Tres manzanas mordidas

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La furia de Chad estalló, se sentía humillado. ¿Cómo su esposa se atrevía a decirle en frente de todos que no le gustaba ser Reina?
- Lonnie, hablemos afuera - fue lo único que pudo decir. Ambos salieron del comedor y empezaron a discutir. Un silencio incómodo se apoderó de el comedor, lo que hacía que escucharan más claramente la discusión.
Evie quería retirarse de la mesa, pero no podía, si lo hacía tendría que pasar por el pasillo y ahí estaba ocurriendo la discusión.
- Rica la ensalada de frutas - dijo Audrey intentando romper el incómodo silencio.
- Sí, está rica - respondió Ben, a él tampoco le gustaban los silencios incómodos, y peor aún, escuchar una pelea.
Pasaron unos minutos y se escucho que Lonnie y Chad habían dejado de discutir.
Evie aprovechó para pararse de la mesa e ir a terminar de alistarse.
- Con permiso - se retiró Evie, pero antes de salir del comedor, observó detalladamente el pasillo para no tener que chocarse con Lonnie y Chad. No, no estaban ahí, podía seguir tranquila.
Cuando llegó a su habitación, vio algo encima de su cama, era un paquete, por un momento pensó que había sido Doug quien se había tomado el tiempo para hacerle un regalo, pero su expresión en el rostro cambio por completo cuando vio de quién provenía el paquete.
Lo abrió, unas lagrimas salieron de sus ojos, eran collares.
"De la Reina Malvada para mis tres hermosas nietas"
Los collares no eran nada menos y nada más que unas manzanas mordidas, los tres collares tenían colores diferentes.
Evie recordó que cuando sus hijas habían nacido, La Reina Malvada también les había enviado tres collares idénticos a el de Evie, un corazón con una corona.
Sus hijas nunca se quitaban ese collar.
Evie quería darles esos collares a sus hijas, pero no podía.
Sería demasiado raro decirles mintiendo que esos collares son de parte de Blanca Nieves.
Así que tomó los collares y los guardo en un cajón especial para ella, un cajón con el espejo mágico y esos collares.

***

La pequeña Emma de Vil estaba encargada de asegurarse que todos sus compañeros fueran al hospital a visitar a Esteban y Franco. Irían esa misma tarde, pues al día siguiente saldrían del hospital.
Majo ya los había ido a visitar. Se sorprendió al ver a Franco con la nariz diferente, a Esteban con un yeso en el brazo, pero lo que las la sorprendió fue que Esteban estaba viendo novelas.
Todos en la preparatoria se enteraron de la tragedia.
Todos miraban mal a Majo en los Pasillos, le echaban la culpa.
Obviamente, ella se sentía terrible.
- Ahí está la causa problemas - escucho decir a una chica que la señalaba sin vergüenza.
Simplemente agachó la cabeza y siguió caminando.
- No es tan bonita como para que dos chicos se peleen por ella - dijo una porrista
Los rumores y críticas la estaban agotando.
- ¿Qué sucede? - preguntó Mal. Al parecer Majo no sabia disimular su enojo.
Majo le explicó lo que ocurría.

- ¡Hey! ¡Tú! - gritó Mal refiriéndose a la porrista - Sí, tú, porrista de segunda, ven para acá - la pobre porrista se sintió avergonzada, y como no tenía de otra, se acercó a la princesa.
Mal se estaba enojando, estaba saliéndose su lado Rotten to the core, tomó a la porrista por el cuello y la elevó, haciendo que todos voltearan a mirar.
- Con mi prima no te vuelvas a meter, ¿entendido? - la porrista asintió con la cabeza y Mal la bajó, el equipo de porristas dejaría de ser popular por un largo, largo tiempo.

Mejores Amigas- Evie y Mal 2  |Terminada|Där berättelser lever. Upptäck nu