Capítulo 35
Durante los últimos cuatro días Louis y Harry han estado todo el tiempo juntos. Largas caminatas por la plaza central de la ciudad, helados de la heladería favorita de Harry, varias películas, jugos de manzana, desayunos y miradas de amor son, entre otras tantas cosas, las que ocupan el tiempo que Harry y su amigo pasan juntos.
Esta mañana ambos se encuentran durmiendo juntos en la misma cama: el pequeño cuerpo de Louis encajando perfectamente en los brazos de Harry, como si éstos estuviesen hechos solo para sostener al ojiazul. Y eso es lo que se ha estado repitiendo la última semana: hermosos zafiros despiertan bajo la mirada de brillantes esmeraldas. Sin duda, lo mejor de todo el día.
—Lou...— comenzó diciendo Harry en la cena de la noche anterior. Había preparado una cena especialmente para ellos, y luego del postre el rizado juntó aire y tomó el valor suficiente para confesarse.
— ¿Si, Hazz?
Harry tomó con ambas manos la mano derecha de Louis, la cual reposaba sobre la mesa para dos personas. Apretó sus labios y miró a Louis a los ojos. Luego de unos segundos, finalmente comenzó a hablar — He estado esperando este momento por mucho tiempo — Louis solo lo observaba —, y sé que tal vez no sirvo para cosas románticas, pero... me gustas, Louis. Desde pequeños, cuando sólo podía hablar contigo porque eras el único que me entendía, e incluso ahora, porque siquiera mi madre logra entenderme. Me enamora que me mires con con esa mirada tierna y curiosa que llevas ahora, o que cantes mientras me estoy duchando porque siento que me cantas a mi. Me enamora tu risa y tu sonrisa, y tambien las arruguitas que se forman en tus ojos cuando lo haces. En fin, Louis, amo todo de tí, porque siento que sólo lo haces para darme felicidad, para darme vida—.
En ese instante Louis miró a Harry a los ojos por unos segundos tratando de asimilar lo que había escuchado y, sin pensarlo dos veces, solo se levantó y con sus manos tomó las mejillas de Harry y se acercó a sus labios. Sin romper el contacto visual, Louis le susurró a Harry un "Tú eres quien me da la vida, Hazz", y fue entonces cuando juntó los labios de ambos comenzando así un tierno beso.
Un beso lleno de amor, de deseo, de pasión.
Un beso que no fue sólo un beso.
Un beso que fue miles de palabras.
Un beso que fue miles de sonrisas.
Un beso que fue miles de abrazos.
Un beso que logró en esa misma noche, que Louis y Harry se entregaran el uno al otro.
Tal vez Harry es diez centímetros más alto que Louis, pero eso hace que encajen bien, que se complementen.
||¡Penúltimo capítulo!
¿Cómo creen que termine la fic?