Faithfully [actbh #2]

By NephilimGirl

299K 20.5K 4.6K

[ 2º PARTE DE ACTBH ] Cuando su mirada me quema como si tuviese fuego en las venas, se me corta la respiració... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Epílogo
Última author note.
¡SORPRESA DE 2021! - ACTBH y Faithfully
Spin off ACTBH - Capítulo 1
Spin off ACTBH - Capítulo 2
Spin off ACTBH - Capítulo 3

Capítulo 44

3.3K 218 22
By NephilimGirl

If I show you, get to know you

If I hold you just for today

I'm not gonna wanna let go

I'm not gonna wanna go home

Tell me you feel the same


'Cause I'm 4 real, are you 4 real?

I can't help myself, it's the way I feel

When you look me in the eyes, like you did last night

I can't stand to hear you say goodbye


Well, it feels so right 'cause it feels so right

Just to have you standing by my side

So don't let me go 'cause you have my soul

And I just wanted you to know


I don't wanna look back 'cause I know that we have

Something the past could never change

And now I'm stuck in the moment and my heart is open

Tell me that you feel the same


'Cause I'm 4 real, are you 4 real?

I can't help myself, it's the way I feel

When you look me in the eyes, like you did last night

I can't stand to hear you say goodbye


[ 4 real - Avril Lavigne ]


Julia.

-¿Cuándo volveremos a vernos? - Pregunto, contra la camiseta de Niall.

A pesar de ser consciente de lo absurda que es una pregunta como ésta, sobre todo en circunstancias como ésta, ahora que me encuentro prácticamente con un pie fuera de la puerta inevitablemente mis labios me han jugado una mala pasada al poner en palabras mis más oscuros y sombríos pensamientos.

Niall me abraza con más fuerza, envolviéndome con sus brazos como si tratase de protegerme del mundo. Como si no quisiese dejarme marchar y tuviese la esperanza de que de esta forma ambos pudiésemos permanecer juntos.

Sin embargo, la cruda realidad es otra muy distinta, mucho más amarga. Pero no puedo culpar a Niall de haberme pedido un tiempo separados, el suficiente como para poder pensar con claridad y tomar una decisión respecto a esta alocada situación que estamos viviendo.

Yo, por mi parte, ya he puesto las cartas sobre la mesa, y ya no hay más que pueda hacer. Lo único que me queda es esperar a la decisión de Niall. Y, sea cual sea, la aceptaré estoicamente.

Al menos le debo eso.

-No lo sé. - Masculla Niall, con la voz amortiguada, contra mi pelo.

Asiento, como si dijese: Tienes razón. Ha sido una estupidez preguntar, y trato de aferrarme el máximo tiempo posible a este momento, intentando retenerlo con fuerza entre mis dedos como si mi vida dependiese de ello.

Y durante unos agradecidos instantes permanecemos en esta posición, sin movernos y, al mismo tiempo, sin atrevernos a deshacer el abrazo, porque ambos sabemos que, en ese momento, tendremos que separarnos durante un tiempo incierto.

Pero entonces, Niall se separa de mí lo suficiente como para poder verme el rostro y, con los ojos inundados por una marea de oscuro dolor, dice:

-Te quiero, Julia.

Trato de deshacer el amargo nudo de angustia que siento en el estómago y digo:

-Y yo a ti. Sabes que eso no cambiará nunca.

Niall esboza una clara sonrisa de despedida y me besa con suavidad, pero a la vez demostrando una fiera desesperación, simbolizando esa despedida que ambos tratamos de eludir durante el máximo tiempo posible, pero que se cierne sobre nosotros amenazante, recordándonos que, por mucho que finjamos que esto puede durar para siempre, en algún momento tendremos que separarnos y decirnos adiós.

-Te voy a echar de menos. - Digo, como si este momento no tuviese ya suficiente drama de por sí.

-Y yo a ti, mi pequeña zanahoria.

***

En cuanto estoy lo suficientemente lejos de la casa de Niall como para poder evitar la tentación de volver corriendo hasta su puerta y suplicarle que se quede junto a mí, me permito a mí misma dejar de caminar prácticamente a ciegas y, con el corazón en un puño, me meto en el inicio de un callejón entre dos edificios y apoyo la espalda en la sólida y resistente pared de ladrillo, tratando de acompasar el ritmo de mi respiración, con la esperanza de tener unos efímeros momentos de paz y poder poner un poco de orden a mis atolondrados pensamientos, que giran en mi cabeza en un vórtice de amargura, arrepentimiento y dolor.

Me paso las manos por el rostro y suelto un largo suspiro, como si así pudiese drenarme de todo aquello que me perfora por dentro y me hace sentir como si tuviese en la garganta miles de pinchos de acero.

Sin embargo, ninguna lágrima se escapa de mis ojos. De hecho, ni si quiera siento esa necesidad imperiosa de desahogarme a través de ellas, tal y como solía hacer hace un año cada vez que me encontraba en una situación de este tipo.

A pesar de todo, a pesar de mis altibajos y de que probablemente no esté pasando por mi mejor momento, he recorrido un largo camino para llegar hasta donde me encuentro en estos momentos.

Aquello de actuar como la víctima ha quedado muy atrás.

Así que supongo que, en realidad, en estos momentos lo único que necesito es serenarme y tratar de encontrar la forma de desconectar durante unos instantes o, al menos, de aliviar todo lo posible ese penetrante dolor que me atenaza el pecho, causado por esa espada de hielo que siento que me atraviesa de parte en parte y me impide respirar profunda y totalmente.

