Durante Un "Captura La Bander...

By lovingmalec

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«Will Solace tendrá diez días para hacer florecer lo que ha cultivado por tantos meses entre el antisocial, a... More

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Día 1
Día 2
Día 3
Día 5
Día 6
Día 7
Día 8
Día 9
Día 10 (Parte 1)
Día 10 (Parte 2)

Día 4

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By lovingmalec

Lo bueno de los viernes, es que no tenía ninguna práctica. Sólo era pasarme todo el día en la enfermería hasta que cayera la noche y nada más.

Y lo mejor es que hoy yo no me iba a quedar en el turno nocturno.

«Mmm, si, la venganza es dulce, hermanita»

Durante el turno de la mañana, de ocho a dos, el flujo en la enfermería estuvo tranquilo. Solo tuvimos a algunos campistas que se cayeron del Muro para Escalar y terminaron con algunos rasguños y raspaduras. Aunque una hija de Afrodita se cayó de su pegaso durante la clase y se dobló su tobillo, pero no fue nada que con un poco de ambrosía y néctar no se curara.

A la hora del almuerzo, al medio día, me quede en la enfermería solo, comiendo una ensalada que Kayla me había dejado. Pero la aparición de alguien alegró mi día.

—Ey, Nicks —saludé al hijo de Hades mientras entraba por la puerta con un sándwich en la boca. Recibí un sonido amortiguado por la comida que supuse era "Hola".

Nico movió una silla y la puso en frente de la mesa en donde me encontraba. Usábamos esta mesa para comer o sólo para descansar cuando estábamos de turno en la enfermería.

Tragó el bocado que estaba masticando y se aclaró la garganta. —¿Qué haces?

—Un pequeño e innecesario inventario de los materiales que tenemos en estos cajones —respondí llevándome una hoja de espinaca junto con una rebanada de manzana a la boca mientras volvía a guardar las vendas y anotaba "20 rollos. 1.5 metros cada uno" en una libreta. Deje mi tarea a un lado y me enfoqué en el chico frente a mí y en mi ensalada también.

—Yo, am, solo pasaba para saludar y ver si necesitabas ayuda en algo. Pero parece que tienes todo cubierto.

—Bueno, ha sido un día aburrido y sin mucho movimiento, si, pero eso no significa que no me puedas ayudar con algo —repliqué con una sonrisa provocativa mientras me llevaba otro puño de ensalada a mi boca.

Nico frunció el ceño y masticó más despacio por unos segundos, pero decidió que mi tono sólo era para molestarlo y al final puso sus ojos en blanco.

—¿En hacer pequeños e innecesarios inventarios? No, gracias, mejor paso. Y yo que pensé que esta tarde vendaríamos algunos huesos rotos y coseríamos algunas heridas grotescamente sangrando. Tal vez junto con un par de experiencias cercanas a la muerte también.

—Mis disculpas si los últimos días no han sido tan los extremos y emocionantes como habias esperado, Chico Muerte —Nico volvió a rodar sus ojos al oír ese apodo, lo cual solo me hizo querer decirlo mucho más seguido, y probablemente así lo haría.

—Como sea, ¿a qué horas acaba tu turno? ¿Vas a tomar el de la noche?

—Nop. Kayla y Cole estarán tomándolo hoy. Mañana nos toca a Austin y a mi.

—Entonces —ahora Nico era el que me dio una sonrisa provocadora, pero sabía que solo era para burlarse de mi—, ¿a qué horas irás a mi cabaña?

—¿Te parece a las ocho, tal vez? Después de la cena.

—Muy bien. ¿Tienes alguna idea en mente?

—Encontré algunas muy buenas ayer en la cabaña de Hermes —respondí con una sonrisa cómplice—, de tus favoritas, en realidad.

Los ojos del hijo de Hades brillaron de una manera que los había visto hacer miles de veces anteriormente, cada viernes desde hace unos meses, mayormente.

—¿Acaso es la nueva de la que estaban hablando los hijos de Ares?

—Mmm, no lo sé, tal vez...

—Ah, vamos, Will. ¡Dame aunque sea una pista!

—Nop.

—Por favor... —Nico alargó la última vocal y sus ojos me miraron rogándome, pero no iba a sucumbir a sus tierno encantos. Sabía que no le gustaban las sorpresas, pero es que era tan divertido desesperarlo.

—Que no. ¿No puedes esperar hasta esta noche?

—¡No!

—Ah —solté un suspiro y me di por vencido—, está bien. Solo te daré una pista, ¿entendido? —Nico asintió con sus cabeza y sus ojos seguían brillando, expectantes por lo que estaba a punto de decir—. Técnicamente está basada en un libro y es un refrito.

