Capítulo dedicado a:
******
Capítulo 30: Un mensaje de texto.
Cristián...
Los días que precedieron al desayuno que Helena y yo compartimos continuaron siendo realmente buenos. Pensé que ese día en particular se debía a que me había levantado del lado correcto de la cama, pero no; finalmente algo había cambiado en Helena para conmigo. Ella realmente estaba haciendo un esfuerzo para que nos lleváramos bien de nuevo y a pesar de que aún tenia sus momentos, todo comenzaba a marchar realmente bien.
Por otra parte, y al igual que ella, yo estaba haciendo un esfuerzo para no comenzar a ponerme muy intenso. Todo los días era una lucha interna demasiado dura para mi, siempre que la veía por las mañanas en mi cocina, debía contenerme para no correr hacia ella y abrazarla y decirle lo hermosa que había amanecido ese día.
En mi mente hacia eso cada mañana y también pasábamos la tarde abrazados, viendo películas y besándonos un montón, pero claro eso solo podía suceder en mente; porque había momentos en los que de verdad me convencía que Helena y yo solo podríamos llegar a ser buenos amigos y a pesar de todo, estaba bien con eso; prefería tenerla por siempre en mi vida de esa forma a no tenerla en absoluto y supongo que cuanta persona la conocía opinaba lo mismo acerca de ella.
Y es que cuando ella en verdad te da oportunidad de entrar en su vida, de realmente conocerla; te asombras de la cantidad de cosas que te estaba ocultando. Como su singular sentido del humor, o la manera en que puede llorar con gran sentimiento cuando le cuentas algo triste, o el darte cuenta que en verdad se desvive por mantener feliz a cada persona de su alrededor. Luego también descubres que tiene una manía por escuchar música todo el día, y que le gusta cantar con ella y que de hecho puede hacerlo y también baila mientras limpia. Además debatir con ella es toda una experiencia, tiene una gran pasión al defender sus creencias y es muy difícil que logres hacerla cambiar de opinión... Pero también, de repente, logras vislumbrar el otro lado de ella y te das cuenta que de que no logra ver la increíble persona que es... Te das cuenta que tiene un millón de inseguridades y es más frágil que una flor, pero al mismo tiempo es tan fuerte como el acero.
Y es así como hay momentos en que es imposible controlarme... Y es así también, que a cada momento posible que paso con ella, me enamoro un poco más.
-¿Qué es todo esto Cristián?-me pregunta saliendo de la casa con Emily en sus brazos, cuando escucha el alboroto que están haciendo los de la entrega. Y al igual que siempre que escucho mi nombre en sus labios, mi corazón late un poco más rápido.
-Esto-le respondo y me acerco a besar rápidamente la mejilla de Emily para luego tentar mi suerte y besar la de ella.-Es una sorpresa para ustedes dos.
-¿Para nosotras?-me pregunta con adorable confusión, mientras sus mejillas se tiñen de un ligero rosa.
-Sí-le respondo con emoción.-Pero antes de que sepas que es; tienes que elegir, ¿el patio o el porche?
-No lo sé-me responde con un gran sonrisa.-Como esperas que elija si no se de que se trata todo esto.
- Tú solo confiá en tu instinto Hels-le pido acercándome a ella.- No habrá error en lo que decidas, así que no tengas miedo.
-Ok, de acuerdo. En ese caso creo que elijo...El patio.
-Excelente elección-la alabo y la tomo por sus hombros.-Ahora vayan adentro y no se les ocurra espiar.
-Pero Cristián, ¿qué es todo esto?-me insiste riéndose, mientras la empujo hacia la casa.
-¿Confiás en mi Hels?-le pregunto en lugar de contestarle.
-Me gustaría no hacerlo, en verdad, pero lo hago-me responde y me lanza la mirada más sincera que he visto alguna vez en sus hermosos ojos.
-Entonces solo espera un poco-le pido cada vez más emocionado.
-De acuerdo-accede y se dirige hacia la casa mientras habla con Emily.-Vamos Em, esperemos adentro para ver la locura que va a cometer tu hermano esta vez.
