Cambiaste Mi Vida

By gabsrodriguezz

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Esos ojos, esos maravillosos ojos miel me flecharon y no pude dejar de mirarlos por más que quisiera. Basto u... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capítulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36.
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capítulo 62
Capitulo 64
Capitulo 65
Capitulo 66
Capitulo 67
Capítulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
Capítulo 71
Capitulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capitulo 75
Capítulo 76
Capitulo 77
Capitulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capitulo 81
Capitulo 82
Capitulo 83
Capitulo 84
Capitulo 85
Capítulo 86

Capitulo 63

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By gabsrodriguezz

  Cuando llegue la identifique rápido por la remera de Sistem Of A Down que llevaba puesta, al verme sonrío y se puso de pie para abrazarme. Luego de sentarnos y pedir, ella comenzó con la charla:

Verónica: ¡Hay algo que quiero que sepas! Y sé que te pondrás feliz por mí.

La mire bien y me di cuenta que estaba mucho más delgada que antes, también se hizo el alisado y se tiño las puntas de azul. La mire a los ojos, a esos lindos ojos azules que tenia atrapados bajo tanto maquillaje.

Tu: Suéltalo de una vez entonces.
Verónica: ¡Tengo tres meses de novia con Nathan! –Me dijo rápidamente con los ojos cerrados. Mi sonrisa se desvaneció –
Tu: No puedes estar saliendo con ese tarado.

Ella y el eran muy buenos amigos, les gustaban las mismas cosas, la "vida loca" por así decirlo. El tenía una banda y ella lo conoció por allí porque asistía a las guerras de banda que se hacían antes. Cuando yo lo conocí era lindo pero tarado.

Verónica: Te juro que maduró de una forma increíble. –Me dijo moviendo las manos –Hasta le apena verte porque sabe contigo fue un idiota... se lo vivo repitiendo.
Tu: ¿Hablan de mí? –Le pregunté cansada –
Verónica: No tanto. Ahora cuéntame, como vas con tu bombón de chocolate. –Me dijo melancólicamente y me sonroje –

Una vez, cuando cumplíamos meses con Mario, fuimos al CC para pasar el rato. El quería comprarse una chaqueta nueva y yo cambiar de perfume... cuando entramos a la tienda de hombres lo ayude a escoger y el fue a probársela junto con unos jeans. Mientras lo esperaba alguien se sentó a mi lado... y no era uno de los chicos que trabajaba allí.
Era Nathan. El idiota de Nathan. ¿Qué mundo tan pequeño, no?
Lo mire incrédula y sorprendida a la vez, el me miro fijamente todo el tiempo y comenzó a coquetearme el muy sínico. Yo simplemente no sabía en donde meterme.
Luego Mario salió y se puso de mil colores porque Nathan no dejaba de decirme cosas estúpidas, me preguntaba si lo extrañaba o cosas así.
La tienda era grande y tenía dos entradas, por la segunda vi entrar a Verónica y a su amiga que nunca aguante. Ella al verme me sonrió y se puso feliz, pero le hice señas para que se lleve a aquel psicópata de allí. Cuando entendió el mensaje eso hizo, pero Mario ya estaba enojado.

Eso es lo malo que tiene, ¿Por qué se enoja conmigo cuando yo no tengo la culpa? Luego me reprochó que no supiera de la existencia de un ex novio mío, el muy obseso y egocéntrico creía que él era el primero.

Tu: Bien. –Le dije para no entrar en detalles. – Sabes, no quiero ser aguafiestas, pero te mereces algo mucho mejor que Nathan.
Verónica: ¿Quieres ver el tatuaje que me hice? –Me dijo de la nada y casi le escupo en la cara de la sorpresa – Ups, me tatué el brazo, se me ve genial ¿no te habías dado cuenta?

Qué desgraciada, tiene todo el brazo tatuado ¿acaso no tiene mamá?

Tu: ¿Cómo diablos hiciste? ¿Acaso tu madre no te dijo nada?
Verónica: No, sí ella me lo pago y todo. Pienso hacerme uno encima de las cicatrices –Me dijo en un susurro –Sabes, no quiero que se me sigan viendo.

