Te miraban aún, tú querías correr pero no podías, tus piernas no respondían, tú querías irte de ese lugar, harías cualquier cosa por hacerlo, pero no había que aguantar todo lo que te pasaba, hasta que abriste los ojos asustada, tu respiración estaba agitada, tus manos y piernas temblaban, no pudiste controlarte, te levantaste de tu cama dispuesta a tomar agua. Abriste la puerta y escuchaste pasos en la cocina, tú te asustaste y caminaste muy lento con el fin de no llegar nunca a ese lugar pero lo hiciste, a pesar de todo lo que te imaginaste ninguna teoría que fueron pensadas exclusivamente por el profundo miedo que sentías era real, por otro lado era Will, suspiraste tranquila, pero te preocupaste cuando viste que él estaba en la misma condición que tú y se encontraba tomando agua , tu respiración agitada y también la de él se escuchaban en toda la sala, lo miraste y él te miró.
-¿Algún consejo?-dijiste mirando sus ojos con un poco de tristeza.
-¿Usted cree que si tuviera alguno estaría peor que antes?-dijo aún con su respiración agitada.
-No sé cómo voy a seguir con esto-dijiste con pena en tus palabras.
-Yo lo hice, yo seguí, tú también lo harás-dijo con un grado de esperanza.
-¿Por qué lo haría?-dijiste con un nudo en la garganta.
-Debes seguir con esto como yo lo hice, debes ser fuerte, debes aguantar para seguir con esto, sé que es díficil pero tarde o temprano, pasará y todo volverá a la normalidad-dijo Will con la cabeza mirando al piso, todo eso lo dijo sin mirarte a los ojos, como la primera vez que lo viste pero a diferencia de ese momento sentías que estaba avergonzado.
-Debemos seguir-dijiste igualmente mirando al piso y una vez más el silencio se apoderó del lugar.
Él se dió vuelta, se fue a su habitación y te quedaste sola en ese oscuro lugar, no veías nada más que el agua que estaba en aquel vaso que tienes en tu mano, y ésta tiembla levemente.
Te fuiste de ese lugar dejando el vaso en la mesa y te dirigiste a tu habitación, te acostaste en la cama, empezaste a ver el techo y no podías dormirte, imaginaste un millón de cosas que al final después de pensar tanto no tenía el menor sentido a pesar de todo esos pensamientos no te quedaste dormida, saliste de la habitación y por lo tanto saliste de la casa de Will dispuesta a sentarte en la silla que él había dejado para sentarse a mirar el paisaje, hoy cumpliste su uso, te sentaste y sentías como el nudo de tu garganta se hacía más fuerte, al principio salió una lagrima, después otra, hasta que después todas salieron juntas, haciendo más ruido en el ambiente, te preguntabas por qué te pasaba esto, por qué Will se preocupaba por ti, cada vez eran más lagrimas que salían de tus ojos, hasta que escuchaste que se abría la puerta, rápidamente te secabas las lagrimas con la manga de tu polera, sentiste una mano en tu hombro.
-No podía dormir, ya que tus lagrimas se escuchaban-dijo Will mirándote haciendo que tú también lo hicieras.
-Disculpa, soy una tonta, no debí interrumpir tu sueño, tú no lo haces-dijiste con una profunda pena en tu voz que hasta el más tonto lo notaría.
-No te preocupes, está...bien-Dijo Will sentándose en la silla de al lado.
Y se quedaron en silencio, ambos mirándose para luego mirar el paisaje que estaba delante de sus ojos.
-¿Por qué llorabas?-dijo Will mientras tú lo mirabas, él seguía mirando el paisaje.
-Tengo pena de lo que me sucede, jamás me pasó-dijiste rompiendo en llanto.
-Estarás bien, sé que no te acostumbrarás pero por lo menos no será tan doloroso recordarlo-dijo Will
-Will...no sé por qué sigues ayudándome-dijiste con mucha pena nuevamente.
--Yo...tampoco-Dijo Will riéndose a lo que tú también lo hiciste-¿Quieres tomar alcohol?.
