El cielo estrellado estaba hermoso, era la mejor inspiración para terminar mi nuevo cuadro.
Jhon, mi perro siberiano, estaba a mi lado haciéndome compañía. Y es que no era para menos, deben ser cerca de las 10 y estoy en medio del bosque. La cosa buena es que me crié en el bosque y he andado desde los 3 años sola por aquí.
Mi celular alumbra y me muestra un mensaje de mamá.
Mama: ya está muy oscuro, Maya ven a casa, ¡AHORA!
Miro mi pequeño block de dibujo y ya está casi terminado. Supongo que lo terminare en mi habitación. Me levanto, me quito los restos de nieve de mi abrigo y guardo mis pinceles en el bolsillo.
— Vamos Jhon.
Mi perro camina tras de mí, como siempre. Luego de diez minutos llego a casa. Mi madre estaba con sus brazos cruzados y papa bebiendo café.
— Maya, te he dicho muchas veces que no me gusta que estés tan tarde en el bosque.
— Lo siento mamá, la hora se me pasó volando.
— Aja... Bella me dijo que mañana estaría aquí a las 7:30. Así que ahora come algo, te duchas y luego duermes para un nuevo año escolar.
— Ok, iré a ver a la abuela.
Tomo un vaso de leche, luego beso la frente de mi padre y me voy a la habitación de mi abuela.
— Falta poco para terminar el cuadro.
— Muéstramelo.
Vivía con mi abuela hace 10 años. Cuando tenía 6, mi abuela tuvo un ataque y el médico indicó que la ciudad le hacía pésimo. Mi madre le dijo a papá que teníamos que cambiar de ambiente, y fue ahí cuando nos mudamos a WinterTown.
Ese mismo día, conocí a mi mejor amiga, Bella. Paseaba junto a su perro y me saludó amablemente. Desde ahí nos hicimos inseparables, aparte que es un pueblo pequeño y no hay mucha población joven, así que literalmente conoces a todos los de tu edad.
— Maya, mañana tiene clases, vete a dormir.
— Lo sé abuela.
— Que tengas dulces sueños.
Voy a mi habitación y me ducho, luego me pongo el pijama y observo a través de mi ventana.
Los árboles se mueven de manera misteriosa y me pregunto cuántos secretos habrán entre las ramas.
Desenredo mi cabello y luego siento como alguien me mira.
Dirijo mi vista a la ventana pero el bosque está vacío y tranquilo. En fin, me doy media vuelta y me dispongo a dormir.
•
Bebía chocolate caliente mientras esperaba a Bella. Mi padre tenía que ir a trabajar y me insistía en que comiera tostadas.
— Maya come algo.
— No me da hambre en la mañana.
— Después porque te molestan que eres pequeña, hija.
Me sonríe de forma burlona y yo entre cierro mis ojos. No soy tan pequeña, pero aún así me molestan. Veo como mi madre abre la puerta y Bella entra con su habitual abrigo rojo.
— ¡Hola bebe! —Así me saluda.—
— Hola nena.
Bella se quita su gorro y deja caer su cabello rubio, esta vez con las puntas de color fucsia.
— Oh, me gustaba como te quedaba azul. —Dice mi padre.—
— Lo sé, pero quería cambiar señor Sullivan.
— Ok, ¿listas?
— Sip.
Mi padre se despide de mama y luego nos subimos al auto. Mi padre trabaja como veterinario del pueblo, y como es un lugar pequeño, es el único, por lo cual siempre tiene trabajo.
Nos deja camino a la escuela y recorremos el camino junto a Bella.
— ¿Qué tal las vacaciones? —Le pregunto.—
— Me leí los libros del pueblo.
— Dijiste que no querías leértelos.
— Si, pero eran los únicos que no me había leído de los que tenían en la biblioteca.
Así es, Bella se lee todo libro y de cualquier tipo.
Una cosa que no entiende, libro.
Una cosa que no conoce, libro.
Un problema sentimental, libro.
Un problema en la cocina, escolar, salud. Libro.
Se enoja, libro.
El amor de su vida, libro.
Menos mal que conmigo no se comunica a través de libros, la mataría. En verdad no, la amo.
— ¿Y qué tal? ¿Dicen algo interesante?
— ¡Te mueres! Se dice que hubieron criaturas sobrenaturales en este pueblo. ¿Te imaginas es verdad?
— Pues si es así, están muy bien escondidos porque en los bosques siempre estoy sola junto a mi perro.
— Es porque no quieren ser vistos, Maya. Son seres inteligentes.
— Ok, ok, entremos a clases.
Siempre me entretenía escuchando a Bella. De hecho, en las pruebas de castellano, nisiquiera tenía que leerme los libros porque Bella me lo contaba todo.
Nos sentamos en medio del salón al lado de la ventana, como siempre. Saludamos a nuestros compañeros, siempre son los mismos, parecemos una gran familia.
Luego llega nuestro profesor junto al director. Conversan algo y luego se retira.
