Till Dawn (HS) ➡️Español

By harrysfic

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"Tenerla en su cama, en sus brazos, con su respiración en su cuello y su cabello cosquilleando sus labios-fin... More

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By harrysfic

AJA MI GENTE, QUIERO VER ESOS COMENTARIOS SNASJHASJHAGJHXASGYGSYDHHDDHSH. LO QUE NUNCA COMENTARON, LO QUIERO AQUÍ OKKK

Harry encontraba paz peleando; lo había estado haciendo por casi cinco años, y la sensación que ganaba era como una droga para él. Pero repentinamente dejo de hacerlo tan pronto al empezar a ir al gimnasio con Jackson en las noches. El primer día en el que llevó al hermano menor de Clara al gimnasio para tratar de entrenarlo, Harry notó que era tan insoportable como ella le había dicho que era. No escuchaba ninguna de las instrucciones de Harry, la mayor parte era porque se la pasaba viendo a las chicas en las maquinas de correr con su ropa de gimnasia apretado, y la otra parte porque su ego era inmenso y creía que podía hacer cualquier patada o puño que Harry le enseñaba sin ningún esfuerzo. ¿Por qué si quiere me pidió que lo ayudara? Harry se molestó tanto ese día que cuando se fue, liberó toda la rabia que sentía hacia el chico contra una bolsa de gimnasia y....se sintió increíblemente bien. Luego de eso, Harry no tenía la necesidad de seguir peleando, o el tiempo. Clara no estaba muy contenta de que Harry pasara mucho tiempo con su hermano, pero prefería eso que preocuparse por su seguridad.

Ray definitivamente no estuvo contento. Harry fue a la esquina de la calle la cual era demasiado familiar para él, a donde iba todos los jueves, para aclarar las cosas con su jefe, el hombre que indirectamente lo ayudó esos últimos años.

"Es la última vez que vengo," Le informó, con sus manos metidas en los bolsillos de su sudadera. Harry lo miró mientras el final de su cigarro brilló para luego sacarlo de sus labios y expulsar el humo en el aire entre ellos.

"¿Última vez que vienes?" Ray alzó una ceja y puso su mano en su estómago. "No es gracioso, Styles."

"No es broma."

El hombre envejecido lo miró, entrecerrando los ojos, Harry lo miró de vuelta a los ojos y lo único que vio fue un vacío lleno de cigarrillos y dinero ganado ilegalmente. No había paz en sus ojos, Harry quiso vomitar ante la vista de ello.

"Huh," Ray tomó otro bocado. "Es la primera vez que una persona ha pasado de ser mi favorita a la menos favorita en tan poco tiempo. ¿Cuánto fue? ¿Medio segundo? Increíble." Dejo salir una risa grave y Harry no tuvo más nada que decirle al hombre por el cual rezaba por jamás terminar como él.

La nieve fue remplazada por lluvia la última semana de enero. La noche en que caía la lluvia tremendamente, Clara recibió una llamada de Liam cuando iba camino a casa de Harry. No lo había visto mucho últimamente porque había estado ocupada buscando trabajo durante el día, y Harry estaba durante la noche estaba ocupado descargando su rabia contra la bolsa de pesa y gritándole a su hermano.

"Habla rápido, estoy manejando." Clara contestó el teléfono. Lo posicionó entre su hombro y su oreja mientras mantenía ambas manos en el volante.

"Me preguntaba si estabas libre para venir en la noche y ver películas," Respondió Liam suavemente. Clara se tomó su tiempo para responder ya que estuvo ocupada gritándole al auto de al lado que se metió sin ningún aviso. La lluvia golpeaba fuerte su parabrisas.

"¿Películas? Repitió Clara cuando pudo girar en la esquina a salvo. "Oh, cierto. Sí, puedo ir en una hora o dos. Nos vemos." Colgó y tiró el teléfono a un lado suyo, ansiosa por terminar la llamada para que así, su poca capacidad de atención no la hiciera estrellarse contra algún árbol. Cuando se estacionó en la cera frente la casa de Harry, buscó en la parte trasera su chaqueta que siempre cargaba para ese tipo de emergencias. Se la colocó sobre sus hombros y se cubrió el cabello con la capucha (Había pasado horas alisándolo como para dejar que las lluvias de enero arruinaran su esfuerzo).

Corrió hasta la entrada y tocó la puerta de madera. Si había algo que Clara odiase más que congelarse, era mojarse.

