Cold Coffee - Ed Sheeran
[Comiencen a oír la canción cuando vean los versos]
-No sabía que la nueva moda fuera correr con vaqueros, ¿Qué tal el footing mañanero?-un curioso Louis me preguntó, mierda.
Llevaba corriendo desde que había abandonado el piso debido a un ataque de nervios. ¿Cómo pasó? Tan solo diré que pienso demasiado.
-Bueno, no sé qué decir.-contesté aun falta de aire por la carrera mientras que reía algo incómoda. Louis fue el único que no me vio ayer por lo tanto no quiero que se entere de lo que acabo de hacer, madurez para quién la quiera, ¿habré retrocedido en el tiempo?
-Parece que no hayas pegado ojo, ¿desde qué hora llevas despierta?-cuestionó
-A partir de las cuatro y algo, creo.-me puse a recordar. Realmente había dormido algo pero no mucho, nos terminamos por ir a dormir cerca de la una.
Podría calificar la noche anterior de extraña, un poco melancólica y hasta trazos de terror. Tras recoger lo que quedaba de Thomas en aquel puente nos fuimos a su apartamento, al cual yo entré completamente aterrada, no por el hecho de si se creaba ''la situación'', porque seamos honestos, Thomas estaba en aquellos momentos para el arrastre. Mi miedo era no poder controlar la situación.
¿Y si rompía a llorar?
¿Y si le daba un ataque de ansiedad?
¿Y si comenzaba a emborracharse otra vez?
Cualquier cosa se puede esperar de alguien al cual le han roto el corazón, y aquello era lo que me aterraba. Él me había visto en esa situación más de una vez, pero ahora las tornas cambiaban y yo no sabía si podría cuidar de él. Y con ello no quiero decir que ya tenga que haber un lazo sentimental, ¿qué persona en su sano juicio no ha calmado a alguien deprimido?, esa era la cuestión. La gran mayoría de humanos somos sensibles ante el sufrimiento de otros, era tan simple como eso.
-Así que, ¿noche movidita?-dijo esta vez con cierto tono descarado
-No lo creo.-reí
-No ahora en serio, explícame que ha pasado, no tienes buena cara.-pronunció con un tono sereno y suave, algo que en lo poco que había vivido, era impropio de él.
-¿Tiene que ser en hall?-dije algo avergonzada
-Oh dios no me he dado cuenta.-se sorprendió para luego reír levemente.-ven vayamos a un sitio más discreto.-siguió pasándome un brazo por los hombros, tratando de reconfortarme algo.-supongo que no habrás desayunado, ¿cierto?-asentí.-bien vayamos a un reservado anda.-finalizó en tono suave
***
Nos dirigimos a una habitación que, según Louis, era el área de descanso de los empleados de aquella planta, pero que nadie solía frecuentar normalmente debido a que siempre se encontraban ocupados, tan solo se había hecho para cumplir las normativas y llevar todo en orden ante la Ley.
Para despejarme, o distraerme, según como se vea, Louis me había contando la historia del hotel, como había pasado de generación en generación durante más de doscientos años, las veces que tuvo que estar inhabilitado debido a las reformas, como se manejaba interiormente, y algunos mitos o secretos de la instalación. Según él, todo gran edificio debe tener sus misterios, sean reales o no.
A decir verdad, en el fondo Louis era alguien bastante tranquilo y agradable. A pesar de poseer esa voz tan aguda y estar siempre riendo o metiéndose con alguien, era alguien cariñoso. Se podía notar en la forma en la que sonreía, o como trataba con delicadeza cuando sabía que la situación no era muy estable, como ahora mismo. En ningún momento había vuelto a cuestionar que había ocurrido y muy en el fondo lo agradecía, más de lo que él imaginase. Mi cabeza era una olla a presión que no podía contenerse más y aquello me estaba provocando una jaqueca importante.
-Bien Helena, ahora mismo son las ocho y cuarto de la mañana, ¿Qué quieres hacer?-preguntó después de una breve pausa que había sucedido a una charla de deportes, concretamente de las Olimpiadas. Había estado contándome lo increíble que habían sido y como la ciudad se había volcado completamente con el acto.
-¿Cómo?
-Que qué quieres hacer.-dijo sencillo encogiéndose de hombros.
De repente, saltó literalmente de la butaca.
-¡Ni habrás la boca, ya lo tengo!-sonrió.- créeme no verás cosa más bonita en el mundo, bueno obviamente después de mi.-rió su diva interior.-levántate mujer tenemos que tomar el metro.-insistió
-¿A dónde vamos?-cuestioné
-A un lugar que se convertirá en tu favorito, confía en mí, estoy seguro de que aun no habrás estado allí.-contestó.-además visitaremos a mi tío.-esto último creo que lo dijo para sí mismo en voz alta.
-Está bien, ¡vayamos entonces!-dije ilusionada, debía reconocer que desde pequeña había sido toda una aventurera y aquello olía a ello.
***
-Louis
-Louis
-Louis
-¡Louis!-terminé por medio gritar, no quería levantar la voz en el metro
El susodicho había quedado k.o nada más entrar al transporte, al parecer había estado de turno nocturno.
-Mmm ¿qué?-preguntó somnoliento
-Acabamos de salir de Londres, ¿dónde se supone que vamos? Pensaba que te referías a algo dentro de la ciudad.
-Oh bueno, en verdad vamos a una ciudad cercana y muy, muy famosa créeme te gustará no te preocupes, intenta dormir algo, cuando lleguemos allí el metro no tiene más paradas así que si no nos despertamos, nos despertaran.-rió con voz suave y algo ronca debido que aun estaba medio dormido. No sabía a dónde íbamos y aquello me asustaba un poco para ser sinceros, pero supongo que lo único que podía hacer en este momento era depositar mi confianza en él.
