El club de las C

By Seemydreams_

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Candice, Courtney, Cecile y Caitlin acaban de comenzar su cuarto año en el instituto. Sin embargo, lo que no... More

Introducción
Capítulo 1. Demasiado alcohol para una fiesta.
Capítulo 3. La resaca del día después.
Capítulo 4. Cada acto tiene consecuencias.
Capítulo 5. El chico de los ojos azules.
Capítulo 6. ¿Yo?¿Animadora?
Capítulo 7. No puedes ser tú.
Capítulo 8. Ya ni sale el sol.
Capítulo 9. Te invito a un helado.
Capítulo 10. ¡Que comiencen las pruebas del hambre!
Capítulo 11. Hay amores no correspondidos.
Capítulo 12. Los ideales de belleza.
Capítulo 13. Por miedo al qué dirán.
Capítulo 14. ¿Para que tener un crush si puedes tener nutella?
Capítulo 15. Ruby siempre sonríe.
Capítulo 16. ¿Quedarse en silencio o contar la verdad?
Capítulo 17. Un mal entendido.
Capítulo 18. ¡El cumpleaños número quince de Caitlin!
Capítulo 19. Mi amigo el protector.
Capítulo 20. Una palabra muy fuerte.
Capítulo 21. Las audiciones de canto.
Capítulo 22. Día de amigas.
Capítulo 23. Problemas ajenos.
Aviso importante
Capítulo 24. ¡Es Halloween!
25. Ocultar la verdad es sinónimo de traición
26. Courtlin por siempre
Aviso
27. Dos no se pueden divertir si uno no quiere
28. Demasiado para una noche
29. En el hospital se cuentan mentiras
30. Conozcámonos más.
31. El que quería ser su príncipe y rescatarla
32. ¿Elegir un bando?
33. Una semana de mierda.

Capítulo 2. ¿Donde están mis amigas?

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By Seemydreams_

{En multimedia les dejo a Caitlin Addams}

PUNTO DE VISTA DE CAITLIN

Antes de venir a la fiesta pensaba que podía pasar un buen rato una vez que estuviera en ella. Pobre ingenua e inocente de mi. En su lugar, llevo aproximadamente dos horas, quizás tres, aquí y lo más interesante que me ha pasado es chocar accidentalmente con una chica que me dijo que si quería un cigarro.

Patético, lo sé.

Al entrar mis amigas y yo tomamos caminos diferentes y ahora me arrepiento de ello puesto que no he vuelto a ver a ninguna de las tres, es decir, ni a las dos rubias ni a la morena.

¿Dónde podrán haberse metido?

Me dirijo hacia dónde están las bebidas y entre toda la variedad de alcoholes que hay de por medio me decido por tomarme un vaso de zumo de naranja.

Sí, así de especial soy yo.

Busco un asiento libre que esté tranquilo y en cierta manera alejado de tanta multitud. Por suerte a unos pocos pasos de donde estoy me encuentro un sillón azul que parece cómodo.

Perfecto para mí.

Apresuro el paso para que no se siente ningún grupo de adolescentes en el lugar, parece que no pero en el momento en el que los borrachos toman asiento no hay quien los saque de ahí.

Una vez que estoy ahí me siento tranquila con mi zumo de naranja.

Observo el entorno en el que me encuentro y nada más veo a adolescentes borrachos, bailando como si no hubiera mañana o incluso besándose hasta llegar al punto de parecer perros hambrientos devorando un trozo de carne.

Ugh.

No hace falta que comente mucho más de lo que pienso acerca de ello.

Me quedo mirando durante varios minutos hasta que un rostro masculino que conozco perfectamente se interpone en mi campo visual para luego tomar asiento a mi lado.

—¿Aburrida? —me pregunta mientras en su mano sostiene una bebida. Supongo que tendrá alcohol, no creo que nadie sea tan tonto como para venir a una fiesta donde puede desmadrarse y beber y vaya a tomarse un vaso de agua.

Bueno yo lo he hecho pero lo mío es zumo, eso es más pasable.

Ante la pregunta de Brian asiento.

—Más que aburrida —Doy un leve suspiro para luego darle un sorbo a mi zumo de naranja.

Está delicioso, como siempre.

