¿Me estaba volviendo loca?
Yo estaba segura que vi a esa niña y no era producto de mi imaginación pero cuando me descuide dos segundos, ella ya no estaba. Fue muy rápido y dudo que ella allá podido hacerlo, solo los vampiros pueden moverse a esa velocidad y estoy muy segura que la pequeña no era uno de ellos, no olía así.
Yo veía muy bien y estoy cien por ciento segura que no fue algo así que corrió rápido, no, Sky desapareció Un minuto estaba y en el otro ¡Puf! desapareció.
¿Me estaba comenzando a enfermar? ¿Tendré que ir al médico?
Los hombres lobos no se enferman así que...
¡Dios! ¿Por qué es tan complicada mi vida? ¿No podría ser una adolescente normal sin tener que preocuparse lo que los demás digan de ti, si eres buena persona, y si serás una buena Alpha?
No, no puede ser, en mi caso es como si la vida se empeñara en tirarme piedras en el camino, descarrilandome y verme caer una y otra vez sin parar. Es el pasatiempo favorito de la mayoría de las personas de la manada y aunque este con una sonrisa y fija que no me importa, es mentira. Todos los que dicen que no les importa lo que los demás piensa de uno está mintiendo porque es como una necesidad que tenemos en saber si le caemos mal a uno y porque. Y no importa si es una sola persona a la que le caemos mal, eso te arruina todo y lamentablemente buscamos la manera de que esa persona cambie de opinión, dejando de ser lo que realmente somos y apartamos nuestras cualidades que nos caracterizan. Duele saber que las supuestas personas que te tienen que proteger hablen mal de ti, la que algunas veces consideraste amigos y te apuñalaron la espalda sin dudarlo. Es algo lamentable pero cierto.
-¿Hija, te encuentras bien? -pregunta mi madre sacándome de mi mundo.
-Sí, ¿Por qué preguntas?
-Porque no has tocado tu comida y estás en tu mundo. -señala a mi plato lleno.
Se ve que estaba tan metida en mi mundo que no me di cuenta que habíamos comenzado a comer.
-No tengo hambre. -aparto el plato.
-Debes comer Sky. -dice mi padre.
-Papá no tengo hambre.
-Debes comer, es necesario para tu cuerpo. -insiste.
-Estoy segura que con todo lo que come, no necesita ese plato. -dice Logan.
Agarro la servilleta y se la tiro.
-Idiota. No tengo hambre, enserio.
-¿Qué paso? ¿Te peleaste con tu padre? -mi madre me conocía muy bien pero esta vez no era por eso.
-No mami, solo no tengo apetito. La carrera me agoto.
Vi a una niña y luego desapareció, puede que me esté volviendo loca mami pero no te preocupes.
-Esta así desde que volvimos del bosque. -cuenta Kevin.
Con una mirada le suplico que no diga nada.
-¿Qué paso, Sky? -pregunta mi papá.
-Nada.
-¿Kevin? -mira a mi hermano.
-No sé qué fue lo que paso pero estábamos corriendo y cuando llegue a la meta ella no estaba, cuando la encontré estaba mirando todo a los árboles, como si estuviera buscando algo, y estaba pálida. -con una mirada me pidió disculpa, se que no es su intención, que solo esta preocupado y quiere que mi papá lo arregle.
-¿Qué paso Sky? Y no me digas que nada porque te juro...-mi padre estaba alterado y por eso mi madre lo interrumpió.
-Tranquilo Aiden. -toma la mano a mi padre. -Hija, ¿Qué pasó? -pregunta.
Aunque ella está más tranquila que mi padre, esta preocupada y no me gusta que se siente así, ni mi padre y ni madre.
-Estaba corriendo y quise tomar otro camino, y cuando estaba por llegar vi un movimiento y me gire y pensé ver a alguien. -no le iba a decir que me encontré con Sky, me parecía mal entregarla sin armas a la guarida de los lobos. Literalmente.
Mi padre golpea fuerte la mesa y con un movimiento de cabeza manda a Alice y Liam a su habitación, Y Kevin agarra a la pequeña Isabella y se va de la cocina, dejándonos solo en la habitación a mis padres, a Logan y a mí.
Como deseaba irme con ellos.
-¿Por qué no nos contaste hija? -pregunta mi madre llena de preocupación.
-No pensé que fuera necesario. -me encogí de hombros.
-¿Te hicieron daño? -pregunta mi padre.
-No, no me hicieron nada. -era una niña ¿Qué me podría haber hecho?
