Capítulo dedicado a:
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Capítulo 40: Una locura...
Helena...
-No puedo creer que en verdad me hayas convencido para dejarte hacer esto-se lamenta Cristián mientras con algo de dificultad me ayuda a caminar hasta la clase.-Tú mamá va a matarme si se entera y mi mamá va a ayudarle.
-No tienen porque enterarse de que estamos haciendo esto-le digo mientras recargo mi cabeza en su pecho.- Además, solo tú puedes ayudarme con esto, nadie más puede darme la confianza que me das tú.
-Pero estás consciente de que es una locura, ¿cierto?-me pregunta mientras besa la cima de mi cabeza.
-Lo estoy-le respondo con una pequeña sonrisa.-Pero, como que tengo ganas de hacer locuras.
-¿Debo preocuparme por eso?-me pregunta con ansiedad en su voz, por lo que decido detenerme y enfrentarme a él.
-No-le respondo otra vez, mientras con mi mano acaricio su mejilla.-No debes preocuparte. No sé porque y ni en qué momento sucedió. Pero puedo jurarte, que a pesar de que en este momento siento como que mis piernas están hechas de cemento, en verdad; por primera vez, no me siento aterrada de hacer algo...Tengo miedo, lo reconozco, pero no quiero dejarme vencer tan fácil; necesito regresar, no para probarle a la maestra o a la bola de arpías que estudian ahí que soy fuerte, necesito volver para probarme a mi misma que soy fuerte, necesito ver en mí lo que tú vez en mí.
-Estoy tan orgulloso de ti-me dice tomando mi rostro entre sus manos de la forma que encanta.-Pero tenemos un problema aquí.
-¿Y cuál sería?
-Que jamás vas a poder verte de la manera en que yo te veo... Nunca vas a poder ver la grandeza que yo veo en ti, ni la belleza, ni la fortaleza, ni ninguna de las maravillas que hay en ti... Y estoy muy feliz por ello, porque eso es algo que es solo mío y que nadie podrá quitarme nunca. Eres un regalo del cielo Helena Johnson y me alegra haber sido el primero en descubrirlo.
-Nunca entenderé porque alguien como tú quiere a alguien como yo-le digo entre sollozos mientras un montón de lágrimas brotan de mis ojos.
-Eso es sencillo; la cuestión aquí, es que nunca ningún hombre en el mundo va a ser más afortunado que yo.
No tengo más palabras que decirle en este momento; no se han inventado para poder transmitirle todo lo que siento, así que en lugar de intentarlo, uno mis labios con los suyos y trato de besarlo con todo lo que soy y con todo lo siento, esperando que logré comprender todo lo que las palabras no pueden decirle.
Soy la primera en romper el beso en busca de aire y no puedo evitar que una sonrisa gigante se plante en mis labios mientras observo eso increíbles ojos verdes que me enloquecen. Y repentinamente él está riendo y yo me estoy riendo y entonces me levanta y comienza a girar conmigo en sus brazos.
-Eres un loco, bájame ahora-le ordeno tratando de sonar molesta, pero fallando miserablemente por lo que solo me sigo riendo hasta que deja de nuevo en el piso.
-¡Ay, ay, ay!-me quejo cuando me deposita de nuevo en suelo y tengo que tratar de mantenerme en pie por mí misma.
-¿Estás bien?-me pregunta mientras la sonrisa se borra de su rostro.
--Si, yo...-comienzo a responderle pero de repente somos interrumpidos por una voz llamando mi nombre.
-¡Helena! ¡En verdad eres tú!-exclama Vanessa cuando llega a nosotros.-Tú si que eres una chica suicida.
-Oye gracias-exclamo mientras Cristián me toma de la cintura de nuevo y los tres comenzamos a caminar hacia el salón de baile.-Pensé que estarías feliz de verme de nuevo.
-Lo estoy-se defiende de inmediato, mientras camina por delante de nosotros dando pasos al revés para vernos.- Es solo que no creí que fueras a volver y menos en estas condiciones.
