Durante Un "Captura La Bander...

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«Will Solace tendrá diez días para hacer florecer lo que ha cultivado por tantos meses entre el antisocial, a... More

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Día 4
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Día 7
Día 8
Día 9
Día 10 (Parte 1)
Día 10 (Parte 2)

Día 2

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By lovingmalec

—¿Así que tienes otra cita hoy, hermanito? —inquirió Kayla, depositando su bandeja de comida a mi lado en la mesa de Apolo.

En lugar de responder, seguí comiendo mi pan tostado con mermelada de fresa.

—Vi que Nico se acercó a ti antes de que el desayuno comenzará —siguió mi hermana, sin captar el significado de mi silencio—. Parecías muy feliz después de que ustedes dos terminaron de hablar.

—¿Austin, tú escuchas algo? —entrecerré mis ojos en dirección a mi hermano, que estaba sentado frente a mí comiendo una ensalada de frutas.

Austin sólo rodó sus ojos y siguió comiendo.

—Lo sé, yo tampoco.

—Se supone que tú eres el mayor, Will —dijo mi hermano, dejando su ensalada a un lado—. Además, todos sabemos que hay algo entre tú y Nico di Angelo. Es obvio.

Casi me atraganto con el pedazo de pan que estaba masticando.

Tomé un sorbo a mi vaso de leche y me aclaré la garganta.

—No hay nada entre Nico y yo. Al menos, no aún.

—¿Realmente crees que Nico no tiene las mismas intenciones que tú, Will? —dijo Kayla—. Unas amigas de la cabaña de Afrodita me enseñaron a ver las emociones de las personas a través de sus ojos, y créeme cuando te digo que las de Nico son muy obvias al igual que las tuyas.

—¿Crees que él sospeche algo? —pregunté poniéndome nervioso.

—Lamentablemente, no lo creo. Es tan denso como tú, hermano. No sabría si un chico está tratando de conquistarlo aunque se lo gritara en la cara.

—Aunque —señaló Austin—, le dices "Calaverita" de apodo. Es un nombre un poco... inusual para llamar a un amigo.

—Sólo lo digo para hacerlo enojar —respondí.

—Desde que los hijos de Hefesto lograron inventar una forma de ver televisión satelital sin atraer monstruos, te la pasas todos los viernes metido en la cabaña 13 viendo películas con Nico —replicó Kayla.

—Se ha perdido de varios años de peliculas metido en ese hotel en Las Vegas. Él mismo me pidió que lo ayudará a actualizarse.

—Lo tuviste metido en la enfermería por un mes completo y sólo te hiciste cargo de él.

—Necesitaba recuperar fuerzas después de la guerra.

—Le diste de comer en la boca por una semana hasta que te amenazó con mandarte a los Campos de Castigo, aunque dichas amenazas no parecían muy serias, a decir verdad.

—De nuevo, estaba débil. Necesitaba cuidados extremos. Y, créeme, que si daban miedo.

—Cuando tenía pesadillas, le cantabas hasta que se quedaba dormido y a veces tú mismo dormías a su lado, agarrando su mano.

—Razones médicas. Me hice cargo de que entendiera por qué lo hice. Además, ¿cómo es que sabes todo eso, Kayla?

—Tomé varios turnos nocturnos en la enfermería —contestó encogiéndose de hombros.

—Y no tenía nada mejor que hacer más que shipear a su hermano con un hijo de Hades —murmuró Austin—. ¡Ouch! ¿Por qué me pateaste?

—Yo no hice nada —contestó Kayla inocentemente.

—Número uno, ¿qué demonios es "shi"..."shipear"? Y número dos, tienes razón, Austin, soy el hermano mayor, por lo tanto tienen que dejar de molestarme y de meterse en mi vida privada.

—¿Y desde cuando tienes vida privada? —preguntó la pelirroja burlonamente.

En respuesta, le saqué la lengua a mi hermana. Ella hizo lo mismo y seguimos así hasta que la hora del desayuno se acabó y todos nos fuimos a nuestras clases correspondientes.

Hace unos meses atrás, durante el tiempo que Nico estuvo en la enfermería recuperando fuerzas, recuerdo cuando Kayla me vio durmiendo al lado de la cama de Nico, con nuestras manos entrelazadas. Me di cuenta de que no servía de nada esconder mis sentimientos hacia el hijo de Hades, y Kayla y Austin lo tomaron de lo más normal. Pero Kayla lo tomó demasiado normal, o diciéndolo mejor, demasiado bien. Desde entonces, no ha parado de insistirme en que invite a salir a Nico, y ahora que por fin estoy tratando de que el moreno se de cuenta de mis sentimientos, mi hermana no me deja en paz. Sé que tiene buenas intenciones, pero no saben lo que es aguantar a una adolescente de diecisiete años siempre andando sobre tu espalda y apresurándote a que casi te cases con el chico que te gusta.