Clara sostuvo el aliento cuando la puerta se abrió. Harry se encontró frente a ella con los ojos vacíos y una mancha roja fresca en su camiseta blanca. ¿Cuántas veces la recibiría con las manos ensangrentadas? La respiración que sostuvo en su garganta al verlo, la expulsó cuando miró tras Harry y vio los múltiples agujeros en las paredes y la lámpara rota en el suelo a un lado del sofá, destruida tras haber sido lanzada por causa de la rabia. Lágrimas se acumularon en sus ojos y su corazón se rompió al imaginarse lo peor. Algo pasó con su padre.

"Harry," Su voz fue opacada por el escándalo que causaba la lluvia. Él se hizo a un lado, dejándola pasar. La primera cosa que Clara hizo fue limpiarle las heridas; tomó con cuidado su antebrazo y lo jaló hasta el baño en silencio. Lo sentó en el inodoro mientras envolvía sus nudillos con gaza, justo como lo había hecho un mes atrás.

Luego lo llevó hasta su habitación y se acostaron juntos. Clara le dio indició de que levantara los brazos cuando él se recostó del cabecero de la cama, contra las almohadas, y Harry se dejo. Levantó sus brazos y dejo que le quitara la camiseta sucia. Fue a salir de la cama a buscarle una limpia, pero Harry tomó su mano y la jaló contra su pecho desnudo antes de que si quiera sus pies pudieran tocar el suelo. Clara suspiró y escuchó el latido de su corazón chocando contra su oreja.

"Ya no lo dejaran venir a casa," Habló Harry sin que ella le tuviera que preguntar qué pasó. El pecho de Clara se apretó y levantó la mirada para verlo, su vista alcanzando su mentón en vez de su rostro. Harry bajo su cabeza y así sus ojos finalmente conectaron; el tono rojizo en sus ojos esmeraldas le anunciaron a Clara que había estado llorando. Recordó cuando le dijo que no tenías que llorar por cosas en las que no teníamos el control. Quería repetirle las palabras, pero eran mentira. Las cosas que no puedes controlar son las más difíciles.

"¿Por qué no?" Susurró luego de algunos momentos en que sólo la lluvia era lo que sonaba en la habitación. Harry respiró a través de su nariz y su brazo tomó su cintura, recostándola más contra su cuerpo. Miró al techo y se encogió de hombros.

"Porque se está muriendo."

"Harry, eso no lo sabes—"

" lo sé. Ellos no lo dicen pero todos sabemos que sí."

Clara mordió el interior de su mejilla y se sentó sobre la cama para poder tomar su rostro entre sus manos. Su piel se sintió cálida entre sus palmas, incluso caliente. Sus mejillas estaban rojizas por haber llorado, entonces ella bajo y beso a ambas, probando lo salado cuando presionó sus labios. Las manos de Harry fueron a su espalda baja y jugó con el borde de su camiseta, una manera de distraerse del dolor de cabeza; le estaba dando fiebre.

"Creo que sé justo lo que necesitas." Clara sonrió dulcemente y se alejó, quitándole el cabello de su frente húmeda. "Quédate aquí, ¿Sí? Ya vengo."

Él trató de retenerla tomándola por la muñeca, pero ella se salió de su agarre sin dificultad. Corrió hasta la cocina y trató de recordar donde estaban las cosas mientras encendía una hornilla. Su madre solía hacerle sopa en los días de lluvia, o cuando se sentía mal; Harry cumplía ambos casos ese día. Clara trató de mantener una sonrisa mientras agregaba los ingredientes en la olla y la preparaba lentamente. En su interior, sabía que Harry tenía razón con respecto a su papá. La idea de ya no poder ver los ojos brillantes de Des o escuchar sus historias hacían romper su corazón, pero tenía que mantenerse fuerte por él. ¿Eso es lo que haces cuando te importa una persona, verdad? Guardas tus lágrimas para cuando estés sola en la ducha, para sí darle la mejor sonrisa a esa persona y poder decirle que todo estará bien. Le mientes porque la verdad es lo último que esa persona quiere escuchar.

Una vez que estuvo lista la sopa, Clara llenó dos platos y regresó a la habitación. Harry se había cubierto con las sabanas y estaba ligeramente temblando mientras Clara se sentaba en la orilla de la cama a su lado. Dejo el plato en la mesa a un lado de la cama e hizo que colocara una almohada contra su cabeza para poder nivelarlo y darle la sopa.

"Yo puedo," murmuró, quitándole la cuchara. Clara ignoró su actitud y lo observó comer. Nunca la vio mientras comía y ella podía ver cómo llevaba su mente muy lejos de donde ellos estaban. Cuando terminó, volvió a dejar el plato en la mesa y habló, con su voz seca.

"Hasta aquí llega, ¿verdad?" Harry volvió a recostarse y posicionó sus manos contra su estómago. "Esta es la parte en que todos, incluso tú, me dicen que no se irá, pero sí lo hará."

