La princesa Mal entro a ese castillo, la señora que la había atendido no parecía tan mala, de hecho, Mal sospechaba saber quién era. El otro día estaba leyendo en la biblioteca acerca de Blanca Nieves, y ella parecía ser la Reina Malvada pero no se atrevió a preguntarle, lo raro era que Evie tenía un collar idéntico, y según lo que había escuchado, Evie era ¿hermana? ¿Hermanastra? De Blanca Nieves.
-Quieres un croissant?- preguntó la señora ofreciéndole una bandeja con croissants que no estaban en buen estado, de hecho, se parecían a los croissants que había desayunado en el castillo hace tres días.
-Ehhh, no, gracias- dijo Mal mirando la bandeja fijamente
-Ahora dime, qué haces aquí?- preguntó la señora dejando la bandeja de croissants en una mesa
-No lo sé, y necesito salir- respondió Mal mirando el anillo que sus padres le habían regalado
-Ay querida- dijo mirándola nostálgicamente- no hay salida
-Pero... Necesito salir- insistió Mal
-Dicelo a tu padre, el no nos deja salir-
-Le puedo hacer una pregunta?- dijo Mal mirando el collar que esa señora tenía, era un corazón con una Corona ¿partida?
-Pregúntame- dijo la señora mientras se sentaba en un sofá
-Usted... Quién es?-
-Soy- hizo una pausa y suspiro- yo soy la Reina Malvada
Todo daba vueltas en la cabeza de Mal, todo tenía sentido, o al menos eso creía, Evie, parecía ser la hija de la reina malvada, sus mejores amigas eran las nietas de la Reina Malvada, Doug era el hijo de Tontin, su novio Leo era el nieto de Blanca Nieves! Claro! Ahora todo tenía sentido!
Pero ¿Quién era la madre de Mal-Igna?
Tenía miedo de no poder salir de la Isla, de quedarse ahí para siempre.
Sabía que sus padres la estarían buscando, ese día había quedado de almorzar con Majo Mafe y Melissa, seguramente estaban preocupados.
Se quedó en silencio pensando, hasta que la Reina Malvada interrumpió sus pensamientos...
-Evie es mi hija- dijo mientras una lagrima resbalaba de su mejilla
-Sabía que tiene nietas?- preguntó Mal con una sonrisa chueca
-Si, lo vi en las noticias de Auradon- respondió secándose una lagrima- Como Son ellas?- preguntó
-Son trillizas, Mafe, Melissa y Majo- hizo una pausa- son mis mejores amigas, las mejores personas que he conocido, son idénticas a Evie-
-Tienen el cabello azul?- preguntó sonriendo con la mirada perdida
-Si, bueno, Melissa tiene el cabello negro con mechones azules y sus puntas azules, pero si tienen el cabello azul en general, más azul que negro-
-Me encantaría conocerlas-
Mal solo sonrió ante ese comentario, pero se dio cuenta de algo, los villanos en la isla solo querían un final feliz, pero estaban ahí encerrados.
Mal sacó su celular, no había señal, no había wi-fi, no había manera de comunicarse con Auradon.
Queria preguntarle a la Reina Malcada acerca de su abuela, pero tenía miedo de saberlo, todo el mundo se lo ocultaba, ¿En serio quería saberlo?
Entro a su galería de fotos, fotos de ella, fotos con sus padres, fotos de sus mejores amigas..
-Ellas son- dijo Mal pasándole el celular- ahí estábamos en mi cuarto
-Son, hermosas- se podía ver la alegría en el rostro de la Reina Malvada, estaba orgullosa de ser abuela.
-Usted sabe- Mal hizo una pausa antes de continuar- Usted sabe quién es ...
-Tu abuela?- dijo la Reina Malvada
-Si- dijo agachando la mirada
-Tu abuela es ... Malefica-
Mal se puso pálida, ahora todo tenía más sentido, ya entendía porque Audrey bromeaba tanto con su madre, ya entendía porque April le dijo que era idéntica a Malefica, ya entendía porque Malefica se apareció en Auradon, ya entendía por qué estaba en la Isla.
Ya entendía por qué dijo "magia oscura", ya entendía por qué su madre no usaba ese hermoso libro de hechizos que siempre ocultaba, ya entendía todo
Ya entendía por qué su madre siempre le decía que fuera una chica buena, que nunca hiciera cosas malas, que no fuera Malvada, ya todo tenía sentido.
Le dolía la cabeza de tanto pensar, golpearon la puerta de ese castillo, se oía la voz de Malefica gritando
-Abre la puerta Reina, sé que aquí está la princesita de Auradon- gritaba golpeando la puerta con cada vez más fuerza
-Escóndete en el segundo piso, en el cuarto de Evie- dijo la Reina Malvada señalando las escaleras
Mal subió, vio un cuarto como de una princesa, supuso que ese era el cuarto de Evie, entró y cerró la puerta con llave, se resbaló detrás de la puerta y empezó a llorar.