-No podía rendirme tan fácil-le respondo mientras lanzo una mirada fugaz hacia Cristián .-Por cierto él es Cristián, pero supongo que ya lo conoces.
-He escuchado hablar de él-dice Vanessa tratando de sonar casual mientras toma la mano que Cristián le tiende.-Soy Vanessa.
-Cristián -le responde, y sonrió con admiración cuando al parecer la belleza de Vanessa no le llama ni un poco la atención.
-¿Estás segura de hacer esto?-me pregunta Cristián deteniéndose un poco antes de que lleguemos a la puerta.
-Lo estoy-le respondo luego de que tomo una respiración profunda.-Necesito hacerlo.
-Lo sé-me responde mientras vuelve a apoyar su frente en la mía.- Tú puedes con todo, no lo olvides.
-No lo olvidare-susurro antes de que presione ligeramente sus labios con los míos de nuevo.-Gracias.
-No quisiera interrumpirlos-dice de repente Vanessa aclarándose la garganta.-Pero creo que es mejor que entremos de una vez al salón, antes de que todos comiencen a llegar. ¿Puedes caminar sola?
-Sí, me cuesta un poco de trabajo, pero si puedo-le respondo zafándome del agarre de Cristián mientras tomo otra respiración profunda.
-Tratare de cuidar de ella-le promete Vanessa a Cristián mientras me acerco a la puerta.
-No trates, cuídala en serio-le pide él de regreso y puedo escuchar el miedo en su voz.
-Estaré bien-le repito de nuevo y entonces me adentro en el salón antes de arrepentirme.
-¡Señorita Johnson!-exclama la maestra Jones bastante sorprendida mientras comienzo a caminar en el salón. Y a pesar de que es temprano, ya hay algunos alumnos más, entre ellos Rebecca que también luce bastante sorprendida de que este aquí.- ¿Está en condiciones de estar aquí?
-No lo sé, eso dígamelo usted-le pido fingiendo la valentía que en realidad no siento.-Usted es la maestra, usted debe de estar consciente de las condiciones en las que me envió ayer a casa. No veo porque necesita preguntarme si estoy o no bien.
-Yo...-comienza a decir, pero por primera en lo poco que recuerdo de niña y quizás nunca, por la mirada de todos los que están en el salón, he dejado a la gran Marissa Jones sin palabras.
-Eres una jodida genio-me susurra Vanessa mientras la maestra solo me mira con confusión.-Soy tu fan.
-No es para tanto-le respondo entre dientes mientras finalmente la maestra Jones reacciona.
-Señorita Johnson, no creo que sea prudente que se quede por hoy-admite y puedo ver en sus ojos y en el tono de su voz, que no puede creerse que me este diciendo esto.- Porque no mejor regresa a su casa y descansa por al menos tres días y entonces la espero de regreso aquí.
-¿Está segura de qué cuando regrese en tres días, en realidad va a quererme aquí? De lo contrario le agradecería que sea sincera de una buena vez y me diga las cosas directamente.
-Se ha ganado su lugar en esta clase señorita Johnson-me informa diplomáticamente mientras veo como Rebecca y la chica que esta con ella comienzan a cuchichear.-En verdad espero y ansió que nos acompañe, la estaré esperando.
Sin decir una palabra más me giro y me topo con la gran sonrisa de Vanessa que me mira como si acabara de salvarle la vida.
-Te veo luego, ¿de acuerdo?-me despido mientras trato de caminar con la mayor naturalidad posible.
-Te estaré esperando-me dice de regreso con su sonrisa aún intacta mientras paso junto a ella.
-Señorita Thompson-llama entonces la maestra Jones a Vanessa.-Acompañe a la señorita Johnson a donde quiera que dirija y vuelva en seguida.
-No es necesario-me apresuro a decir.
-Señorita Thompson, acompáñela-reitera con más firmeza esta vez.
-Con gusto maestra Jones-le responde Vanessa mientras me acompaña hasta la puerta.
-Eres algo así como mi héroe ahora-me dice Vanessa eufóricamente cuando salimos del salón.
-No es para tan...
