Behind the glass

By IAmNotValerie

192K 17.5K 1.4K

Karma Brown es una humana de 19 años. En su vida, los hombres lobos siempre están a su alrededor, casi todos... More

Aviso
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Aviso
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Especial II
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Hey
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 44
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Epílogo
Bonus
Bonus
Nota

Capítulo 4

7.5K 558 50
By IAmNotValerie



Capítulo cuatro


Si algo no me esperaba, era él me besara. La sorpresa me había dejado completamente inmóvil, sin poder responder al beso o empujarlo y realmente no podía pensar en qué era lo correcto hacer.

Cuando era más joven y mis hormonas se encontraban revolucionadas había pensado en besarlo más de una vez, aunque nunca hubiera tenido suficiente valor como para realmente hacerlo. No puedo negar que es un chico realmente atractivo, y que él no lo sepa lo hace serlo mucho más. Y con el tiempo me prohibí volver a pensar de él de una forma diferente a como una chica ve a su mejor amigo. Decidí que si no cumplía con eso finalmente nuestra amistad terminaría de una forma mala. Y no deseaba que así fuera. Entonces, cuando me encontré viviendo una de mis más oscuras y reprimidas fantasías con los labios de Alex sobre los míos, no supe que hacer.

Describir el beso me resultó ser increíblemente difícil, pues no me sentí capaz de encontrar las palabras adecuadas. No fue como los besos en libros y películas –Demandantes, profundos y desesperados -, fue de hecho algo bastante contrario a eso pero definitivamente mejor. Había sido suave y expresaba todo el cariño que más de seis años de amistar tejieron, había sido breve –extremadamente breve- calculaba que no duró más de cinco segundos antes de que él se alejara de mí. Mi primera reacción una vez que fui capaz de moverme fue dar media vuelta para que él no pudiera observar mi rostro. Él hizo exactamente lo mismo que yo. Ninguno quería enfrentarse al otro.

En el fondo un beso no es más importante que cualquier otro toque entre dos personas, la importancia que tiene es lo que quiere decir. Para nosotros, no estuve segura que era exactamente lo que estaba diciendo, ¿Era un tipo de declaración o sólo cumplió con un impulso? Preferí simplemente pensar que lo que lo había motivado era encontrarse confundido. Que no podía pensar de mí de otra forma que solo como su amiga. Su mejor amiga. La lucha por bloquear y eliminar cada voz en mi mente que me decía que me estaba convenciendo de una mentira era realmente muy dura para mí. No necesitaba que mi mente me torturara con un montón de pensamientos que volvieron a la vida después de años de encontrarse enterrados dos metros bajo tierra en mi propia mente. Y a pesar de saber que me convenía pensar, no había otra forma de acabar con todos mi sentimientos y emocione encontradas que dejar de esconderme en mi propia mente y dar media vuelta para enfrentarme a la causa de todo esto. Enfrentarme a Alexander.

¿Pero que debía decirle? Estaba buscando las palabras pero mi mente no me entregaba mucha ayuda. Me sentí extremadamente triste al percatarme de que por primera vez no sentí suficiente confianza con él para hablar sobre un tema. Nunca antes me había pasado esto, siempre había sido capaz de decir todo lo que pensaba frente a él sin guardar nada. Y Alexander siempre había hecho lo mismo cuando se encontraba conmigo. Me pregunté si él estaba listo para hablar y solo esperaba que yo también lo estuviera o el caos en mí también estaba presente en él. Internamente conté hasta tres antes de girar brusca y rápidamente mi cuerpo hacia donde él se encontraba todavía de espaldas a mí. Me pregunté si en el mundo existía algo que deseara hacer menos que hablar con mi mejor amigo sobre nosotros. Si lo existiera, definitivamente no deseaba averiguarlo.

--¿Alexander? – Susurré a pesar de que no hubiera nadie a nuestro alrededor. Llevé mis piernas hacia mi pecho mientras esperaba que respondiera. Si él no se encontraba dispuesto a hablar, yo no podía obligarlo a hacerlo o a mirarme. Solo supe que él me había escuchado cuando escuché como inhalaba y vi a sus hombros subir como si estuviera armándose de valor. Cuando pasaron algunos minutos desde que lo había llamado recién giró su cuerpo de forma lenta hacia donde yo me encontraba – Yo...

