Melissa estaba golpeando la puerta del baño, su hermana llevaba bañándose más de dos horas, literal, y ella tenía que estar lista, Santiago le había dicho que se encontrarían para "estudiar" pero todos sabían que esas juntas para "estudiar" terminaban siendo citas románticas, hasta su madre se lo había contado. Melissa se sentía nerviosa, no sabia como decirle a sus hermanas que había conocido a un chico. Su madre gritaría de la emoción si se enteraba, pero Melissa podía hacerlo sola.
Nadie sabía que Melissa se estaba enamorando, nadie sabía que Santiago se estaba enamorando.
-Sal del baño Mafe- dijo golpeando la puerta por décima novena vez.
Sus nervios no podían notarse más, estaba arreglada como nunca, pese a que todos los días se arreglan, esta vez era mucho más de lo normal. Llegó su prima a su habitación y mientras hablaba con ellas solo veía a Majo y a Mal charlando y gritando de emoción, la verdad Melissa estaba demasiado pensativa como para prestar atención.
-No te parece emocionante?- preguntó Mal con una sonrisa de oreja a oreja
-Ah, sí, seguro- respondió Melissa fingiendo prestar atención
Ellas siguieron hablando mientras Melissa golpeaba la puerta del baño con más intensidad.
-Necesito sacar más maquillaje- repetía golpeando la puerta
Después de insistir media hora más, al fin Mafe salió del baño lista, con el cabello seco y planchado algo no común en ellas que tenían el cabello ondulado pero se veían bonitas con el cabello planchado.
Melissa entró al baño y empezó a ponerse brillo y rubor, una y otra vez.
En serio estaba enamorada de Santiago, pero ¿como explicarlo?, era algo complicado.
Melissa salió del baño y vio que seguían ahí sus hermanas y su prima hablando y riendo, ella se despidió y salió rápidamente a la biblioteca, con un hermoso vestido azul, sus medias negras, sus botas, su cabello negro con puntas y algunos mechones azules, sus rulos, sus ojos grandes color miel, sus labios rosados, su nariz respingada y su perfecta y blanca sonrisa, estaba divina.
Santiago al verla no pudo evitar sonreír, era la chica de sus sueños, es la chica perfecta.
-Hola- saludó Melissa sonriendo
-Hola, te ves... Linda- dijo Santiago mientras admiraba la belleza de Melissa
-Gracias- respondió mientras sentía como se sonrojaba
Estudiaron, pero muy poco, terminaron charlando, riendo en la biblioteca; lo que hizo que la bibliotecaria los votara de ahí, se dirigieron al patio principal, estaba vacío, al parecer todos tenían clase.
Se sentaron en una mesa y empezaron a acercarse... Melissa se sentía demasiado nerviosa, sería su primer beso, podía sentir la respiración de Santiago... Hubiera sido su primer beso, si su padre Doug no se hubiera aparecido a interrumpir
-Que pasa aquí?- interrumpió Doug
-Papá, puedo explicarlo- dijo Melissa parándose de la silla
-Al castillo Melissa! Estas castigada!- exclamó Doug levantando la voz
-Pero papá...- se quejó Melissa
-Pero nada! Andando- dijo jalando del brazo a Melissa
En ese momento Santiago se quedó mudo, no sabia como reaccionar, por su culpa Melissa estaba castigada, tal vez nunca más "estudiarían" juntos.
Vió como Doug se alejaba jalando del brazo de Melissa y ella se quejaba.
Debía hacer algo para solucionarlo, y tenía un plan, se paró de la silla y se dirigió al aula de química inicial, debía hablar con la profesora Evie.