2º Libro: La Marca de Caín

Da SPNGirl5

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Ellos no lo recuerdan pero, cambiaron el futuro... Todo parecía haber terminado bien... la máquina del tiempo... Altro

Secuela de "Mi Destino Eres Tu"
PROLOGO
1.- Descendientes de Caín
2.- Shake It Off
3.- Conociendo a Caín
4.- Se Parece a Mamá
5.-¿Te encuentras bien?
6.-Despedidas
7.-Veo gente muerta
8.- Veo tus alas
9.- Poseedora de la marca
10.-El Arcangel de la muerte
11.- ¿Acaso quieres hacer un trió?
12.- Charlie
13.- Siguiendo a la oscuridad
ESPECIAL DE NAVIDAD
14.- El libro persona
15.- Legacia
16.- Que esperabas... ¿una lavadora?
17.- Nos volvemos a ver
18.- Una mujer
19.- La familia Styne
20.- ¿Charlie? ¿Thadeus?
21.- Acabando con los Styne
22.- El marcado
3º Libro: The Darkness (La Oscuridad)

23.- Tú destino esta en mis mano ( Final de temporada)

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Da SPNGirl5

Dean se había marchado de la habitación dejando a una Belha sola, confundida, enojada y triste. Belha tomo asiento en la orilla de la cama por varios minutos. Su mente trabajaba en la decisión de marcharse o quedarse.

¿A dónde iría?

¿A quién esperaría?

Esas eran las preguntas que se hacía antes de tomar una decisión. No tenía casa. No tenía amigos. No tenía familia. No tenía nada.

Con mucho pesar se levantó de la cama y salió de aquella destrozada habitación de hotel. Emprendió una caminata por la orilla de la carretera mientras su mente se ponía en blanco.

"Pobre niñita. Tan sola" – una voz aparecía en su cabeza, burlándose de ella.

Tras varios kilómetros recorridos a pasos lentos, sus pies comenzaron a doler. Con el dolor físico llego el emocional, dando paso así, a unas cuantas lágrimas.

Los autos pasaban pero no se detenían. Parecía una triste alma en pena vagando por la carretera.

El viento hizo acto de presencia, agitando sus cabellos de un lado a otro sin cesar, pequeños susurros parecían venir de él. Parecían llamarle.

- Jophiel - sus pies se detuvieron. Su cuerpo giro hacia el bosque y su mirada busco la fuente de esa voz. Una figura pareció entre las sombras, como si hubiera emergido de ellas.

El hombre que se acercaba a la chica era alto, de cuerpo delgado y sostenía un bastón en una mano. Su traje era negro como aquella oscuridad entre los arboles del bosque.

- ¡Tú debes de ser, Jophiel!

(...)

Sam recorría las carreteras solitarias en busca del hotel en donde su hermano tenía aparcado el impala. Sam había colocado un rastreador de GPS para poder dar con su hermano. Cuando al fin el impala se puso en su campo de visión, se apresuró a estacionar frente al hotel.

Toco la puerta dos veces, grito a su hermano y a su sobrina para ver quien abría la puerta. Cuando nadie respondió, con arma en mano derribo la puerta.

La habitación se encontraba totalmente destrozada. Parecía que un tornado de categoría cinco había entrado a la habitación. Al prender la luz de aquel cuarto frio, sus ojos se dirigieron a la cama, en donde había una pequeña nota... "Ella es toda tuya" estaba escrito con la letra de Dean.

Las llaves del impala tintinearon entre los dedos de Sam. una enorme desesperación invadió su cuerpo. Dean estaba despidiéndose.

Unos pasos cerca lo alertaron, por lo que apunto con el arma hacia la puerta de la habitación. La cabellera negra de Miles pareció.

- Se han ido – dijo Sam bajando el arma.

Castiel apareció detrás de Miles. Las heridas del ángel ya habían sanado. Los ojos azules de Castiel se dirigieron hacia la marcada trampa del diablo que estaba cerca de la cama.

- ¿Qué es eso? – pregunto Miles cuando la vio.

- Una trampa del diablo - respondió Castiel pasando a un lado suyo. Se acuclillo cerca del circulo y lo inspecciono –

- no huele a azufre, ningún demonio estuvo aquí – dijo Sam

- no era para un demonio - respondió Castiel, ganándose la mirada de los chicos. El celular de Miles comenzó a sonar, interrumpiendo el ambiente en el que se encontraban

Tras disculparse con Castiel y Sam, Miles palideció al escuchar la voz del otro lado de la línea.