-- Lo siento – Me interrumpió apresuradamente llevando una de sus manos a su rostro y masajeando suavemente su cien – Sólo... solo finjamos que nada ha sucedido aquí, ¿Vale? – En respuesta solo negué con la cabeza. Si no hablábamos ahora sobre esto, no creía que alguna vez lo hiciéramos – Karma...

-- Sólo respóndeme una cosa y luego volveremos a casa – Lo interrumpí. Claramente Alexander sentía mucho menos entusiasmo que yo sobre esto, lo que me resultó un poco hiriente ya que él fue quien me besó y comenzó con todo esto. Por obvias razones, él debería haberse sentido mucho más claro que yo. No lo dejaría escapar como un chico cobarde de esta discusión, tendría que responder al menos la mayor de mis preguntas para conseguir que me quedara un poco más tranquila -- ¿Esto significa algo...?

-- No, en absoluto – Contestó – Vamos, es momento de volver.




Alexander solo me acompañó hasta la puerta de mi casa y luego se marchó con apenas un movimiento de mano. Me alegré de no encontrarme con nadie en el camino a mi habitación. En esos momentos, no me importaba siquiera saber que estaba pasando en la vida de Thomas. Solo me concentré en mis propios problemas durante toda la tarde. Fue una de las pocas veces que cerré la puerta de mi cuarto poniendo el seguro, impidiendo de esa manera cualquier visita inoportuna de mi familia. Por mensaje de texto le dije a mi mamá que no me sentía bien. De esa forma, al menos tenía la certeza que me dejaría estar tranquila por al menos unas cuantas horas.

Sentí la necesidad de liberar la presión que sentía gritando con mi almohada presionada contra mi rostro o golpear mi cama hasta no poder más, pero me estaba enfrentando a uno de los principales problemas de vivir con personas cuya audición es capaz de captar cualquier sonido en la casa, aunque la puerta se encontrara cerrada. Cualquier movimiento que haga es captado por mis hermanos o David y posteriormente informado a mi madre. Sollozar o contar un secreto dentro de mi casa –o cerca de cualquier hombre lobo- no es la mejor de las ideas, ya que todo el mundo posteriormente se terminaría enterrando. Lo único que podía hacer era encontrarme tendida sobre mi cama, mirando fijamente el techo y pensando que sin mi familia aquí, estaría golpeando mí cabeza contra la pared hasta perder la conciencia, entre otras cosas. Cuando le pregunté a Alex si el beso significó algo, había estado internamente rogando a cualquier dios que estuviera dispuesto a escucharme que dijera que sí. No sabía que era exactamente lo que esperaba que dijera, pero definitivamente su respuesta había sido todo lo contrario y terminó por hacer que mi corazón terminara herido y el resto de mi cuerpo estuvo luchando todo el regreso a casa por no demostrarlo y fingir que todo estaba bien y que nada me lastimó. La conversación que llevamos mientras caminábamos hacia mi casa había sido igual que cualquier otra, solo que en el fondo ninguno de los dos se encontraba presente. No sabía si al llegar a mi casa me sentiría liberada o acorralada, y finalmente había terminad por encontrarme en algún extraño punto medio en el que no hay forma de escapar pero no hay nada manteniéndome con una cadena.

Hace tiempo me había resignado a que mis peticiones al cielo no se cumplieran, pero de igual forma nunca había dejado de intentarlo. En esa ocasión, estaba pidiendo que el tiempo borrara todo lo que estaba mal lo más pronto posible. Que todas las cosas fueran arregladas. Pero la esperanza de que realmente se cumplieran mis deseos estaba extinta. El silencio de mi habitación me proporcionaba un consuelo extraño, un tipo de tranquilidad forzada que realmente no lograba calmar mi mente. Sentí el impulso de llamar a alguien para hablar de cómo me sentía, y ese alguien resulta ser Alex. Pero no creía que fuera una buena opción por ahora. Entonces, como si el universo estuviera jugándome una broma, junto a mí, mi celular comenzó a vibrar. Perezosamente me estiré hacia el pequeño mueble de madera para tomarlo. Sentí alivio y desilusión al mismo tiempo cuando vi que no era mi mejor amigo quien llamaba. Apreté el botón de contestar e intenté hablar con la voz más casual y animada que fui capaz de fingir.