Ella tiene las muñecas llenas de cicatrices, también en las manos. Cuando íbamos a la escuela le encantaba que la gente viera que se corta, ella no lo hacía porque tenía problemas, lo hacía para que en la escuela todos piensen que es "ruda" bueno, ella siempre dijo que lo hacía por eso. Aunque siempre supe porque lo hacía, su familia es un desastre para empezar. Su padre y su madre se viven gritando y golpeando todo el tiempo, se separan, regresan, y así sucesivamente.
También toda su vida la criticaron porque era "fea" y "gordita" ella se sentía así todo el tiempo, por eso ni se arreglaba. No se peinaba ni nada con la escusa de que sus rulos eran un desastre.
Cuando se cambio de escuela, bueno en realidad la echaron porque todos los maestros sabían que ella "se cortaba" y también los padres de los alumnos. Estos pidieron que no la dejen asistir más a esa escuela, que era una mala influencia. Y el director citó a su papá para comunicarle la decisión.

Fue horrible, mis otras amigas por parte se alegraron porque decían que ella me llevaba por mal camino y no sé que mas. Pero no era así.

Cuando se cambio de escuela fue todo mejor para ella, conoció a muchos chicos con el estilo que ella tenía. Logro hacer muchos amigos y adaptarse, se sentía por fin bien, sociable porque comenzó a salir a todos las lados que ella siempre quiso ir.
Más de una vez me dijo que considerara cambiarme a esa escuela con ella... pero no podía hacer eso.
Deje de verla durante meses, y cuando la vi no podía creer que realmente era ella. Estaba más delgada que nunca y su pelo era lacio y corto. Los acnés que tenía se les habían desaparecido y había comenzado a pintarse.

Tu: Parece buena idea. –Dije viéndoselas –

Se notaba que no lo había vuelto a hacer, eran todas cicatrices viejas.

Verónica: No volví a hacerlo, me di cuenta tarde que es como una sentencia de muerte hacerlo. –No dije nada – _____ iré el sábado en la noche a una guerra de bandas, ¿no quieres venir?
Tu: Estaría genial, nunca fui a una.
Verónica: Ahora es en otro lugar, donde la policía ni ahí los descubre.
Tu: Sabes que no podré.
Verónica: ¿Tu madre sigue igual de paranoica?
Tu: No, aflojo bastante.
Verónica: ¿De veras? Simplemente es increíble.
Tu: Tampoco exageres. –Le dije riendo –
Verónica: ¡Hay _____! Iré al concierto de SOAD y al de Evanescence.
Tu: Qué genial, ¿Cuándo son?
Verónica: Uno es en dos meses y el otro es el año próximo.

Mi celular en ese momento vibro pero lo ignoré. Me sentía muy feliz con ella y nada podía distraerme.
Que ya no sea mi mejor amiga no quiere decir que no la quiera.

Verónica: Muero por besar a Amy Lee. –Me dijo e iba a aportar algo más pero miro a lo lejos y callo –_______, quiero que te comportes por favor.

Mire por mi hombro y un chico se sentaba al lado de Verónica.

Nathan: Hola _____. –Me dijo sonriendo –
Tu: Hola –Le respondí sin mirarlo –

Estaba sorprendida porque este había aparecido de la nada. El comenzó a decirme que quería a Verónica y que estaba intentando madurar, también me pidió "disculpas" porque había sido un idiota conmigo.
Me dio igual, yo solo asentía frenéticamente.
Me sentía incomoda, creí que estaríamos las dos solas.

Así la pase durante 40 minutos, remándola... intentando no ser tan aburrida. ¡Pero no quería que el estuviese!

Verónica: Le comente a ______ lo de la guerra de bandas. –Le dijo, la miro y después me miro a mí –
Nathan: Qué genial, ven con nosotros, te gustará.
Tu: No puedo, es el cumpleaños de Mario –Le dije a Verónica –
Verónica: Oh... bueno... será para la próxima.

En ese momento mi celular vibro de nuevo y lo tome en mis manos. Uno era de Matilde y otro de... ¿De Lena? Primero leí el de Lena, era largo.

"Hola _______, ay sí, es muy raro que te envié un mensaje, lo sé. Es un mensaje de despedida... debo irme para España por un motivo bastante urgente. No creo volver y me apena mucho porque de todos mis pacientes tú eres la única que me cae increíble. Hable con tu madre, vino a mi consultorio anoche, yo estaba por irme pero termine quedándome más tarde. Es una gran mujer, no la juzgues. Solo quiero decirte que seas fuerte, que enfrentes las cosas como la luchadora que eres... vienen cosas difíciles, muy difíciles. Te quiero demasiado pequeña."