Clara no respondió. Se acostó con él alrededor de una hora, dejando que sus dedos acariciaran su espalda y ocasionalmente tocaran su trasero. Una vez que su respiración se calmó, Clara salió de la cama y lo besó en la frente antes de irse. La lluvia continuaba sin piedad alguna mientras manejaba a la casa de Liam, permitiéndose llorar. Lloró sólo un poco para poder ocultar la evidencia una vez que llegó a la casa de su amigo. Miraron películas en su habitación, donde recostó su cabeza contra su hombro y comía palomitas del molde. Liam fue quien habló durante la película, comentando pequeñas cosas, compensando el silencio mantenido por Clara; su voz la había abandonado y su mente iba de lo que estaba viendo en la pantalla al chico por el cual se preocupaba inmensamente.

Si reaccionaba de esa manera, golpeando paredes, ante malas noticias; entonces no quería ni imaginarse cómo sería cuando lo peor e inevitable llegara.

En el cumpleaños de Harry, el primero de Febrero, fue la siguiente vez que se vieron. Clara pasó varias veces por su casa pero las luces nunca estaban prendidas; sabía que estaba pasando esos últimos días con su papá, y estaba contenta por ello, porque le daba más tiempo de planearle la sorpresa. Y también le daba tiempo de reconstruir su amistad con Liam; habían salido días seguidos, regresando a cómo eran las cosas antes de todo. A pesar de que, hubo varias veces en que notaba que se quedaba viéndola mucho tiempo, y una vez se quedó dormida en su casa y juró haber escuchado susurrarle algo al oído, algo como 'Arreglaré las cosas', pero no pensó mucho en ello. Era bueno tener a alguien más a parte de Harry en su vida, así Clara no se volvía loca con el amor que sabía que sentía hacia él.

Harry pasó la mañana de su cumpleaños con su padre. Buscaron una manera de tener un desayuno decente en el hospital, una simple tostada francesa con frambuesas y jugo de naranja. Incluso Des le consiguió un ponqué; le contó a una de las enfermeras (La que claramente estaba loca por él) que era el cumpleaños de su hijo y su rostro se iluminó. Rápidamente corrió a la cocina y Harry trató de no reír cuando volvió con un ponqué de chocolate con una vela. Eran exclusivamente para los pacientes, pero la enfermera lo había hecho para complacer a Des.

Cuando Harry regresó a casa, tenía un poco de agua de lluvia en su poca piel descubierta. Buscó la llave en el bolsillo de sus pantalones y abrió la puerta. El interior de la casa estaba oscuro, entonces, se quitó las botas y luego encendió las luces.

"¡SORPRESA!

Saltó del susto al escuchar su voz y se pegó de la pared. Harry miró mientras Clara gateaba para salir debajo de la mesa del comedor, bufando para sí misma y quitándose el cabello de la cara. Finalmente se puso de pie y le sonrió de oreja a oreja.

"Feliz cumpleaños," Se echó un mechón detrás de la oreja y corrió hasta él y lo abrazó. Harry frunció el ceño y miró hacia la mesa donde una torta casera y decorada con unas perlas de vainilla yacía en el centro junto a dos regalos, ambos envueltos de papel azul brillante, todo esperando por él. Luego sus ojos fueron a la botella de champagne.

"¿Cómo sabes que es mi cumpleaños?" Alzó una ceja y puso ambas manos en sus caderas, mirando a su rostro iluminado, en sus ojos podía ver el afecto que sentía por él. "¿Y por qué estabas debajo de la mesa?"

"Era mi escondite para poder sorprenderte," Las mejillas de Clara se sonrojaron. "No fue muy bueno, supongo. Y tu papá me dijo. Lo fui a visitar en estos días."

"¿Sin mi?"

"Sí," Se encogió de hombros y dejo caer sus brazos a cada lado de su cuerpo. Tomó su mano, entrelazando sus dedos y lo jaló hacia la mesa. Con un vistazo de cerca de la torta, Harry notó que el decorado no era muy bueno, en el medio había un '23' en azul, pero el dos lucía más como una 'Z' escrita por un niño de cinco años.

"La decoración de tortas no es exactamente mi especialidad," Clara sonrió apenada y jaló una silla para que él se sentara. "Sé que te gusta más el chocolate, pero a mí me gusta la vainilla, así que la mezcla la hice de chocolate y la capa de vainilla. Así ambos estamos contentos." Aplaudió feliz y lo miró observar la torta por un momento. Su corazón corría contra su pecho, ansiosa por su aprobación como siempre.

"No puedo creer que hayas hecho esto por mí," Frunció el ceño, pero la miró y vio que la expresión de su rostro decayó drásticamente. Haciéndolo reiterar. "Quiero decir, estoy sorprendido, eso es todo. ¿Eso era lo que querías, no? ¿Sorprenderme?"