--Hola, Mark – Dije mientras caminaba hacia la ventana de mi cuarto y la abría para instalarme junto a ella, de forma que dificultara escuchar la conversación a mi familia ya que el viento se llevaría algunas palabras. Aunque de cualquier forma, podrían captar las mías sin mayores problemas -- ¿Cómo estás? -- No había hablado con él desde que me llevó a mi casa al dejar a medias la cita en el restaurant.

-- De maravilla – Contestó el chico animadamente al otro lado de la línea – ¿Ya está todo bien en tu casa? – Rápidamente inventé una historia sobre que todo se trataba de una exageración de Thomas por la visita de una lejana tía odiosa para que no se preocupara por mí, ya que no sería capaz de comprender lo que realmente había sucedido. Sentí un pequeño revuelo en mi estómago cuando noté que mentir se me había hecho mucho más fácil de lo que hubiera deseado en un primer momento. Convertirme en una mentirosa no me gustaba para nada, pero cuando tienes que ocultar un secreto que puede cobrarle la vida a tu familia y seres queridos, no se tiene otra opción. Mark permaneció en silencio mientras escuchaba mi rápida explicación, y cuando terminé mi relato demoró unos segundos en hablar – Me alegro de que no hubiera sido nada grave. Me quedé muy preocupado por ti. De cualquier manera, si es que esta tarde te encuentras libre pensé que tal vez nosotros podríamos volver a salir...

¿Quería volver a salir con él? Ahora sentí mucha menos atracción hacia Mark que antes de que Alex me besara. Había comenzado a desear que su cabello rojizo se convirtiera en negro y sus ojos verdes se volvieran pardos, como los de mi mejor amigo. Pero fue ese pensamiento el que más terminó por alarmarme. Me negué a buscar semejanzas de Alexander con los chicos con los que decido salir. Había dejado de escuchar atentamente lo que él continuó diciendo, apenas era consciente de que continuaba hablando. Por un momento pensé que si me había llamado justo en aquel momento debía significar algo, o tal vez simplemente era la mejor oportunidad para alejar mis pensamientos de todos mis demonios. Sentí injusto que un simple rechazo indirecto se hubiera vuelto un problema tan grande para mí que terminé aislándome en mi habitación cuando un montón de otras personas enfrentan reales conflictos en su vida y no se esconden como yo, sino lo enfrentan valientemente. Mi vida en comparación al resto de las personas es muy sencilla y mis problemas son diminutos, pero de cualquier manera estaban pudiendo conmigo. No permitiría que me hicieran deprimirme por el resto de mi vida.

--Claro – Respondí una vez que se había quedado callado. Él había pasado más de unos pocos minutos describiendo otro lugar demasiado... no podía encontrar la palabra correcta para decirlo, pero la que más se podía acercar sería "grande" para mis gustos. De alguna manera necesitaba poder cambiar sus planes – Pero el día de hoy me toca a mí elegir a donde iremos – Dije cargando mi voz con entusiasmo – Hay muchos lugares hermosos que estoy segura que no conocías, ¿Te parece bien?

-- Sí – Respondió, casi pude ver su encogimiento de hombros a través de la línea – Te iré a buscar en una hora.

Una vez que colgué el celular me levanté de mi cama, y sentí como si un deja vu estuviera pasando al pensar que saldría de nuevo con alguien cuando mi relación con Alexander no estaba demasiado bien. No me importó demasiado, de todas maneras. No me tomo mucho tiempo ducharme y elegir la ropa que usaría. Cuando me encontraba lista respiré profundo antes de ir al primer piso donde el resto de mi familia se encontraba. Diego y Thomas –Que había regresado de su misteriosa salida- apenas me dieron una mirada cuando pasé junto a ellos. Fui hacia la cocina para poner un poco de comida en mi bolso. Mi madre y David se encontraban en la habitación tomando un café cuando yo entré.