Luego de que entra me apresuro con los chicos que trajeron las cosas y les indico como llegar al patio por el lateral de la casa. Ambos me sonríen con complicidad cuando les indico donde colocarlo y enseguida se ponen a trabajar con rapidez para asegurar las cosas en su lugar.
-Esto podría cargar a un elefante-me dice uno de los chicos, cuando terminan.-Ahora es seguro, para que su esposa y su hija puedan pasear aquí sin problemas.
-Ellas no son mi esposa ni mi hija-le respondo con rapidez sintiendo como mis mejillas se calientan un poco.-Solo son mi hermana y su niñera.
-Disculpe la estupidez de mi amigo-se disculpa enseguida el otro chico.-Disfrute de su compra.
-Muchas gracias- los despido y los miro marcharse antes de correr hacia la casa.
En cuanto entro me envuelve la música y la voz de Helena, esta cantando una canción de Taylor Swift, las cuales debo decir ya me sé completas debido a su aficcion a ella, y la verdad no pudo escoger una mejor; es una de las canciones que mejor describe lo que siento por ella; pero no se lo digan.
-This night is sparkling, don't you let it go. I'm wonderstruck, blushing all the way home. I'll spend forever wondering if you knew. I was enchanted to meet you -le esta cantando a Emy cuando logro vislumbrarla; y como contemplarla se ha vuelto una de mis mayores fascinaciones , me quedo ahí por una momento hasta que ella me ve.
-¡Rayos! Me asustaste. ¿Hace cuanto que estas aquí?-me pregunta mientras se pone una mano en el pecho.
-Lo suficiente para escuchar mi parte favorita de la canción... Pero si le dices a Erick que te dije esto, tendrás graves problemas.
-No te preocupes, no lo haré-me promete después de largar una carcajada.-Pero dime, ¿ya esta lista nuestra sorpresa?
-Sí-le respondo y me acerco a tomar a Emily de su silla alta.-Ven conmigo.
Entonces Helena con paso decidido se acerca a mi, por lo que me coloco tras de ella y le tapo los ojos con mi mano libre.
-¿Estás lista para esto?.
-Muy lista... Y pensar que odiaba tanto las sorpresas.
-¿Y que te hizo cambiar de opinión acerca de ellas?
-Solo digamos que te conocí-me responde y eso provoca que una gran sonrisa se instale en mi rostro.
Luego de eso nos dirigimos lentamente hacia el patio, hasta que quedamos frente al gran árbol que esta ahi.
-¿Ya casi?-me pregunta sonando cada vez mas impaciente.
-Sí... Uno, dos, ¡Tres!-exclamo y quito mi mano de los ojos de Helena.
-¡Oh, por Dios!-exclama ella y se escucha un poco sin aliento.-¿En verdad no puedo creer que hayas hecho esto? ¿Cómo supiste que lo quería?
-Te escuché diciéndoselo a Emily el otro día. Le contabas que uno de tus lugares favoritos era tu columpio del porche y escuche que la llevarías allá, pero como sé que Emy también se va encariñar con el y después no podremos sacarla de ahí, preferí comprarte uno para que no tengas que ir hasta allá y vayas a cruzarte con tu hermana.
-Gracias-me agradece y veo como sus ojos se vuelven acuosos.- Es uno de los mejores regalos que me han hecho.
-No tienes nada que agradecerme.
-No, si tengo que hacerlo, eres en verdad increíble... Gracias-me reitera y entonces sorpresiva mente me abraza y me da un ligero beso en la mejilla, antes de tomar a Emily en sus brazos y sentarse sobre el columpio.
En ese justo momento las palabras del chico resuenan de nuevo en mi cabeza: "Ahora es seguro, para que su esposa y su hija pueden pasear aquí sin problemas."
Y lo más aterrador de todo es que realmente puedo imaginarme la escena, con Helena embarazada y con una niña muy similar a Emily sentada a su lado.
-¿Cristián? ¿Estás bien? Te pusiste pálido de repente-me pregunta Helena con el ceño fruncido.
-Sí, solo necesito hacer una llamada-le respondo y me alejo de ella, ya que de repente me falta el aire.
