Papá por Accidente.

By Hariannejorgista

655K 28.8K 2.7K

Martina nunca pensó ser madre joven y soltera, menos tener gemelos idénticos. ¿Qué pasará cuando Jorge se ent... More

Papá por Accidente (Jortini)
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capítulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17.
Capitulo 18. Maratón 1/6
Capitulo 19. Maratón 2/6
Capitulo 20. Maratón 3/6
Capitulo 21. Maratón 4/6
Capitulo 22. Maratón 5/6
Capitulo 23. Maraton 6/6
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 28.
"Feliz día del Padre"
Capitulo 29.
Capitulo 30. Maratón 1/3.
Capitulo 31. Maratón 2/3.
Capitulo 32. Maratón 3/3.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Jorge - 7 años
Capítulo 39.
Capitulo 40.
Capitulo 41.
Capitulo 42.
Capitulo 43.
Capitulo 44.
Capitulo 45. Maraton 1/2
Capitulo 46. Maraton 2/2
Capitulo 47.
Capitulo 48.
Capitulo 49.
Fin
Epilogo.

Capitulo 50.

9.9K 353 36
By Hariannejorgista

MARTINA.

-Y es por eso Alice, que jamás tienes que hacerle caso a papá -sonreí al ver como la pequeña me miraba con atención.

-Paaaaapa -demonios.

-No le diré a nadie que dijiste papá primero que mamá -fruncí el ceño y Alice estiró sus brazos.

-Mama.

-Alice.

-Papo -fruncí el ceño y la tomé en brazos.

-Bueno, ahora que has entendido porqué no debes pedirle consejos a Papá, entremos.

Estaba lista. Cuatro días habían sido suficientes para pensar en todo lo que había pasado. A demás recibir las llamadas de Jorge todos los días me había superado. Lo mejor era venir a su casa y decirle a la cara que no quiero estar con él, oh, y llevarme a los gemelos, claro.

¿Mercedes?

No le he hablado desde hace dos días. Era mi amiga y me había escondido algo importante, yo jamás lo hice con ella.

-¡Alice! -escuché la voz de Xabiani y cómo tomaba a mi hija en sus brazos

.-Bueno... -susurré incómoda- Voy a entrar para buscar algo... yo...

-Claro, pasa.

-¿Y Alice? -pregunté.

-Yo cuidaré de ella -sonrió.

-Bien -susurré.

Caminé hasta la puerta y entré, no había nadie y agradecí eso. Sólo necesito empacar mis cosas, las de mis hijos e irme de este lugar. Nunca quise irme de la antigua casa, no debí haberlo hecho.

-Martina.

-¡Hey, pero si es mi mejor amiga! -chillé con sarcasmo.

-Sólo trataba de ayudar -gruñó Mercedes- Jorge tenía ganas de saber la verdad y yo quería ver su cara de idiota cuando la escuchara.

-¿Me ayudas a guardas mis cosas mientras hablamos? -pregunté.

Llegamos a la habitación que usaba junto a Jorge y un nudo se formó en mi garganta.

-No, tienes que bajar -dijo nerviosa.

-¿Y para qué? Mercedes, vengo a buscar unas cosas mías y de mis hijos que no tengo idea donde están, no tengo ganas de recorrer por última vez la que fue mi casa.

-¡Lo digo en serio, Martina! -exclamó- necesitas bajar.

-Vale, ¿Qué hay abajo? ¿Brad Pitt? -dije sin gracia.

-Ni te imaginas.

Juntas bajamos las escaleras y fruncí el ceño al ver todas esas rosas en el suelo. No las había visto cuando llegué pero desde aquí se podían ver bien.

-Mercedes, voy a matarte ¿Que es esto? -la miré pero obviamente ya no estaba a mi lado e iba en el último escalón, luego corrió hasta la cocina y yo quedé allí, de pie como una estúpida.

-¿Estás nerviosa tía Martina? -preguntó Francesca. Amaba cuando Francesca me decía tía, sonaba tierno.

-No ¿Por qué debería estarlo?

-Porque el tío Jorge te quiere mucho -sonrió.

Ay Dios mío, ella no tenía idea de lo que estaba diciendo.

-Oh... ¿Sabes dónde están los gemelos? –Francesca sonrió y miró hacia abajo.

Seguí su mirada y como siempre, casi muero.