¿No hay nada que quieras hacer? —Brian piensa en que puede proponerme para que deje de aburrirme—. Puedes bailar —termina sugiriendo, a lo que yo, obviamente, niego con la cabeza.

—¿Yo?¿Bailar?¿En serio me lo estás diciendo? Parece como si no me conocieras Brian —contesto a mi mejor amigo.

Desde que Courtney me lo presentó, Brian y yo nos hemos llevado de maravilla, incluso después de Courtney creo que conmigo es con la que mejor se lleva de las cuatro.

Él me ha llegado a contar sus secretos más profundos y que ni siquiera la misma Courtney sabe.

—Hombre, a una fiesta no se viene a estar sentada bebiendo zumo —comenta Brian encogiéndose de hombros.

Ante su comentario no puedo evitar soltar unas pequeñas carcajadas.

Entonces recuerdo que no he visto a ninguna de mis mejores amigas y pienso que tal vez Brian pueda decirme dónde están.

—En eso te doy la razón —Hago una pausa aclarando mi garganta—. ¿Oye has visto a alguna de las C? —Sí, así es como nos llamamos mis amigas y yo, las C.

No hay que ser muy listo para saber que nos llamamos así por nuestros nombres.

Brian se queda dubitativo ante mi pregunta pero al final termina respondiéndome. De seguro que se piensa que es irónico que yo no conozca el paradero de mis supuestas mejores amigas.

—A Candice y Cecile no las he visto aunque a Courtney la vi antes hablando con un chico alto y de pelo oscuro, será nuevo porque no lo reconocí la verdad —responde mi amigo intentando ser lo más preciso posible.

—Tendré que preguntarle al novio de Candice —suspiro.

No es que Eiden me caiga mal pero tampoco es un chico que sea de mi agrado. Me limitaré a comentar que lo encuentro como alguien demasiado superficial. Aún así respeto que mi amiga le quiera y si ella es feliz con él yo estoy contenta.

—Aunque primero creo que deberías animarte a hablarle a él —me comenta Brian señalando de manera discreta a un chico alto, con músculos tonificados, de cabello castaño y ojos claros.

Y ahora es cuando os presento a mi crush, Nathan Davis, el sub capitán del equipo de fútbol del instituto. Llevo babeando por él desde que entré a este instituto y lo vi en uno de los entrenamientos del equipo.

Él probablemente ni siquiera sepa que existo o a lo mejor con suerte me conocerá como la amiga bajita de Candice.

Sí, porque soy bajita y porque Candice es la más conocida de las cuatro. Cómo para no serlo siendo una diosa griega.

Desde que sale con Eiden le gusta destacar por encima del resto y en cierta manera ha cambiado su forma de ser. Solo hay que ve lo reservada que era antes y lo diferente que es ahora.

Es lo que tiene el amor.

Aun así, en el club de las C cada una de nosotras es diferente a su manera y no solo físicamente sino también en cuanto se refiere a nuestras personalidades. Ninguna es idéntica a la otra. Quizás eso es lo que nos hace tan singulares.

Vuelvo a analizar las palabras de mi amigo Brian, quien me mira detenidamente y me anima a que vaya y hable con mi crush. Brian es cómo nuestro shippeador máximo, como el capitán del barco.

—No creo que sea el momento adecuado —me excuso.

Sin embargo, mi amigo no se da por vencido tan rápido y sigue insistiéndome.

—Caitlin, si no aprovechas ahora que está solo cogiendo unas bebidas nunca podrás hablar con él y te arrepentirás de ello —Me muerdo un poco la uña de mi dedo pulgar pensando en lo que Brian me ha dicho.

Él tiene razón, es ahora o nunca.

Pienso en todas las posibilidades de que esto pueda salir mal y sé que son muchas más que las que pueden salir bien. Sin embargo, en endgame solo había una oportunidad de ganar y ocurrió, así que, ¿por qué no podría sucederme a mi lo mismo?

Con ese pensamiento, me levanto del sillón azul y camino con decisión hasta donde se encuentra Nathan observando las bebidas que están en frente suya. Va a tomar alcohol y eso hace que me avergüence el hecho de que yo estuviese con un zumo antes.

—Hola —saludo de forma casual, colocándome a su lado y mirando las botellas que contienen alcohol para disimular.