Aunque no estoy diciendo que esa idea este mal...

Ok ok, cálmate, Solace.

Consulté qué hora era mirando la posición del Sol; las siete más diez minutos. (Una ventaja de ser hijo de Apolo, por cierto). Todavía tenía cincuenta minutos libres antes de que mis clases de música comenzarán. Después de esas dos horas, una hora de arquería y luego una hora de manejo de canoa.

A partir de medio día, una hora de descanso, y a la una empezaba mi turno en la enfermería.

Nico había dicho que lo encontrara a las doce en punto afuera de su cabaña.

Pasé el resto de mi tiempo libre jugando voleibol con uno de mis hermanos, Cole, (nombre salvaje inventado aparece lol) y un par de hijas de Nike que llegaron al campamento unos meses atrás, Holly y Laurel Victor. Era divertido jugar contra ellas porque no se daban por vencidas hasta ganar, lo cual las hacía unas oponentes admirables. Pero el problema era que podían pasar diez horas seguidas metidas en un partido si no ganaban. "Ganar o morir, nada intermedio", era su lema.

Daban un poco de miedo ambas chicas, a decir verdad.

—¡No crean se salvarán la próxima vez, solecitos! —nos gritó una de las gemelas mientras Cole y yo nos alejábamos de la cancha, tomando unas botellas de agua.

—Pareciera que nunca se cansan, ¿verdad? —dijo mi hermano trabajosamente. A pesar del frío que hacía en la mañana, el partido nos hizo transpirar y ahora lo que anhelábamos era un baño en el Lago, pero cuando recordábamos que el agua estaba a una temperatura helada, desaparecían esas ganas espontáneas. Ninguno de los dos quería morir de hipotermia, gracias.

—Yo creo que si, pero sólo lo demuestran si ganan. Como para consolarnos al pensar que les dimos batalla antes de lograr su éxito.

Cole sacudió su cabello castaño decolorado al estilo "californiano" y se lo peinó hacia atrás al pasar sus dedos entre éste. Sus ojos verdes miraron la botella vacía en sus manos con tristeza.

—Creo que iré por más agua, ¿vienes, Will?

Volví a consultar al astro que reinaba el cielo antes de contestar.

Oh, rayos.

—No, discúlpame pero tengo Música en menos de cinco minutos. En realidad, debería de estar corriendo en este momento si no quiero llegar tarde.

Escuché la risa de mi hermano a mis espaldas mientras me dirigía a toda prisa a mi primera clase.

Tal vez era el mejor médico en el campamento, pero vaya que era un novato con los instrumentos musicales. Y de los peores.

Como todos días desde unas semanas atrás, me pasé dos horas tratando de tocar unos acordes del piano con mi mano izquierda mientras tocaba una melodía con la derecha. Y como todos los días, fracasé terriblemente.

¡A mí sólo denme la letra de una canción o papel y lápiz y verán que si soy un artista!

Pero claro, cuando Austin Lake era tu hermano y ambos compartían clase de música, uno no podía conformarse con saber cantar y dibujar. A veces parecía que Austin daba la clase en lugar de Woodrow, nuestro profesor.

Después de esas estresantes horas, lo peor estaba apenas por venir.

Antes de que Kayla empezara con su interrogatorio diario, arquería solía ser mi clase favorita. Se me daba muy bien y me llevaba excelente con mi hermana, pero ahora no puedo ni siquiera lanzar una flecha decentemente.

Culpa de Kayla y su manía de hacerme pensar en Nico cada segundo durante su clase.

Este día, por supuesto, no fue la excepción.

Trate de evadir sus preguntas y su acoso tomando el último blanco de la fila, lejos del espacio donde mi hermana se la pasaba la mayoría de la hora.

Logré dar en el centro del objetivo cinco veces seguidas, antes de que mi tortura (aunque no tan mala, en realidad) empezara.

—¿Ya me vas a decir a dónde vas a ir con Nico hoy?

Justo en ese momento, lancee la flecha.

Se enterró en el pasto a unos metros después del blanco.

—¿Para qué quieres saber, Kayla?

Me arremangué otra vez las mangas del suéter blanco que traía puesto y cargué el arco con otra flecha.