Los gemelos estaban vestidos con la misma ropa, ambos iguales, no había ninguna diferencia y si no fuera porque los conozco hace 11 años no sabría cual es cual, de hecho, justo ahora, estoy dudando un poco.

­-¿Y Jorge?

-¡Tienes que bajar! -exclamó León emocionado.

Bajé las escaleras y me junté con ambos. Diego se tiró encima mío junto a León y creo que voy a explotar.

-Y ustedes tienen que ir a ordenar sus cosas, vamos a volver a la antigua casa -sonreí y esperé a que los gemelos también lo hicieran pero ellos sólo abrieron aún más los ojos.

-¿Por qué?

-Porque vamos a volver.

-Pero yo no quiero volver -susurró Diego.

-Ni yo -dijo también León.

-Está bien -forcé una risa y besé a ambos en las mejillas. Ya los veía rogando para que los dejara o ir conmigo. Esto era demasiado. Jamás pensé que mis propios hijos me dejarían sola.

-Martina...

-¡Lo que faltaba! -bufé. Ahora tenía a todos frente a mí.

-Tenemos que hablar.

-Curioso, creo que te dije lo mismo hace algunos días.

-Por favor -rogó caminando hacia mí.

-No, vine a decirte que me voy, y espero que sepas cuidar a los gemelos. Ellos se quieren quedar contigo y yo no haré nada -dije tranquila y di media vuelta para comenzar a subir las escaleras.

-¡Te preparé una cena! -exclamó.

-Pues cómetela.

-Es para ti -subió las pocas escaleras que habíamos subido y me abrazó.

Pero era inútil, ya no quería nada.

-No tengo hambre, gracias -me solté de su agarre y subí las escaleras con rapidez.

Entré a la habitación rogando a dios que Jorge se quedará abajo, aún sabiendo que era imposible. Jorge entró y puso seguro en la puerta.

-Martina...

-¿Gran idea tuya, no? Poner a los niños justo frente a nosotros para que yo quede como la mala de la historia al rechazarte. Felicidades, Jorge Blanco, estás siendo un gran hijo de puta igual que tu padre.

-No puedes decir eso -murmuró.

-¡Lo hice, y me sentí genial diciéndolo! -exclamé. Caminé al armario y abrí la maleta que estaba sobre la cama para comenzar a guardar todas mis cosas.

-Mierda, sé que arruiné todo pero tu hubieras hecho lo mismo -se sentó en la cama y llevó ambas manos a su rostro- No te vayas. Puedes quedarte aquí con los niños, me iré yo. Estaré más tranquilo al saber que están aquí.

-No creo haber dicho que me importe si estás tranquilo o no.

Jorge se levantó furioso y tomó cada una de mis manos llevándome a la pared. Y aquí estaba yo, nuevamente entre la pared y Jorge.

-Basta. Sé que hice mal en no explicarte pero si te mostrara la grabación entenderías.

-¿Qué grabación?

- Lo siento por lo de Ruggero pero quería y necesitaba saber que lo que me decía Mercedes era verdad. Te amo, joder te amo demasiado y no puedo permitir que lo nuestro se acabe por un inútil que sabe editar bien los sonidos. No me dejes, por favor. Te amo, te amo demasiado como para dejarte ir .

Escondió su rostro en mi cuello y olí el olor de su cabello. Me relajaba saber que estaba cerca de mi, porque me siento segura cuando lo está.

- Te amo mucho -volvió a susurrar sobre mi cuello.

Hice una mueca cuando un leve gemido se escuchó de mi boca. Es que su boca en mi cuello me encendía a mil.

- Eres mi vida, Martina. Tu y nuestros hijos, lamento por dudar de ti cariño -Seguía hablando sobre mi cuello- Te amo.

-Yo también te amo -susurré. Jorge levantó su rostro y lo acercó al mío para juntar nuestros labios. Rápidamente giré para que nuestros labios no se tocaran- pero no por eso te voy a perdonar lo que has hecho, no soy una puta y menos una interesada como tu dijiste. Lo siento Jorge, pero lo nuestro ya terminó.

-Pero tenemos tres hijos, ¿Qué pensarán ellos?

-Los gemelos ya saben lo que es tener padres separados y Alice es muy pequeña para entender. No voy a volver contigo Jorge.

-¿P-podemos cenar por última vez como una familia? -susurró.

-Siempre vamos a poder cenar juntos, Jorge. Sólo que ahora no dormiremos juntos y no habrán besos.

-¿Por qué renunciaste? -preguntó igual de cerca.