Tu: Debo irme, lo siento. –Les dije media nerviosa. Ellos me miraron y asintieron. –
Verónica: ¿Estás bien? Si quieres te acompaño.
Nathan: Sí, te ves mal. Puedo llevarte en mi auto. –Me dijo y me detuve a mirarlo –

Al carajo mi orgullo, que me lleve.

Tu: Sí, te lo agradecería mucho.

Luego de eso Verónica me tomo del brazo y salimos. Me sentía terriblemente mal. O sea, la persona en la que MÁS confió en todo el universo acaba de abandonarme.

Ni siquiera vi que clase de auto tenia, solo sé que era azul y moderno.
Sentía un vacio tan enorme en el pecho, ¿Qué será de mi ahora? Verónica se sentó al lado mío y me tomo la mano.

Verónica: ¿Paso algo grave?
Tu: Sí, algo así. Solo quiero llegar a casa y hablar con mi mamá.

Porque sí ella hablo anoche con Lena... le conto lo que paso. Y seguramente como quiere acercarse a mí le habrá pedido que deje de buscarme o no sé. Pero necesito que mamá me aclare esto.

Al cabo de 10 minutos ya estábamos en mi casa, Verónica se bajo conmigo y me abrazo.

Tu: Perdón por tener que irme así... luego te prometo que te envió un mensaje por facebook para arreglar de nuevo.
Verónica: Sí, no te preocupes. –Dijo y me abrazó nuevamente –Espero que estés bien, hoy me conecto y te hablo.

Luego de eso se metió al auto y yo me di la vuelta sin recordar que debí agradecerle a Nathan por traerme.

Nathan: ¡______! –Me llamó y me di la vuelta para verlo. Me acerque a él –
Tu: Oh lo siento, con todo esto olvide darte las gracias.
Nathan: No te preocupes.

Mierda, que ésta alto.

Nathan: Lo que te dije allá era cierto, fui muy idiota contigo. –Dijo sacudiendo su negro y lacio cabello –Lo siento enserio, no sé como demostrarte lo arrepentido que estoy. –Dijo poniendo una mano en mi hombro –

Qué incomodidad sentí.
Nathan es tan hermoso que te hace poner nerviosa, pero bueno, espero que en verdad haya madurado. Porque eso de que está arrepentido creo que es cierto ya que se le nota.

Tu: Todo olvidado –Le dije y embosté una sonrisa –
Nathan: Genial. –Me dijo y me sonrió, luego me aleje un poco más tranquila. –

Cuando abrí la puerta vi a mamá sentada con un libro. Al verme levanto la cabeza y miró el reloj.

Tu: ¿Por qué no me dijiste que Lena se iba? –Le pregunté sin dejarla hablar –

Ella suspiro y se saco los lentes de lectura.

Tu: ¿Qué te pasa mamá? Siquiera me lo hubieras dicho para despedirme como debe ser.
Tm: No sabes lo que le...
Tu: ¡No importa! Debiste habérmelo dicho, sabes lo importante que ella era para mí –Le reproche con los ojos aguados –Y ahora ya no está más, ahora es cuando más la necesito y por tu culpa no me pude despedir de ella.

Luego de eso la deje con la palabra en la boca y corrí para mi habitación para poder llorar e intentar llamarla, aunque lo veía medio inútil.

Pero cuando abrí la puerta me encontré con Matilde y con... con Mario. Dios mío, ¿Qué hacia Mario en mi cuarto con ella? Mejor dicho, ¿Qué hacia Mario en mi casa?

Cuando entré miré a Mario pero no me registro. Estaba parado a un lado de la ventana, mirando el piso. Matilde me hizo señas de que algo muy malo paso.
Me sequé un poco la cara y fui al baño por una toalla. Al tenerla me seque mejor la cara y me arregle el maquillaje.
Al salir estaba Mario solo, mirándome con cara diabólicamente asesina.

Esa mirada no la había extrañando nada, esa mirada era la que siempre traía problemas.

Tu: ¿Qué paso? –Le pregunte intentando no mostrar tanto interés. Mi piel parecía de gallina. –

Mario se acerco a mi hasta estar en frente, yo baje la mirada un momento y respire profundamente.
¿De qué se entero?