(...)

- ¿quién es usted? – pregunto Belha al hombre que estaba frente a ella

- no te preocupes – respondió el hombre de edad avanzada. La miraba como si estuviera viendo a la octava maravilla del mundo - soy un amigo.

- Yo no tengo amigos.

- Aquí sobre tierra no – contesto el hombre. Se acercó unos pasos más a la chica, y esta retrocedió – soy como tú.

Belha abrió los ojos de par en par... ¿acaso tenia a un arcángel de la muerte frente a ella? el viento volvió a soplar, formando un silbido un poco lúgubre en el ambiente

- ¿Eres un arcángel de la muerte? – pregunto la chica. Quería más que nada en el mundo que el señor frente a ella dijera que sí.

- No. Yo soy la muerte.

(...)

- Te necesitamos aquí, Miles - grito Sam con desespero al chico que quería irse

- Tengo asuntos que atender - Miles no quería ir, pero el medico de su madre había hablado antes del tiempo previsto... ¿tiempo previsto? Le había costado solo un día hablarle y decirle que volviera – por más que quiera quedarme aquí a ayudar, no puedo.

- Ella te necesita – suspiro Sam - nos necesita. No sabemos si en verdad esta con Dean o si anda por allí sola. No sabemos lo que le puede estar causando esa maldita marca.

- Mi madre me necesita, Sam. No puedo.

Con todo el pesar del mundo, Miles le pidió a Castiel el favor de llevarlo a san Antonio. No tenía tiempo para viajar en coche, necesitaba llegar rápido. Lo antes posible.

Sam al ver desaparecer a los dos, paso las manos por sus cabellos con frustración.

Estaba solo en esto.

(...)

- ¿La muerte? – pregunto Belha un poco sorprendida - ¿la de verdad? - el hombre asintió - porque no llevas una capa negra espeluznante y esa cosa que parece.... ¿Cómo se dice?

- ¿Mi guadaña? – pregunto con una pequeña sonrisa en su rostro aquel hombre que afirmaba ser la muerte – eso lo utilizo solo si es necesario.

- Bueno. De todos modos. ¿Qué haces aquí? ¿Porque me buscas? ¿Acaso ya debo morir?

Las preguntas salían sin poder ser detenida. Belha estaba preparada para una muerte, creía que eso era mejor que seguir por allí sin hogar y sin familia. Pero para su mala suerte, la muerte solo venia de visita...

- Tengo viviendo milenios. He visto la luz y la oscuridad de una manera diferente que las demás personas y cosas. He visto a Dios y a la oscuridad en persona. Y creo que lo más fascinante que alguna vez haya sido creado, esta frente a mi – Belha frunció el ceño - tenía que verte con mis propios ojos.

No entendía porque todos la veían como un milagro. Como algo sumamente especial. Nunca pensó que la mismísima muerte fuera a decirle aquello. Su miraba viajo a la frente de aquel hombre, en donde podía ver una serie de números, un poco borrosos, pero al fin de cuentas eran números en su cabeza.

- Jophiel – Belha volvió a mirar a la muerte a los ojos - eres luz y oscuridad. En tus venas corre la sangre de un cazador, un hombre de letras. Los Winchester son recipientes reales del Arcángel miguel, eso te convierte a ti en uno... tu madre era un Nephilim; hija de Azrael, el arcángel de la muerte... Mi hermano.

- Esto debe de ser una broma - susurro Belha mas para sí misma que para aquel hombre frente a ella –

- Todos los mayores sabíamos que un día como este llegaría – continuo la muerte – todos tendríamos un fin en común. Azrael y Jophiel tuvieron la misión de crear el arma más letal que detendría la oscuridad en su resurgimiento... esa arma eres tú.

- Yo no...

- Eres un arcángel, Isabelha Davidson, porque la gracia de Azrael y Jophiel viven en ti. tienes esa marca en tu brazo porque eres un descendiente de Caín. Eres la elegida porque un Winchester puede ganar cualquier batalla, así sea combatir contra viento y marea.

- Esperan mucho de mí... - el miedo quería embargarla. Belha no comprendía por que a ella le cargaban el peso del mundo sobre sus hombros – no quiero... no lo hare.