--Pensé que no te sentías bien – Mi madre dijo al verme entrar en la cocina de nuestra casa, observándome de pies a cabeza – Pero pareciera que vas a ir a algún lugar.

-- Sólo me dolía un poco la cabeza, pero me tomé una aspirina y me siento mejor – Respondí encogiéndome de hombros y haciendo una pequeña pausa pensando que sería conveniente decir a continuación – Sí, saldré con Mark de nuevo. Como anoche tuve que irme decidimos que hoy volveríamos a salir.

-- ¿Esta vez le dijiste a Alex? – Sus palabras fueron como un balde de agua fría siendo vertido justo sobre mi cabeza. Por más que lo intenté, no pude evitar tensarme ante su mención y mi voz no pudo sonar como deseaba que lo hiciera.

-- No tengo porque hacerlo – Respondí. Mi madre no volvió a hacer otra pregunta.

Veinte minutos después de haber llenado mi bolso con comida el timbre sonó. Yo me encontraba sentada a los pies de la escalera justo al frente de la puerta y antes de que alguien más pudiera hacerlo, abrí. Cuando vi a Mark una pequeña sonrisa apareció en mis labios mientras lo saludaba con un amistoso abrazo. Después de subir a su auto, pasé unos veinte minutos dándole instrucciones para llegar a un desolado sector de la zona sur de la ciudad.

Lo había llevado a un lindo paraíso conocido sólo por unas pocas personas. En una de las orillas de la ciudad compartiendo uno de sus lados con el bosque se encuentra un parque. Los juegos infantiles se encuentran intactos ya que por el sector no hay niños que vayan a jugar en el sector. El césped y los árboles cada verano lucían un hermoso vestido de un radiante verde regados por un pequeño río de no más de medio metro de profundidad que atraviesa el parque para finalmente perderse bajo tierra y reaparecer unos pocos kilómetros más abajo. Desde el momento que encontré el lugar me pareció triste, aunque con el tiempo de haberlo conocido desarrollé la necesidad de estar sola y tranquila, ¿Y qué mejor lugar? Rara vez te encuentras con alguien más, no hay nada molesto y que estás solo con tu mente y la naturaleza.

Esta ciudad no es conocida por ser peligrosa, por lo que tampoco es un gran riesgo pasear por un parque abandonado. Muchas veces he escuchados que hay parques o plazas tan peligrosas que si entras, probablemente al salir te hayan robado hasta tu ropa interior. Definitivamente no me agradaba como eso sonaba, ¿Estar atrapada en casa por miedo a personas malas? ¡No! No puedo imaginar siquiera como me sentiría si no pudiera salir a caminar al bosque sola, la libertad es algo que siempre he necesitado. Sólo estaba rogando que Mark compartiera la misma necesidad que yo, para que pudiera disfrutar de este lugar.

--¿Vienes aquí muy seguido? – Preguntó mientras lo guiaba hacia donde el césped y el suelo eran uniformes para poder sentarnos. Mark, un poco receloso miró unos minutos el suelo probablemente evaluando si mancharía o mojaría su ropa, pero finalmente se sentó apoyando su espalda contra un árbol.

-- Sí, paso bastante tiempo aquí – Contesté, encogiéndome de hombros casualmente -- ¿A ti no te gusta?

-- Mmmm... -- Hizo una pequeña pausa y aclaró su garganta antes de continuar – Prefiero estar en medio de una ruidosa ciudad que en entre sólo árboles. Aunque de vez en cuando alejarse de lo urbano no está mal, por un rato.

-- Supongo. Mi familia es amante de lo rural, por decirlo de una manera. Desde que tengo memoria he estado rodeada de lugares como este – Confesé. Decidí que deseaba cambiar el tema, por lo que tomé mi bolso y saqué unos sándwiches que había preparado en casa con unos jugos de caja que tomé prestados de la despensa. Se lo tendí a él, quien los tomó con una sonrisa agradecida. Le dio un mordisco al pan – He traído algo que comer, pensé que tendrías hambre, y... -- Pude ver un pequeño punto rojo moviéndose en su hombro, solo al acercarme más pude identificar de qué se trataba y también que el tronco con el que su espalda estaba en contacto tenía mucho más, al igual que su ropa – Mark – Mi voz sonó mucho más alterada de lo que pretendía – Aléjate de ese tronco.