Su sonrisa regresó y asintió con la cabeza. "Sí, era lo que quería."

Los adentros de Harry sintieron una calidez que no pudo comprender, pero lo hizo sonreír de vuelta. Mordió su labio inferior y se sentó en la silla que ella le había sacado y luego la tomó por la cintura, haciéndola chillar mientras la arrastró hasta su regazo. Clara rió y sus brazos se envolvieron naturalmente en sus hombros.

"¿Qué primero?" Le preguntó Harry, sus manos tomando su trasero y apretándolo. Clara estuvo sorprendida y contenta por el cambio de humor en contraste a la última vez que lo vio; un golpe de orgullo la llenó por saber que esa sonrisa era gracias a ella. Siempre trataba de sacar el dolor en sus ojos, incluso si era por un corto tiempo.

"Qué tal si abres tus regalos?" Sugirió, luego giró su torso para mantenerse sobre su regazo pero a la vez poder alcanzar los regalos. El primero, era una caja larga, pero se sintió liviano cuando se lo dio. Harry nunca había recibido un regalo ni en su cumpleaños ni en navidad por alguien más además de su padre; simplemente no había nadie en su vida que le importara. Su última novia estuvo con él en su cumpleaños, pero no sabía la fecha, así que no hicieron nada juntos. Tampoco que él hubiese querido, de todas maneras.

Mientras Harry rompía el papel, se sintió como un niño, sin poder ocultar los hoyuelos en sus mejillas. Una caja sencilla fue lo que vio y miró a Clara con confusión antes de abrir la caja y sacar lo que había dentro. Carcajadas fue lo que se escuchó por parte de la chica en su regazo mientras levantó el delantal con una imagen de un hombre desnudo impresa en él. Los ojos de Harry se ampliaron por un momento y su expresión de sorpresa hizo que Clara enterrara su cara en su cuello, sin dejar de reír.

"¿Crees que es gracioso, uhm?" Harry no pudo evitar sonreír ante su infantil sentido del humor mientras doblaba el delantal y lo dejaba en la mesa.

"Tienes que usarlo para mí," Clara sacó su rostro de su cuello y se limpió las lágrimas de la risa.

"No ahora," Se sonrojó y negó con la cabeza. No nunca, quiso decir. "No entiendo el punto de eso cuando simplemente puedo estar desnudo."

Clara alzó una ceja. "¿Oh? ¿Harías eso?" Cocinar desnudo conmigo."

"Sólo si tu también estás desnuda."

Clara rió suavemente y se acercó para darle un beso en sus labios. ¿Qué estaban haciendo? ¿Coqueteando? No sabía exactamente qué era, pero amaba ese lado de Harry y rogaba porque se quedase así por el resto de la noche.

Volvió a girarse y cogió el otro regalo. "Este es de parte de tu papá y mía," Habló gentilmente, sus ojos corrieron hasta Harry al mencionar a su padre. Él simplemente asintió y tomó la pequeña caja entre sus manos. Clara lo observó abrir el papel de regalo y vio cómo sus cejas fueron fruncidas ante la vista de lo que había debajo del papel.

"¿Un teléfono?" Miró a la caja del dispositivo, reconociendo que era el mismo que Clara tenía. La miró y ella apuntó al dispositivo entre sus manos.

"Es rosado y dorado. Sé que probablemente lo hubieses querido negro, pero pensé que necesitarías un poco de color en tu vida."

Harry giró la caja en su agarré y comenzó a negar con la cabeza. "Clara...esto es demasiado." Ni siquiera tenía un plan de servicio. ¿También habrá pagado por eso?

"No fui sólo yo," Le recordó, jugando con su cabello en su nuca. "Sólo pagué por la mitad y lo elegí. Eso fue todo. Sólo sé agradecido, ¿Podrías?" Sonrió y jugó, acariciando su mejilla con la punta de su nariz.

"Ni siquiera necesito un teléfono," Harry debatió pobremente. Mientras más lo veía, más le gustaba."

"Sí, si necesitas uno. Cállate. Ahora puedes llamarme cuando quieras hablar, o puedes mandarme un mensaje cuando estés aburrido o..." Clara bajo su mano hasta su entrepierna y apretó. "Cuando estés sólo. Ya guardé mi número."

Harry sostuvo la respiración y dejo la caja en la mesa a un lado del delantal. Negó la cabeza con incredulidad y luego llevó sus manos a sus mejillas, acercando su rostro hacia el suyo para poder plantar un dulce beso sobre sus labios. "Gracias, Clara." Murmuró. "No tuviste que."

