es el final de una historia que me tomó casi dos años completar... dos años y al menos un año más de estar en mis borradores. gracias por leer ojalá les guste y lean la nota al final de todo. FALTA EL EPILOGO
calum hood
Cuando abro los ojos, una piel fría está abrazada a mi espalda y siento la helazón en el momento. Me volteo para encontrarme nada más que con Luke Hemmings, cuya cabeza está plácidamente apoyada en mi hombro y su piel está demasiado pegada a la mía, casi como si fuéramos uno. Miro por abajo de las sábanas para darme cuenta que ambos estamos completamente desnudos y solamente cubiertos por la fina capa de tela blanca que no nos abriga para nada.
Me giro de vuelta e intento levantarme lo más calladamente posible, para no despertar a Luke. Él podrá ser insoportable la mayor parte del tiempo, pero si algo he aprendido de él, es que aprovecha muy bien de sus horas de sueño y cuando se duerme, se duerme ligeramente, por lo que cualquier ruido o movimiento es capaz de despertarlo; siempre supuse que su adicción a dormir lo más posible se debe a que su trabajo es, dentro de todo, pesado y él no descansa como le gustaría. De esta manera, me paro intentando acomodar una almohada para que parezca mi cuerpo y la cara de Luke, que antes estaba apoyada en mi hombro, no caiga a la nada sin una advertencia previa.
Logro pararme, todavía desnudo, y me fijo en el piso por si encuentro alguna prenda de ropa que seguramente tiramos ayer en nuestros momentos de pasión, por más ridículo que suene. Honestamente, creo que fue el mejor sexo de despedida de una relación falsa que podría haber tenido. Los recuerdos de la noche anterior son bastante cortados y desearía acordarme de todo con mayor claridad, pero sé que es imposible; porque anoche en la fiesta he tomado demasiado alcohol como para poder acordarme de mi propia identidad.
En flashes, la noche anterior aparece en mi mente. No sé si los hechos son puntuales, o si siguen un orden cronológico correcto, sólo sé que nos besamos, que entramos a un auto, que terminamos en nuestra casa y que tuvimos relaciones como si fuese la última noche. Puedo deducir que ha sido bueno, porque Luke tiene marcas de chupones en el cuello y yo tengo rasguños en la espalda —y no es que los halla visto, sino que los siento en mi espalda—. Suspiro.
He oído a alguien decir alguna vez que hay dos opciones para hacer cuando tienes sexo con alguien. O te quedas y puede ser algo bueno, o te vas y pierdes la oportunidad de lo que podría haber sido bueno. Creo que lo más correcto en un momento como este es irme, pero algo me hace que me quede. No sé si es que los recuerdos aparecen y no puedo creer lo que hice, por lo que siento mis piernas flaquear cuando hago el amague de levantarme, o si realmente quiero quedarme con Luke porque a pesar de todo esto le tengo algo de cariño y sé por experiencia propia lo feo que es que te dejen solo después de tener sexo.
Así que decido quedarme. Y no sé a ciencia cierta cuanto tiempo pasa hasta que la respiración de Luke se corta por unos segundos, ya que dormía profundamente, y luego se escucha como se ahoga un poco, tose y finalmente abre las dos orbes azules que tiene como ojos para mirarme fijamente sin entender nada.
— Buen día —le digo yo, sin saber con exactitud que puedo decir.
Luke no me responde. Lo único que hace es mirar por abajo de la sábana.
— ¿Tú y yo...? —pregunta al cabo de unos segundos.
Asiento sin decir nada.
— Por dios —suelta.
Y lo que pasa en los siguientes segundos es inesperado, porque realmente es una reacción que no esperaba. Luke se echa a llorar. Yo no sé que hacer ni como tomarme esto porque a lo largo de mi vida he tenido que consolar a mucha gente, pero la mayor parte de las veces sabía la razón del por qué de su llanto. Ahora no lo sé. No sé por qué llora, pero llora con ganas; llora como si hubiera deseado hacer esto por tiempo y yo estoy desconcertado, sin saber qué hacer o que decir.
Así que me quedo en silencio, y mientras Luke se encoge como si fuese un niño pequeño, lo único que me animo a hacer es pasar mi brazo al rededor de su hombro para darle una señal de apoyo. Le doy unas palmadas, y él se acurruca en mí y sigue llorando. Yo sigo sin entender por qué.
Creo que a estas alturas está claro que nunca he llegado a entender, ni entenderé a Luke Hemmings. Cada acción que hace desata en mí mil incertidumbres, porque no sé por qué lo hace, si son intencionales o no. Yo entiendo que quizás tenga problemas, pero en el tiempo que lo he conocido creo que la única situación realmente mala que puede haber tenido es su situación familiar, todo el tema con Lisa y con su padre, porque conozco a su mamá y a Lena y sé que no hay inconveniente con ellas.