-¿Erict?-pregunto una vez que contesta la llamada, no muy seguro de haber marcado el número correcto.
-¿Cristián?-me pregunta de regreso la voz de mi amigo.-¿Qué pasa? Te escuchas mal.
-Es que estoy mal-le respondo y me alejo más de Helena.-Encuentrame en el bar de siempre en cuanto puedas.
-Pero Cris...-comienza a decirme, pero en lugar de responderle le cuelgo y apago mi teléfono y sin decir una palabra me adentro en la casa y salgo apresurado hacia mi coche.
*********
Erick...
Una media hora después de que Cristián me llamo, finalmente soy capaz de llegar al bar. Entro corriendo y comienzo a buscarlo con desesperación.
Este bar era el que más frecuentábamos antes de la muerte de su padre y debe haberle pasado algo muy grave para que se haya atrevido a volver a este lugar.
Luego de un momento, finalmente lo vislumbro en la barra, así que me apresuro hacia él.
-¿Cristián?
-¡Amigo!-exclama felizmente y me abraza, provocando que el fuerte olor de su aliento inunde mis fosas nasales. -¡Que bueno que viniste! Vamos, tómate un trago conmigo.
-Dios, Cristián. ¿Cuánto has bebido?-le pregunto alejándolo de mi.
-Demasiado, desde que llego hace una media hora a bebido whisky como si fuera agua-me responde el barman acercándose con otro whisky en las manos.
-¿Y por qué permitiste que tomara tanto?-le pregunto enojado mientras Cristián intenta abrazarme de nuevo.
-Mi trabajo es servir los tragos, no controlar el número que toman-me responde como si viera esta situación todos los días, y quizás si lo hace.
-Vamos Cristián, vayámonos de aquí, te llevaré a tu casa-le digo una vez que el barman se aleja.
-No quiero ir a ese sitio, ahí esta ella y esta jugando con mi mente y no me gusta que juegue con mi mente-me dice o eso es mas o menos lo que le entiendo ya que esta comenzando a trabarsele la lengua.
-¿Quién esta jugando con tu mente?-le pregunto mientras lanzo unos billetes a la barra y trato evitar que caiga al suelo.
-Helena, Helena, Helenaaaaa...-intenta cantar subiendo un poco de tono cada vez que dice su nombre. -Ja, ja, ja. Su nombre se escucha gracioso así, ¿no lo crees?
-Si, si; lo que digas. Pero vayámonos de aquí de una vez.
-Pero, es que no quiero irme de aquí. El whisky hace un excelente trabajo para hacerme olvidar las cosas que no quiero recordar.
-Como si tuvieras muchas cosas que olvidar-le digo mientras continuo arrastrándolo hacia mi coche.
-Sip-me dice antes de que el hipo se apodere de él.-Para empezar quiero olvidar su nombre. En verdad estoy comenzando a odiar su nombre, prácticamente puedo verlo hasta en mi sopa y eso es frustrante.
-Ttu no podrías odiar a esa chica ni aunque te pagaran por hacerlo-le digo mientras finalmente llegamos al coche.
-¡No!-exclama fuertemente mientras vuelve a perder el equilibro, por lo que tengo que atraparlo de nuevo.-Yo debo odiarla porque ella es mala conmigo, ella no me quiere... No puedo hacer que me quiera y yo la quiero mucho, ¿sabes? La quiero como una papa quiere a la ketchup, la quiero como el cereal ama a la leche, la quiero como...
-Si, si, si; ya entendí como la quieres-lo interrumpo obligandolo a sentarse en el asiento del copiloto.
-¡No!-exclama fuertemente otra vez.- Tú no entiendes como la quiero, porque tú nunca has querido así.
-¿Y tu cómo estas tan seguro de ello?-le pregunto mientras finalmente arranco el coche y me dirijo hacia su casa.
-Porque nadie puede querer como yo la quiero y punto-me responde y luego se cruza de brazos como un chiquillo testarudo.
Luego de eso se queda callado por unos minutos solo observando la ventana, llego a creer que pudo haberse quedado dormido; pero entonces, de repente cuando me detengo en un alto, baja la ventana y saca medio cuerpo por ahí.