-Sería incómodo tener que verte todos los días -susurré.

-¿Tienes trabajo o...?

-Trabajaré con Max. Él me dio las mismas posibilidades que tú sobre lo de trabajar en casa siempre y cuando vaya dos veces a la semana, puedo llevar a Alice así que está bien.

-Max -susurró.

-Mi antiguo jefe Jorge.

-¡Jodido imbécil! -gruñó sacando su teléfono- ¿Conoces la voz de él por teléfono?

-Mh, sí.

"Mira en lo que se divierte tu noviecita, Blanco. Saliendo con chicos y hablando cosas con su mejor amiga... sería una pena que las grabaran, ¿verdad?" Luego la voz se apagaba y se escuchaba claramente nuestra conversación con Mercedes ese día."Estoy embarazada" esa era Mercedes, su voz sonaba apagada."Yo estoy con Jorge sólo por dinero y tuve hijos de él sólo para tener su gran fortuna en mi cuenta, porque amo el dinero y Alice sólo fue una forma de que no se fuera y se quedará junto a mí, también perdoné todo lo que ha hecho por su dinero, no porque lo ame."Luego se escuchaban ruidos raros y seguía."Entonces una noche, estoy seguro que haz hecho esto antes""Sí pero cuando lo hago yo elijo con quien hacerlo" Eso sonó totalmente estúpido. Ahora entendía el porque Jorge había reaccionado así. Entendía, pero no por eso lo iba a perdonar. No confió en mi y tampoco habló conmigo."Mira en lo que se divierte tu noviecita, Blanco. Saliendo con chicos y hablando cosas con su mejor amiga... sería una pena que las grabara, ¿verdad?" Se volvió a escuchar.

-Es Max -murmuré.

-¡Hijo de la gran puta! -exclamó Jorge - Me lo había dicho pero jamás. Creí que lo iba a hacer.

-¿Qué cosa? -pregunté confundida.

-Me dijo hace algunas semanas que él iba a lograr que nosotros nos separáramos porque el estuvo tratando de estar contigo por un buen tiempo y justo cuando lo estaba logrando aparecí yo y...

-No te creo.

-¡No lo hagas, pero ese idiota va a pagar caro esto! -se alejó de mi y desapareció por la puerta.

-¿Y la cena? -pregunté gritando.

No recibí respuesta.

Ay Jorge. No hagas nada malo, por favor.

***

-¡Jodido hombre! -gruñó Ruggero dando vueltas por toda la sala.

-Ya, cálmate -rió Xabiani dando un sorbo a su cerveza.

-¿Qué me calme? El muy idiota pide seguridad para esta casa y que un hombre esté con ellos siempre después de accidente con esa perra y,

-¿Qué accidente? -pregunté- y te agradecería que no dijeras más groserías.

-Lo siento -murmuró.

Miró a Xabiani y éste negó con la cabeza.

¿Qué me escondían ahora?

-¿Qué accidente, Ruggero? -pregunté otra vez.

-Yo...

-¿Xabi, de que hablan? -preguntó Mercedes igual de confundida que yo.

-Bebé, cállate.

-¿Qué me están ocultando? -gruñí dejando a Alice en el sofá. Los gemelos miraban atentos.

-Siempre tengo que meterme donde no me llaman -susurró molesto.-Dilo ahora, Ruggero.

-Megan estuvo persiguiendo a Jorge y los gemelos hace algunas semanas, estaba con un hombre alto y hemos estado averiguando cosas pero nada calza.

-¿Qué? ¿Por qué me ocultaron eso? -regañé a los gemelos.

-Está mintiendo mamá -dijo Diego nervioso.

-No lo hago -Ruggero frunció el ceño y comenzó una pelea con ambos niños.

-Genial, ¿Alguien que esconda otra cosa? -gruñí.

-Papá me compro una Xbox -dijo León.

-Ruggero quiero a Jorge aquí. ¡Que vuelva! Él y yo tendremos una sería conversación -tomé a Alice en brazos y juntas subimos las escaleras.

Mi teléfono comenzó a sonar y lo atendí de inmediato al ver el nombre de Jorge en la pantalla.

-¿Dónde te metiste? Ven ahora, Jorge -pedí.

-Amor -susurró.

-Sí, amor cariño lo que quieras pero ven.

-Martina...

-¿Mmh?

-Soy tu jefe otra vez.

-¿Qué? ¿Hay una posibilidad de que esté borracho?