— ¿Qué hacía el director aquí? —Pregunto, a lo que todos escuchan.—
— En una de esas hay compañeros nuevos. —Dice Bella, a lo que todos ríen.—
Si claro, compañeros nuevos. En este pueblo no pasan estas cosas.
— Pues está en lo correcto señorita Jones, hay compañeros nuevos.
Todos paran de reír y miran con extrañeza al profesor.
— ¿Bella está en lo cierto? —Pregunto sorprendida.—
— ¿Estoy en lo cierto? —Dice Bella extrañada.—
— Así es, de hecho están esperando fuera de la sala a que todos guarden silencio.
Todos nos miramos y rápidamente guárdamos silencio. Los chicos susurran que serán chicas y las mujeres que serán chicos. Al parecer todos están emocionados, y yo también lo estoy. Jamás llegan personas nuevas.
— Adelante.
El profesor se hace un lado y deja pasar a dos chicos.
— Wow.
Es la expresión en general de todo el curso.
Ambos chicos son altos y muy, muy guapos. Las chicas suspiran y escucho el suspiro de Bella también.
— ¡Parecen ser chicos sacados de libros! —Susurra a mi lado.—
— Bien, preséntense al curso. —Dice el profesor satisfecho.—
Un chico rubio y ojos color café, sonríe y mira al curso.
— Mi nombre es James Hook, tengo 17 años, me vienen bien todas las materias y los deportes. Espero que nos llevemos bien.
Las chicas sonríen y me río al ver que Bella no para de suspirar.
El siguiente chico, no parece ser tan amable como el anterior. Tiene el cabello castaño oscuro y los mismo ojos que su acompañante.
— Mi nombre es Max Hook.
Todos esperamos a que diga algo más y luego el profesor tose incomodo.
— ¿Son hermanos?
— Primos. —Dice James sonriendo.— Primos hermanos.
— Ok, bienvenidos, tomen asiento donde quieran, creo que sobran algunos asientos en la parte de atrás.
Los chicos caminan y las chicas se dan vuelta a mirar. No las culpo, son casi hermosos, parece ser mentira.
— Si no leyera tanta fantasía, juraría que son Keepers. —Dice Bella.—
— ¿Son que? —Pregunto, pero el profesor interrumpe.—
— Ok, chicos les mostraré el programa para este año.
El profesor explica y anoto las fechas de los exámenes. Bella cada vez que puede me indica que escribirá una novela donde James será su amor imposible/posible y tendrán sexo en todos lados.
Me río y sin querer mi lápiz se escapa de mis dedos. Miro abajo de mi mesa pero no hay rastro de él.
Una mano se acerca y me entrega el lápiz. Levanto la mirada y los ojos cafés intensos de Max me observan con seriedad.
— Gracias.
Apenas susurro y él sin decir ni una palabra vuelve a poner atención al profesor.
Bella me hace un gesto de: ¿y este que problema tiene? Yo levanto mis hombros y vuelvo a escribir.
El día se hace corto, ya que es el primer día. Con Bella decidimos ir caminando hacia nuestros hogares.
— ¿Qué son los Keepers? —Pregunto.— Es una historia que has leído y aún no me has contado, Bella. Inconcebible.
— Ah. —Se ríe.— Son criaturas humanas pero con características especiales. Se decía que no era muy difícil distinguirlos ya que eran altos, hermosos y exitosos.
— Ah, ya veo porque dijiste eso en clase.
— ¡Si! Lo parecían, pero ya sabes, son leyendas. Aparte dicen que son inmortales y tienen una única alma gemela, ya sabes, cómo los hombres lobos, la encuentran y luego se hacen mortales.
— ¿Por qué?
— Para envejecer junto a ella. ¿No es romántico? Leo otra historia y se dice que ellos desde que nacen saben quién es su alma gemela, solo tienen que encontrarla. Puede estar en otro país, ciudad o galaxia.
— ¿Y si no la encuentra?
— Es un inmortal y luego le enseña a la próxima generación.
— ¿Cuál es su misión entonces?
— No salía mucha información, solo salían algunas cosas. Trate de buscar otros libros, pero según la bibliotecaria no había.
Llegamos a la casa de Bella, nos abrazamos y luego camino por el bosque. Cuando siento que estoy llegando a casa, veo que Jhon corre hacia mi. Sonrío y lo abrazo.
Amo a mi perro.
— Llegué, Jhon estoy aquí. ¿Me extrañaste mucho?
Jhon ladra y luego pasa su lengua por mi rostro. Acaricio su lomo y me acompaña a casa.
Me dispongo rápidamente a terminar mi dibujo, y de un momento a otro unos ojos de color café vienen a mi mente. Es como un flash, y luego desaparecen.
No recuerdo dónde he visto esos ojos, pero de alguna forma, siento como vieron levemente dentro de mi.
Jiji holaaaa de nuevo :) ¿qué tal les pareció? Bueno es solo el principio, pero les aviso que será muy entretenido de leer, me he divertido mucho escribiendo, muchas veces me dan ganas de asesinar a cierto chico... ¡Pero ya lo verán más adelante! Abrazos a todos :)