-Eso no se pregunta-Dijiste
Él se fue y volvió segundos después con una botella de alcohol y dos vasos, él te pasó el vaso cuando estaba lleno, lo tomaste al mismo momento en que lo tomó él y luego tomaste más y más, hasta que no tenías nada de conocimiento de lo que estaba pasando, tú solo tomabas más y más al igual que él, hasta que no sabías lo que hacías.
Te despertaste en la misma habitación, trataste de recordar algo de lo que sucedió ayer pero no lo lograste, te dolía mucho la cabeza y te levantaste de la cama, cuando estabas en el comedor, viste a Will con su mano en su cabeza con un aspecto horrible, tenía ojeras además no podía caminar de forma normal por lo tanto lo hacía lento.
-¿Qué sucedió ayer?-le preguntaste a él.
-No sé, no recuerdo nada-dijo Will con una sonrisa que hace tiempo querías ver.
Tú te reíste, volteaste tu cabeza y viste la botella de alcohol que estaba a menos de la mitad y viste dos vasos, tú te acercaste, tomaste el vaso.
-¿Algo que ver con esto?-alzaste el vaso y te reíste.
Will miró el vaso con curiosidad.
-Puede ser-Dijo Will sonriendo.
Will preparó café y te entregó un vaso lleno, tú te lo tomaste lentamente ya que no estaba muy frío que digamos, hasta que llegaste hasta el final y dejaste el vaso en la mesa.
-No recuerdo pero estoy segura que fue el alcohol, es una conducta indecente, si Hannibal se enterara no reaccionaría del todo bien-dijiste divertida con una sonrisa en tu rostro.
-No tenemos que decirle a Hannibal-dijo Will.
Hasta que los dos escucharon el timbre y Will fue a abrir, para sorpresa de ambos era Hannibal.
-Hola-Dijiste con un beso en la mejilla.
Ambos notaron que Hannibal volteó su vista a la botella de Alcohol, Will y tú se miraron, sonrieron.
-¿Quieres un poco?-dijiste tomando la botella de alcohol y riéndote, Will también se rió, Hannibal sonrió divertido.
-¿Quieren cenar en mi casa?, es una invitación para hablar entre amigos-Dijo Hannibal.
-Jamás diré que no a esa invitación, es tentadora-dijiste sonriendo para aquel hombre, observaste con detenimiento sus pómulos que te parecían un buen detalle en su rostro.
-Yo también acepto-dijo Will.
Hannibal los llevó en su auto, cuando llegaron a su casa, Will y tú se sentaron en la mesa que no era para nada pequeña, minutos después llegó aquel hombre con unos platos que se veían deliciosos, él dejó los platos en su lugar, tú comiste y sentiste un conjunto de sabores que eran más que agradables, sin duda él cocinaba de maravilla.
-No comí algo mejor en toda mi vida-dijiste impresionada por la comida.
Hannibal sonrió y comió un pedazo de carne, sin duda aquel hombre era muy misterioso, muchas veces hablaba y otras veces se quedaba callado con una sonrisa, como ahora, aunque muchas veces, se quedaba callado y no sonreía, se quedaba mirando a ningún lado, provocando escalofrios.
Cuando terminaron de comer, Will se fue y tú te quedaste para hablar de lo que te sucedía, sabías que él era la persona correcta para hacerlo, él te provocaba tranquilidad.
-Bien, habla conmigo, ¿Qué te sucede?-Dijo Hannibal con curiosidad en sus ojos.
-Hace muchos días me pasa que tengo pesadillas sobre gente muerta, me despierto temblando y con respiración agitada-dijiste con pena nuevamente.
-¿Hay algún suceso que ocurrió y no me dió conocimiento de ello?-dijo Hannibal mirándote.
-N-no-dijiste tratando de hablar normal, pero no lo conseguiste, tartamudeaste.
-Su postura me dice lo contrario-dijo.
-Maté a una persona, fue defensa personal, Entró a casa de Will, él no podía escapar y yo hice lo que tenía que hacer-dijiste apenada con recordarlo.
-Sabes que debiste decirmelo antes...-Dijo.
-Lo sé, pensé que Will te lo había dicho-Dijiste la razón real por la que no hablaste de él sobre el tema.