- No esperaba hacerte entrar en razón - la muerte aun sonreía - solo quería que supieras tu función en este plano. Y quería saber cómo eras – la muerte dio media vuelta para retirarse, pero la voz de Belha hizo que se detuviera –

- ¿Porque los números en tu frente? - muerte volvió a mirar

- Transportarte, mover objetos con tus manos. Ver muertos y que logren pasar a través de ti. así como marcar las almas y ver la hora de su muerte en su cabeza.... Son unas de las muchas cosas que puedes hacer... son tus dones, Jophiel.

- Eso significa...

- Como dije antes, todos tenemos una misión y un fin en común. Todos aceptamos nuestro destino. Este es el mío, y lo acepte. Estoy listo.

- Fue... - un nudo se formó en la garganta de Belha – fue un placer conocerle.

- Creme que el placer fue todo mío - la muerte le dedico una sonrisa enorme antes de concluir con su despedida – hay un alma entre dos dimensiones, Jophiel. Su destino es indefinido, y solo tú puedes escoger: salvar su alma, que implica cosas por venir.... O dejarla morir, y con eso acabar con la historia.... Confiamos en ti.

La muerte se desvaneció en el aire, dejando a una Belha sola en la carretera. La chica sabía a qué alma se refería la muerte, y era una decisión difícil la que tenía que tomar...

(...)

El letrero de aquel restaurant mexicano abandonado en medio de la nada se ilumino en color rojo. El cielo aún se encontraba a oscuras, pero pronto amanecería.

- Te nunc invoco, mortem – solo la voz de Dean se escuchaba tras el silencio de aquel lugar. Tenía su mano en puño sobre un recipiente. Vertía en el de su sangre, para así invocar a la única cosa que podía acabar con el – te in mea potestate defixi – la habitación quedo a oscuras tras la explosión de los focos de aquel lugar – nunc et in aeternum - todo comenzó a sacudirse, como si de un terremoto se tratase, pero solo fue una fracción de minuto.

Las luces del fondo del bar fueron las únicas que quedaron intactas tras la invocación. Ahora eran las únicas en iluminar la estancia. Dean coloco un pañuelo en su mano para detener el sangrado.

- No me digas que eso es queso – Dean se giró hacia la voz del hombre que hablo. La muerte. El hombre vestido de negro y con bastón en la mano, miraba atento la barra.

- Si... si – respondió Dean aun en estado de impresión. Nunca pensó que la muerte llegara a aparecer de vedad. Se acercó con pasos rápidos a la barra y cogió en mano la bandeja de porcelana que contenía varios tipos de aperitivos mexicanos – queso y taquitos, tamales. Todo casero hecho por su servidor – se detuvo frente a la muerte sonriéndole de lado. todo hecho con grasa mala.

Muerte miraba cada delicia que ponía en ofrenda Dean Winchester hacia él.

- ¿para que la ofrenda? – pregunto mientras cogía un taco

- Quiero que tú me mates... - muerte lo miro. Se llevó el taco a la boca y dio un mordisco

- Lo que me parece verdaderamente fascinante, Dean... - se detuvo para depositar el taco en la charola – está muy bueno. Tu y yo sabemos que ya me he quemado por ustedes los Winchester.... - Paso a su lado, mientras iba a la barra e inspeccionaba otra charola que se encontraba sobre esta – y aun así todavía me llamas.

- Si, lo sé, pero esta vez no será así, ¿de acuerdo? - insistió Dean. tenía esperanza de que la muerte lo matara de una vez por todas y llevarse con él la marca de Caín. Se acercó al ser sobrenatural y coloco la bandeja que tenía en manos sobre la barra - sin juegos, sin segundos pensamientos. Sé que tú sabes qué es esto – Dean le mostró el brazo, aquel en donde estaba la marca. Muerte miro lo que el mayor de los Winchester le mostraba – sé que sabes lo que puede hacer. He intentado combatirlo – muerte miro a los ojos al chico. Se podía ver claramente que Dean no mentía. El quería acabar con todo eso de una vez por todas - he intentado vencerlo por mi propia cuenta. Y no puedo. No me quedan más movimientos, excepto tú

- Bueno, nunca pensé que vería este día - la muerte parecía complacida. ¿Matar a un Winchester? ¿Quién lo hubiera pensado? Al menos eso pensaba Dean de aquel hombre... - Dean Winchester se ha arrodillado ante su rey – muerte tomo asiento frente a la barra, y no despegaba sus ojos de Dean – pero no te matare Dean

Sin ninguna preocupación aparente en su sistema, muerte tomo el vaso que estaba en la barra y bebió un poco del refresco que estaba dentro de este

- Eres la muerte - le exclamo Dean algo confundido por su respuesta

- Y esa marca en tu brazo es la primera maldición... nada puede matarte.