-Le dije a Max que no lo iba a dejar en paz hasta que su empresa se acabara, nadie se puede meter con mi familia y se lo dejé claro.

-¿Y por eso eres mi jefe? -reí.-Compré todo lo de él.

-Maldita sea -susurré- ¿Estas bien?

-Sí -me callé un momento esperando la verdadera respuesta- no, me duelen los nudillos.

-¿Qué hiciste? -gruñí.

-Max necesitaba entender de alguna forma que...

-Ven a casa y hablaremos.

-Estoy llegando.

-Vale.

-Martina -susurró.

-¿Mmh?

-Te amo.

-Yo también, Blanco.

La llamada se cortó y giré mi rostro para ver a Alice con una sonrisa. Estaba jugando con una caja de colores y parecía feliz.

-Mama

Dios... era tan tierna que me hace querer apretar sus mejillas hasta reventarlas

- Papa.

-¿A quién quieres más? -dije riendo. Alice no entendería nada de lo que digo.

-Mama.

-Muy bien pequeña, muy bien.

***

-Aush -gimió Jorge.

Estaba limpiando con alcohol una de las muchas heridas que habían en sus nudillos. Ruggero, Xabiani, Mercedes y las gemelas se habían ido en cuanto estuvieron seguros de que Jorge estaba bien. Y vivo

-Déjalo así -gruñó apartando su mano.

-No, y tu eres el culpable por golpear a Max.

-¡Él me mandó la grabación! Estaba enojado... mejor dicho, lo estoy.

-Tú fuiste el idiota que lo creyó así que no tienes mucho de que admirarte.

-Martina.

-¿Qué?

-Te amo mucho.

-Yo también, ahora acuéstate y relaja la mano.

-Martina.

-¿Qué, Jorge?

-No te vayas.

-No me iré. Dormiré en la habitación de invitados.

-Martina.

-Dios mío, sólo di lo que tengas que decir, no repitas siempre mi nombre, ya sé como me llamó.

-Duerme conmigo.

-Eres un descarado -reí. Y me paré de la cama para caminar hasta mi armario. Agradecí no haberme llevado toda la ropa hace cinco días. Joder, no debería estar haciendo esto.

-Martina, ¿Dónde esta Pig? -preguntó Jorge.

-En mi casa -admití y cambie mi ropa rápidamente. Ow, sólo necesito relajarme unos días.

-Tienes que traerla -pidió. Caminé hasta la cama y me subí para besar la mejilla y desearle buenas noches.

-Buenas noches, Jorge.

-Duerme conmigo.

-No. Ya no estamos juntos.

-Prometo que no te tocaré, es sólo para saber que estás a mi lado -susurró.

-¿Ahora quieres que esté a tu lado? -reí- vale, pero habrán almohadas.

Sabía que dormir con él sin tocarlo o abrazarlo era simplemente imposible.

-Lo que sea -se apoyó en la cama y una mueca de dolor apareció en su rostro- mierda, duelen mucho -gruñó mirando su mano.

-Voy a ver a Alice -me paré de la cama.

-Martina.

-¿Qué?

-¿Puedes ver a los gemelos también? -pidió.

-No.

-Es sólo para ver sí ya están dormidos, no han dormido bien estos días -Mordí mí labio inferior imaginando a los gemelos sin poder dormir en la noche.

-¿Han ido a la escuela, verdad? - Jorge asintió y fui hacia la puerta.

¿Cómo puedo estar enojada con niños de 11 años? -y que son mis hijos-.Joder, estoy dolida pero más me importa el bienestar de mis hijos.

Alice estaba durmiendo cómodamente. Creo que después de todo sí extrañó su cómoda cuna. Luego entré al cuarto de León y me sorprendí al no ver a nadie. ¿Dónde estaba? La habitación de Diego estaba al lado de la de León así que fui.

¿Había alguna posibilidad de que estén durmiendo juntos?

Ellos odiaban dormir juntos si no es con alguien como Jorge o yo.

Los dos. Estaban los dos juntos. A pesar de que la cama es gigante León estaba pegado al cuerpo de Diego. Mis bebés, los había extrañado tanto. Me senté en la cama para poder mirarlos de cerca. ¿Por qué se había ido con Jorge? ¿Ya no me querían como antes? Diego de removió incómodo y León hizo una mueca mientras se daba vuelta, dándole la espalda a Diego.

