-En multimedia Jack y Finn Harries como James y Jesse Collins-
Aun estamos en la entrada del internado, viendo que grande es.
De pronto delante de nosotros aparece una chica de unos 25 años rubia, media baja.
-Bienvenidos al internado Foster. Soy Clary, yo soy la secretaria del director Stevens.- Habla esta con una sonrisa.
-¿La secretaria?- Preguntamos al unisono.
-Si.
-Pero si eres joven.- Dice James.
-Linda.- Habla Jesse.
-Simpática.- Dice Jane.
-Con gusto a la moda.- Dice Sam mirándola de arriba a abajo.
-Y nada zorra.- Finalizo yo.
Ríe.
-Gracias, creo. Soy mas joven, ya que mi padre es el director.- Asentimos.- Bueno, yo soy la que debe decirles todas las reglas e informarles sobre el internado.
<<¿Reglas?>>
Eso no esta en nuestro diccionario.
-Pues, hay diferentes edificios. Uno para los chicos.- Señala un edificio alto a nuestra derecha.- Y el de las chicas.- Señala uno en la izquierda.- Hay diferentes reglas. Las principales, comportarse, llegar temprano a clases, entre otras cosas. Las mas importantes; todos deben estar después de las diez de la noche en su habitación, los chicos no pueden estar después de las ocho en el edificio de las chicas y las chicas en el de ellos tampoco, si alguien rompe estas reglas, rápidamente va a dirección...
-¿Pero, como saben que están afuera de las habitación?- Interrumpe James.
-Pues, en cada piso de cada edificio hay guardias vigilando, también hay guardias en el patio y en las salidas de los edificios.- Le responde.
Asentimos.
Esto esta mas vigilado que... algo muy vigilado.
<<¿Una cárcel?>>
Eso.
-Aquí están sus horarios.- Nos entrega a cada uno un papel con el horario impreso.- También hay ahí un mapa de toda la escuela, la cafetería, las salas, entre otras cosas. Hoy podrán conocer todo el lugar, y mañana empezaran las clases, al medio día, ya que antes de eso habrá un discurso del director. El próximo sábado en el medio día, sus padres los vienen a recoger, y vuelven el domingo antes de las ocho de la tarde. En cada edificio hay una sala de estar, con juegos, televisión, sofás y comida. ¡Ah! Y también, los viernes las chicas y los chicos, puedes hacer una pijamada, por así decirlo. Las chicas con las chicas, y los chicos con las chicos. Máximo cinco personas en una habitación, entre ustedes se ponen de acuerdo.
Nos hace que firmemos un papel, nos entrega nuestras respectivas llaves de nuestras habitaciones, y se va despidiéndose.
-Nos vemos en la entrada del edificio de las chicas, ¿Bien?- Habla James.
Todos asentimos.
Los chicos van hacia el edificio de los hombres, y nosotras al nuestro.
Veo el numero de mi habitación y me toco la habitación 721.
Entramos al edificio, nos registramos, vamos al ascensor y adivinen.
¡Esta fuera de servicio!
-A subir escaleras se a dicho.- Digo bufando.
Jane entra después de subir tres pisos, Sam se va después de subir cinco pisos y yo... Voy llegando apenas con mis maleta al piso siete.
Llego sin aire al piso siete y entro al pasillo.
Hay varias chicas afuera de sus habitaciones conversando con las puertas abiertas.
Busco el numero de mi habitación.
718... 719... 720... ¡Y 721!
Al encontrarme frente a la puerta, noto que la habitación junto a la mía se escuchan muchos gritos agudos.
Tapo mis oídos.
-Te vas a acostumbrar a ellas.- Habla una chica a mis espaldas.
Me giro. Ella esta al otro lado del pasillo, en la habitación del frente.
Es de pelo negro, piel blanca y ojos azules.
Le sonrío.
-Soy Emma Campbell.- Habla.
-Un gusto. Soy Brooke Meller.
Sonríe.
-Bueno, veo que eres nueva.
-Pues, después podríamos juntarnos.
-Claro.- Sonríe.- No tengo tantos amigos, ya que como ya te dije, todos son unos...
-Entiendo.- Digo riendo.- Vengo con mis amigos, y después de ordenar todo nos vamos a juntar en la entrada del edificio, podríamos juntarnos.
-Claro. Espera. Por casualidad, ¿tus amigos son gemelos y hay tres chicas?
La miro como si tuviera un tercer ojo.
-¿Como...?
-Han hablado de eso desde que a empezado el día. Dicen que los gemelos son dioses griegos.