"Pero quise," Susurró, tocando su nariz con su dedo para luego alejarse. Su cabello caía por su rostro y la iluminación de la luz sobre la mesa hacía que su piel dorada radiara con algo que él deseo que la suya crease el mismo reflejo. Harry fue hasta sus labios, inclinándose, pero ella lo empujo por el hombro y echó la cabeza hacia atrás, riendo.

"Todavía no," Sonrió y tomó la botella de champagne. "Abramos esto primero." Abrió la botella y la dejo en la mesa para poder tomar las dos copas que había sacado para ellos, aún estando en su regazo. El movimiento de sus caderas hizo que Harry gruñera, sus pantalones sintiéndose un poco apretados. Juró haber visto una sonrisa en los labios de Clara, y supo que lo hizo apropósito. Clara sirvió champagne en ambas copas y luego le tendió una a él.

"En realidad no bebo alcohol," Dijo negándose, viendo el líquido claro en la copa.

"Yo tampoco, pero pensé que sería divertido." Sonrió y bebió, el líquido quemando su garganta. Arrugó la cara ante el sabor en su lengua y presionó los labios. "Creo que sólo beberé una copa. Qué bueno que hice esta torta para quitarnos el sabor." Sonrió de nuevo y Harry miró sus labios, los cuales estaban brillosos por el champagne.

"Yo igual," Estuvo de acuerdo, pestañeando y saliendo de su trance para tomar un pequeño sorbo. No le gustó para nada. En realidad sólo quería besarla.

Harry volvió a inclinarse y esta vez la tomó por sorpresa, sus labios se encontraron con los de ella antes de que pudiera empujarlo. Una sonrisa de expandió entre sus labios y el sabor del alcohol se pasó entre sus bocas mientras su lengua saboreaba sus labios abiertos, luego, se deslizó dentro. Ella no apretó sus hombros ni se restregó contra él para tentarlo—Clara dejo que sus dedos se enredaran en su cabello y su boca se movió con un deseo inmenso, el cual quiso culpar debido al alcohol pero ya se había admitido a sí misma que estaba derretida por este hombre y por las cosas que podía hacer con su lengua.

Harry fue el que rompió el beso y la dejo jadeando. Mantuvo sus labios a centímetros de los suyos mientras los partía para hablar. "Cortarme un pedazo de torta," la sorprendió, susurrándole las bajas palabras. Su voz le ocasionó un corrientazo por su espina y de alguna manera, gracias al brillo en sus ojos, Clara supo que él no planeaba dejar las cosas que ya habían empezado. Asintió sin respiración, tragó seco y luego se giró para cortarle un pedazo de la torta de chocolate y vainilla, con sus dedos temblando. La sensación de los pulgares de Harry trazando círculos en los huesos de sus caderas actuó como una distracción; Tomó el cuchillo y cortó un pedazo, para colocarlo en una servilleta y dárselo.

Los ojos de Clara siguieron sus manos mientras cogían un tenedor y daban una probada. Masticó lentamente, tensando la mandíbula, y su yugular bombeando; el tipo lo estaba haciendo apropósito. Ella trazó sus dientes con su lengua y tomó el resto de su champagne mientras él tragaba el pedazo de torta.

"Dulce," habló, lamiendo sus labios. Clara sintió su centro mojado al igual que su músculo que acababa de humedecer sus labios. "Está muy buena."

"Gracias," Clara respiró. De repente, Harry soltó el tenedor en la mesa y luego con sus manos, la tomó por el cuello de su camiseta, quitándosela.

"¿Qué estás haci—?"

Harry untó sus dedos en la vainilla para luego llevarlos a su pecho expuesto. Clara jadeó ante la sensación de la crema mezclada con su piel descubierta.

"Pero sé cómo hacer que sepa incluso mejor," Harry empujó su rostro entre sus pechos y su caliente boca peso toda la piel, abierta y tortuosa. Ella jadeó de nuevo mientras su lengua recogía toda la crema y dejaba con sí un disparo de nervios que se dirigían a su estómago. Clara tomó sus hombros con una de sus manos y la otra se apoyó en el orillo de la mesa, dejando su boca abierta con placer. Había hecho lo mismo cuando hicieron las crepes, pero algo con su lengua muy cerca de sus pezones, la hacían derretirse en su regazo.

"Mucho mejor," Murmuró contra su piel. Elevó la cabeza y un poco de crema sobraba en la esquina de sus labios. El pecho de Clara subía y bajaba con cada respiración que tomaba. El alcohol definitivamente la estaba afectando, cada pensamiento coherente se había esfumado.

Clara dejo salir un chillido cuando el par de brazos la alzaron por la cintura y la sentaron en la mesa. El papel de regalo roto, los platos de plástico y todo lo demás cayó en el suelo mientras Harry quitó todo de la mesa para abrir espacio. Su espalda fue presionaba contra la madera artificial y su espalda dolió por el brusco contacto, pero el dolor fue opacado por el deseo y el champagne que corrían por su sangre.

