a coat in the winter; camren

بواسطة milanolivar

8.9M 409K 303K

TODAS LAS HISTORIAS ESTÁN SUJETAS A COPYRIGHT Y HABRÁ DENUNCIA SI SE ADAPTA O PLAGIA. ¿Qué es capaz de hacer... المزيد

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 63
Capítulo 64
Último Capítulo
Epílogo
ACITW EN FÍSICO

Capítulo 62

101K 4.9K 1.3K
بواسطة milanolivar

Lauren's POV

Puse las manos en la cintura y comencé a mover el tobillo, escuchando es murmullo del estadio que poco a poco se iba llenando. Miré el marcador, Seattle había ganado su partido, Kansas también, ahora sólo faltábamos nosotras por ganar para seguir en la pelea.

Moví el cuello hacia atrás, haciendo movimientos circulares con la cabeza para estirarlo con los ojos cerrados. De fondo comenzó a sonar la música, y los asientos comenzaban a llenarse.

—Jauregui, tú sólo aprieta, aprieta, aprieta a la portera. —Decía Jocelyn, la preparadora física del equipo. Daba palmas para animarme, mientras yo bajaba el cuerpo entero para tocar el césped con las manos. —No dejes que respiren, haz que el equipo muerda, ¿me oyes? —Levanté el cuerpo y asentí, cogiendo una botella de agua de una de las neveras que había repartidas por la zona en la que estábamos. —¡Vamos, vamos, vamos, chicas, os jugáis la vida hoy! —Gritaba, y yo desenrosqué la botella, dándole un largo trago de agua, para luego escupirlo en el césped.

—Hace buen día hoy, ¿eh? —Sonreía Morgan, y le pasé el brazo por encima para entrar a los vestuarios.

—Va a ser un buen día. —Asentí con los ojos cerrados, y ella se rio.

Bajamos las escaleras hasta los vestuarios, donde ya estaban todas cambiándose de camisetas y poniéndose los vendajes. Quedé frente a mi taquilla y la abrí, escuchando el barullo y las voces de las chicas que gritaban mensajes de ánimo. Miré la foto pegada en la taquilla, Camila y las niñas siempre me animaban antes de cualquier partido. Cogí las espinilleras, y me senté bajándome las medias para poder colocarlas en mis piernas.

—Hey, ¿y ese tatuaje nuevo? —Harris se sentó a mi lado para colocarse las vendas de la mano, y me miré el antebrazo izquierdo con media sonrisa.

—Es un dibujo de mi hija. —Levanté el brazo para enseñárselo. A decir verdad, me daba un poco de vergüenza; ella tenía los brazos tatuados por completo.

—¡Es adorable! —Dijo tomándome del brazo. Era un osito de peluche dibujado y coloreado por ella misma. A su lado, había otro más pequeñito, que era su hermana Lucy.

—Se pasó toda la tarde dibujándolo para mí. —Harris se echó a reír, mientras yo me colocaba una venda en la muñeca, apretándola fuerte. Se me había abierto en uno de los entrenamientos.

Quería hacerme algo que llevar conmigo siempre, un recuerdo de las dos, algo con lo que celebrar los goles que no fuese un gesto. Así que le pedí a Maia que dibujase algo, lo que quisiese, para ella y para Lucy. Así que ella dibujó dos ositos de peluche. Me los tatué en la zona exterior del brazo, colindando con la mano, y no podía gustarme más. Estaban coloreados en marrón, con la nariz rosa y un lacito rojo en el cuello.

Un golpe en el hombro me sacó de mis pensamientos cuando estábamos en el túnel a punto de salir, era Morgan para darme un beso en la mejilla y un pequeño golpe de ánimo en la espalda.

Caminamos hasta el centro del campo, pero aquél día, aquél día yo tenía una sensación extraña que me recorría el cuerpo. Eran nervios, nervios como cuando jugamos la final del mundial, y es que aquello sí que era una final.

Miré el balón en el suelo, miré a Morgan que estaba, al igual que yo, con los brazos en jarra y las manos en la cintura, ella asintió para darme seguridad.

El pitido del árbitro hizo rodar el balón.