-¡Oigan chicas! ¡Chicas!-comienza a gritarles a un par de chicas que viajan en el auto de al lado- ¿Podrían hacerme un favor?
-¡Cristián! ¿Qué rayos crees que estas haciendo?- le pregunto mientras comienzo a tironear su camisa para que regrese a su lugar.
-¡Shhh, déjame!-me pide mientras regresa su atención a las chicas del carro continuó, que lo miran como si se hubiera escapado de un manicomio.-Necesito que le digan a la chica que me vuelve loco cuanto la quiero. Porque ella no me cree a mi, quizás si ustedes se lo dicen ella me creerá. Solo esperen que consiga algo para darles su numero y así puedan llamarla.
-¿Te estas volviendo loco o qué?-le pregunto golpeándolo en la cabeza mientras busca en la guantera.-No puedes ir por el mundo dándole el número de Helena a desconocidos.
-¿Y por qué no?-me pregunta desafiante.-Ellas van a ayudarme y entonces Helena finalmente me dirá que también me ama.
-Ella no va a decirte eso y mucho menos si un par de chicas extrañas la llaman y le dicen que tu si la amas-le respondo y vuelvo a jalonar su camisa para que no salga de nuevo por la ventana.
-Dejame Erick, debo darles el número a la chicas. ¡Chicas!-grita una vez que según él a escrito el número de Helena en la hoja, aunque desde donde lo veo solo parecen un montón de extraños garabatos.-Ella va a amar esto, pensara que es súper romántico. ¡Chicas!
Grita de nuevo y las chicas lo miran otra vez como si fuera un psicópata que esta por atacarlas. Mientras forcejeo con Cristián de nuevo, finalmente el semáforo se pone en verde y las chicas del coche aceleran rápidamente, como si su vida dependiera de ello.
-¿Ya viste lo que hiciste? Ahora Helena nunca sabrá que la amo-me dice y se pone a llorar.
-¿Qué rayos ha hecho esta chica contigo?-le pregunto, pero el sigue llorando con el mayor sentimiento del mundo, hasta que me estaciono fuera de su casa.
-Vamos amigo, sal de coche-le pido cuando le abro la puerta.
-No, porque ella esta ahí y me va a mirar y entonces la voy a querer besar y no voy a poder y me va a volver a doler aquí-me dice golpeándose el pecho.
-Ya no esta aquí, así que apúrate si no quieres que te vea en este estado-lo apresuro, sin realmente saber si Helena ya se marcho a su casa.- Además tu mamá ya esta en casa.
-Mamààà va a estar tan enojada conmigo-dice mientras lo cargo fuera del auto.
-¿Qué rayos paso aquí?-me pregunta la señora Dana cuando finalmente logro entrar con Cristián a la casa, mientras canta una canción de Taylor Swift.
-Se emborracho hasta casi perder el sentido-le cuento dejándolo caer en el sillón.- Si me hubiera tardado un poco más en llegar, habría tenido que arrastrarlo hasta aquí.
-Pero, ¿qué fue lo que paso?-me pregunta con urgencia la señora Dana mientras toma el rostro de Cristián en sus manos para verlo mejor.-Hace mucho que él no toma de esta forma.
-No lo sé, no quiso decírmelo cuando me llamó, pero se escuchaba bastante alterado.
-¡Yo les diré que paso!-exclama de repente interrumpiendo la canción que cantaba.-Lo que paso es que Helena va a tener un hijo mio.
-¡¿Qué?!-exclamamos su madre y yo con fuerza mientras él intenta ponerse de pie.
-Bueno...-se rectifica dudando, mientras intenta mantenerse en pie, ayudándose con el respaldo del sillón. -No va tener exactamente un hijo mio, por ahora... Eso me recuerda que debo decirle lo que siento. ¡Helena! ¡Helena!
Comienza a gritar mientras se dirige con pasos temblorosos hacia las escaleras.
-¿Qué rayos esta pasando con mi hijo?-pregunta la señora Dana, mientras observamos a Cristián que sigue llamando a Helena.
-Esta enamorado-le respondo mientras lo observamos regresar hacia el sillón.
-¿Ya se marcho Helena?