- Está bien, bueno, olvida lo de matarme. ¿puedes deshacerte de ella? – preguntó Dean

- Yo podría.... –

- ¿Pero?

- Cretio ex nihilo... dios creo de la nada a la tierra... o eso es lo que tu maestro de escuela religiosa te haría creer

- ¿Que? ¿Entonces lo del génesis es toda una mentira? sorpréndeme

- Antes de que hubiera luz... antes de dios y de los arcángeles, no había nada – muerte se levantó de la silla y paso por un lado de Dean – estaba la oscuridad. Una terrible fuerza inmoral y destructiva, que fue vencida por dios y sus arcángeles en una terrible guerra – detuvo sus pasos y se giró de nuevo a Dean – dios encerró a la oscuridad lejos donde no pudiera hacer daño y creo una marca que serviría para encerrarla y como llave. L cual le confió a su teniente más valorado, lucifer. Pero la marca comenzó a tener voluntad propia... y se revelo como una maldición, y comenzó a corromper. Lucifer se puso celoso del hombre. Dios expulso lucifer al infierno. Lucifer traspaso la marca a Caín... quien te traspaso la marca a ti... - muerte camino hacia Dean y se detuvo a escasos centímetros de el – el proverbio dedo en el dique

- Bueno, eso es fantástico, ¿Verdad? – Dean retrocedió unos pasos. Luego tomo asiento en la primer silla disponible

- Así que podría remover la marca, pero solo si la compartes con otro, para asegurar que la cerradura permanezca intacta y así la oscuridad se mantiene restringida.

- No voy a hacer eso... no a nadie más – muerte se alejó un poco para pensar – ¿y si te dijera que podría reubicarte en algún lugar lejano?... que ni siquiera está en esta tierra. ¿En dónde tú seguirás estando vivo pero ya no serias un peligro para ti o para los demás?

(...)

Su cuerpo temblaba a causa de la lluvia que caía a cantaros. Le había costado aparecer en aquella ciudad, pero lo importante era que ya estaba allí. Cruzo con pasos lentos la calle y se adentró hacia el hospital.

Su mente estaba algo aturdida. Los azulejos blancos del suelo parecían moverse por ratos. Era consciente de que dejaba un rastro de agua por donde avanzaba, pero no le importaba.

Belha sabía en qué habitación se encontraba Reagan Lockwood. Y cuando estuvo frente a su puerta, tuvo que contar hasta diez para poder darse el valor de entrar en aquella habitación.

El peculiar sonido del monitor cardiaco estaba presente. La mujer castaña estaba tendida en la cama como Belha esperaba verla. Junto a su cama estaba una silla en la que supuso Miles tomaba asiento cuando la visitaba, y fue en donde tomo asiento.

No se atrevió a hablar al instante. Un nudo en su garganta le impedía hacerlo. Unas lágrimas cayeron, pero rápidamente las limpio con el dorso de su mano.

- No sé si alegrarme de verte aquí, o estar desecha por eso – comento a hablar Belha a Reagan- mi mente recuerda una vida como si de un sueño se tratara. En ese sueño no fuiste la mejor persona conmigo, pero por otro lado lo fuiste. No sé porque soy la única en recordar ese pasado. Pero me alegra hacerlo... de esa manera sé que mi vida nunca es normal. Y mi destino es siempre terminar huérfana, al cuidado de dos hombres que nunca han sabido ser más familia que para ellos mismos.

Sus ojos escocían por el esfuerzo que hacía por no soltar más lágrimas

- Resulta que no solo soy la esperanza del mundo – una pequeña sonrisa irónica apareció - sino que también tu vida está en mis manos. Eso debería de asustarte.

Sus ojos viajaron hacia la mano de Reagan que al parecer movió un poco uno de sus dedos

- En otras circunstancias te dejaría morir sin pensarlo. Pero pesar a la marca que hay en mi brazo, no tengo el corazón de dejar a Miles sin madre como yo.