Sin embargo, algo en mi interior me dice que no está llorando por eso. Que llora por algo más, pero yo no sé por qué y debería preguntar, pero las palabras no salen de mi boca y me enoja, porque soy periodista y de por sí manejo el arte de hablar; pero en situaciones como esta realmente poco y nada me importa mi profesión, porque quiero ayudar a Luke a salir de lo que sea que estuviese ocurriendo con él.
Me siento impotente por un instante. Los minutos pasan y por fin puedo hablar.
— Oye, tranquilo —le digo suavemente; él ahora solo lloriquea, se limpia la nariz con la sábana —un gesto sumamente asqueroso, pero dadas las circunstancias decido no darle importancia, y me mira.
Abre la boca, tratando de decir algo pero no lo hace.
Yo tampoco sé que puedo decirle.
Y nos quedamos en silencio un rato más.
Tal vez pasaron segundos, minutos o puede ser que el tiempo se haya extendido hasta ser una hora, pero Luke no deja de llorar y no puedo evitar admitir que me sensibiliza en parte. El gran Luke Hemmings, jugador de renombre, está llorando, con su cabeza apoyada en mi pecho, y yo no sé que hacer.
Es una situación nefasta, a la vez. No solamente es Luke Hemmings, jugador de fútbol, sino también es Luke Hemmings, el chico que me hizo la vida imposible durante las últimas semanas, que me confunde mucho, que ha demostrado tener corazón... es Luke Hemmings, después de todo, y he aprendido a quererlo en estos tiempos.
— Yo... —Luke dice, su voz suena oxidada, como si no hubiese hablado en mucho tiempo, y creo que se debe al llanto. Creo que la última vez que vi llorar a alguien de esta manera fue a Michael, cuando terminamos hace un tiempo atrás—. Yo...
— ¿Tú...? —sé que hacer una retórica no es la mejor opción de continuar el diálogo, pero es mi manera de invitarlo a seguir.
— Yo te quiero Calum —suelta, y es algo que me sorprende aún más.
Reitero, la situación es nefasta.
— Yo también te quiero, Luke —le digo, porque es cierto. He aprendido a apreciarlo después del tiempo de convivencia.
— No, no entiendes —dice él, y de a poco vuelve a llorar; veo las lágrimas caer de sus ojos nuevamente y le seco una—. Es que en serio no entiendes. Yo te quiero, no sé cómo ni por qué ni cuándo ocurrió esto, pero te quiero. Lamentablemente lo hago. Nunca en mi vida esperé ser gay y mucho menos por ti, pero lo soy ahora y me siento tan mal por todo lo que dije alguna vez de los gays, o de ti, o de todo. Estoy cansado de muchas cosas y ya no sé como seguir adelante, cada vez que hago algo termino peor. Hace mucho tiempo siento algo por ti e intenté negarlo, pero cada vez se hacía más grande. Lo peor de todo esto es qué sé que sigues enamorado o en algo o lo que sea con Michael, y eso me afecta. Anoche quería olvidarme de ti, y tomé tanto para hacerlo... que al final terminé extrañándote más, y ni siquiera pensaba que ibas a venir... pero lo hiciste, y terminamos haciendo algo de lo que ni siquiera me acuerdo por estar ebrio pero que daría la vida por acordarme. Y por eso estoy llorando, porque te quiero, porque soy un estúpido que no piensa las cosas, porque la vida es una mierda conmigo porque yo lo he sido con ella muchas veces. Y ya no sé que hacer.
Me quedo callado. Abro la boca, quiero decir algo. Tengo que decir algo. Este es como el momento que hay en las bodas cuando el sacerdote dice "hable ahora o calle para siempre", porque sé que si dejo pasar la oportunidad de sincerarme con Luke, no lo haré nunca. Nunca lo tendré tan vulnerable frente a mí como para confesar algo, así que tengo que aprovechar. Tengo que decir algo, por Dios.
Mi cerebro no funciona. Y al parecer, tampoco lo hacen mis cuerdas vocales.
No omito el hecho que Luke acaba de declararse. Pero yo tengo la cabeza hecha un lío. Tengo la cabeza hecha un lío porque quiero a Luke, pero no sé si lo quiero esa forma. Y también quiero a Michael, pero sé que no lo quiero de esa forma aunque no puedo olvidarlo. Si la vida fuese más sencilla, todo sería más fácil y armonioso ahora.
Yo ya estoy cansado de tanta gente.
Suspiro.
— Luke...
— No quiero que digas nada —me corta—. Es algo que tenía que decítelo o iba a explotar. Estaba cansado de ocultar mis sentimientos, es algo que he hecho toda la vida. Estoy cansado, tengo que admitir, de todo. Y realmente prefiero no saber que sientes porque estoy seguro que no sientes lo mismo.
