"Como conocí al idiota"[Edita...

By ivett2003

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Se que suelen decir que del odio al amor solo hay un paso. La verdad es que yo no lo creo Si odias a una pers... More

*Sinopsis*
⚠Atención⚠
Tráiler - Como conocí al idiota
1- De pequeños...
2- La universidad
3- "No me intimidas"
4- Primer dia de clases
5- Reencuentro
6- La playa perfecta
7- De vuelta de la escapada
8- El chico encapuchado
9- Estaría muerta si no fuese por ti
10- Celos...¿Por qué?
11- Viaje inesperado a Madrid 1/2
12- Viaje inesperado a Madrid 2/2
13- Enfermedad.
14- "Tiene la manstruacion"
15- Un error
17- Incendio
18- Intimidades...
19- ¿Quedar como amigos?
20- La fraternidad
21- Recuerdos del pasado
22- La hora de la verdad
23- La hora de la verdad (2/2)
24- Beso inapropiado
25- Sentimientos encontrados
26- "Tenemos que hablar"
26- "¡No somos nada!"
28- "¿Y mi beso?"
28- "Mi primera vez con mi amor de infancia"
30- El gran día
31- El gran día (II)
32- ¿Segura?
33- No puede ser...
2da temporada (leerlo por favor)
34- Un tiempo...
35- "No siento lo que sentia"
36- "¿Piensas dejarme asi?"
37- ¿Piensas dejarme así? (II)
38- ¿Quieres juego de esposas?
38- "La niña no está..."
40 - "Me tienes para todo lo que haga falta"
41- ''¿Que miërda te a pasado? ''
42- ¿Quiere que me maten so desgraciado?
IMPORTANTE
43- Perderemos al chico...
44- Siempre fue infiel...
45- Dijiste amor...
46- Te quiero..
47- Ra-rayan ya viene...
Epílogo
@Agradecimientos

16- Demasiadas risas

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By ivett2003


—¿Brook qué haces aquí? —pregunto estupefacta.

Brook nervioso se rasca la nuca.

Rayan, tiene los puños apretados igual que su mandíbula.

Debe estar de lo más agotado de apretarlas todo el rato.

—Yo...em...me iba, debo irme... —nervioso, coge las riendas de su mochila y nos esquiva.

Iba a rendirme pero después pensé en porque estuvo en el médico, y seguí resistiéndome.

-—Porqué estuviste en el médico cuando me desmayé? —voy al grano al ver que va con mucha prisa.

Me mira fijamente.

—Kayla, debo irme, mi padre a tenido un accidente de coche y es grave... —dice con los ojos llorosos— lo siento... —murmura apenado, me besa la mejilla y se va. Me deja tan parada que ni me entero de que ya a salido de allí.

—Kayla ¿Te encuentras bien? —dice Rayan, como si hubiese pasado un huracán por su voz.

Supongo que no le habrá gustado el tierno beso que me a dado en la mejilla, pero yo no he tenido que ver eso ya que estaba de espaldas a él.

—Si solo que, necesito respirar un poco aire... —consigo decir.

Asiente.

—Vale, pues vamos algún lado a cenar... —propone.

Asiento, los dos subimos las escaleras hacia arriba, falta poco para llegar al centro de Barcelona así que caminamos hasta llegar a Plaza España.

—Que bonito es todo esto... —quedo alucinada, por cada centímetro de Barcelona.

—La verdad es que lo mejor son las... —comienza a decir Rayan.

—¡Oooh mira eso! —exclamo interrumpiendo a Rayan, ríe y corro hacia esas preciosas fuentes.

En la fuente plantados, estoy de lo más alucinada, las fuente son preciosas, salen distintos colores desde el núcleo de la fuente y es de lo más bonito que he visto nunca.

Nos sentamos en el borde de la fuente, Rayan saca su iPhone y nos hacemos una foto.

La miramos, a Rayan se le marcan los hoyuelos y está precioso. Me río al ver mi cara de tonta en la foto este ríe conmigo.