Belha se levantó de la silla, y acorto la distancia que había entre ella y la cama. Su mirada viajo hacia la frente de Reagan la cual no tenía ningún numero ni fecha, solo eran líneas borrosas y sin sentido las que se encontraban allí.

Su corazón comenzó a latir más rápido conforme el tiempo pasaba. Una de sus manos un poco temblorosa, se instaló sobre el pecho de Reagan.

- Hoy no te toca morir, Reagan. ni aquí ni en otra vida – su mano comenzó a iluminarse. Una luz en color celeste salía de su palma y atravesaba el cuerpo de la madre de Miles – regresa...

Con solo susurras las palabras, la luz incremento, llenando toda la habitación...

(...)

Sam aparco el impala. Con rapidez bajo del auto y corrió al interior del restaurant en donde se encontraba su hermano. Dean le había llamado a Sam para avisarle que había encontrado una manera de parar todo.

Al entrar lo primero que los ojos de Sam vieron fue a Dean, pero detrás de este estaba la muerte.

- ¿Qué es esto? –pregunto Sam

- Tenemos que hablar – dijo Dean en respuesta

- Lo que sé que estés pensando en hacer, no lo hagas – suplico el menor – hay siempre otra manera. No tienes por qué ir con él. ¡no tienes por qué morir!

- Es gracioso que digas eso - respondió Dean - la verdad es, que cuando me fui pensé que la única salida era mi muerte. Bueno, estaba equivocado, Sam. es la tuya

- ¿Que? - pregunto confundido Sam – él va... ¿a mandarte al espacio exterior? - miro hacia todos lados, para darse cuenta de que alguien faltaba allí ¿en dónde está Belha?

- No. El no dijo que fuera el espacio exterior... y ella... no sé dónde esta

- Esto es una locura Dean – grito Sam

- Bien lejos de aquí. Me temo – contesto la muerte a Sam, aunque no específico para cuál de las pregustas era la respuesta

- Nadie te lo pregunto a ti – le respondió Sam con coraje a la muerte

- Escúchalo - le riño su hermano

- Nuestro dilema es simple Sam – continuo la muerte – tu hermano no puede ser matado y la marca no puede ser destruida. No sin incitar un mal aun mayor, del que ninguno de nosotros ha conocido jamás

- ¿Qué mal? – pregunto Sam encogiéndose de hombros

- La oscuridad – le respondió Dean

- ¿Qué demonios es eso?

- Bueno, ¿a que suena eso? – pregunto Dean con tono divertido a Sam - ¿acaso suena como una cosa buena?

- Incluso si quito a Dean del campo de juego – continuo la muerte – todavía nos quedas u, el leal y persistente Sam – muerte se acercó al último mencionado – de quien sospecho que nunca descansara hasta que libere a su hermano... nunca descansara hasta que libere a su hermano de la marca. Lo que simplemente no puede suceder, para que la oscuridad no sea puesta en libertad. Este es el momento en que te dejas de tonterías conmigo.

Sam pasó por un lado de muerte y se dirigió hacia su hermano...

- Tú entregaste mi vida...

- Estoy dispuesto a vivir con esta cosa para siempre – le respondió Dean - mientras sepa que esto y yo no volveremos a herir a otro ser vivo

- Este no eres tú. Esto no tiene ningún sentido

- No, tiene el sentido perfecto... si paras de pensar sobre ti mismo por un maldito segundo

- Es por el bien mayor – agrego la muerte – una vez que lo consideres... esto tiene todo el sentido del mundo.

- ¿Recuerdas cuando estábamos en esa iglesia... - pregunto Dean a Sam - haciendo a Crowley humano... a punto de cerrar las puertas del infierno? Bueno, seguro que estábamos listos para morir por el bien en ese entonces...

- Si, y tu Dean, me echaste hacia atrás –

- Y estaba equivocado. Tu tenías razón, Sam. tu sabias que este mundo sería mejor sin nosotros en el

- No, no, no, espera un segundo. Estas torciendo mis palabras aquí, Dean

- ¿Porque? ¿Porque nosotros rastreamos el mal y lo matamos? ¿El negocio familiar? ¿Es eso? Mira la cinta, Sam. el mal nos rastrea a nosotros. Y destruye todo a nuestro alrededor. Nuestra familia. Nuestros amigos. Es hora de poner un nombre propio a lo que realmente somos... y ocuparnos de ello

- Espera, nosotros no somos malos... escucha... estamos lejos de ser perfectos, pero hacemos el bien... esa cosa en tu brazo es mala, pero no tú, ni yo.

