junto a Letice Sanders y se colocan en frente de toda la clase.

Hoy Letice lleva su pelo recogido en una cola de caballo. En cuanto a su atuendo, tiene una falda negra que le llega por debajo de la rodilla junto con una camiseta blanca de mangas largas y unos tacones negros de punta fina.

Cualquiera diría que se parece a la típica secretaria del hombre rico de cualquier película.

—Es mono —Me comenta en forma de susurro Cecile.

Dirijo mi mirada hacia ella. ¿Se está refiriendo a David?

—¿Quién? —pregunto intentando comprobar si estoy en lo cierto.

—El chico nuevo —responde como si fuera algo obvio.

—Pues yo no lo veo tan guapo —miento.

Ninguna de mis amigas sabe nada sobre el encuentro que tuve con David en la fiesta y creo que por ahora es mejor así.

No es que tenga que esconder algo pero tampoco es que fuese algo relevante en aquella noche caótica.

La profesora Sanders se aclara su garganta para comenzar a hablar.

—Buenos días a todos, como sabréis este año yo seré vuestra tutora. Espero que hayáis vuelto con las pilas recargadas porque este curso será fuerte y para pasarlo debéis de poner esfuerzo y empeño —Todos la escuchan atentamente, incluso David quien sigue de pie a su lado—. Ahora me gustaría presentarles a nuestro alumno nuevo, David Willems, quien se va a presentar de forma breve, adelante —agrega Letice dándole así paso a David para hablar.

David levanta su mirada y por unos segundos veo que la dirige hacia mi. Yo rápidamente aparto la mía y miro hacia la libreta que tengo en la mesa.

Realmente me ha puesto nerviosa su mirada.

—Hola, soy David Willems, vengo de Manchest, un pueblo que queda a bastantes kilómetros de aquí. Mis padres han decidido mudarse por asuntos laborales, tengo quince años, quiero estudiar derecho y creo que eso es todo —Su voz suena alta, firme y con seguridad.

Las chicas al oírle comienzan a babear mientras que yo sigo observando mi libreta como si fuera lo más interesante del mundo.

Parezco tonta.

—Bueno, ahora que el señorito Willems ha terminado de presentarse tenemos que asignarle un compañero de clase que le guíe durante sus primeros días en este instituto —comenta la profesora.

Tengo una clara idea de lo que va a pasar.

—Yo podría hacerlo —dice una pelirroja al fondo de la clase. La conozco, es Penélope Martin, la mejor amiga de Brittany.

—Agradezco su ofrecimiento señorita Martin pero yo tenía pensado dejar que David eligiera por sí mismo a quien quiere como compañero —La profesora le responde con una sonrisa y Penélope agacha la cabeza con desilusión.

David comienza a mirar de un lado para otro. Está recorriendo con su mirada a todas las personas de la clase hasta que parece tenerlo claro.

—Ella —dice señalándome.

Una cierta parte de mí se lo esperaba, es decir, creo que soy a la única persona que conoce medianamente así que veo normal que me elija para que le ayude los primeros días a orientarse.

—Señorita Green, usted entonces será la nueva compañera del señor Willems, ¿está de acuerdo? —Noto como varias personas dirigen su mirada hacia mí y eso me tensa. Nunca me ha gustado ser el centro de atención.

Algunas chicas me miran con celos, otras con alegría y otras muchas me miran pensando en que desearían estar en mi lugar.

Ante la pregunta de la profesora yo me limito asentir.

—Señorita Jones, usted siéntense entonces con Penélope —Le pide educadamente a mi amiga. Ella le hace caso sin rechistar pero oigo como maldice por lo bajo.

David camina hasta donde estoy y toma el asiento que antes estaba ocupado por Cecile.

—Parece que el destino nos une de nuevo —susurra nada más sentarse.

Yo me río por lo bajo al oír su comentario. El chico de los ojos azules me parece tierno y eso que ni lo conozco del todo bien.

—Eso parece —musito encogiéndome de hombros.

Él me regala una sonrisa y luego ambos atendemos a la profesora, la cual sigue explicando y dando su charla acerca del curso.




(...)



Las tres primeras horas de clase se han pasado volando, ahora toca la hora del descanso. Recojo mis cosas de la mesa y me apresuro a salir para dejar lo que no necesito en mi taquilla.

En el camino hacia mi taquilla veo como en el tablón de anuncios de la escuela ya están las inscripciones para los diferentes clubes y actividades extraescolares.