"¿Estás borracho?" Espetó sin aliento, riendo mientras lo veía a través de sus pestañas. Harry enterró su mano en la torta y esparció todo en su pecho.

"De ti, bebé." Usó su mano limpia para desabrocharle el sostén y tirarlo al suelo junto a todo lo demás que estuvo en su camino. La espalda de Clara se arqueó de la mesa mientras su mano llenaba su pecho con la mezcla de la torta y crema (se aseguró de que sus pezones estuviese completamente cubiertos) y luego bajo por su estómago, deteniéndose justo encima del borde de sus pantalones. Su rostro estaba completamente concentrado, observando su cuerpo y el desastre que había hecho. Estaba orgulloso de su trabajo.

"Es mejor que limpies eso," Clara mordió su labio y rió con anticipación. Harry se encontraba entre sus piernas, y ella las envolvió en su cintura para mantenerlo en su sitio. Él tomó su mentón entre sus dedos antes de inclinarse.

"Te ves deliciosa," murmuró, respirando contra su mejilla. Clara tomó su cabello y él comenzó a besar su piel, empezando por las esquinas de sus labios. Su boca estaba caliente y suave contra ella mientras bajaba sus besos por su garganta, donde podía sentir cada pulso de sus arterias y cada respiración pesada que corría por su tráquea.

Cuando su lengua tocó sus pechos, Clara dejo salir un gemido. Lentamente lamió la crema en sus pechos para luego ir a sus pezones. Tomó uno en su boca mientras la otra se apoyaba en la mesa para mantener su cuerpo sobre el de ella. Clara gimió mientras sus dientes apretaban y su lengua creaba un desastre en su cuerpo, tomando de nuevo el pezón entre sus labios. Su abdomen se contrajo y sus muslos temblaron contra la mesa mientras sus gemidos gradualmente aumentaban de volumen.

"Mierda, Harry." Clara lo jaló del cabello y él se separó por un momento para lamer el exceso de crema de sus labios. Volvió a agachar su cabeza y terminó con el otro pecho antes de bajar por su estómago recolectando la crema. Su lengua se detuvo cuando terminó de lamer lo último de su postre, justo encima de sus pantalones. Sus ojos se oscurecieron mientras tomaban el borde de los jeans y los bajaba por sus muslos. Clara jadeó impaciente y los sacó de sus tobillos, para sí acostarse sobre la mesa con sólo sus bragas negras.

"Dime lo que quieres," Demandó, con la voz firme y peligrosamente baja. Ella alzó las caderas y maldijo bajo su respiración.

"Pruébame," respondió vagamente.

"¿Dónde?" Su mano cubrió sus bragas y ella movió sus caderas para restregarse contra ella.

"Tú sabes dónde."

Harry se agachó sobre sus rodillas y tomó sus suaves muslos, abriéndolos. Sus dedos tomaron el borde de sus bragas y las jalo por sus interminables piernas; Clara continuó impaciente, sin aliento y desnuda, totalmente lista. Sabía que era su cumpleaños, no el de ella, pero nunca dijo no ser egoísta. Tan pronto como su lengua tocó su clítoris, gritó con euforia y sus caderas temblaron, sus muslos justándose en sus hombros.

"Quédate quieta," Harry murmuró contra ella. Su mano mantuvo a su muslo de no cortarle la respiración mientras empezaba a recorrer su lengua entre los pliegues, probando la excitación que él había creado en ella. Los ojos de Clara pesaban y pegó su cabeza contra la mesa. La humedad de su lengua y de su coño hacían que cada chupada y lamida fueran audibles y alcanzaran sus oídos. Un fuego se creó en su estómago y gritó su nombre.

Harry se apuró con su segundo (¿tercer?) ronda de postre. Enterró la yema de sus dedos en sus muslos y probó la crema que llenaba su lengua, más dulce que cualquier otra. El sonido de sus aullidos y gruñidos hicieron que su polla ya dura doliera contra sus pantalones. Apresuró el ritmo de su lengua, limpiando su orgasmo, enterrando su lengua en su hendidura, preparando el área para él. Clara hizo puños sus manos, enterrando las uñas en sus palmas y momentos después su cuerpo cayó en un estado de puro placer. Su orgasmo cayendo por los labios de Harry y su mentón. Se puso de pie, limpiándose los labios con su mano y abrió sus pantalones con sus dedos.

"¿Ahora me vas a follar?" Clara sonrió perezosamente y él rió.