—Ya sabes por qué. No ha habido otra pareja tan linda e imposible como la suya desde que Percy Jackson y Annabeth Chase comenzaron a salir. Por cierto, tu codo está demasiado alto —colocó su mano suavemente sobre mi brazo y lo bajó ligeramente, poniéndolo derecho—. Así está mejor. Como te iba diciendo, ya que he visto cómo te enamoraste lentamente de Nico —en ese momento la mire de reojo, desviando mi atención del blanco—, desearía ver el desarrollo de su relación, no importa si es también lento como ustedes dos.

A veces me sorprende la normalidad con la que dice este tipos de cosas... ¿Se dará cuenta siquiera de lo que está hablando?

—Entonces, ¿me dirás en donde será su cita hoy? —inquirió nuevamente con una sonrisa, justo cuando solté la flecha.

Solté un suspiro al ver la flecha caer al lado de la anterior.

—En el muro de escalada.

Kayla parpadeó dos veces.

—Disculpa, creo que escuché mal. ¿Qué dijiste?

—Dije que en el muro de escalada —contesté con el ceño fruncido, confundido por la expresión en su cara.

—Lo llevas... a escalar algo que de todas maneras escalamos tres veces a la semana... en una cita...

—A Nico le gusta escalar.

Los párpados de mi hermana estaban caídos cuando me dijo con voz sombría:

—A mí me gusta dar clases de arquería, pero después de un día de tratar con estudiantes tan estresantes, si, también te incluye a ti, hermano, lo menos que quiero es tener una cita que incluya arcos y flechas.

Ok, tal vez tenía un punto. Pero Nico no parecía decepcionado esta mañana cuando dijo que si le gustaría ir a escalar. Así que decidí encogerme de hombros en lugar de darle vueltas al asunto. Además, no creía que mis métodos de conquista fueran tan malos, a decir verdad.

Kayla soltó un suspiro exasperado y sacudió su cabeza mientras se alejaba de mi lugar. Escuché que murmuró un "hombres" como si fuera una enfermedad mortal sin cura.

Después de mi clase de canoa, estaba en un humor mucho mejor ir en arquería y mis pensamientos acerca de la cita volvieron a ser positivos. Antes de pasar a la cabaña trece, fui a cambiarme de ropa a mi cabaña ya que se había mojado en el Lago y, como dije anteriormente, no quería morir de hipotermia.

Una vez que me hube dado un baño de cinco minutos y vestido con unos pantalones deportivos y una camisa negra sin mangas, me dirigí a la cabaña de Hades. Durante el camino me la pase soplando y frotando mis manos para que el frío desapareciera. Tal vez no fue tan buena idea escalar el Muro en Enero.

Toqué la puerta de madera tres veces y espere a que Nico abriera. Escuché unos ruidos de cosas cayendo a dentro de la cabaña y mire la puerta confundido y un poco preocupado.

—¿Nico? —pregunté en voz suficientemente alta para que me escuchara—. ¿Está todo bien ahí dentro?

—¡Si! —otro ruido de un objeto cayendo y Nico maldiciendo—. ¡Sólo espera un segundo!

Cuando abrió la puerta, sus mejillas estaban sonrosadas y un ligera caña de sudor cubría su cara. Sólo traía puestos unos pantalones como los míos.

Nada más.

—Umm. ¿No quieres pasar? Hace mucho frío afuera, supongo, porque tu cara está roja.

Me tomó más tiempo de lo que me gustaría admitir para reaccionar.

—S-Si quieres puedo esperar a que termines de vestirte adentro.

Nico asintió con su cabeza y se hizo a un lado, dejándome un espacio relativamente pequeño entre su cuerpo semidesnudo y el marco de la puerta.

Tragando fuertemente, entre a la cabaña.

Nunca había visto un lugar más desordenado que la cabaña de Hermes hasta ahora.

—Wow, ¿qué pasó aquí?

Nico pasó en frente de mí, recogió una camisa negra con una calavera blanca en el frente del suelo y se la puso. Trate de no parecer tan decepcionado.

Pasé mi mirada por todo el lugar. La cama estaba deshecha, como si se acabara de despertar, lo cual no sería un sorpresa. El altar que reinaba un esquina de la cabaña ahora estaba hecho un desastre y había ropa esparcida a lo largo del piso, sobre la mesa de caoba al lado de la única litera en la cabaña y una montaña sobre la cama de abajo.

Hasta la pantalla estaba tapada por unos shorts y una camisa naranja del campamento.

—Digamos que... trataba de acomodar mis cosas y... esto sólo como que pasó.