Respiro hondo y miro hacia atrás, la fuente es preciosa, al mirar las luces veo que hay monedas bajo la fuente.

Cojo mi bolso y saco el monedero pequeño que llevo siempre, Rayan me mira extrañado y saco dos pequeñas monedas de diez céntimos.

—¿Un deseo? —pregunto ofreciéndole una moneda.

Hace una mueca.

—Esto es muy cursi... —se queja.

Bufo.

—Haber, esto es una excepción —aseguro, aun sosteniendo la moneda.

—Venga vaale... —se resiste.

Respiramos hondo y cerramos los ojos.

—1... —murmura

—2... —murmuro

—3... —susurramos.

Lanzamos la moneda.

Nos levantamos de donde estábamos sentados.

—Si quieres vamos a cenar a Bogota. —propone.

—¿Se supone que tengo que saber que es? —pregunto.

Ríe.

—Es el centro comercial de Plaza España. —me explica.

Asiento.

—¿Cómo es que sabes tanto de Barcelona? —pregunto.

Rayan aprieta la mandíbula.

—Antes de que me fuese de Tarragona, mi madre me llevo a Barcelona. —explica.

Asiento.

Solo con nombrar todo aquello quería hacerle un millón de preguntas, pero me las trague.

Entramos en el centro y comenzamos a decidirnos entre los restaurantes chinos o italianos.

—Me gusta más la comida china. —miro hacia el restaurante chino.

Rayan que se encuentra al lado mio, hace una risa de lado.

—¿Te crees que no lo se? —pregunta bromeando, mira hacia otro lado.

—Lo se, pero lo digo porque a ti no te gusta.

Hace una mueca.

—Bueno pero por un día no pasará nada... —lo miro extrañada.

—¿Quien eres tu y que has hecho con él Rayan de antes? —bromeo, ríe.

Caminamos durante un rato hasta encontrar el restaurante apropiado, aunque al final nos decidimos por un restaurante chino llamado Yulong, es como una especie de Wook.

Nos sentamos y nos dirigimos a las safatas dónde se encontraban los platos.

Cojo un poco de sushi y arroz, Rayan se cogió lo mismo pero en vez de arroz se cogió fideos.

—Barcelona es demasiado bonito... —miro por la ventana que teníamos pegada a nosotros.

—Si, demasiado...—admite.

Me como el sushi.

—Rayan, tenemos que hablar sobre...

—Lo se pero no es el momento —dice seguro.

—¿Y cuando Rayan? No podemos esperar más, los problemas se nos echarán encima —intento hacérselo entender.

—Que problemas, a nadie le interesa lo nuestro... —se para a pensar, y antes de que diga nada hablo.

—Rayan hay que arreglar esto y ¿Qué mejor momento que este? —pregunto.

Resopla, y antes de que rompa algo le acaricio la mejilla.

—Se necesita aclarar lo inaclarable cuanto antes. —al notar que me ardía la mano la aparto.

Suena un móvil y Rayan lo saca de su bolsillo. Desbloquea la pantalla y ríe al ver la pantalla después de desbloquearla.

—Es Rubben, la fiesta... —guarda el móvil.

No muevo un músculo de la cara, poniéndome seria.

—Rayan, contéstame sólo a esta pregunta... ¿Porque has cambiado tanto desde la última vez que te vi? ¿Que te a pasado? —pregunto antes de que mi cabeza plantee nada.

Rebufa, y se le es borra aquella pequeña sonrisa que le quedaba.

—Nada es eterno. El café se enfría, el humo se disipa... El tiempo pasa, la gente cambia... —intenta mirar a todos lados menos a mi, pero consigo que me mire.

Me froto la cara. Respiro hondo.

No entiendo nada, tiene que haber algo que haya vuelto de un Rayan "travieso" a un rompe corazones antisocial.

La cabeza me comienza a arder.

—...Kayla... —escucho de fondo a Rayan.

Lo miro, y noto como los ojos se me cierran.