Sus ojos oscuros miraron hacia un punto en la lejanía, pensando. Unos segundos después, soltó un suspiro exasperado. Se levantó de la silla y empezó a caminar de un lado a otro, cruzado de brazos. Unos momentos después, soltó un jadeo y corrió de vuelta a la mesa, recargándose sobre la superficie hasta que su cara estaba casi del otro lado, cerca de la mía.

—No me digas que es la nueva de "El Libro de la Selva".

Una sonrisa de derrota tomó posesión de los labios y Nico gritó una exclamación de triunfo y luego otra en voz más baja de emoción.

Aún seguía sin creer que Nico di Angelo estuviera obsesionado con las películas de Disney. Bueno, en realidad estaba obsesionado con todas las películas animadas, pero las de esa franquicia eran sus favoritas. «Espero que no se ponga tan sentimental como cuando vimos "El Rey León"».

Cuando por fin dieron las siete y media, me metí a bañar rápidamente y me cambie en mis pijamas diarias. La mayoría de los viernes que pasaba en la cabaña trece terminaban en yo quedándome dormido en el sillón y Nico a mi lado, o él en la litera de abajo mientras que yo ocupaba la de arriba, así que desde hace un tiempo decidimos que sería mejor si ya estábamos vestidos en nuestras pijamas, para evitar el tiempo de cambiarnos y dormir.

Toqué la puerta negra de madera a las ocho menos cinco, cargando una pequeña mochila sobre mi espalda, que solamente guardaba un cambio limpio de prendas para mañana junto con algunos sodas que había guardado en los grandes bolsillos de mi abrigo antes de que la cena acabara junto con un paquete de palomitas de maíz. También traía algunos dulces y chocolates de menta,los favoritos de Nico, de contrabando.

El dueño de la cabaña abrió la puerta, vistiendo unos pantalones de algodón de color negro y una camisa de manga corta, negra también con pequeñas calaveras blancas como estampado. Su cara parecía medió adormilada debido a sus ojos acuosos y los continuos bostezos que soltaba mientras que entraba a la cabaña y Nico se sentaba en su lado del sofá frente a la pequeña televisión, que habían metido de contrabando los hijos de Hermes y Hefesto, en una de las esquinas de la cabaña (Ahora todas tenían una pequeña televisión con reproductor de DVD, y algunos de VHS).

Afortunadamente, Nico había incorporado una chimenea dentro de su cabaña, ya que esta siempre estaba helada, para que no muriera congelado en el invierno, y se lo agradecía enormemente desde que había empezado a venir todos los viernes por la noche, cuando la temperatura empezaba a bajar drásticamente.

Mientras yo ponía el DVD en el reproductor y prendía el televisor, Nico le dio vida a la chimenea, la cual no estaba tan lejos del sofá, para su alivio. Ambos nos sentamos juntos y la película empezó.

Durante las siguientes dos horas, más o menos, ambos cambiamos de posiciones hasta que la cabeza de Nico acabó en mi regazo y sus piernas estiradas a lo largo del sofá. Mi mano derecha recorría el cabello azabache de Nico una y otra vez, despreocupadamente. Ya estaba acostumbrado a esta situación, así que no me sentía tan nervioso por el contacto físico entre los dos. Cada vez que veíamos una película animada, la personalidad de Nico parecía cambiar porque se convertía en un pequeño gatito al que le gustaba acurrucarse al lado o encima de mi mientras se adueñaba de lo que sobraba de las palomitas y se las acababa él solo. Pero no me quejaba para nada de eso, siempre y cuando me dejara estar tan cerca de él.

En una parte de la película, cuando Baloo le dijo todas esas cosas feas a Mowgli para que se fuera con Bagheera y estuviera a salvo de Shere Khan —lo cual al final no hizo, sino todo lo contrario, por cierto—, escuché como Nico se sonaba la nariz y pasaba una mano sobre su cara disimuladamente.

Dejé de acariciar su cabello por unos segundos y toqué su hombro suavemente.

—¿Estás llorando, Nicks? —susurré, bajando mi mirada para ver a Nico a los ojos, pero éste no los apartó de la pantalla y sólo murmuró un "Claro que no, idiota".

Cuando acabó la película, Nico se levantó y sentó al lado de mi, frotándose los ojos y aclarándose la garganta.

—Así que, ¿te gustó? —le pregunté mientras levantaba el bote vacío de palomitas del piso y recogía las botellas de refrescos.

—No estuvo tan mal —escuché a Nico contestar cuando me acercaba al bote de basura—. Le hicieron justicia a la original; puntos extras por eso. Y las voces de personajes me gustaron mucho también.

Asentí mientras volvía a sentarme en el sofá. Sabía que a Nico le había encantado la película porque no habló ni una sola vez durante las dos horas. Usualmente, cuando una película no le gustaba, empezaba a quejarse hasta del detalle más mínimo y se quedaba en su lado del sofá, sin tocar las palomitas. Por lo tanto, si, ésta le había encantado.