—¿Por cuántos minutos has estado aquí desde que armería terminó?

—¿Diez?, tal vez menos.

Traté de esconder una sonrisa mientras sacudía mi cabeza. Me acerqué a la cama y moví la montaña de ropa para sentarme, pero descubrí que abajo de la ropa se encontraban cargas esparcidas en toda la superficie de tela.

—¿Qué es esto? —tomé una de las cartas. El reverso era de color dorado y tenía los símbolos de los doce olímpicos. Las palabras "Mitomagia" resaltaban en color bronce.

Nico rápidamente comenzó a recoger el resto de las cartas y extendió su mano hacia mí para que le devolviera la que estaba sosteniendo.

—Es algo estúpido, ignóralo. Por favor, devuélveme la carta.

—¿Qué es Mitomagia?

—Nada, en serio.

—Pero lo tenías esparcido en tu cama, como si lo acabarás de jugar.

—Solace, te lo advierto. Dame la carta.

—Esta bien, te la daré. Pero dime aunque sea de qué se trata.

Soltando un suspiro, Nico tomó la carta cuando se la devolví. Acomodó la baraja y la guardo en una pequeña caja de madera que estaba debajo de la cama, donde la volvió a meter.

—Mitomagia es un juego de cartas con cromos y estatuillas coleccionables de mitología griega que solía jugar hace unos años, antes de que... Antes de que Bianca muriera.

La sonrisa que tenía plasmada en mi cara cuando Nico empezó a explicar el juego se borró inmediatamente al escuchar lo último. Cada vez que Nico mencionaba a su hermana, sus ojos miraban al suelo y sus manos apretaban cualquier objeto que estuviera sosteniendo hasta el punto que sus nudillos se volvían blancos. Podía sentir su dolor a un nivel emocional que hacía que mi corazón doliera. Se veía tan pequeño e indefenso que me daban ganas de abrazarlo y hacer que ese dolor desapareciera, pero sabía que lo que Nico odiaba más era que la gente le tuviera lástima. Tenía que respetar eso.

—¿Y qué te hizo volverlo a jugar? —le pregunté con un tono de voz suave.

El hijo de Hades se encogió de hombros y levantó su mirada hacia mí. Pensé que vería dolor en sus ojos, pero estaban inexpresivos.

—Escuché a un grupo de hijos de Hermes hablar acerca de una computadora que habían metido de contrabando al campamento y de que estaban buscando una forma de conseguir internet sin atraer monstruos. Cuando lo consiguieron, gracias a la ayuda de los hijos de Hefesto y Hécate, Lou Ellen me contó acerca de este sitio web llamado Amazon. Y, bueno, por accidente encontró una oferta que incluía la baraja completa de Mitomagia y le pedí que me la comprara. Aún no sé por qué.

—No estaba enterado acerca de esa computadora ni del internet —dije con el ceño fruncido. Lou Ellen era mi amiga también, y de mucho más tiempo que de Nico. Me sentí un poquito dolido, siendo sincero.

—Obviamente no —contestó el moreno con una sonrisa burlona—. Eres el consejero principal de la cabaña de Apolo, y estamos hablando de algo que es técnicamente ilegal en el campamento.

—¿Estás insinuando que yo hubiera ido de chismoso a contarle a Quirón o al Sr. D? —Okay, ahora sí me sentía ofendido.

—Que conste que yo nunca dije nada, Solace, tú solito sacaste tus conclusiones —replicó, levantando sus brazos inocentemente.

—Si, claro.

Tomé una prenda de la cama y se la lancé a la cara. Nico agarró unos pantalones del suelo y me los aventó, pero los logré esquivar. Con una risa, me lancé encima de la cama y le aventé toda la ropa que encontré a la mano, logrando que Nico también riera y me siguiera el juego.

Acabamos desordenando más la cabaña y con la hora de nuestros descansos.

—¿Quieres que me quede a ayudarte acomodar todo este desorden? —sentía mi cara roja por tanto reírme y la de Nico tenía un tono escarlata también. Se veía tan lindo cuando sonreía. Ni siquiera me había dado cuenta de que el tiempo había volado y a decir verdad, tampoco me importaba.

—¿De qué hablas? Si fuiste tú el comenzó todo. Por supuesto que me vas a ayudar a arreglar mi cabaña.

Y así nos pasamos los últimos quince minutos de nuestro tiempo libre. Cuando hubimos acabado, ambos salimos de la cabaña trece. Nico tenía clase de Historia Grecorromana y yo comenzaba con mi turno en la enfermería.