—Hey —responde él sin despegar la vista de las botellas. ¿Será un adicto al alcohol? Si es así no sé si podremos llevar adelante nuestro romance.

—¿Qué tal te lo estás pasando? —pregunto intentando establecer un tema de conversación. Él no parece hacerme mucho caso, creo que le parecen más interesantes las bebidas que yo.

Qué suerte tengo.

Hasta que de pronto Nathan se da la vuelta y me mira por primera vez.

—Pues no muy bien ¿y tú? —Es él ahora quien me pregunta.

Noto como con su mirada me escanea de arriba a abajo y eso me hace tensarme y ponerme aún más nerviosa.

Respira Caitlin, respira.

Para tranquilizarme comienzo a juguetear con mis dedos.

Que no lo note, por favor.

—Tampoco muy bien, he perdido de vista a mis amigas y aquí estoy aburrida en una fiesta llena de alcohol y buscando zumo de naranja —Las palabras salen apelotonadas por mi boca. Tras eso solo puedo encogerme de hombros y esperar mi bochorno. Sorprendentemente, en su lugar, él se ríe. ¡Nathan se está riendo!

Oh, bien, le he hecho reír.

La gente poética suele decir que si le haces reír es que estás haciendo algo bien.

Así que estoy haciendo algo bien.

—No me extraña que no sepas dónde están, con toda la gente que hay aquí —responde sonriendo. Me está enseñando su perfecta dentadura y yo tengo que evitar babear ahí mismo.

Opto por la vieja confiable: me río intentado parecer agradable y él me imita.

—¿Y tú por qué no estás muy bien? —me atrevo a preguntarle. Parece ser que la Caitlin vergonzosa ha sido reemplazada unos segundos por una más decidida.

¿Quién diría que podría llegar a hablarle a mi crush después de cuatro años detrás de él?

En realidad alguna palabra que otra habremos cruzado pero ninguna significativa así que yo no lo cuento como tal.

—Mis amigos a veces se pasan de la raya y eso me molesta —Sus palabras salen con decepción y disgusto. Para colmo, arruga la frente al decirlo. No me gusta verle así.

—¿Qué han hecho? —Vuelvo a preguntarle.

Al final va a terminar pensando que soy una cotilla y eso no es que genere una buena primera impresión.

—Hicieron que una chica que estaba un poco borracha hiciera un streaptease —suspira.

Me quedo boquiabierta con lo que acaba de decirme. No puedo evitar pensar en lo desgraciada que se sentirá aquella chica mañana cuando recuerde eso o incluso cuando vuelva al instituto y se lo recuerden.

En cuanto a Nathan, mi adorado crush, el hecho de que se preocupe por eso le hace parecer tan tierno y maduro a la vez. Todo esto le suma mil puntos.

Si es que tengo buen gusto eligiendo.

Sé que me he pasado demasiado preguntándole pero necesito saber la identidad de la chica. Tal vez mis amigas y yo podamos acogerla en nuestro grupo y ayudarla si se meten con ella por haber hecho un streaptease teniendo sólo entre catorce y dieciocho años, que son las edades que tienen los adolescentes que están aquí.

Mis amigas y yo estamos en el último curso de la ESO aunque eso no evita que nuestras edades difieran debido a nuestros meses de nacimiento. La gente normalmente no lo entiende pero es sencillo: cómo Candice y Cecile cumplen antes de que inicie el curso, concretamente en febrero y en abril, tienen quince años mientras que Courtney y yo aún tenemos los catorce porque nosotras cumplimos más tarde, en diciembre y en octubre.

—¿Y sabes quién es la pobre chica que hizo eso? —pregunto porque la curiosidad me mata.

—Creo que la conoces bastante bien —Nathan tuerce sus labios y eso me hace temerme lo peor.

¿Acaso una de mis amigas lo ha hecho?

Todo esto parece que ya se vuelve personal y me temo lo peor.

—¿Es una de las C? —Ante mi pregunta el asiente.

Si tuviera que apostar por una de ellas sería Cecile o Candice porque Courtney, al igual que yo, no sería capaz de hacer eso ni siquiera borracha, o eso quiero creer.

Por un momento pienso que puede ser Cecile, en ese sentido ella es una de las más liberales del grupo pero como últimamente Candice también es así...

