Diabolik lovers: La manzana d...

By AoNana

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1748, Primavera. Un pacífico pueblo de las afueras de una de las ciudades de Japón se ve distorsionado un... More

Prólogo
Capítulo I: Primera perturbación
Capítulo II: Segunda revuelta
Capítulo III: Tercer aviso
Capítulo IV: Cuarta bienvenida
Capítulo V: Quinto encuentro
Capítulo VI: Sexta reprimenda
Capítulo VII: Séptima confluencia
Capítulo VIII: Octavo enigma
Capítulo IX: Novena interrupción
Capítulo X: Décima melodía
Capítulo XI: Undécima duda
Capítulo XII: Duodécima mirada
Capítulo XIII: Decimotercera pregunta
Capítulo XIV: Decimocuarto individuo
Capítulo XV: Decimoquinta frustración
Capítulo XVI: Decimosexta nevada
Capítulo XVII: Decimoséptima situación
Capítulo XVIII: Decimoctavo sobresalto
Capítulo XIX: Decimonoveno tintineo
Capítulo XX: Vigésima cercanía
Capítulo XXI: Vigésimo primer reencuentro
Capítulo XXII: Vigésima segunda propuesta
Capítulo XXIII: Vigésima tercera invitación
Capítulo XXIV: Vigesimo cuarto sueño
Capítulo XXV: Vigésima quinta oscuridad
Capítulo XXVI: Vigésima sexta llamada
Capítulo XXVII: Vigésimo séptimo enfrentamiento
Capítulo XXVIII: Vigésima octava aparición
Capítulo XXIX: Vigésima novena discusión
Capítulo XXX: Trigésima Visita
Capítulo XXXI: Trigésimo primer baile
Capítulo XXXII: Trigésima segunda declaración
Capítulo XXXIII: Trigésima tercera pieza
Capítulo XXXIV: Trigésima cuarta atracción
Capítulo XXXV: Trigésima quinta herida
Capítulo XXXVII: Trigésima séptima lágrima
Capítulo XXXVIII: Trigésima octava decisión
Capítulo XXXIX: Trigésimo noveno contacto
Capítulo XL: Cuadragésimo descubrimiento
Capítulo XLI: Cuadragésimo primer desconocido
Capítulo XLII: Cuadragésima segunda realidad
Capítulo XLIII: Cadragesimo tercer pasado
Cuadragésima cuarta revelación
Cuadragésima quinta proclamación

Capítulo XXXVI: Trigésima sexta confusión

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By AoNana

-Fuera de aquí, Subaru- escupió Ayato sin mirarle. Seguía con la vista puesta en la joven- Ella es mía.

-No lo es, Ayato. ¿Por qué le haces eso?- dijo el joven acercándose cautelosamente hacia donde se encontraba el mencionado.

Nozomi sentía todo su cuerpo temblar por el terrible dolor que se extendía desde su rodilla. Sentía que perdía fuerzas, ni siquiera era capaz de zafarse del agarre del joven. Entreabrió los ojos que tenía cerrados y se encontró con los de Subaru. Él la miraba con tristeza, pero el brillo en su mirada luchaba con desaparecer. El joven estaba en tensión, Nozomi lo pudo saber por cómo cerraba en puño sus manos. Este intentaba parecer calmado, pero estaba librando una batalla en su interior.

-¡Ayato! ¡Reacciona! Es Nozomi, ¿no te acuerdas de ella?-prosiguió el joven una vez estuvo en frente de este.

La joven se preguntó por qué no la liberaba del agarre de Ayato en lugar de convencerlo con palabras, pero, la verdad iba más allá.

Subaru había comenzado a sentir el ardor en su garganta, el dolor en su pecho se volvía cada vez más insoportable, y su vista amenazaba con nublarse. Habría corrido a enfrentarse contra su hermano, pero eso habría significado sentir el contacto de la piel de la joven, sentir más cerca el olor de su sangre. Aquel que le había atraído hacia ella. Sabía que no podría controlarse mucho más y necesitaba que Ayato volviese en sí, que dejase libre a la joven, cuanto antes, porque él cada vez se veía más incapaz. Sus innatos instintos asesinos amenazaban por hacer algo de lo que se arrepentiría para siempre.

Se había prometido a si mismo proteger a aquella chica en la medida de lo posible. Aún se preguntaba por qué una humana cualquiera había llegado a un pueblo como aquel, donde habita una familia de despiadados vampiros. Pero, desde el momento en que la vio aquel día en el pueblo, sintió que la conocía, sabía que la había visto hace muchísimo tiempo, y algo en su pecho le atrajo hacia ella. Se había ganado su confianza, y no podía perderla así como así.

El control sobre su cuerpo amenazaba con desaparecer.