- Yo deje a Rudy morir. Yo no detuve a Belha para que no cobrara venganza como yo. Deje que una niña matara a más de veinte personas por ella misma... ¿cómo puede ser que eso no sea malo? Se lo que soy Sam... ¿pero quién eras cuando tu llevaste a ese hombre a vender su alma...o cuando arrastraste a Charlie, consiguiendo que la mataran? ¿Y para qué final? ¿un buen final? ¿un final justo? ¿Para eliminar la marca sin importar las consecuencias? Sam, ¿Cómo se supone que eso no es malo? Tengo esta cosa en mi brazo... y tu estas dispuesto a dejar entrar a la oscuridad en este mundo

- Tú también estuviste de acuerdo en invocar a la muerte, para asegurarte de que no hicieras más daño. Tú me llamaste porque sabias que haría cualquier cosa para protegerte a ti. Eso no es malo Dean – Dean miro hacia la muerte, quien parecía estarse impacientando – eso no es un hombre malo. Eso es un hombre bueno llorando por ser escuchado... buscando algún otro camino.

- No, no hay otro camino, Sam. Lo siento.

La impaciencia de que Dean no entrara en razón ocasiono que Sam le diera un puñetazo en la cara. Dean se tambaleo un poco, pero rápidamente se equilibró de nuevo. Su quijada estaba tensa, y quito el pañuelo que tenía en su mano.

Dean le respondió a Sam con un golpe, de igual manera, en la cara. Y la pelea comenzó...

(...)

- Gracias por traerme – Miles le agradeció a Castiel

- No fue nada – le respondió el ángel regalándole una sonrisa – debo irme. No puedo dejar mucho tiempo sola a Rowena – y desapareció.

Miles entro al hospital antes de que la lluvia lo empapara. Dentro de este, había un revuelo bruto. Las enfermeras corrían de lado a lado. Los doctores de igual manera. Familiares de los hospedados estaban pidiendo casi a gritos a la recepcionista que les dieran alguna noticia de sus enfermos.

Miles camino hacia el pasillo que daba al elevador. No tenía tiempo para nada, tenía que buscar al doctor de su madre y ver qué era lo que pasaba. El ascensor se llenó de enfermeras y enfermeros. Todos susurraban sobre una falla eléctrica... otros decían que simplemente una bola de luz.

Al llegar al piso de la habitación de Reagan, camino a pasos recios, mirando a todo rumbo en busca del doctor.

El pasillo de aquella habitación estaba lleno de personas. Solo se veían batas blancas y azules. De entre todo aquel genterio, Miles pudo ver al doctor salir. Se acercó rápido a él y pregunto qué era lo que pasa.

- Miles... - el doctor parecía en estado de shock. Tartamudeaba y estaba pálido como si hubiera visto un fantasma –

- ¿Qué es lo que pasa? – pregunto Miles llenándose de preocupación – ¿mi madre está bien?

- Miles, tu madre a despertado....

(...)

Golpe tras golpe. Cara, costillas, patadas y empujones. Los hermanos Winchester parecían no acabar aquella pelea. Sam era el que más golpes recibía por parte de su hermano.

- Está bien – dijo Sam tirado en el suelo – es suficiente – estaba agitado, con sus cabellos alborotados y tenía un ojo rojo que de seguro se haría un gran moretón - nunca, jamás, me escucharas decir que tú, el verdadero tú, es cualquier otra cosa menos bueno – miraba a su hermano mayor con demasiado lastima en los ojos. Sam escupió, manchando el suelo con sangre – pero tienes razón. Antes de que hagas daño a alguien más... debes ser detenido a cualquier precio. Lo entiendo. Hazlo.

Dean trago duro, busco a muerte, quien estaba detrás de él, y este le paso su gran guadaña. Dean con un gran nudo apretando su pecho, la cogió.

- Hazme el honor – le dijo la muerte.

