Jay se asombró al ver las caras de sus amigos acusándolo de un robo.
- ¡Responde! - exclamó Evie exigiendo una respuesta.
- Yo no fui - respondió Jay nervioso - les prometo que eso no estaba ahí -
- Vamos a averiguarlo - dijo Mal, guardó el botón y salió de los vestidores, Evie y Ben la siguieron.
- ¿Crees que haya sido Jay? - preguntó Evie
- No lo sé E, ¿por qué lo haría? - era cierto que Jay robaba antes, pero dejó ese mal hábito.
- Tal vez quiere ir a ver a su papá - respondió Evie. Mal analizó la respuesta, podía ser una posibilidad de que haya querido ir a ver a su padre.
- Hubiera pedido permiso para ir a la Isla E, además, no se preocupa por su padre desde que está con Audrey.
- ¿Hablaban de mí? - preguntó Audrey, estaba detrás de ellos.
- ¿Jay sería capaz de robar algo? - preguntó Ben. Audrey levantó las cejas y se quedó pensando.
- ¿Por qué lo dicen? - preguntó
- Encontramos esto en su maletín - Mal le mostró el botón.
Audrey se asombró, no sabía qué decir.
- Él... ha cambiado - dijo dudosamente - creo -
Audrey se fue a dictar clases, sus alumnos la esperaban para hacer sabrosos cupcakes.
***
Franco abrió los ojos, ¿Dónde estaba?
- Estas bien, acabas de salir de una cirugía - dijo una chica bajita que se encontraba a su lado, parecía una enfermera.
No podía respirar por la nariz, solo por la boca, era una sensación muy extraña.
Ah, ya se acordó, estaba mal de la nariz, Esteban lo golpeó, el doctor lo operó inmediatamente.
- Lléveme a mi habitación - dijo Franco, todavía se sentía desubicado.
- Todavía no, esperemos a que te pase el efecto de la anestesia -
Franco intentó pararse, la enfermera lo detuvo, debía estar en reposo.
- Por favor, si alguien pregunta, me operaron mañana - Franco sabia que Majo se pondría muy triste si se enteraba que lo operaron antes de tiempo, y por una pelea.
Tocó la venda que estaba en su nariz, había cambiado por completo, ahora era más pequeña y respingada.