—¿Si? —pregunto mientras la cabeza me da vueltas.

—Ven aquí... —escucho en un susurro. No estoy muy segura, y está claro que me voy a desmayar.

Me levanto y cuando me voy a caer Rayan me coge.

—Siéntate aquí, encima mio... —creo que dice.

Me siento en su regazo como una niña pequeña que espera a que le cuenten un cuento de hadas.

De lo más mareada me apoyo poco a poco con miedo al toque, consigo apoyarme a Rayan, pero a pesar del mareo estoy tensa.

Cuando estoy contigo crece mi esperanza ...—apunto de cerrar los ojos, escucho esa canción, la canción de nuestra infancia, la escuchábamos a todas horas, y nos la sabíamos de memoria —vas alimentando el amor de mi alma ... —no me creía que Rayan estuviese cantando la canción, era algo demasiado para él -y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento, qué será de mí si no te tengo? Si no estás conmigo se me escapa el aire, corazón vacío. —no se porque me la cantaba, pero se sentía genial.— Estando en tus brazos sólo a tu lado siento que respiro...

No hay nada que cambiar, no hay nada que decir.

Si no estás conmigo quedo entre la nada, me muero de frío.

Ay! cuanto te amo, si no es a tu lado pierdo los sentidos...

Hay tanto que inventar, no hay nada que fingir...

me enamoré de ti...

Eres lo que yo más quiero, lo que yo he soñado amar... eres mi rayo de luz a cada mañana... y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento, qué será de mí si no te tengo?

Si no estás conmigo se me escapa el aire, corazón vacío.

Estando en tus brazos sólo a tu lado siento que respiro...

No hay nada que cambiar, no hay nada que decir...

Si no estás conmigo quedo entre la nada, me muero de frío.

Ay! cuanto te amo, si no es a tu lado pierdo los sentidos...

Hay tanto que inventar, no hay nada que fingir...

Me enamoré de ti... -Me tapo la cara de la vergüenza y Rayan con su mano me coge el brazo. Sin darme cuenta el mareo ya se me habían pasado.

Y notaba un gran alivio.

Después de un rato en silencio tranquilo, no entiendo porque lo ha hecho...

—¿Por qué lo has hecho? —pregunto más relajada que nunca.

Suspira.

—Porque me dijo el doctor que cuando te estés mareando que respirases hondo y que haga algo que pueda llegar a intimidar o relajar. —mientras me explica me siento raramente confundida.

Pensaba que lo hacía por...simplemente porque lo sentía pero ya veo que no.

—Gracias —digo en un susurro y salgo de encima suyo.

Se acerca un camarero a nuestra mesa.

—¿Desean algo más? —pregunta el chico con gafas, y una libretita en la mano.

Miro a Rayan, hace que no con la cabeza sin ni siquiera mirarnos ya que mira el móvil, y le hago una risa forzada. El camarero deja la cuenta y después de dejar el dinero me levanto del asiento, Rayan me imita, aun con el móvil en la mano.

Al abrir la puerta un aire fresco roza mi rostro. Aunque no estábamos del todo en la calle.

Finalmente salimos y camino hacia dónde se encuentra el tren.

Cansada de ir a paso lento porque, Rayan esta con el móvil comienzo a acelerar el paso.

—¿Hey, hey dónde vas? —pregunta como si nada, a un espacio provincial de distancia.

Lo miro como si fuera obvio dónde vamos.

—No se, dímelo tu, quiero llegar a la universidad e ir a mi habitación, tumbarme en mi cama y no tener que estar aguantando a alguien que no puede dejar el móvil ni siquiera para pagar un centavo en el restaurante —comienzo a perder los nervios— y sabes lo más fuerte, que otra persona habría pensado... Oh que bonito, el chico invita a su chica a cenar es tan romántico... ¡Pero no! Es simplemente una cena en la que tiene que acabar pagando todo una y fastidiarse. —acabo diciendo. Me doy media vuelta y sigo mi camino.