Mi padre se acerca y me abraza. Aunque peleemos mucho y estemos siempre en desacuerdo, nos queríamos y mucho. Y el ahora esta preocupado.
-Papá estoy bien, no me hicieron daño. -trato de tranquilizarlo.
-Prométemelo, Sky. -me agarra de los hombros.
-Te lo prometo pa. -lo miro a los ojos.
-Esta bien. -Suspira. -Hablare con los de la manada para que hagan un rastrillaje al perímetro.
-No es necesario Papá.
-Claro que lo es, mi hija estuvo ahí afuera y vio a alguien en el territorio. -niega la cabeza.
-¿Qué si la conocía? -pregunte.
-¿La? Es una mujer en realidad. -metí la pata. -¿Qué no nos estas contando hija? -pregunta mi madre.
No abro la boca.
-Sky...
-Sky, contéstale a tu madre. -alza la voz mi padre.
-Aiden basta, tranquilízate porque estas poniendo nerviosa a Sky. -mi madre era la única que podía lograr que mi padre se relajara. -Sky, hija, cuéntanos que pasó realmente.
-Ya se los dije.
-Sky.
-Fuimos a correr con Kevin, me pare cuando noté un movimiento y me gire y vi a una niña de diez o doce años, pelo castaño y ojos verdes. Comenzamos a hablar y cuando Kevin me llamo, ella desapareció. -digo la verdad.
Mi madre se pone recta y mira a mi padre.
-¿Ojos verdes, de diez o doce años, dijiste? -pregunta mi madre.
Asiento con la cabeza.
-¿Por casualidad, mientras hablaban, te dijo su nombre? -pregunta mi madre.
Esto se estaba tornando raro pero como no quería ningún problemas con ellos decidí decirles.
-Si, su nombre era Sky. Solo eso se. Le pregunte que hacía aquí y donde estaban sus padres y ella me contestaba que estaban bien y que no estaba perdida. Cuando me iba a decir que hacía aquí, Kevin me llamó y después ya no estaba.
-Oh Dios. -mi mamá se tapa la boca con ambas manos.
-Mierda. -murmura mi papá.
-¿Qué sucede? ¿Es algo malo? -habla por primera vez Logan.
-Vallan a sus habitaciones. -ordena mi padre.
-No, quiero saber que pasa.-lo miro.
-Sky, por favor, ve a tu habitación. Mañana hablamos todos. -dice mi padre.
-¿Todos? ¿Los tíos también? -pregunte.
-Sólo vallan.
Haciéndole caso a mi padre, subo a mi habitación, me acuesto en mi cama y comienzo a pensar de todo lo que pasó hoy.
*Horas más tardes*
Con un short de jean, una musculosa, una camiseta de jean y mis botas, bajo las escaleras y me encuentro con mi tía Anabella y Michael.
Mi tía Anabella tiene treinta y cinco años, tiene ojos verdes y un cabello castaño. En cambio, Michael, tiene seis años más y posee unos ojos marrones y cabello rubio. A su lado estaba mi primo Harry de catorce años. El heredo los ojos de su padre y el pelo de su madre. Y después estaba la oji-verde, con su cabello castaño, mi prima y mejor amiga, Julietta.
-¡July! -corro y me cuelgo de ella.
-Mi pequeño pedacito de cielo, ¿Cómo estás? -pregunta.
-Te extrañe. -me separo de ella.
-Yo también prima pero estabas castigada.
-Ni me hagas acordar. -niego la cabeza. -Hola tíos, hola peque. -saludo.
-¿Cómo te encuentras Sky? -pregunta mi tía Ana.
-Bien, no es gran cosa solo exageran. -no era necesario que especifique, ellos me entendían.
-Cielo, tu padre solo quiere que estemos al tanto. -defiende mi tío Michael.
-¿Pero llamar a la familia? ¿Enserio? -pregunto.
-Es necesario hija, como dijiste, somos familia y ellos tienen que saber lo que pasa. -mi padre me abraza.
-Pero papá, ni yo se que esta pasando. -lo miro.
-Pronto lo vas a saber hija. -me besa la frente.
-¿Puedes traer a Isa? -me pregunta.
-Claro, ya vuelvo.
Subo las escaleras y entro al cuarto rosa de mi hermanita. Se encontraba en su cama refregándose la carita con las manos. Recién se levantaba.
-Buen día Isa, vamos con mami.
La agarro y la cambio. Le puse un pantalón, una camisetita, unas botas, y un saquito. No hacía mucho frío pero ella apenas tenía tres años y tenía que estar abrigada.