-- ¿Qué? ¿Qué tiene el árbol, Karma?

-- Quédate tranquilo, ¿Vale? Tienes que levantarte suavemente y entrar al riachuelo... -- Vi la confusión en los ojos de Mark, y también su determinación a no hacerme caso mientras no supiera lo que pasaba – Mira, te has apoyado en un árbol lleno de hormigas coloradas y tienes media decena caminando en tu cuello. Si no quieres que te piquen, has lo que te digo.

Pero ignoró por completo mi advertencia, poniéndose de pie de golpe y comenzando a girar sobre sí mismo mientras pegaba manotazos a ciegas en su propio cuerpo. De pronto los gritos de desesperación se volvieron de dolor y fue cuando supe que las malditas hormigas le habían picado. Yo también terminé llena de pánico mientras le gritaba que saltara al arrollo, y finalmente lo hizo. Pasó bajo el agua unos dos minutos sacudiéndose frenéticamente hasta que no pudo aguantar más la respiración. La picadura de esos insectos duele como el mismo infierno, lo había experimentado en primera persona cuando era más joven. Rápidamente me acerqué a él obligándolo a mostrarme la zona en la que le habían picado, revelando siete ampollas bastante irritadas.

--Por favor– Pedí internamente que cualquier ente milagroso me escuchara –, Dime que no tienes alergias a las picaduras de insectos.

-- La tengo... ¿Por qué? – Su voz sonaba extremadamente asustada, y podía comprenderlo perfectamente. Realmente nadie sería capaz de reír en la situación que nos encontrábamos, en especial él. Las picaduras de hormigas rojas a cualquiera le producen un dolor tan fuerte como el estar siendo quemado. Por lo general, no es más que eso: Dolor. Pero las alergias siempre lo hacen todo peor. Pude notar como había comenzado a inflamarse la zona de su cuello, y también como unas marcas rojas salían en su rostro – Tú dime que el sándwich no tenía soya, por favor –Sentí como si me fuera a caer, porque si la tenía– Le tengo alergia también.

-- Bueno Mark – Intenté que mi voz sonara lo menos tensa posible mientras lo guiaba hacia su automóvil arrebatándole las llaves – Creo que tendremos que hacer una inesperada visita al hospital.


Holaaa:D ¿Les ha gustado el capítulo?

Bueno, como el lunes entraré a clases no podré traer tantos capítulos así que tomaré los días domingos para actualizar. Lo que no significa que no lo haga durante la semana, solo que ese día habrá capítulo si o si. 

Gracias a ustedes esta historia ya se está abriendo paso a través de la categoría de hombres lobos, estando ubicada como la número #622 ¡Muchas gracias, chicos:3! Sé que pronto iremos subiendo progresivamente, pero para eso seguiré necesitado de su apoyo.

El capítulo está dedicado a todas las que comentaron en el anterior,MikashimoLove33 , autofideasbrendamgclourdrodrIvaGame0510danyuxyvanecacedaElyJuarezPricolaya y por último pero no menos importantefridabaar.

Con amor...

-Valerie

Continue Reading

You'll Also Like

638K 55.6K 51
Después de los acontecimientos de La Triste Historia de un Patriarca. Hay algunos cultivadores que nacen con una habilidad especial, son fertiles, pu...
1.7M 86K 86
- Yo, Logan Carter, alfa de la manada Luna Creciente, te rechazo a ti, Emma Parker, de la manada Luna Creciente -. Podía sentir como se me rompía el...
161K 8.4K 39
Eva: una niña de 5 años, muy tierna, sus ojos azules un poco rasgados, sus mejillas de un tono rosado adorable, todo en ella es tierno e inocente, pe...
168K 14.5K 22
𝐋𝐀 𝐀𝐋𝐅𝐀⎮❝No es cualquier alfa, es la alfa de alfas, su mordida puede matarte o convertirte.❞ ╰─► ❝ 𝖠𝗁𝗈𝗋𝖺 𝗒𝗈 𝗌𝗈𝗒 𝗅𝖺 𝖺𝗅𝖿𝖺... ♡ ;࿐...