***
-¡Bienvenida a Oxford! La ciudad de los libros, universitarios y amantes del aprendizaje.-pronunció en alto al salir de la boca del metro.-y donde al parecer, nada más que existe el otoño.-rió con esto último.
Para ser finales de Agosto, la ciudad ya vestía un traje ocre y amarillo, mientras que las aceras eran sustituidas por hojas y hojas que creaban un nuevo sendero. Se podía respirar la humedad, oler el leve rocío que aun quedaba en los pequeños pastos y ver a la gente paseando tranquilamente en los últimos días antes de volver a clase, o al trabajo.
-Vaya Louis esto es precioso.-dije anonadada mirando todo mi alrededor
La realidad siempre superaba a las fotos, y esta no era una excepción.
-Pues si te mueves en vez de quedarte hecha una estatua te enseño la universidad, vamos, ¡Tenemos mucho que ver!
Mis siguientes horas se basaron en una ruta turística con un guía personal, con quién recorrí tales lares como el Museo de Historia Natural, el Museo Pitt Rivers, en el cual me contó que se perdió con seis años, y pudo llamar por megafonía a su tío que era quién le acompañaba en el momento. Al parecer y por todo lo que me hablaba, fue mayor mente criado por él debido a que su padre biológico estaba demasiado ocupado con la dirección del hotel, por lo que considera a su tío su verdadero padre. También concurrimos la famosa Biblioteca Bodleiana donde nos quedamos por horas admirando el recinto, leyendo y charlando sobre que aquel lugar había sido parte del rodaje de una de las películas de la famosísima saga de magia, Harry Potter; por supuesto, todo ello después de haber comido con su tío quién nos esperaba en un pequeño restaurante que dirigía, al parecer toda la familia era dada a poseer un negocio. Después de ello tuvimos que pasar casi obligatoriamente por la casa donde vivía, ya que decía que si no iba a ver a su tía le mataría, no literalmente. Anne, su tía, había sido prácticamente la madre que nunca tuvo, ya que Sarah, su madre biológica, murió al darle a luz, y su padre fue incapaz de volver a casarse con alguien, tan solo se centró en su trabajo, casi olvidando al hijo que aquella mujer a la que siempre amaría, le había dado. A pesar de todo ello, Louis era una persona formidable y fuerte, ya que por suerte, tuvo a sus tíos que le dieron todo ese cariño y la confianza que necesitaría para enfrentarse al mundo cualquier día, tal como hoy por ejemplo. Me sorprendía la facilidad con la que me había contado toda su historia, como si realmente no estuviera apenado o fuera algo que le llevase directo a una tristeza de por vida.
Ahora nos encontrábamos en el jardín botánico de la universidad, sentados en un banco, yo con un café latte en las manos, y Louis con su vieja guitarra afinándola, ya que me había dicho que quería llevársela a Londres ya que era algo con lo que desahogarse cuando se encontraba estresado o triste. Simplemente me sorprendía que con tan solo veinte años ya supiera tanto de la vida y fuera tan sumamente maduro.
Un silencio totalmente cómodo llevaba sentado entre nosotros por minutos, y ninguno se sentía incómodo por echarlo.
-Creo que ya está.-anunció con una pequeña sonrisa
-¿Podrías tocar algo para mí?-pregunté con la boca pequeña
Siempre había amado ver a la gente haciendo aquello que aman, aquello que les llenan, e intuía que la música era lo que le completaba.
-Claro.-dijo sin preocupación.-aunque llevo tiempo sin tocar y quizás me trabe algo.-prosiguió algo nervioso
-No te preocupes, no voy a juzgarte, no estamos en un programa de talentos.-reí y él rió conmigo
-Está bien.-pronunció finalmente
Pronto unos suaves acordes comenzaron a sonar tímidamente a la vez que se aclaraba la garganta y decía
She is like cold coffee in the morning,
I am drunk off last night's whisky and coke
Comenzó a cantar levemente, con vergüenza, unas palabras de amor al aire que tan solo aquel parqué guardaría. De vez en cuando levantaba la cabeza para ver mi reacción y sonreía de forma pequeña genuinamente. Poco a poco su voz tomaba más fuerza con cada verso que pronunciaba hasta el punto de animarse y levantarse del banco mientras entonaba
Tell me if I am wrong
Tell me if I am right
Tell me if you need a loving hand
To help you fall asleep tonight
Tell me if I know
Tell me if I do
Tell me how to fall in love the way you want me to
Su gesto era tan claro y bonito. Una sonrisa que alumbraba más que aquellos últimos rayos de la tarde y una voz que cantaba las inseguridades de un hombre. Brillaba por si solo por la paz y felicidad que transmitía. Algunas personas se habían quedado a escucharle de cerca y pude ver como un rubor le recorría las mejillas y parecía volver a tener dieciséis años de edad. Yo tan solo sonreí de alegría al ver tan bello espectáculo. Comenzó a interpretar el final mientras me dirigía la mirada de forma sincera, y yo tan solo supe, que aquella persona era un regalo que el cielo me acababa de mandar.
Tell me if I am wrong
Tell me if I am right
Tell me if you need a loving hand
To help you fall asleep tonight
Deslizó por última vez su mano por las cuerdas recibiendo una pequeña ovación y algún que otro piropo, mostrándome que en verdad, aún quedaban hazañas tan pequeñas como aquella que admirar.
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Holis, ais, siento no haber actualizado antes, tan solo necesitaba un par de días para recapacitar por que estaba en un bloqueo mental completo
Espero que les haya gustado el momento Louis&Helena del día, y no, no va a hacerle competencia a Thomas don't worry
Por favor, comenten, me encantaría saber que les ha parecido
All the love, María del Mar x