Con mi hermanita en brazos, bajo hacía donde viene todo el alboroto.
Al llegar todos estaban saludando a todos, hace una semana no nos habíamos reunidos todo y nos extrañábamos mucho.
-¡Padrino! -grito y corro hacia él pero antes le di a mi madre mi hermanita.
-Pequeña. -me alza y da vueltas.
Mi padrino era Nicolás, el hermano de mi padre y mejor amigo de mi madre. Era un hombre de grandes ojos verdes y de un buen corazón.
-Hola tía. -saludo a la mate de mi tío, Jazmín.
La conoció cuando yo tenía un año y me acuerdo que me había enojado con el porque ya no me daba la hora. Desde pequeña era muy celosa. Pero ahora la tía Jaz me cae súper bien.
-¿Y Cris? -pregunte.
-Acá estoy prima, no llores por mi. -un rubio de ojos verdes se me acerca.
Hacemos nuestro saludo de manos y nos reímos. Amaba a Cris, solo tenía diez pero era muy maduro para su edad.
-Claro, se ve que ya olvidaste a tu madrina. -dice.
-¿Cómo me voy a olvidar de vos tía Mia?
Saludo a mi tía y a Leo, el hermano de corazón de mi madre. Yo amaba a mi tío Leo, era una gran persona. Y mi compañero de travesuras junto al Tío Bruno.
-Hola Karen, hola Ema. -saludo.
Leo y Mia tuvieron dos niñas: Emma es la mayor con catorce años. Tiene el cabello castaño y ojos verdes como mi tía. Después estaba Karen con doce, tiene el cabello castaño oscuro y ojos azules, como Leo.
Estábamos preparando algunas cosas cuando llego la madrina de Logan, Jimena y mi tío Connor con Lucas y la pequeña Luana. Lucas tenía el cabello castaño y ojos azules y Luana tenía los ojos verdes. Ninguno de los dos salió con los ojos de mi tía, sino con los de mi tío y la familia de él.
También llegó mis tíos Luna y Aaron con Adam de catorce y los mellizos de diez: Andrés y Ludmila. Llegó mi tía Alba con mi tío Brian y su hijo Juan; mi tío Bruno, su mate y Milagros mi prima de ocho años. ¡Si, lo sé! Al fin la encontró y creo una familia. Mi madre me contaba que mi tío era un pirata pero Andrea lo cambio para bien. Después llegó la tía Chiara, su mate Tobías y Malcon.
Estábamos todos y estaba muy contenta.
Lo primero que hicimos fue comer todos juntos, si con los peques también. Teníamos una mesa grande.
Luego nos reunimos en la sala. En total éramos treinta y dos pero los mayores les pidieron a los chicos menores de quince que se vallan, excepto a Kevin porque el estuvo allí cuando sucedió eso.
-Aiden nos puedes decir que está pasando. Es raro que nos haya obligado a venir aquí tan rápido, no me quejo pero debe a ver una razón. -dice Nicolás.
-Esta bien, primero gracias por venir. -comienza mi padre. -Ayer Kevin y Sky fueron al bosque a correr. Sky se encontró con una niña.
-Aja, ¿Y cuál es el problema? -pregunta la madrina de Kevin, Luna.
-El problema es que esa niña no integra esta manada.
-¿Y tú como sabes papá? -pregunte e inmediatamente me quise pegar por la estúpida pregunta que hice.
-La encontré. -dice mi madre saliendo de la cocina.
¿Qué hacía ella ahí?
-¿Qué encontraste Chloe? -pregunta Leo.
Pasando por alto la pregunta de mi tío, mi madre se acerca a mí con una fotografía.
-Necesito que me digas si la niña que viste es ella. -dice extendiendo la foto.
En ella había una niña de ojos verdes con un señor y una señora. La mujer se llamaba Betty, mis padres me contaron de ella y que si no hubiera sido por Betty yo posiblemente hoy no estaría aquí.
Volviendo con la fotografía pude reconocer a la pequeña en ella.
Miro a mi madre. -Ella es la niña que vi, su nombre es Sky. ¿Cómo tienes esta foto? -pregunto.
-No puede ser. -se va al lado de mi padre.
¿Qué? ¿Hoy era día de ignorar preguntas?
-Esperen dos segundos, ¿Me están diciendo que Sky vio a Sky? -pregunta mi padrino.
Eso sonó raro.
-Si y eso significa una sola cosa. -dice mi padre.
-Ella nos está advirtiendo de algo.