J A X
Gemma abrió la puerta, fue entonces que pude ver a Elizabeth con, lo que seguramente era, el suero conectado a una de sus muñecas y Opie a su lado tomándole la mano. Mentiría si dijera que no me enoje un poco al verles, los tres habíamos sido amigos desde pequeños pero con ellos dos solían decirse secretos que nunca llegaban a mí, supongo que los viejos hábitos no mueren fácil.
"Corazón que bueno es verte bien" mi madre se acerco a ella y la abrazo, yo solo camine detrás de Gemma hasta quedar a los pies de su cama.
"Hola Gem, Hola Jax" nos saludo y me dedico una sonrisa después de decir mi nombre, a pesar de estar en un hospital se veía jodidamente linda .
"Estábamos muy preocupados, ¿Qué ha pasado?" pregunto Gemma, en cuanto vi a Juice entrar a la casa club sin Opie me preocupe, se acerco a mí y me contó lo que había pasado y que Gemma le dijo que me avisara, para cuando salí a buscarla solo vi el cadillac saliendo por lo que tome la motocicleta y la seguí hasta el hospital.
"Iba caminando del trabajo a casa no me di cuenta de la intensidad del calor, iba muy metida en mis pensamientos y me desmaye" contesto Elizabeth como si no fuese nada, entonces sonó el celular de Opie y se alejo para contestar.
"Cariño, la próxima vez que necesites un aventón llámame y si no puedo ir mandaré a alguno de los chicos por ti" dijo casi con un tono maternal, que me era bastante familiar.
"Ellos también tienen cosas que hacer ¿no es así Jax?" se dirigió a mi esta vez, muy probablemente esperando que le diera la razón.
"No cuando se trata de familia" conteste sonriéndole de lado.
"Era Lyla, hubo un problema con Kenny en la escuela, así que me tengo que ir" se disculpo mientras se acercaba a Elizabeth para despedirse con un beso en la mejilla y después dejar la sala de emergencias.
"Yo debo ir al taller a resolver unos problemas que deje pendientes, ¿Por qué no te quedas con ella Jax? Yo regreso en un par de horas para llevarla, no quiero que se suba a tu moto asi como esta" no pude contestarle pues en seguida Elizabeth lo hizo.
"Gemma estoy bien, puedo quedarme sola" dijo apresuradamente, dándome la sensación de no querer quedarse conmigo a solas.
"De ninguna manera linda, nos vemos en un par de horas" se despidió con un beso de ambos y se fue dejándonos solos, a excepción de los otros pacientes y doctores de la sala de emergencias.
"No tienes que hacer esto..." su tono de voz era bajo, y su mirada se mantenía en cualquier otra cosa que estuviese presente, excepto en mi.
"Quiero hacerlo, así que no te esfuerces más" me apresuré a interrumpirla "Muchas personas que he querido han muerto y he visto a mi madre y mejores amigos en el hospital, así que comprenderás que no me iré hasta que te vea caminando por la puerta de salida" la vi sonreír y negar con la cabeza, se movió a un lado dejando un espacio en la camilla.
"Serán unas largas dos horas, siéntate conmigo" me dijo golpeando suavemente el espacio vacío a su lado, le hice caso y ocupe el lugar a su lado.
"Entonces, ¿me dirás en que pensabas cuando caminabas o solo lo sabrá Opie?" pregunté, realmente esperaba que me contara, tal vez ahora que somos "adultos" ya podrían contarme sus secretos, la vi bajar su cabeza y sonreír para después mirarme de reojo, dio un largo suspiro y contestó: "Me despidieron de Rottens, no iba muy animada, decidí ir caminando a casa, fue una mala idea porque eso me dio tiempo de pensar en todo lo que debo, los gastos de la casa y Unser y supongo que me tuve que tomar mucho tiempo o al menos el suficiente para desmayarme, en eso pensaba y si te hace sentir un poco mejor, no le había dicho a Opie" dijo esto último dando un ligero codazo.
"¿Por qué no vienes al taller? Necesitamos ayuda" le dedique una mirada condescendiente, si lo que le preocupaba era el trabajo estaba seguro que Gemma no dudaría un segundo en ayudarla.
"¿Y qué haré? ¿Pasar herramientas? Ni siquiera sé como se supone que es una llave de pájaro" reí al escuchar su respuesta, deberás que no sabía nada.