Aquello era un problema. Mientras se controlaba a sí mismo, luchaba por encontrar una solución cuanto antes, pues el olor de la sangre de la joven se estaba extendiendo progresivamente y no tardaría mucho en llegar al pueblo. Entonces, ya sería un problema a mayor escala. Quizá Nozomi no podría salir de esa si aquello llegaba a pasar. No sabía por qué, pero la sangre de la joven guardaba algún secreto, sino...¿por qué podía descontrolarlos?¿Por qué conseguía sacar su más oculta naturaleza con solo un rasguño? Era exageradamente peligrosa.

Y probablemente deliciosa.

-Subaru...-escuchó decir, como si fuera el eco de su mente, a la joven. Esta se encontraba suspendida en el aire por la mano de Ayato, que la sujetaba del cuello contra un tronco robusto.

Subaru consiguió aclarar momentáneamente su vista, volviendo a la realidad en la que se encontraba. La joven luchaba con respirar, pero el fuerte agarre del otro joven le dificultaba excesivamente esto. Subaru sintió pánico por primera vez en mucho tiempo.

Su vista comenzó a desenfocarse y observó sus manos temblar. Aquella batalla que estaba librando con él mismo era más difícil de ganar de lo que había pensado.

Con su último esfuerzo, avanzó tan rápido como pudo y de un golpe sordo alejó a Ayato de la joven, liberándola. Nozomi cayó sobre la hierba como un peso muerto, como una muñeca de trapo, sin vida.

Ayato, había colisionado contra un árbol, doblándolo por el golpe. Sus ojos estaban sumidos en la oscuridad. La furia gobernaba su interior, no era Ayato, era un animal sediento de sangre. El joven se abalanzó contra su hermano, propinándole un golpe contra la mejilla a este. Subaru sintió cómo la realidad era quien lo golpeaba. Sabía que debía parar ahí, no era consciente del poder de su fuerza y aquello podría acabar con su hermano, Pero, si no hacía algo pronto, Nozomi estaría más en peligro.

Sin embargo, una voz familiar paró el posible siguiente golpe de alguno de los chicos. Era una voz familiar, pero su tono solemne y autoritario era poco común en él.

-Se acabó- anunció esta persona.

Y, de pronto, la zona se llenó de diferentes personas pertenecientes a diferentes familias. Muchos de ellos habían sido atraídos por la sangre de la joven, y otros simplemente acompañaban al portavoz.

-Coged a la chica-dijo de nuevo- se acabó el juego, tenemos que conseguir la información cuanto antes.

Subaru quería imponerse, pero debido a que se trataba de uno de sus hermanos mayores, Reiji, tenía cierto poder sobre él y le sería imposible. Sin embargo, ya estaba ideando algún plan para sacarla de donde quiera que la fueran a encerrar. Habría querido hacer frente a todos, pero aquello podría acabar mal, no para él, sino para mucho de los asistentes.

La multitud comenzó a murmurar y observó cómo de entre esta su otro hermano Laito avanzaba hacia donde estaba Ayato y con un golpe seco le hizo perder la conciencia, para, segundos después, cargarlo contra su espalda y desaparecer de allí.

Subaru observó también, como dos personas más avanzaban hacia la joven que yacía inconsciente sobre el pasto. Quiso avanzar hacia ella pero algo se lo impedía. Sin embargo, justo antes de que estas personas pusieran un dedo sobre la joven, de entre la espesura solemne del bosque avanzaba a paso firme una figura.

-Ni se os ocurra tocarla-anunció posicionándose cerca de la joven- ni se os ocurra ponerle un dedo encima.

Shuu, su hermano, aquel que jamás había mostrado su tono autoritario, aquel que jamás se había preocupado por temas que no le inmiscuían, estaba intentando tomar el rol de superior.

Subaru observó cómo justo a su lado se había parado la supuesta amiga de Nozomi, a quien conocía perfectamente y quien jamás le había dado buena espina. Aún se preguntaba por qué su hermano andaba con aquel ser.

-¿Ahora pretender tomar tu papel de hermano mayor?-comentó Reiji, observándole con una mirada fría y despiadada. Un amago de sonrisa cruzó su rostro- No me hagas reír.

-No lo pretendo. Solo protejo lo que es mío- añadió este levantando a la joven en brazo y apoyándola sobre su pecho- Y quien se atreva a hacerle algo juro que se las verá conmigo.

Muchos de los presentes no entendían nada, ni siquiera Subaru. Sin embargo, la mirada seria de Reiji parecía entenderlo todo. Subaru sintió un pinchazo en el pecho, ¿por qué estaba actuando así Shuu? ¿Por qué protegía a la chica que tanto había despreciado?

Pero lo que realmente le estaba carcomiendo era que Shuu había hecho lo que él no había podido hacer.

Y como una fría brisa su hermano desapareció de allí con la joven en brazos. Los presentes no emitieron palabra alguna. El ambiente era tan pesado que podría cortarse con un cuchillo.

Oyó chasquear la lengua a Haruka, que estaba a su lado observándolo todo con los brazos cruzados sobre su pecho.