"Mi chica lista," expresó, quitándose los pantalones para luego llevar sus manos a su bóxers. Clara dejo salir un quejido y pateó su muslo.

"No, yo lo hago."

Harry alzó una ceja pero dejo sus manos caer. La miro con diversión y lujuria mientras ella presionaba sus manos en la superficie de la mesa y lentamente levantaba su cuerpo, frunciendo sus labios. Pasó una mano por su cabello antes de arrimarse a la orilla y alcanzar su ropa interior.

"Eres tan sexy," Lo miró y bajo sus bóxers negros, bajándolo por su trasero y dejando que su rígida polla saliera y chocara contra su estómago preciosamente marcado. "Todo mío."

"¿Tuyo?" Harry frunció las cejas mientras pensaba que había dicho algo muy complejo como para que él lo entendiera. Clara tomó su erección y él siseó, sintiendo sus dedos fríos contra su cálida piel.

"Sí, mío." Su pulgar corrió por su cabeza, recogiendo un poco de semen. Quería arrodillarse y devolverle el favor pero ambos estaban muriendo por conectarse así que decidió dejarlo para una próxima vez. Hace un mes, no tuvo la confianza de que pudiera haber una próxima vez, pero ahora podía imaginarse mil más por venir.

Harry se acercó más a ella para que el calor entre ellos se intensificara. El aire entre ellos lleno de deseo y necesidad. Pero ahora no era la misma necesitaba que antes solía ser; no era la necesidad de distracción, sólo la necesidad de estar juntos, en la mayor extensión de la palabra. Él tomó su polla entre su mano y la restregó contra sus pliegues, conectando sus miradas. Uso su otra mano para tomar su mejilla, su toque suave a pesar de la textura dura de su piel.

"Si yo soy tuyo, entonces tú eres mía."

Entró en ella con un solo movimiento de caderas, su polla deslizándose todo el camino, profundo haciendo que la cabeza de ella se echara hacia atrás, con su cabello cayendo debajo de la mesa.

"Siempre he sido tuya, maldito," Jadeó, sintiéndolo empezar a moverse. Los movimientos bruscos de sus embestidas hacían contraste con las dulces palabras que acaban de ser dichas. Clara tomó su bíceps, sintiendo al musculo expandirse y contraerse mientras mantenía el ritmo.

"Mierda, justo ahí," Tapó con su mano su boca para callar sus gemidos, pero Harry la apartó.

"Quiero escucharte," rechinó, las venas visibles en su cuello. Clara asintió rápidamente y dejo que sus sonidos de placer salieran de sus labios. Sus pieles chocaban juntas y la mesaba rechinaba bajo su cuerpo. Harry se empujó dentro de ella una vez más antes de tomar sus piernas bajo sus brazos y levantarla. Sus cuerpos se mantuvieron conectados mientras la cargaba hasta la pared, sus muslos se apretaron contra su torso mientras continuó sus embestidas sin piedad una vez que su espalda fue firmemente apoyada contra la pared. Lo último que quería era su semen regado por toda la mesa donde él y su padre comían juntos.

"Estás malditamente apretada," siseó. Una mano se apoyó contra la pared mientras la otra la sostenía sobre su trasero para mantenerla presionada contra su cuerpo. Su polla llegaba más profundo gracias al nuevo ángulo, rozando el sitio que la hacía muy escandalosa para él. Sus testículos se rozaban con sus muslos, agregando esa sensación a todo un conjunto.

"¡Harry! Sí, bebé." Clara jadeó y se apretó alrededor de él, enterrando sus uñas en su espalda. "Tan grande,"

Sus labios encontraron los de ella y se besaron profundamente, con hambre por el otro. Habían estado hambrientos esos últimos días y ahora se estaban devorando el uno al otro. Clara chupó su labio interior y sus manos fueron a su culo firme, finalmente dándole el apretón que siempre quiso. Esto, hizo a Harry ir más rápido, sus caderas chocando entre sí y sus respiraciones cortándose mientras enredaban sus lenguas. Clara sintió el ardor regresar a su estómago mientras se envolvía alrededor de él.

"Conmigo, princesa," Harry le ordenó contra sus labios. Físicamente podía sentir el dolor y los recuerdos de la última semana salir por sus poros junto con su sudor; su orgasmo se estaba acercando y el ritmo en sus embestidas disminuyó. Cuando lo golpeó, sintió al cuerpo de Clara contraerse y a sus muslos temblar. Harry gruñó, enterrando su rostro en sus hombros mientras su corrida la llenaba con cinco largos disparos, cayendo por sus muslos el pegajoso y caliente líquido.