"Querrás decir una llave de perico" la corregí con cierta ternura al escuchar el poco conocimiento que tenía.
"Exactamente" contesto riendo "Además no te ofendas, pero ayudar a Gemma en el desastre que tiene en su oficina no suena algo tentador" sacudió la cabeza como seña de desagrado, lo que me hizo sonreír. Tenía razón, no había quien quisiera acercarse a esa oficina.
"No te preocupes, pienso lo mismo que tu" admití.
La plática siguió, no sé cuanto tiempo exactamente llevábamos platicando, realmente no habíamos tenido el tiempo para platicar de esta manera, esta era la Elizabeth con la que me encanta pasar el rato, no con la Elizabeth de ciudad que parecía una ingenua y santa de mierda.
Tenía mucho tiempo desde que no me sentía así de relajado y animado, tal vez desde el día que encontré a mi esposa tirada llena de sangre y sin vida, no he vuelto a ser el mismo y lo he intentado, pero no logro sacarla de mi cabeza; por ejemplo justo ahora, estoy con Elizabeth, ella me está platicando algo pero me he perdido tanto en mis pensamientos sobre Tara que no se dé que rayos está hablando, hasta que me pregunta: "¿Cómo están Abel y Thomas?"
"Bien, Abel esta en preescolar y Thomas esta aquí en la guardería del hospital. Es gracias a Tara, sí ella no hubiese hecho los arreglos para que los niños estuvieran en la escuela y la guardería no se qué haría" ¿es que no podía dejar a Tara ni siquiera un momento? Me pregunte a mí mismo y pude sentir una sus manos acariciar mi brazo.
"Estoy segura que algo se te hubiese ocurrido, nunca los dejarías los solos" me contesto intentando reconfortarme, la verdad es que me había alejado mucho de mis propios hijos.
"Me aseguro de que no estén solos, pero no soy el mejor padre" me era difícil decirlo en voz alta, pero era la verdad.
"Nadie lo es, todos hacen su mejor esfuerzo" todos menos yo, fue lo primero que pude pensar.
El doctor se acerco a la Elizabeth y reviso algunas cosas para después apuntarlas en una hoja.
"Parece que ya está mucho mejor, en cuanto entregue el formulario es libre de irse señorita Ford" le sonrío a Elizabeth dándose media vuelta para salir del lugar.
"Muchas gracias, Doctor" le contesto ella de manera amable antes de ir desapareciera, y enseguida se acerco una enfermera que comenzó a quitarle el suero.
Aproveche para llamar a Gemma, caminé unos cuantos metros y marque su número, contesto en seguida.
"Cariño ¿Qué sucede?" Contestó Gemma del otro lado de la línea.
"Acaban de dar de alta a Elizabeth" avise, para que supiera que ya podía venir.
"¡Qué bueno! Tardare un poco más en llegar, aun no logro terminar, pero no se te vaya a ocurrir subirla a tu motocicleta" advirtió con una voz autoritaria que me hizo poner los ojos en blanco.
"Claro que no, ma. Nos vemos". Colgué.
Cuando regrese a la camilla donde se encontraba Elizabeth, la vi firmando unos papeles.
"¿Ya viene Gemma?" me pregunto entregando los papeles a la enfermera.
"Se tardara un poco, aun no termina" comenté acercándome a ella con las manos dentro de los bolsillos mientras ella se mantenía sentada.
"Si no puede venir, no hay problema, puedo tomar un taxi" mencionó intentando, tal vez, no ser un problema, y lo real era que ella nunca sería un problema.
"Claro que no, linda. Además ¿Por qué no me acompañas a ir por Thomas? Es dentro del hospital y así le hacemos tiempo a Gemma" sugerí ofreciéndole mi mano para levantarse.
"Claro que sí" me tomó la mano justo antes de pararse y me sonrió.
Caminamos hasta la guardería, no recordaba que estuviese tan lejos del área de urgencias o tal vez eran las miradas de enojo o desdén que algunas enfermeras o doctores me daban, no estoy seguro si Elizabeth no se daba cuenta o solo fingía para no hacerme sentir peor de lo que ya me sentía, ella parecía venir muy entretenida platicándome de sus historias como camarera.