Me mira, sus ojos están rojos e hinchados de tanto llorar. Yo no puedo evitar seguir sintiéndome mal por eso. No me siento mal por no corresponderle, porque el amor muchas veces no juega para el mismo lado, pero me siento mal porque no tengo una respuesta que darle. No sé que decir, no quiero lastimarlo —más— y realmente yo también ya estoy cansado de todo.
— Es que... realmente tenemos que hablar —le digo, siempre he sido creyente de que las cosas hay que hablarlas, a pesar de no tener nada que decir, aunque ahora sí, porque es la forma más madura de solucionar todo. Y a mí me encanta hablar.
— En serio, Calum, yo no quiero hablar. No quiero que me digas que también me quieres o esas cosas por compromiso, quiero que lo sientas. Pero no puedo meterme en tu corazón y cambiar todo para que te enamores de mí, así que no hay nada por hacer ahora. Yo solamente quería que sepas como me siento, porque el hecho de verte y no tenerte no me hace bien, no me hace para nada bien. Lo peor de todo es que cuando te tenía, no te quería.
Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, recuerdo, pero no me parece correcto decirlo en este momento.
— Yo solo quiero que seas feliz —le digo, es algo apto para este momento.
— Yo también quiero ser feliz —suspira—. La vida me dio todo, realmente tengo todo y tengo la posibilidad de seguir teniendo lo que quiera, pero nunca me dio a alguien. Y creo que es una venganza por todas las cosas que he hecho mal: tengo todo el mundo bajo mis pies, pero no tengo a alguien en mi mano.
Entiendo lo que quiere decir. Supongo que alguna vez todos nos sentimos así. Tenemos lo que queremos pero vamos en busca de más. Así es la vida, así ha sido siempre. Como humanos, nos desesperamos por tener más y más y dejamos de lado lo que no consideramos importante. Hay personas que se concentran en hacer amigos por todos lados, pero se descuidan sus hogares. O personas que buscan lo material y pierden el afecto familiar que tienen. Realmente, es pésimo pero es una realidad de todos. No seríamos humanos si no nos equivocásemos ni nada.
No le contesto a Luke. El tampoco dice nada. Ahora, se para y se va al baño. Está desnudo, pero no me importa y aparentemente a él tampoco. Estamos en confianza.
— Estoy triste ahora —dice, en la puerta de entrada del baño—. Pero no se puede vivir feliz para siempre. Espero que cuando vuelva, no estés aquí y ojalá no te vea. Que triste que la vida no sea un cuento de hadas, fue bueno mientras duró.
Que triste que la vida no sea un cuento de hadas... repito mentalmente, para no olvidarme de esa frase, y sí... fue bueno mientras duró.
Y con esto termina PLAYERS, una historia que lleva desde el 16 de enero de 2015 publicada y que el 9 de noviembre de 2016 estoy terminando, por una cuestión de falta de tiempo más que otra cosa.
¿Les cuento algo? escribí este capítulo en 36 minutos, me hacía tanta falta escribir que lo hice sin pensar y ni siquiera releí, pero me gusta lo que escribí porque le puse mucho sentimiento. Players, al igual que todas mis historias, tiene un buen lugar en mi corazón. No sé cual es la razón, pero de alguna u otra forma maduré muchisimo mientras escribía esto. La idea nació en 2014, cuando tenía quince todavía y ya tengo dieciocho. Hice muchos amigos gracias a esta historia, lamentablemente no los mantengo porque he dejado esta red social. ya no me gusta 5sos ni la música pop en general ni sigo famosos en twitter ni siquiera tengo twitter ok.
ahora hago muchas cosas que me privé en mi secundaria por estar escribiendo o pasarme el día leyendo fanfics y eso, no me arrepiento de haberlo hecho pero si me arrepiento de no haber salido más. si ustedes son de esas personas que pasan mucho tiempo en casa en serio les recomiendo que salgan, hagan amigos, vayan a fiestas y disfruten... porque son memorias de las que se van a acordar siempre, de leer una fanfic se van a olvidar al cabo de un tiempo (a menos que las haya marcado muy fuerte, como a mí tulipanes rojos) e incluso admito que me olvido que antes escribía fanfics. realmente creo que como mensaje final quisiera decirles que no se pierdan de la vida por leer historias en internet o escribirlas, porque hay algo buenísimo afuera de una pantalla y realmente es bueno disfrutarlo.
muchas gracias por esperar, en serio. y ojalá les haya gustado esta historia tanto como a mí (a lo largo de estos dos años) me gustó escribirla.
por otro lado, FALTA EL EPÍLOGO. así q no eliminen esto de sus libraries.
besos lali xcx
(ahora aldana, pero lali xcx por los recuerdos)