—Kayla, no te conoces Barcelona —se burla como si me importase.

Resoplo.

—No me hace falta saber nada, se donde se encuentra la parada. —grito aun caminando.

Escucho unos pasos detrás.

—¡Y no puedes parar de estarte enfadando por todo! ¡Es que al final no se puede hacer nada! —exclama.

Me giro.

—Yo no me enfado por nada, tu te distraes con todo. —exclamo.

La cabeza me da vueltas y estoy que o me largo o lo olvido todo.

Mi cuerpo involuntariamente comienza a correr en dirección hacia Rayan.

Cuando estoy enfrente suyo lo abrazo, y las lágrimas comienzan a salir.

Supongo que estaré débil porque nunca me he sentido así...

Rayan me sigue el abrazo.

—Respira hondo... —susurra a mi oído.

Creo que me esta afectando más de lo que pensaba la enfermedad, no me lo quito de la cabeza y es un horror.

Nos apartamos después de unos cortos minutos.

—¿Qué quieres hacer? —pregunta cogiéndome de la cintura y elevándome.

Me lo pienso un rato.

—Olvidarme de todo... —consigo decir mirando a la nada.

Abre los ojos como platos y me hace una risa pervertida.

—Ya se... —murmura.

Me coge de la mano y me tira de ella.

—¿Dónde vamos? —pregunto.

Caminamos a paso firme.

Cruzamos una calle.

—Rayan, dime dónde vamos —con impaciencia.

Freno en seco. Rayan para de caminar.

—Vamos a un hotel en el que hay jacuzzis y eso...para que te olvides de todo...ya sabes... —dice tan simple.

Porque hacia esto.

—Rayan, no llevo más dinero encima —la verdad.

—De eso ya me ocupo yo. -—segura.

Seguimos caminando.

Tengo el presentimiento de que Rayan es bipolar, primero no paga nada en restaurante y luego quiere pagarlo todo en el hotel.

Cuando llegamos nos dirigimos a la recepcionista. No había mucha gente y supongo que es porque son las doce de la noche. Yo estaba hablando por teléfono con Eli mientras que Rayan, daba la información necesaria a la recepcionista, guardo el móvil en el bolsillo y miro a Rayan que ya a acabado de hablar.

—Tercera planta —dice y subimos las escaleras, un olor a quemado me viene a la nariz, pero rápidamente se me pasa.

Ya arriba estoy que no puedo más, no tengo ni idea porque no hemos subido por el ascensor, y me arrepiento de no haberlo pensado porque tengo las piernas hechas polvo.

Caminamos por el pasillo hasta encontrar la habitación adecuada, Rayan introduce la llave en el contacto de la puerta y la abre, la habitación es de lo más grande, había un lavabo con bañera y jacutzzi, un closet, una cama de matrimonio, una pequeña nevera al lado del televisor, y por último en balcón, era mi debilidad en las casas y más si era una planta alta. Al salir un aire fresco golpea mi cara que me echa el cabello hacia atrás.

Me dirijo al balcón, salgo fuera. Que vistas...Las luces de la noche iluminan toda la ciudad los caminos y los parques y pienso que alguna vez hay que visitar todo esto.

—Wow que bonito... —quedo alucinada, la verdad es que estoy flipando. ¡Barcelona es la mejor ciudad del mundo!

Rayan se pone a mi lado. Y se apoya en la baranda del balcón.

—¿Te gusta? —pegunta Rayan.

No me lo pienso dos veces.

—No... —Rayan baja la mirada— ¡Me encanta! —exclamo. Todo esto era precioso. Se le ilumina la cara seria que siempre trae.

—Núnca pensé que Barcelona fuese un sitio tan bonito, en cada milímetro habían cosas por observar y quedárselas mirando por un buen rato.

Unas sirenas se escuchan desde muy lejos, y después de un rato, ambulancias, coches de policía y bomberos se estacionan en frente del hotel.

¿Qué pasa aquí?

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