Llegamos a la entrada de la guardería, a lo lejos pude ver a Thomas jugar con otros niños, verlo tan feliz me hizo sonreír instantáneamente, he estado tan alejado de mis hijos que ni siquiera recordaba lo que era verlos sonreír de manera genuina.
"Hola, soy Jackson Teller, el padre de Thomas" le avise a la chica que se encontraba en la entrada, reviso su lista y sonrió.
"¿Se va a llevar al niño?" solo asentí
"En seguida" se alejo en dirección a mi hijo y pude ver como se agacho hasta quedar a su altura y le dijo algo, el volteo hacia donde estaba, lo vi sonreír y correr hacia mí con los brazos abiertos, en cuanto pude lo levante por sobre la pequeña puerta, que evitaba que los niños se salieran de la habitación, y lo cargue en mis brazos.
En seguida pude sentir sus pequeños brazos abrazarme por el cuello y lo escuche decir: "Papi".
"Hola pequeño ¿Cómo te fue le pregunte, mirándolo tan feliz parecía que nada podía estar mal.
"Bien, jugué, pinté mucho" cuando iba a contestarle llego la chica que lo había llamado.
"Aquí están las cosas de Thomas, mañana debe traer ropa vieja que tenga, usaremos pinturas y podría mancharse" Elizabeth tomo la pequeña mochila y le dio las gracias.
Caminamos hasta la entrada del hospital y nos sentamos ahí, yo con Thomas sobre mis piernas.
"¿Recuerdas a Elizabeth?" le pregunte, la vio un momento pero solo negó con la cabeza.
"Ella es Elizabeth, una amiga, salúdala" ella se encontraba apoyada sobre el codo de la silla prestando atención a mi hijo, el se acerco un poco a ella y le dio un beso en la mejilla, ella sonrió.
"Hola Thomas, tu abuela Gemma me ha platicado mucho de ti"
"¿'Lita'?" le preguntó a Elizabeth, parecía sorprendido.
"Claro, claro, la conozco desde que era chiquita" el niño me volteo a ver completamente sorprendido.
Elizabeth y yo reímos al ver a Thomas tan impresionado de saber que ella conocía a su hermano y su abuela, ellos dos siguieron "platicando" si es que así se le puede decir, se llevaron bien al instante, en ese momento pensé que tal vez ella pudiese cuidar a mis hijos cuando Gemma no pudiera, tal vez no sería algo formal pero seguro le ayudaría un ingreso extra ahora que no tenía trabajo y aun con trabajo nadie puede rechazar ganar un dinero tan fácil pues Thomas y Abel son los niños más calmados que hay en Charming.
Empezaron a jugar y la risa de Thomas era imparable, Elizabeth pasaba las yemas de sus dedos sobre las piernas y brazos del niño mientras decía: "una hormiguita buscaba su casita, buscaba su casita ¡hasta que la encontró!" al decir lo ultimo le hacía cosquillas en la barriga y Thomas estallaba en risas, lo cual nos hizo reír a nosotros dos.
"¡ELIZABETH!" escuchamos un grito al fondo del pasillo de entrada, ambos subimos la miraba para ver de quien se trataba, era Unser y no parecía muy alegre ni preocupado, se veía más bien enojado.
"Wayne, deberás estar en casa ¿en qué viniste?" se levanto de la silla, yo me quede aun sentado con Thomas
"En la camioneta, tengo cáncer no soy un maldito inútil, ¿Por qué no me avisaste"
"No era necesario, Gemma me iba a llevar a casa en unos minutos" Elizabeth parecía intentar calmarlo pero por más tranquila que ella le hablase, el aun se veía enojado.
"Bueno pues ya estoy aquí, así que nos vamos, gracias por todo Jax" se dio media vuelta y camino hacia la salida dejando a Elizabeth.
"Discúlpalo, creo que es la edad" me sonrió y le devolví la sonrisa levantándome con Thomas en los brazos.
"No te preocupes cariño, yo estaría igual que él"
"Adiós Thomas" se acerco a darle un beso en la mejilla y él la abrazo, después se despidió de mi de igual manera, al estar tan cerca pude percibir su aroma, no sabía exactamente que era pero me gusto.
Antes de salir por la puerta volteo y nos dijo adiós con la mano, Thomas le respondió igual.
"¿Te agradó?"
"¡Ti!" contesto mi hijo emocionado, le di un beso en la frente y continuamos esperando a su abuela.
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Besos.