—Lamento haber arruinado tus planes para hoy, Will —dijo Nico mientras bajábamos las escaleras del porche.

—No importa, lo único que quería era pasar mi tiempo libre contigo y al final si lo conseguí.

Nico sé detuvo al pie de las escaleras y se me quedó viendo por un momento.

—¿A qué hora acaba tu turno hoy?

—Hasta en la noche. A las nueve, ¿por dónde qué?

—Si quieres... Si quieres puedes venir a mi cabaña y te enseñaré a jugar Mitomagia —sugirió en voz muy baja. A pesar de los ruidos cotidianos de semidioses entrenando y gritando que nos rodeaban, escuché sus palabras perfectamente.

Al parecer ese juego significaba mucho para Nico, y le traía recuerdos dolorosos pero también recuerdos felices. Y el que se ofreciera a compartirlo conmigo...

—Me encantaría.

Una sonrisa pequeña apareció en sus labios.

—Entonces nos vemos al rato, Solace. Suerte en la enfermería. Y no te olvides de traer un suéter porque escuché que va a bajar mucho la temperatura está noche.

—Por favor, Nicks —Nico me dio una mirada de advertencia al escuchar el apodo que tanto detestaba—. ¿Con quién crees que estás hablando? Soy un hijo de Apolo, ¡por supuesto que traeré un suéter!

Rodó sus ojos y murmuró un "idiota" antes de despedirse con un movimiento de mano y dirigirse a su clase de armería.

A las nueve más quince me encontraba sentado con mis piernas dobladas en forma de pretzel en frente de Nico, en su cama. Las siguientes dos horas se las pasó explicándome las reglas de Mitomagia, los poderes, los niveles de fuerza y los ataques especiales de cada carta. Parecía un niño pequeño enseñándoles sus juguetes nuevos a sus amigos; sus ojos estaban iluminados como rara vez los veía y una sonrisa jugaba en sus labios a cada rato. La verdad creo que le preste más atención a él que a lo que decía, aunque no hacía mucha diferencia porque el juego se oía tan complicado como si me hubieran hablado en ruso.

Cuando dieron el toque de queda, Nico me despidió en la puerta de su cabaña.

—Si que hace frío —comenté ajustándome la chamarra afelpada que traía puesta y volviéndome a poner los guantes en mis manos.

—Si, un poco —Nico se recargó contra la puerta a medio cerrar. Ya traía puesta su pijama gris y, por más que el frío no le afectara tanto como a los demás, sabía que no se quería arriesgar a contraer un resfriado. ¡Muy bien hecho, Nicks!

—Buenas noches, Calaverita —me despedí con una sonrisa—. Ya cierra la puerta, no traes nada para protegerte del frío y a esta hora es peligroso salir así.

—Lo sé, Will —respondió rodando los ojos—. Pero, ¿me vas a decir lo que está escrito en esta nota? —me preguntó alzando el papelito que le había dado unos minutos antes—, ¿o tengo que leerlo cuando ya te hayas ido como ayer?

Con un guiño, me di la vuelta y comencé a bajar del porche.

—¿Tú qué crees, Chico Muerte?

Escuché la puerta cerrándose a mis espaldas y seguí el caminito iluminado por las luces de las cabañas hasta llegar a la de Apolo.

Tal vez, las cosas improvisadas no acababan catastróficas y si salían bien.

O tal vez sólo porque fue con Nico.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Ya que hoy no pudimos hacer lo que tenía planeado, aunque no me estoy quejando de la alternativa que surgió (Mitomagia suena súper genial, pero un tanto complicada para un simple médico como yo), ¿qué te parece si hacemos otra cosa mañana? (:

Escuché que Percy trajo a Mrs. O'Leary y me preguntaba si quisieras llevarla de paseo mañana en la tarde, ya que tengo turno nocturno en la enfermería.

Dulces sueños, Nico.

PD. Acostúmbrate a la notas porque como que me está empezando a gustar escribirlas.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Bueno, no sé si les gustó mucho ya que es un poquito lento(?) y no pasa mucha acción ( ͡º ͜ʖ ͡º) como en el anterior(?) pero me gusta hacerles como una introducción a todos los personajes y a la relación que hay entre todos (:

Y la verdad, si me gustó mucho escribirlo así que ¡espero que a ustedes le haya gustado leerlo!

¡Mangos azules de consuelo(?)! ok ya me calmo con mis inseguridades v:

All the love,
Y.

PD. Los capítulos se hacen más largos cada capítulo v': lol

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