Mario: Recibí una llamada. –Me dijo secamente – ¿Es verdad que estuviste con Jan?

Lo miré con los ojos y la boca abierta. Mi pulso se acelero al igual que mis latidos ¿Cómo....? Maldita Kristen.

Mario: ¿Es verdad que... dormiste con él?

Analicé ese "dormiste" hasta el fondo, en no se refirió a eso, "dormir", no puedo creer a lo que se refirió.

Baje rápido la mirada mientras respiraba con irregularidad. Mierda, Mario matará a Jan luego de haberme matado a mí.
No le respondí porque en verdad estaba sorprendida, me había quedado sin aire, sin palabras. A causa de ello el me tomo la muñeca derecha y me tiro hacia él. Lo mire asustada y me di cuenta que estábamos muy cerca, el bajo la cabeza hacia mí y me miro impaciente.

Tu: Yo... yo...

Luego de eso me tomo de la nuca y me beso salvajemente mientras me sujetaba los brazos. Al cabo de unos segundos se separo de mí y me miro con una mirada aterradora. Mario cuando esta celoso es de esta forma, y hace quedarme helada.

Mario: ¿Besa mejor que yo?
Tu: ¡Yo no estuve con él! –Le dije rápidamente –

No me importaba mentir, no quería que me mandara a la mier.da. El me soltó y dio unos pasos para atrás. Estaba furioso. Luego puso sus manos detrás de su cabeza.

Mario: No seas sínica.
Tu: Es... es enserio. –Le dije nerviosa –Yo... yo no estuve con Jan.
Mario: ¡Por la mierda _____, me enviaron una foto! ¡Deja de mentir! ¿En que más me mentiste? ¿Eh? –Me grito. Yo simplemente exhale el aire que había contenido y me lleve la mano a la boca – Y para completarla, acabas de salir del auto de ese estúpido. ¿Desde cuándo te vez con él? –Me dijo agarrando ambas de mis muñecas –
Tu: Tampoco estuve con él.
Mario: No te creo. Estuviste con todos... primero fue Niall, luego Jan... ¿Quiénes mas faltan?
Tu: Yo... no estuve con Niall. –Le dije soltándome de su agarre –
Mario: Tampoco te creo, ya no te creo más nada.

Dio unos pasos para atrás y puso su puño en su frente.

Mario: Dime qué mierda hice mal para que me hagas esto. Cambié por ti, intente ser algo mejor y a ti te consta. Pero... no te importo, jugaste conmigo.

Me di la vuelta, quería salir corriendo de allí. Mario lo sabe todo... Mario me está gritando, Mario esta alterado y seguramente mi mamá, mi hermana y Matilde estarán oyendo todo.
Lo peor de toda esta mierda es que le hice exactamente lo mismo que le hizo la otra _____, con la diferencia de que yo no lo deje.
Ella había estado con alguien que Mario conocía, con su amigo.
Pero Jan ya no era su amigo.

Mario: ¿Sabes? Fui un idiota de nuevo. Cometí el mismo error dos veces. –Me dijo con la voz apagada. –
Tu: Yo no quise hacerlo –Dije dándome la vuelta. Me encontraba derramando lágrimas. Estaba dispuesta a contarle el malentendido que hice al usurpar su facebook –
Mario: ¿No quisiste hacerlo? Eres una fácil. –Me dijo estando frente mío. –Hoy se estaban sonriendo, seguramente se estaban burlando de mí. ¿Pero sabes qué? ¡Haz lo que quieras! Al fin y al cabo... resultaste ser como las demás.

Me dijo eso y camino hacia la puerta. Yo no quería darme por vencida, no podía. Corrí tras él y antes de que la abriera lo tome del brazo.

Tu: Espera, tienes que escucharme.
Mario: No quiero escucharte, no quiero verte. –Dijo soltándose del agarre. Luego me miro fijamente, tenía los ojos rojos pero aun derrochaba rabia – Al venir, tenía la ilusión de que me admitas lo que hiciste, como lo hice yo, yo nunca te mentí a pesar de todo. Pero preferiste mentirme en la cara, con eso te juro que mataste lo que sentía por ti. –Dijo y lo próximo que oyeron mis oídos fue el portazo con el que cerró la puerta.-  

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