-Sí, se fue hace un rato, no sé donde pueda estar ahora-le responde su mamá un mirándolo con algo de miedo e incredulidad.
-Pues yo si se que puede estar haciendo-nos interrumpe Cristián dejándose caer de nuevo en el sillón.- Si cuando llego a su casa su mamá estaba trabajando ahí se quedo con ella para ayudarle; y si no, se marcho directo a su cuarto, escogió un libro de los que le regale y esta sentada en su balcón leyendo justo ahora. Y no, no la espió, les juro que ella me lo contó.
-No sé si reírme o preocuparme por el estado en el que se encuentra-me admite la señora Dana mientras Cristián comienza a cantar de nuevo.
-Y eso que no vio lo que quiso hacer mientras veníamos hacia acá.
-¿Qué hizo?
-Estuvo a punto de darle el numer...-comienzo a responderle pero me interrumpo bruscamente cuando escuchamos que Cristián grita de nuevo el nombre de Helena.
-¡Helena! ¡Helena!-esta gritando mientras intenta caminar hacia su casa.
-Helena va a verlo, no lo permitas-me ruega la señora Dana mientras ambos nos apresuramos hacia él.- No quiero que la asuste de nuevo y en este estado definitivamente lo hara.
-Vamos Cristián, controlate, vas a meter la pata-le pido mientras lo arrastro de nuevo al interior de la casa.
-Solo quiero decirle que la quiero, ¿por qué no me dejas?-me pregunta y su voz se escucha entrecortada de nuevo.-Estoy cansado de quedarme callado, cansando de no poder tenerla entre mis brazos, necesito decirle que la quiero.
-Cariño, mirame-le pide la señora Dana mientras toma su rostro y lo obliga a mirarla.-Si tu haces eso, la vamos a perder y nunca va a volver, y no creo que quieras que eso pase.
-No-le responde Cristián y finalmente siento que deja de intentar marcharse.- En eso tienes razón.
-Algún día podrás decírselo, pero ahora no es el momento y menos en el estado que te encuentras, ¿por qué no mejor vas a descansar un poco?-le sugiere su mamá mientras nos adentramos completamente en la casa.
-Esta bien, subiré a mi cuarto-nos dice y comienza a caminar hacia las escaleras mientras escuchamos que Emily comienza a llorar en la cocina, por lo que la señora Dana y yo nos apresuramos hacia ella.
- Aún tengo miedo que vaya a cometer una estupidez-se lamenta la señora Dana mientras abraza a Emily.
-Yo no lo creo-le digo mientras niego con la cabeza.-Pero si la deja más tranquila, puedo obligarlo a que tome un baño con agua fría y a que se tome un café.
-Te agradecería demasiado que me ayudaras con eso.
-No sé preocupe, no es problema para mi, enseguida regreso-le aseguro e inmediatamente me apresuro hacia las escaleras, solo para encontrarme a Cristián, que esta sentado en las escaleras con su celular en sus manos.
-¿Cristián? ¿Qué rayos estas haciendo?-le pregunto e inmediatamente me da una mirada asustada y trata de esconder su celular.
-Nada-me responde como un niño asustado.
-Dame el celular-le pido mientras me le acerco rápidamente.
-¡No!-exclama de inmediato y se pone de pie.-Es mío y no te lo daré.
-Vamos Cristián, dame el celular, solo quiero evitar que cometas una estupidez.
-No te lo daré-me insiste y entonces me lanzo hacia él para quitárselo.
-No voy a dártelo, quitate de encima.
-¡Cristián! Deja de actuar como un niño y dame el celular.
-¡No!
-Mira ahí esta Helena-le invento para que se distraiga un momento.
-¿Dónde?-me pregunta con urgencia olvidándose completamente del celular.
-En su casa-le respondo una vez que logro arrebatarle el celular.
-Eres malo, voy a hacer que Sierra termine contigo.
-Tu no podrás ha...-comienzo a decirle cuando finalmente logro desbloquear su celular, solo para encontrarme que acaba de enviarle un gran mensaje a Helena, y cuando digo "gran"; me refiero a en verdad grande.
*********************************************