Bueno... mañana será un buen día para hablar. Besé la mejilla de ambos con algo de dificultad y volví a mi habitación. ¿Mi habitación? Vale, la que era mía.

-¿Están dormidos?

-¿Se han acostado todos estos días en la misma cama?

-No, dormían conmigo.

Asentí. No me podía acostar. Porque se que sí lo hago estos cinco días serán olvidados. Que no valdrá la pena el enojo.

- Jorge no...

-Sólo duerme conmigo. Te amo y quiero estar contigo pero no voy a hacerte nada.

-Pero...

-Duerme aquí. Iré a la habitación de invitados -y antes de que pueda pensar en que responder Jorge no estaba en la cama. Se había ido.

***

3am

-Joder -susurré molesta. Aún no podía dormir y eso hace que esté molesta.

Extraño tener a alguien a mi lado. Estos días había dormido con Alice y aunque es pequeña yo la podía abrazar.

Jorge.

¿Es posible que aún lo extrañara? Pero vamos... sólo han pasado cinco días. Ahora que había escuchado la grabación le encuentro algo de sentido a su enojo, pero nada va a justificar el que no haya confiado en mí, y tampoco me dio el tiempo de explicarle. Pero lo extraño...Dios ¿Y sí voy a dormir con los gemelos? No, aún estoy un poco -casi nada molesta con ellos.

3:15am

Bien, estoy decidida. Iré a buscar a Jorge y dormiremos juntos. Aunque también podría estar con Alice, pero... yo quería a Jorge.

3:20am

Es el momento. ¿Por qué las piernas no me responden y sigo parada justo frente a la puerta de nuestra habitación? Bien. Haría esto. Entonces, cuando llevé mi mano hacia la puerta para poder abrirla. Se abrió con fuerzas y me alejé rápido. Jorge.

¡Estaba Jorge! Ay Dios.

No pude alejarme más cuando sus labios ya estaban sobre los míos. Y no quería alejarme. Sus manos cubrían mi rostro y las mías tocaban su pecho desnudo. Nos alejamos unos segundos para poder respirar pero al siguiente ya estábamos besándonos otra vez. Su lengua y la mis de encontraban de una forma malditamente caliente y yo ya estaba volando alto.

Sentí como pequeñas lágrimas caían a mis mejillas. Abrí los ojos, Jorge estaba llorando... y yo también.

-Perdóname -susurró- sé que no lo merezco pero te amo tanto, cariño.

No sabía que responder. Jorge dejó pequeños besos en mis mejillas.

Joder, era tan extraño verlo llorar. No lo veía llorar desde que encontró a su padre con la secretaria ¿Irónico, verdad? Apoyé mi rostro en su pecho y sé que no hay lugar en el cual yo esté mejor.

-Rompí tu tarjeta -murmuré. Su pecho olía muy bien.

-Lo sé, cariño.

-No me importa tu dinero.

-A mi tampoco me importa -rió.

-¡Jorge! -me alejé de él y tomé su rostro con cada una de mis manos. Mis dedos fueron directo a sus lágrimas y saqué cada rostro de ellas mientras las mías seguían cayendo.

-¿Entonces... me perdonas?

-No tendremos sexo por un largo tiempo.

-Pero, ¿Podemos hacer el amor, verdad? -bufé. Era tan imbécil.

-No, Jorge. Ningún acto íntimo entre nosotros.

-¿Por qué? -hizo pucheros y pensé en lo sinvergüenza que es.

-Es tu castigo. Atreverte a volver a decirme algo como eso. No te perdonaré algo parecido otra vez. Nunca más.

-Nunca más -susurró abrazándome.

-Te quiero -lo acerqué a mí. ¿Siempre ha estado con bóxers?

-Martina.

-¿Qué?

-Cásate conmigo.

Annelú.

Ahhhhhhh!!! Lloro!!! 

Continue Reading

You'll Also Like

16.5K 1.8K 10
Christian grey siempre vivió en una mentira, se caso con una mujer que parecía una dulce y tierna oveja pero en verdad era una zorra disfrazada , con...
216K 13.4K 75
Aprenderas a amarme humana, con cada celula de tu cuerpo, supiraras por mi, tu corazon se acelerara al verme, te pondras nerviosa cuando este muy cer...
257K 41.1K 35
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
29.2K 4.4K 117
Yun Lian fue atropellada por un automóvil, y por azares del destino renacio siendo la Tercera hija de Wen Ruahan. Y por si fuera poco hay un sistema...