Corrí contra hacia el área contraria, y veía cómo se fabricaba el juego entre líneas, en la defensa, subiendo al centro del campo. Corrí para desmarcarme siguiendo el balón con la mirada, pero nadie vio mi desmarque, así que fue en vano. Levanté la mano mirando a los lados, Morgan me vio, y salí disparada hacia el área al mismo tiempo que la pelota, que impactó contra mi bota derecha para controlarla, entonces escuché el pitido del árbitro. Miré hacia el linier que había levantado la bandera.

—¿Qué? —Dije sin entender, pero él no la bajaba. Negué con el dedo y la cabeza mientras me alejaba trotando de nuevo hacia mi área.

Tocábamos y tocábamos, y si ellas presionaban nosotras presionábamos más. Cada vez que recibía el balón, también me llegaba un recado de la defensora en los talones; me estaba matando. Los tacos se me clavaban en los tobillos, y caía una y otra vez al suelo, pero nadie pitaba nada, era increíble. Si intentaba tocar la pelota, patada y al suelo.

Me revolví contra la jugadora que tenía detrás, dándole un empujón para que se apartase.

—¿¡SABES JUGAR AL FÚTBOL O SÓLO DAS PATADAS!? —Le grité pegando mi frente con la de ella, que me empujó de nuevo. Mis compañeras corrieron a separarme, y yo me zafé de todas ellas corriendo cabreada al centro del campo.

"Hija de puta", vocalizó la jugadora para insultarme, pero hice caso omiso y busqué con la mirada el balón, que estaba en el centro del campo y corrí hacia el centro del área rival levantando la mano, entonces vi el balón volar hacia mí. Corrí, corrí lo más rápido que pude sintiendo mis muslos quemar, y estiré la pierna para controlar el balón, pero una de las jugadoras se tiró en plancha contra mi pierna de apoyo mientras la otra estaba levantada intentando controlar el balón. Los tacos se clavaron en mi tobillo, que se dobló por completo, y yo caí al suelo con un pinchazo en él. Ardía, dolía, pero yo sabía que no estaba bien.

Levanté la mano rápidamente sujetándome la pierna en alto, y comencé a llorar. Lo primero que pensé es que me había partido el tobillo, y ahí se acababa la temporada para mí. Me puse las manos en la cara mientras lloraba y Ally y los demás del equipo médico me rodearon. No quería ver a nadie, no quería saber nada, sólo que me llevaran al vestuario.

Me quitaron el brazalete, y me subieron en la camilla para llevarme fuera del campo. Yo seguía llorando casi sin consuelo, sintiendo cómo me ponían de nuevo en el césped, y Ally me quitaba la bota. Abrí los ojos, lo veía todo emborronado por las lágrimas, pero no podía. Cogí una toalla y me la eché sobre la cara, esperando a que aquél rato pasara.

*

—Esguince de grado I. —Ally terminó de colocarme el zapato encima de la venda, y apreté los ojos porque me dolía bastante. —Creo que... En unos 15 días estarás bien. —Abrochó los cordones y asentí, bajándome de la camilla. Cogí las muletas y la miré.

—Sentí mucho dolor, fue... Muy doloroso. Creía que me perdería lo que quedaba de temporada. —Dije caminando hacia la salida a su lado.

—Pero el dolor fue por los tacos, no por el tobillo. Te dio fuerte. —Caminé a su lado con las muletas, escuchando los gritos de la gente de fondo, mientras yo salía del vestuario con ella.

—¿Estaré para el último partido? —Ella asintió y puso una mano en mi hombro. —Deberías irte a casa. —Entonces vi a Camila al final del pasillo. Daba gracias a que hoy Maia no fue al partido, porque sinceramente, no sabría con qué cara iba a decirle que estaba bien.

Me abrazó con fuerza, acariciándome el pelo y dándome pequeños besos en el hombro, haciéndome suspirar. Entre sus brazos me parecía que todo iría bien.

—No ha sido nada grave, sólo me asusté. Me asusté mucho. —Le dije separándome, y ella me tomó de las mejillas con el semblante serio y enfadado.

—No. Ha sido una salvaje, creí que te había partido el tobillo, y no. Eso no es permisible. Aunque la echaron y Morgan marcó el penalti, pero... —Negó abrazándome de nuevo, y solté una pequeña risa.

—Sólo me tendrás que cuidar quince días, nada más.

¿Qué hubiese hecho yo sin Camila? ¿Quién me diría que todo estaría bien, quién estaría esperándome en casa? Nadie. Ni siquiera mis padres, porque si no fuese por ella no habría vuelto a entablar relación con ellos, y mucho menos habría venido a Miami. Mientras caminaba a mi lado yo la miraba, me llevaba la bolsa donde estaban mis cosas, y esperaba a que yo fuese a su paso.