-¿Qué pasó? ¿Por qué salieron tan pronto?-me pregunta con urgencia Cristián mientras se acerca a nosotros.-Si se atrevió a correrte, me va a escuchar.
-Alto ahí caballero de brillante armadura-lo detengo con un gran suspiro colocando una de mis manos en su pecho.- Estoy bien, estaba tan sorprendida de verme que ni siquiera tuvo tiempo de mirarme feo, me dijo que regresara a descansar y que me espera aquí en tres días.
-¡Dios! Estaba tan asustado de que fuera capaz de ponerte a hacer algo en estas condiciones-me admite Cristián mientras recarga su frente en la mía.-Pero estaba más asustado de que por tu terquedad te pusieras a hacerlas.
-No habría sido capaz de hacer nada de todos modos-le admito con una pequeña sonrisa.-Mis piernas son como dos palos justo ahora.
-Es como si estuviera viendo una película de Nicholas Sparks-suspira de repente Vanessa a nuestro lado.- Es que en verdad ustedes son como una pareja sacada de una de esas películas y ni siquiera eso, son como la pareja sacada del libro.
-Estás exagerando-le digo entre risas, mientras Cristián me abraza desde la espalda y besa mi sien.
-No lo hago-me responde y de repente todo su semblante como que se desinfla.-Yo quiero que alguien me mire así.
-Vanessa-apresuradamente llega Jason a su lado intentando recuperar el aliento.-Gracias a Dios que estas aquí, así Jones no va a matarme solo a mí.
-No cariño mío, yo tengo siglos aquí. Solo que salí a acompañar a Helena-le dice Vanessa señalándonos a mí y a Cristián mientras recompone su postura.-Ella solo va a matarte a ti.
-¡Rayos chica! ¿Quieres morir?-me pregunta Jason mientras continua respirando pesadamente.-En el momento que cruces la puerta ella va barrer el suelo contigo.
-Pues para que lo sepas-se adelanta Vanessa antes de que pueda siquiera abrir mi boca.-Ella ya cruzo esa puerta y no se ensucio ni con la mas mínima mota de polvo; es más la que trapeo el piso con alguien fue ella. Lo creas o no, dejo a la gran Marissa Jones sin una jodida palabra que decir... Y eso fue... ¡INCREÍBLE! En verdad te admiro mucho.
-Estas exagerando un poco, no fue para tanto-le reitero a Vanessa y entonces me giro hacia Jason.-Y tu Jason, dime de una buena vez, ¿cuál es tu maldito problema conmigo? Desde ayer te la has pasado atacándome; y créeme a estas alturas de mi vida ya no estoy para soportar este tipo de cosas, si no quieres que te hable dímelo y no me vuelvo a cruzar en sus caminos, pero déjate de cosas de una buena vez.
-Tienes agallas Johnson-me alaba luciendo sorprendido.- Eres mucho más de lo que dejas ver y tienes razón estaba atacándote, lo siento, pero solo estaba protegiendo a mi chica.
-Es solo mi loco mejor amigo sobre protector-me dice Vanessa mientras le da un caderazo.-Perdónalo por eso.
-Si, solo soy su sobre protector mejor amigo-coincide Jason mientras le pasa un brazo por los hombros y trata de sonreír.-Ya deberíamos entrar Vanessa, se hace tarde.
-Es cierto-concuerda Vanessa zafándose de su agarre.- ¿Te miro en tres días entonces? Estoy ansiosa en verdad por ver que más sorpresas vas a darnos Johnson, lo ansió.
-No hay muchas-le digo riéndome.
-Por supuesto que las hay-me contradice Cristián.
-Pues ya lo veremos-dice Jason mientras nos da un ligero asentimiento antes de adentrarse al salón.
-Adiós Helena-se despide una emocionada Vanessa antes de gritarle a Jason que la espere.
-¿Ella no se ha dado cuenta que ya tiene lo que quiere verdad?-me pregunta Cristián cuando desaparecen dentro del salón.
-No, esa chica no tiene ni idea de que Jason se muere por ella, ella solo lo mira como su simple amigo. Y eso es un poco triste.