—¿Quién? —Me doy por vencida en cuanto se refiere a adivinar y le pregunto. No quiero que piense que juzgo a una de mis mejores amigas a la ligera.

—Candice —En cierta manera me sorprende que fuera ella.

Antes no era así y no entiendo porque ahora ha hecho eso.

Serán los efectos del alcohol.

No quiero temerme lo peor pero el hecho de que hiciera un streaptease me hace plantearme si alguno de los presentes llegó a abusar de mi amiga sexualmente.

—Pero... —Antes de que pueda terminar él me interrumpe como si me hubiera leído la mente.

—Tranquila, nadie la ha violado ni ha abusado de ella —Doy un suspiro de alivio al oírle.

Voy a seguir mi conversación con Nathan hasta que por encima de su hombro veo un rostro que conozco perfectamente y llama mi atención. Es Cecile, quien se está tambaleando mientras camina.

—Me tengo que ir lo siento —me despido de él y corro hacia mi amiga para ayudarla.

Brian, quien nos ve desde el sillón azul, también se acerca a nosotras y agarra por un lado a mi amiga a la vez que yo la agarro por el otro.

—Creo que será mejor que llame a Courtney para saber dónde está y si ha visto a Candice —musito. Brian asiente y Cecile parece que no puede ni caminar tres pasos sola sin caerse.

Eso le pasa por beber tanto alcohol. Ella es demasiado joven para eso.

Marco el número de mi mejor amiga y después de tres sonidos lo coge.

—¿Dónde estás Courtney? Cecile está conmigo y está demasiado borracha —me apresuro a decir.

Yo estoy con Candice en su casa, tuve que traerla aquí por algunos problemas —Sé perfectamente a que problemas se refiere, o mejor dicho a qué problema. El streaptease es el causante seguramente.

Sin decirle nada más le cuelgo.

—Tenemos que sacarla de aquí para irnos a casa —Él me mira extrañado.

—¿Y Courtney y Candice? —pregunta.

—En casa de Candice —Él asiente y entiendo que entendió todo.

Miro a mi amiga y la pobre tiene todo el maquillaje corrido. El vestido está algo manchado, lo que me supongo que será de alcohol, y encima ella misma apesta a alcohol.

Menos mal que tenemos volver a casa de Candice y no a la de Cecile porque si sus padres llegan a verla en este estado creo que la arrestarían durante un par de semanas.

Estamos ya a la salida de la casa de Eiden y no puedo evitar pensar que al final de la fiesta ha sido cuando mejor me lo he pasado, sobre todo hablando con Nathan. Quien diría que esta pequeñaja conseguiría establecer una conversación con su crush y no solo eso, sino encima hacerle reír.

Yo es que he nacido para ganar.

Es broma. Está claro que yo pierdo siempre pero para una vez que gano déjenme disfrutarlo.

Dejo a un lado mis pensamientos y al elevar mi vista veo una parada de taxis.

—Bueno, aquí ya puedo llevarla yo sola hasta el taxi, gracias por acompañarnos —agradezco a Brian. Sin embargo, él no se marcha y viene con nosotras.

—Creo que yo también me iré a casa —informa mi mejor amigo.

Y así es como termina la noche en la famosa fiesta de verano, sabiendo que ya es hora de volver a casa.

###

N.A:

¡Y aquí está el segundo capítulo de "El Club de las C"!

En este capítulo a diferencia del primero ahora narra Caitlin y es que como dije al principio de la novela las cuatro chicas son las que narrarán la historia bajo sus puntos de vista. Aunque no siempre seguirán un orden para narrar cada capítulo.

La novela poco a poco va cogiendo forma así que... ¿Qué opinan? ¿Les gusta? ¿Qué personaje les gusta más?

¿Y por ahora quien de las cuatro chicas les cae mejor o se sienten más identificada con ella? Debo decir que cada una de ellas tendrá una personalidad diferente.

Dejadme vuestra opinión y si os ha gustado pinchad en la estrellita!

Pd: intentare subir varios capítulos durante esta semana para que la novela coja forma aunque después de varios capítulos solo actualizaré una vez por semana.

Un saludo para todos los que me leen, los amodoro❤️

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