Salimos al parking, y ella abrió la puerta del coche, apartándose para dejarme paso.

—Vamos, dame las muletas. —Di pequeños saltos hasta entrar al coche, metiendo la pierna con cuidado. Camila me dio las muletas y las coloqué entre mis piernas.

—Gracias. —Sonreí viéndola dar la vuelta para entrar en el asiento del piloto. Cerró la puerta y se puso el cinturón.

—Maia está en casa de mis padres. —Arrancó y me miró con media sonrisa. —Quería quedarse allí con Sofi.

—¿Mis padres están en casa con Lucy? —Camila asintió sonriendo, girando el volante y echándose hacia adelante para mirar la carretera. —No te preocupes por mí, ¿vale? Estaré bien. —Apreté los dedos en mi rodilla, y luego encendí la radio para hacer el ambiente más ameno.

—Lo único que quiero es que te encuentres bien; si te encuentras bien, yo estoy bien.

¿Cómo no me iba a encontrar bien con Camila a mi lado? Sonreía a pesar de que hubiese derramado más lágrimas en quince minutos que en toda mi vida.

Cuando bajamos del coche, ella me ayudó a salir, abrió la puerta de casa y, aunque mis padres insistían en quedarse, ella manejó la situación de tal manera que se quedaron tranquilos al irse.

Por fin me senté en el sofá, aunque aún seguía algo triste y preocupada, porque una lesión siempre era una lesión, por pequeña que fuese. Llegaría entre algodones al partido, y me preocupaba no dar el cien por cien. Pero las dudas se pasaron cuando Camila puso a Lucy en mis brazos.

—Hey... —Puso sus manitas en mi pecho, y yo la sujeté por detrás, dándole pequeños besos en sus voluminosas y rosadas mejillas. —¿Has echado de menos a mamá? —Soltó una risa y puso su manita en mi boca, le di suaves besos en la palma, haciendo pedorretas sobre ella.

—Sí... Esta semana que no has estado mucho en casa te han echado en falta las dos. —Puse las manos en los costados de Lucy y la levanté, alzándola un poco para hacerla reír.

—Estas semanas voy a estar aquí, casi lo agradezco. —Solté una risa rodeando a Lucy entre mis brazos, dándole un beso en su frente.

Odiaba eso, odiaba pasarme dos o tres días fuera de casa cada dos semanas, o tener compromisos en otras ciudades, entrenamientos, gimnasio, y en verano podría pasar 2 o 3 semanas fuera de casa.

Nos recostamos en el sofá, con Camila a mi lado apoyando su cuerpo contra el mío. Lucy estaba tumbada en mi pecho con los puños cerrados sobre mi camiseta y el chupete en su boca. Vimos el final del partido algo adormiladas, con su mano acariciando la cabecita de Lucy que buscaba la mano de su madre para quedarse así, con un bracito colgando por mi pecho.

—¿Te duele? —Susurró Camila, pasando un dedo por la mejilla de la pequeña, a la que casi se le caía el chupete entre los labios.

—Sí. Pero es normal, no te preocupes... —Giré la cabeza di un beso en su frente, suspirando. —¿Te echaré de menos esta semana por las mañanas? —Pregunté en un susurro, y antes de responder me besó de forma lenta.

—Me tendrás que echar de menos por las mañanas.


واصل القراءة

ستعجبك أيضاً

2.8M 108K 65
Alguna vez has escuchado aquello que dicen de, nunca juzgar a un libro por su portada. Bueno lo mismo pasa con las personas.
135K 3.6K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
811K 35K 28
𝙿𝚊𝚛𝚔 𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗 - 𝚝𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘, 𝚕𝚕𝚎𝚗𝚘 𝚍𝚎 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚢 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚎𝚖𝚊𝚍𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚌𝚊𝚛𝚒ñ𝚘𝚜𝚘. 𝙼𝚒𝚗 𝚈𝚘𝚘𝚗𝙶𝚒 - 𝙰𝚖𝚊𝚗𝚝𝚎 𝚍�...
357K 10.9K 42
¿Te has imaginado casada con alguien que nunca soportaste en la vida? Camila también nunca lo había imaginado, sino todo lo contrario. Se suponía qu...