Miro todos con detenimiento pero solo dos consiguen llamar mi atención: el club de canto y el equipo de las animadoras.

Desde pequeña me ha gustado mucho el mundo de la música, al igual que también me parece interesante la gimnasia. Por eso sé que entrar en esos dos clubes no puede ser tan malo y que seguro me gustara.

Así que sin pensarlo dos veces anoto mi nombre en ambos.

—¿Tú animadora? ¿Desde cuándo? —La voz de Eiden me asusta y pego un pequeño salto.

Le miro para luego poner los ojos en blanco.

Eiden y sus comentarios.

—Sí, ¿qué pasa? —respondo algo borde.

—No te veía como el tipo de chica a quien le gustara eso —Él se encoge de hombros y me observa con esa mirada de arrogante que solo él tiene.

Eiden no me cae mal pero eso no quita que mentiría si no confieso que pienso que se cree más de lo que es.

—Casi ni me conoces Eiden —Mis palabras salen solas por mi boca. El chico, quien ahora está apoyado en el tablón y a un lado mío, se ríe.

—En eso tienes razón Courtney.

Antes de que pueda contestarle o de que nuestra conversación continúe oigo la voz de Candice y me volteo para verla. Ella está corriendo hacia nosotros. Sin embargo, Eiden no parece muy contento al verla.

—Hola Courtney —saluda y me da un beso en la mejilla. Yo le sonrío y muevo mi mano en señal de saludo. Ahora ella mira a su novio—. Te estaba buscando, creo que deberíamos de ... —Él la interrumpe antes de que mi amiga termine de poder decirle aquello que quería.

—¿De qué quieres hablar Candice?¿De cómo te comportaste como una zorra en mi fiesta y dejaste que unos chicos babosos te manosearan y sacaran fotos aprovechándose de ti? —Las palabras de Eiden son duras.

Yo no me las esperaba y creo que Candice mucho menos.

Ella ahora lo mira boquiabierta mientras el chico frunce su ceño. Se nota que está enfadado.

—¿Me acabas de llamar zorra? —Es la pregunta que sale por la boca de Candice. Ella sigue atónita con lo sucedido.

—Candice, todos mis amigos te vieron en ropa interior y ahora todo el instituto tiene fotos tuyas en cada pared de cada pasillo, ¿cómo crees que me siento yo ahora después de eso? —La respuesta de Eiden solo hizo entristecer más a mi amiga.

Él se está pasando. Lo de Candice no estuvo bien pero él es su novio y como su novio debería de entenderla y apoyarla, no hundirla más de lo que está. Ya bastante jodido es que los demás te juzguen como para que también lo haga la persona que supuestamente te quiere.

—Eiden, te estás pasando —expreso entrometiéndome en su conversación. Ahora él dirige su mirada hacia mí.

—Tú no te metas Courtney —Me contesta de manera borde.

Eso me hace enfurecer.

—Claro que me meto porque es mi amiga y tú en vez de comportarte como un buen novio estás siendo un idiota. Ella ya está lo suficientemente mal como para que ahora vengas tú a hundirla más —Le dejo las cosas claras a Eiden y ahora miro a Candice quien tiene los ojos llorosos—. Candice, vámonos de aquí —digo agarrando el brazo de mi amiga y tirando de ella hacia algún lugar donde Eiden no esté.

Pienso que el baño es un buen sitio y voy hacia allí con Candice.

Una vez ahí mi amiga no aguanta más la presión y comienza a dejar caer varias lágrimas de sus ojos.

Me acerco a ella y veo lo triste que está. No deja de llorar. Es como si por fin se sintiese libre para expresar lo que siente de verdad.

—Tranquila Candice, todo va a salir bien —Es lo único que sé me ocurre decir para consolarla.

Y sé que es una mierda de consuelo pero también sé que salgan bien o no las cosas todo se termina superando o sino se aprende a vivir con ello.




#####

N.A:

¡Hello! ¡Aquí está el quinto capítulo de la novela! ¿Qué les parece? ¿Les gusta?

Esta vez es Courtney quien ha narrado, como en el primer capítulo.

¿Qué opinan de los personajes? ¿Del chico de ojos azules?

¿Creen que Eiden fue demasiado duro con Candice?

Gracias por leer y si les ha gustado denle a la estrellita o dejen algún comentario. Un saludo <3

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