Suelto una carcajada.
-Ellos son mis primos. Y si, yo soy una de esas tres chicas.
-Genial, porque seria algo terrible de que fueran como ellas.- Apunta a la habitación junto a la mía.
-Pues no, no lo somos.
-Genial. Cuando termines, toca mi puerta y yo salgo contigo.
-Claro, nos vemos.
Ella abre la puerta de su habitación y entra.
Saco mi llave de mi bolsillo delantero y abro la puerta.
Tomo mis maletas y entro a mi nueva habitación.
Dejo mis maletas junto a mi cama y me quedo observando toda la habitación.
Es muy hermosa.
Tiene una cama grande en el medio, una puerta que debe de ser el baño, un armario con varios cajones, una ventana grande, unos sillones coloridos, un escritorio con un computador en el que también hay cuadernos y libros.
La mayoría de las cosas son rosadas o moradas.
Suspiero y me tiro a mi nueva cama, haciendo que esta rebote.
Después de un tiempo acostada en mi nueva cama -haciendo un vínculo con ella, ya que no va a ser cualquier cama, va a ser mi nuevo lugar favorito en el mundo-, ordeno mis cosas y salgo en busca de Emma.
Pero antes de salir, abro la caja que me había entregado mama llena de chicles, y saco uno para el camino.
Al estar en el pasillo, me fijo que un chico camina por el pasillo, me mira, me guiña un ojo, y entra a la habitación junto a la mía.
No puedo negar que era muy guapo.
No le tomo importancia y toco dos veces la puerta de la habitación de Emma.
Se abre la puerta y de ahí sale una sonriente y lista Emma.
-¿Vamos?- Le pregunto.
-Vamos.- Sonríe.
Vamos al ascensor, que ahora esta arreglado.
¡Ahora se le ocurre estar en servicio!
Entramos al ascensor y apretamos el botón para llegar al tercer piso.
Antes de que se cerrara la puerta aparece una mano haciendo que se abra nuevamente.
Ahí aparece una chica alta, rubia, con una sonrisa de autosuficiencia con la ropa algo desordenada, al igual que su pelo.
Nos mira a ambas de arriba a bajo con asco.
-¡Emma!- Habla con una sonrisa, claramente falsa. Entra al ascensor y se cierran las puertas.- ¿Quien es tu nueva amiga?
Me mira.
-Alguien que no te incumbe.- Le habla con indiferencia.
-Deberías hablarme mejor, tonta. Soy la novia de tu hermano.
-Claro, si tener a quien acostarse y después poder engañarla con cualquier otra persona, es ser su novia. Claro, son los mejores novios del mundo.
La fulmina con la mirada.
-La próxima vez...
-No, Chelsey, la próxima vez, le voy a decir a Nate que te andas acostando con medio internado.- Le corta.
La mira con furia.
-Yo soy fiel a tu hermano.
-Claro, y los cerdos vuelan.
No puedo evitar sonreír.
Se abren las puertas para poder bajarnos en el primer piso.
-Y para tu información.- Dice la supuesta Chelsey saliendo del ascensor.- Acabo de tener a tu querido hermano en mi habitación.- Se acerca a Emma.- Piensa, sabiendo que tu habitación esta al lado de la mía, prefiere ir a la mía que a la de su muy querida hermanita menor.
Emma la mira con furia, sin quitar su mirada de ella, mostrando que no le afecta sus palabras.
Pero las tres sabemos que así es.
-¡Ah! Y la próxima vez que me hables así, le avisare a tu hermano. Y sabes que se enoja mucho si le hablas mal a su querida novia.- Sonríe con malicia, me mira con una mirada de advertencia y se va moviendo sus caderas.
Salimos del ascensor. -¿Estas bien?- Me atrevo a preguntar.
-Si solo que...- Suspira negando con la cabeza.- Ella tiene razón, mi hermano prefiere mil veces a ella que a su propia hermana.- Sonríe triste.
-Oye.- La llamo para que me mire.- El se lo pierde. Algo que me he dado cuenta de nuestra pequeña charla de menos de diez minutos, es que tu eres mil veces mejor que ella. Es el problema de tu hermano si no lo ve.
Me sonríe.
-Gracias.
-Ahora solo piensa de que te voy a presentar a mis amigos, que ahora van a ser tus amigos también, y en ellos podrás confiar, al igual que conmigo.- Empezamos a caminar.
-¿Les caeré bien?- Camina junto a mi.
-Si no eres como la tal Chelsey, claro que si.- Reímos.