Luego, sintió algo contra su trasero. Clara, en su estado adormecido, había gritado su nombre y azotó su trasero mientras pasaba su segundo orgasmo de la noche. Harry sintió sus ojos ampliarse y dejo su cuerpo caer de su agarre, dejándola sostenerse sobre sus pies. Ella dejo su brazo alrededor de su hombro porque no confiaba en que sus piernas funcionaran en esos momentos cuando la euforia aún corría por sus venas.

"¿Acabas de darme una nalgada...?"La miró, jadeando y ella le sonrió, con los ojos caídos.

"Sip," Se puso de puntillas para darle un beso. "No pude evitarlo. Puedes devolver el favor, si quieres."

Harry miró a esta extravagante chica quien aclamaba ser toda suya; su cabeza negó lentamente y rió a través de su pesada respiración.

"La próxima vez, nena. Te azotaré hasta que mis dedos estén marcados permanentemente en tu culo."

Las mejillas de Clara se sonrojaron mientras las fantasías llenaban su mente. Mordió su labio y acarició su pecho, suspirando feliz. Incluso si aún habían obstáculos para ellos, y la cruda realidad esperaba por ellos fuera de la cálida casa, Clara estaba contenta en ese momento, por primera vez en mucho tiempo. Su mente no la molestaba, a pesar de que su orgasmo la tenía drogada—de él. Se sentía como si pudiera pensar con claridad, y todo en lo que podía pensar era en que él era su todo. Nunca desearía estar con alguien más.

"Feliz cumpleaños, Harry." Clara lo abrazó por el torso y recostó su cabeza contra su pecho. Él la abrazó un momento después, apoyando su mentón en su cabeza y inhalando la esencia de su champú de almendras.

"Eres el mejor regalo que me han dado," Susurró, demasiado bajo como para que ella lo escuchara.

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Harry regresó a su casa luego de haber llevado a Clara a su apartamento. No se había llevado su auto porque decía que hubiese 'arruinado la sorpresa' y que él lo hubiese visto en la calle. Pasaron varias horas juntos antes de que ella empezara a bostezar y le informara de que por fin pudo obtener una entrevista de trabajo, la cual sería temprano al siguiente día. Un ceño estuvo presente en sus labios durante todo el camino hasta su apartamento, no quería pasar la noche sólo otra vez. Era cuando estaba sólo, que todo empezaba a doler.

Aún mantenía el ceño mientras buscaba las llaves en sus bolsillos. El metal chocó entre sí, creando un sonido en el silencioso vecindario. Estaba completamente envuelto en oscuridad, dificultándole el poder ver entre las frías llaves en sus manos, todas se sentían igual entre sus dedos.

Un raro sonido se escuchó detrás de él y miró detrás de su hombro. Sus ojos se entrecerraron para poder ver a través de la oscuridad de la noche; apenas podía distinguir una figura de pie en la cera. Harry sintió su cuerpo tensarse y sus hombros se alzaron a la defensiva. La figura no se movió.

"¿¡Puedes salir de mi patio!?" Harry gritó luego de unos segundos, la confusión llenado su rostro. Hubo otro sonido mientras la figura caminaba entre los arbustos, acercándose pero no lo suficiente para permitirle a Harry tomar una vista clara de su rostro. La figura alzó su brazo, lucía como si, si no supiera mejor de la situación, como si le estuviesen dirigiendo algo a su pecho. Harry apretó las llaves en su mano y volvió a buscar entre ellas, pero sus nervios tomaron lo mejor de sí y se le cayeron al suelo. El sonido de las llaves de metal haciendo contacto con el concreto fue superado por un crujiente y ruidoso sonido que llenó los oídos de Harry y lo hicieron arrugar el rostro.

Cuando volvió a mirar, la figura ya no estaba. Harry dio pasos hacia atrás y su espalda chocó contra la puerta. Su pierna. Un intenso dolor disparó por su pierna y su respiración se detuvo. Su espalda se deslizó contra la pared mientras caía al suelo. Su mano sintió su muslo, justo encima de su rodilla, donde el dolor se disparaba por todo su cuerpo— era tan intenso, un dolor tan fuerte que le nublaba los sentidos y la capacidad de respirar. Cuando tocó el área, algo cálido y mojado lleno su mano.

Harry jadeó por aire. Todo parecía salirse de su control, su visión se nubló con algo blanco que no podía quitarse. Buscó en su bolsillo trasero el teléfono que Clara le acababa de dar. Trató de respirar mientras buscaba su nombre en la pantalla y presionaba llamar.

Repicó, repicó y repicó en su oído antes de que el teléfono cayera de su agarre y cayera en el frío concreto que ahora estaba cubierto con su sangre.

+

"Slayed in the kitchen, I Iced you a cake, then I served you a plate, but that ain't what you ate, no. We've been busy doing all fifty shades, while we listen to Drake. We under hot love and emotion."

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