-Ya la ha vuelto a meter la pata- dijo en un susurro la joven, casi inaudible. Pero debido a la cercanía de Subaru hacia ella, le fue posible oírlo y desvió su mirada rápidamente hacia ella, confuso, sin entender a qué se refería. Ella le devolvió la mirada y forzó una sonrisa- Si esto sigue así, va a morir.

Subaru sintió cómo le invadía la incertidumbre, el pánico, el miedo. Sabía que se refería a Nozomi, pero ¿qué tenía que ver con Shuu? Parecía que él fuera el único que no estaba entendiendo qué estaba pasando y no iba a dejar que aquello siguiese así.



  Fue como caer al fondo del mar.

Fue como si sus pulmones se encharcaran poco a poco y por más que intentase respirar le era imposible. Pero, a pesar del ardor que comenzaba a sentir en sus pulmones, era una sensación cálida. La oscuridad era agradable. Estaba sumida en el silencio y una calma la envolvía. Por una vez en mucho tiempo, no le importaba nada.

Dicen que cuando estás al borde de la muerte sueles ver tu vida pasar por delante de tus ojos, pero Nozomi no vio nada, solo oscuridad y cómo poco a poco, todo dejaba de tener sentido para ella.

Sin embargo, cuando se estaba acostumbrando a la calma, a la oscuridad y al ardor de sus pulmones, sintió cómo estos volvían a llenarse abruptamente de aire. Devolviéndola a la realidad, arrancándola de ese estado inconsciente en el que se encontraba.

Sintió cómo un picor desagradable le inundaba la garganta e involuntariamente comenzó a toser y abrió los ojos de golpe.

Una vez su tos se relajó, respiró con dificultad, pues estaba adaptándose de nuevo a aquella acción. ¿Cuánto tiempo había estado sin respiración? Parpadeó un par de veces intentando recuperar su visión en totalidad, pero le fue esporádicamente imposible, pues todo estaba sumido en la oscuridad.

Logró entrever el techo de la habitación donde se encontraba. Era de madera y le era extrañamente familiar. Estaba helada, sentía cómo sus huesos se congelaban. Fue entonces, cuando se dio cuenta que estaba sobre un frío suelo de madera.

Intentó moverse pero todo su cuerpo comenzó a temblar debido al dolor. Lanzó un quejido sordo.

-No te muevas-oyó a su derecha la joven.

Intentó girar su cabeza hacia la voz pero las manos de él se lo impidieron.

-Te he dicho que no te muevas.

Nozomi no dijo nada siguió parpadeando hasta que sus ojos se acostumbraron a la poca luz. Una vez que su respiración se había estabilizado, se dirigió a aquella persona.

-¿Quién eres? ¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado?

-Qué molesta eres- dijo el chico chasqueando la lengua.

Nozomi sintió cómo se le removía el estómago. Aquella frase, aquel tono de voz...no entendía qué hacía Shuu allí con ella. Sintió ganas de vomitar.

La joven giró la cabeza hacia donde se encontraba su acompañante, y esta vez, él le dejó hacerlo.

Entonces pudo apreciarlo en su totalidad. Estaba recostado contra la pared, parecía agotado, sin embargo, la joven no consiguió ver ningún indicio de ello, incluso su respiración parecía tranquila. Pero la forma en la que mantenía la cabeza sobre la pared, reflejaba que había pasado por un momento duro. Sus cabellos dorados descansaban alocados sobre su frente y dificultaba la vista de sus ojos. Estos estaban clavados en Nozomi, temiendo que ésta fuera a desaparecer. Tenían un brillo inusual, el azul más intenso que jamás había visto amenazaba con engullirla. La joven sintió que aquello era un sueño fruto de su imaginación, una vez más. Todo en su conjunto parecía surrealista. La posición del chico, el color intenso de su mirada, su perfil delineado a la perfección, las sombras y tenues luces que se acomodaban a su figura a la perfección...todo le hacía parecer irreal.

La joven sintió la necesidad de tomarle. No sabría explicar cómo ni por qué, extendió su brazo hacia el rostro del joven. Sin embargo, este agarró la mano de la joven con la suya antes de que llegase a tocarlo. Éste cerró los ojos y entrelazó sus dedos con los de la joven.

Nozomi definitivamente afirmó que se encontraba en alguna clase de realidad paralela. Aquello no podía ser real.

__

Hey ho! ¿Qué tal estáis? Ü. 

Espero que os haya gustado el capítulo, he intentado actualizar en cuanto he podido, así que tampoco lo he podido hacer muy largo. Supongo que no entenderéis aun muchas cosas, pero tiempo al tiempo, juju. Por cierto, ¿qué creéis que pasará o está pasando? Porque sé que es un tanto lioso la cosa, más con la bipolaridad de muchas personas :c pero prometo clarificarlo de aquí en adelante, poco a poco. 

  En fin, muchísimas gracias por vuestro apoyo, por leer, por comentar...¡por todo! Sois lo más C:

Tschüss, 

N

  PD: ¿Os cuento un secreto? Tengo a todos los personajes de Diabolik Lovers creados en los sims 4. Estoy enferma, lo sé. HAHAHA :c  

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