—También traje otra, por si nos sobraba tiempo —comenté sacando un empaque de mi mochila.

—El toque de queda es una hora —me recordó Nico, aunque sus ojos estaban puestos sobre el disco con curiosidad.

Además, no sería la primera vez que me quedaría a dormir, así que...

—Es una de terror, di Angelo.

La boca de Nico se abrió y parecía como si fuera a decir algo, pero luego la cerró. Alternó su mirada entre el disco y el reproductor varias veces, dubitativo. Las películas de terror eran su placer culpable. Le encantaban, pero era muy difícil encontrar una buena película que tuviera suspenso, terror, y sentido al mismo tiempo, y por lo tanto siempre acababa viendo cualquier tontería que lo irritaba y se prometía no volver a ver otra película de terror moderna. Pero a la siguiente semana me pedía que trajera otra.

Supongo que el dicho es cierto, la esperanza es lo último que muere.

—Es la de "El Exorcista"...

Nico me miró con ojos que claramente decían "Ah no, no te atreviste". Aunque nunca lo acepte, ya sea porque piensa que es muy cliché o porque la ha visto más veces de las que le gustaría admitir, esa era una de las Top 3 de películas de terror de Nico.

Él simplemente no le podía decir que no, y esta noche no fue la excepción.

Después de otras casi tres horas, cuando la película ya había acabado, me di cuenta de que Nico se había quedado dormido con su cabeza sobre el brazo del sofá, acurrucado en forma fetal. Ya debía de ser muy tarde, como la una de la mañana, y mis párpados se sentían como el plomo. Lo podría dejar durmiendo allí e irme sigilosamente de vuelta a mi cabaña.

Aun así, no podía dejarlo dormir de esa manera. No era saludable para su espalda ni para su cuello.

Me levanté pesadamente y tomé a Nico en mis brazos, cargándolo hasta su litera. Pero, cuando lo deje caer sobre su cama, de alguna manera sus manos se agarraron a mi cuello y me jalaron para que cayera encima de él. Por suerte, logré poner los codos a los lados de la cara de la Nico para sostener mi cuerpo y que no le cayera todo mi peso a él. Trate de zafarme de su agarre, pero no sirvió de nada.

«Ah, mierda, tengo mucho sueño. Nicoooo, ya suéltame»

Mi cerebro adormilado tardó milenios en darse cuenta de la cercanía de nuestras caras, y del hecho de que mi cuerpo estaba en una posición muy comprometedora. Sentí la temperatura corporal de mi cara incrementando rápidamente mientras miraba el rostro de Nico y sentía cada nervio de mi cuerpo volverse mil veces más sensible al tacto del otro chico.

Trate de alejar mi mente de esos pensamientos, pero cuando traté de separarme y pasar por encima del cuerpo de Nico para salir de la cama y subir en la litera, el hijo de Hades murmuró algo que simplemente hizo que perdiera toda compostura.

—Will, quédate.

Sus ojos seguían cerrados, así que probablemente estaba hablando entre sueños. Pero de todas formas... No supe si fue por su tono, por lo cálida que se sentía la cama de Nico o porque el cansancio me venció, pero al final me deje caer nuevamente al lado del chico.

Nico se dio media vuelta en dirección hacia mi y sus brazos al rededor de mi cuello se apretaron más, acercándome más a él. Pasé mis manos al rededor de su cintura y descanse mi cabeza sobre la suya. Unos segundos después, mis ojos comenzaron a cerrarse.

—Buenas noches, Calaverita —fue lo último que dije con voz adormilada, antes de caer dormido.

Y, no sé si fue producto de mi imaginación o si ya estaba soñando tan rápido, pero me pareció haber escuchado a Nico decir "Buenas noches, Solecito".

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Ya sé, este capítulo es muy corto :c Perdón 💔 Pero la verdad que me gusta así como está y siento que si le agrego algo más parecería estar de relleno, lo siento si los deje con ganas de más      ( ͡º ͜ʖ ͡º) Pero prometo que el siguiente capítulo saldrá en poco tiempo ( ͡º ͜ʖ ͡º)

(También lo siento por tardarme en actualizar ;-;)

Bue, ¡hasta la próxima, manguitos azules! 💙

All the love,
Y.

Pd. Escribí la mayoría del capítulo ayer en la noche (como 2000 palabras) y hoy que me desperté me di cuenta de TODAS las faltas de ortografía y palabras que no tenían nada que ver XD No es recomendable escribir mientras se están quedando dormidos, hijos míos. (Aunque me gustó lo que escribir lol)

Pd2. TIENEN QUE VER STRANGER THINGS SI ES QUE TODAVÍA NO LA VEN. NO. SABEN. DE. LO. QUE. SE. PIERDEN.

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