Sam se encontraba arrodillado delante de su hermano, con ojos llorosos y en silencio. Dean observo la guadaña antes de mirar a Sam, a su pequeño Sam. Ese pequeño que toda su vida se dedicó a cuidar. Dean dio varias respiraciones antes de mirar directamente a los ojos de Sam

- Cierra tus ojos – le ordeno Dean a su pequeño hermano. Al ver que Sam no lo obedeció continuo – Sammy, cierra los ojos.

- Espera – dijo Sam mientras metía una de sus manos en el bolsillo de su chaqueta – ten esto. Y un día... cuando tu encuentres el camino de regreso... permite que esto sea tu guía - Sam solo en el suelo, frente a él unas fotografías – y que puedan ayudarte a recordar lo que era ser bueno... lo que era el amor.

Dean miro lo que su hermano le había dado. Era una fotografía de Dean cuando era niño, al lado de su madre. La otra fotografía también estaban ellos dos, pero Mary Winchester cargaba al pequeño Sammy.

- Es por la familia que tú tienes que proceder, Dean – le dijo muerte al ver que Dean estaba tardando en matar a su hermano - para ser lo que eres, para convertirte en lo que eres... - los ojos de Dean comenzaron a llenarse de lágrimas... el nudo en su pecho creció inmensamente al imaginarse como hubiera sido tener una fotografía con una Belha bebe en brazos... - es una mancha en su memoria. Hazlo. O lo hare yo – la amenaza era lo único que necesitaba para tomar una decisión....

- Perdóname – le dijo a Sam mientras este le sonreía tristemente. Sam pensaba que Dean sería capaz de matarlo para así salvar al mundo...

Dean elevo la guadaña, pero en vez de que esta atravesara el cuerpo de Sam, atravesó el cuerpo de muerte...

Dean se quedó con la boca abierta al descubrir lo que había hecho... había matado a muerte... su única salvación...

- Ella tiene tus ojos – le susurro muerte con una sonrisa antes de convertirse en polvo.

Aun en estado de shock, Dean ayudo a Sam a ponerse de pie, y pregunto a su pequeño hermano si se encontraba bien.

- fantástico. Creo que acabo de matar a muerte – dijo Dean en tono asustado.

Sin más que hablar y hacer, Dean se dispuso a coger su mochila para poder salir de aquel lugar, pero unos murmullos comenzaron a escucharse...

- ¿Eso suena bien para ti? – pregunto a Sam. Un rayo cayó del cielo, impactando en la marca de Caín. El dolor atravesó el brazo de Dean, este lo sujetaba mientras trataba de no quejarse del dolor. La marca de Caín se ilumino y así como cayo el rayo, así ase fue.

Dean miro su brazo. En donde antes estaba una maldición, una marca, ahora no quedaba nada. Miro a Sam con ojos bien abiertos mientras este sonreía tras el éxito. Rowena después de todo había conseguido remover la marca del brazo de su hermano.

Dean se colocó su cacheta, y siguió a Sam al impala...

- Esto es bueno – dijo Sam con alegría – esto es bueno. La marca se ha ido de tu brazo. Nada loco está sucediendo. Y tienes a tu bebe de regreso... - Sam coloco las llaves del impala en las manos de Dean

- Si – respondió Dean aun sorprendido – estoy seguro de que todo está perfectamente bien.

Un trueno se escuchó en el cielo. Dean y Sam levantaron sus vistas para encontrarse con relámpagos rojos por el gran cielo celeste y soleado. Un rayo salió disparado a varios kilómetros de ellos, seguidos de varios rayos más.

- ¿Cómo le llamo la muerte a esto? – pregunto Sam cuando los rayos dejaron de caer.

- La oscuridad – le respondió Dean. El suelo se estremeció un poco, y de los hoyos que habían dejado los rayos en el suelo al caer, comenzó a salir humo negro.

El humo se reunió en una parcela a pocos kilómetros del restaurant, y esta iba incrementando de tamaño

- Entra al auto – ordeno Dean a Sam cuando vio que la negrura se aproximaba a ellos – ¡vamos! -grito para que Sam se diera prisa

Colocando las llaves en el impala, y dando marcha en reversa, el auto cayó en un poso. Dean aceleraba a todo gas para poder salir, pero el impala no avanzaba para ningún lado.

Los dos hermanos no tuvieron más opción que encerrarse bien en el impala y esperar... miraban con horror aquella negrura que cada vez estaba más cerca. Sam llamo a su hermano, pero este no respondió, y así, sin más.... La oscuridad los atrapo.



CONTINUARA.....

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