-Debes decirme qué pasa.
-Te lo diré no te preocupes-dijiste con una sonrisa.
Luego de eso te fuiste y recordaste ese momento, tenías un nudo en la garganta, te dolió mucho asesinar a alguien, hasta que no pudiste aguantar más y lloraste, veías todo borroso por tus lagrimas, tus ojos estaban rojos y caminabas lento, estabas segura que aquella alma te perseguía por matar a ese tipo aunque sabías que era la vida de Will o la de él, es obvio que eliges la de tu "amigo" no tenías el conocimiento si te trataba como tal pero para ti era alguien importante, él se preocupaba por ti, como nadie lo había hecho, excepto Hannibal, él también se preocupaba por Will y por ti, harías lo que sea por defenderlos.
Llegaste a la casa de Will, él te abrió la puerta y te dedicó una sonrisa, tú también le sonreíste, no estabas tranquila después de lo que hiciste fue hace días y no era tan fácil olvidarse de aquello, estabas arrepentida por lo que hiciste pero a su vez estabas orgullosa por defender a Will y estabas feliz porque estaba vivo gracias a ti.
-Quería decirte algo, que hace tiempo debí haber dicho, tú mataste a alguien por defenderme y quería decirte...gracias, muchas gracias por asesinar a alguien por mí, gracias-dijo con una sonrisa.
-Tú también lo harías por mí, estoy feliz con que estés vivo, yo lo haría mil veces-dijiste también sonriendo
-Y siento que por mí, estés sufriendo pesadillas-dijo apenado.
-Idiota...tú no querías que ese tipo te amenazara, tú no te lo buscaste, yo te defendí porque fue algo que pasó y tenía que hacerlo, la próxima vez que te sientas culpable con eso, no responderé de una buena manera-Dijiste enojada pero igualmente tu rostro tenía una sonrisa.
-Me sentía culpable...pero me siento bien con que no pienses lo mismo-dijo.
-Jamás pensaré eso de ti, eres... mi amigo-dijiste la última palabra con miedo por temor a su reacción.
-Eres...mi amiga-dijo también la última palabra con miedo.
-Eres un gran amigo-dijiste ahora sin miedo.
-Eres una excelente amiga-dijo también sin miedo.
Jamás pensaste que serías amiga de alguien porque lo defendiste matando a otra persona, pero es con algo que te conformabas, sonreíste, eras amiga de alguien que jamás pensaste que lo serías, luego hablarías de tu corazón acelerado cada vez que se acercaba, pero era muy temprano para eso, era demasiado apresurado para hablar de lo que ocurría en tu cuerpo cuando se acercaba, pero sabías que era por miedo a que diría él, que no sienta lo mismo que tú, que te vea como una amiga, pero ser amiga de él, era sufiente para ti ahora, necesitabas un amigo en quien confiar y Will era perfecto para eso.
Tú no escuchabas nada, la sala estaba en silencio, te gustaba escuchar su voz, caminaste por la casa y observaste por la puerta, estaba él, lo miraste y sonreíste. Te gustaba verlo, dejaste de mirarlo y te fuiste. Después de unos segundos él salió, tú te viste al espejo y viste tu collar, te acuerdas que te lo compraste el día en que empezaste a trabajar y lo seguías teniendo, era de la suerte, te lo quitaste, lo observaste con pena, viste a Will y te acercaste.
-Quiero que tengas esto-dijiste entregando el collar, él lo tomó y lo observo-cuando no me tengas para ayudarte, ya sea porque me encuentre en el trabajo y me necesites, quiero que veas este collar y me recuerdes.
Él te miró y sonrió, el collar lo puso en su bolsillo, y se fue al mismo cuarto de antes y dejó la puerta entre abierta, tú te acercaste a esa puerta, lo viste y sonreíste por lo que estaba haciendo, el collar lo observaba con una sonrisa en su rostro y se reía con lagrimas en sus ojos, tú entraste y él te miró, se secó las lagrimas, él se levanto de su asiento y quedaron frente a frente, cada uno sentía la respiración del otro y se acercaban lentamente.