Durante todo este año, he conseguido seguir adelante porque lo tenía todo planeado. Sabía perfectamente cuál iba a ser mi futuro, y tenía mi vida totalmente atada. Creía que no había dejado ningún cabo sin atar, y que todo estaba perfectamente ordenado y calculado.

Sin embargo, en estos momentos no tengo ni idea de qué va a pasar con mi vida, con este triángulo amoroso en el que me encuentro ni con mi futuro.

Y, en el fondo, sorprendentemente, no me importa. Ni si quiera me afecta, tal y como habría ocurrido hace un par de meses de haber sabido que el destino me pondría en esta situación.

Supongo que por fin he aprendido que da igual lo mucho que organices tu vida, los muchos planes que prepares para tu yo futuro: Cualquier acto, por mínimo que sea, puede cambiarlo todo por completo. Puede desbaratar todos tus planes y deshacer todos esos nudos que tanto te había costado atar.

El futuro siempre, siempre es incierto.

Y, créeme, por mucho que creas que sabes lo que ocurrirá, nunca es así.

Puede pasar cualquier cosa que dé un giro radical a tu vida, que te desvíe de ese camino que tanto te estaba costando trazar, que te haga ir en sentido contrario.

Inspiro profundamente, dejando que me den de lleno en el rostro los pocos rayos de sol que consiguen atravesar la jungla de ropa que cuelga entre ambos edificios y, finalmente, tras unos instantes meditabunda, tomo una rápida decisión.

Salgo del callejón con paso determinado y en el último momento decido cambiar el rumbo de mi destino.

Antes de volver a mi casa y enfrentarme a la cruda realidad, necesito hacerle una visita a cierta persona, la única capaz de aliviar mi dolor y comprenderme en un momento como éste.

***

Con una bolsa de cartón llena de muffins de chocolate y un par de cafés entre mis manos recién adquiridos del Starbucks (suerte que siempre llevo algo de dinero encima) hago malabares para poder llamar al timbre que se encuentra frente a mí, hasta que por fin consigo poder pulsar el maldito botón, que parece reírse de mí con cada minuto que pasa.

Vuelvo a enderezarme y espero pacientemente, esperando haber venido en un buen momento y no ser una carga o una molestia para Harry.

Y entonces, pasados unos largos instantes, Harry aparece en el umbral de la puerta con la ropa arrugada, el pelo revuelto y una expresión adormilada.

Esbozo una mueca de disculpa y digo:

-Lo siento, ¿te he despertado? - Pregunto, pero al instante me doy cuenta de la estupidez de mi propia pregunta. Por favor, Julia, para de dejarte en evidencia. Creía que ya habíamos superado esa etapa. Me regaña mi subconsciente, avergonzado de mí.

En cuanto Harry se percata de la mueca de arrepentimiento que esbozo, sus labios insinúan una sonrisa burlona y responde, con su habitual amabilidad:

-Tranquila, no pasa nada.

Me obligo a esbozar una sonrisa, pues he terminado llegando a la conclusión de que no voy a llegar a ninguna parte andando por ahí como un alma en pena, y alzo la bolsa de cartón:

-Traigo café malo de Starbucks y muffins de chocolate, tus favoritos, para compensarte.

Harry suelta una encantadora risa divertida y se hace a un lado para dejarme pasar.

-¿Café malo y muffins de chocolate? ¿Cómo iba a negarme a eso? - Dice, esbozando una mueca traviesa. - Que conste que te dejo entrar por eso, no porque quiera verte a ti.

Le saco la lengua en un infantil gesto de escarnio, ganándome otra de sus cantarinas risas, y entro en su casa.

***

-Así que... ¿cómo van las cosas con Daisy? - Pregunto, antes de darle un sorbo a esa versión mala de café que te vende Starbucks y que, encima, te vende a precios desorbitados.

Harry me observa de soslayo, enarcando una ceja en un gesto incrédulo, como si no se creyese que acabase de preguntar eso.

Lo cierto es que, desde que he venido a su casa, lo único que hemos hecho es sentarnos en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá y mis piernas sobre las suyas y hablar de todo menos de mí misma, y mucho menos de la conversación que mantuvimos la última vez que me presenté en su casa.

En estos momentos lo único que necesito es pasar tiempo con quien llegó a ser mi mejor amigo y confidente durante unos irrepetibles meses, hablar de todo un poco como en los viejos tiempos y olvidar está vorágine en la que se ha convertido mi vida.

Cuando me percato de la expresión desconcertada de Harry, me encojo de hombros y doy otro sorbo al café.

-Daisy no me ha contado prácticamente nada sobre lo vuestro. - Aclaro, esbozando una mueca de disgusto. No se me escapa el hecho de que, aunque en un principio Daisy y yo hemos tratado de cerrar esas heridas que se habían abierto en nuestra amistad durante este último año, hay ciertas cosas de las que mi amiga no se atreve o simplemente no quiere hablar conmigo.

Y la principal de ellas es, precisamente, su relación con Harry, de la que lo desconozco casi todo.

Además, después de todo lo que Daisy ha estado pasando este último mes, sus problemas con el Conservatorio y lo mal que ha estado, lo cierto es que apenas hemos tenido tiempo para ponernos a hablar de este tipo de cosas, como, por ejemplo, su relación con Harry o ese triángulo amoroso en el que, por segunda vez en mi vida, me encuentro envuelta.

No sé si una de las razones de las que Daisy haya decidido mantener al margen lo suyo con Harry se debe a lo que ocurrió hace un año entre él y yo, pero el caso es que Daisy se ha mantenido bastante reservada respecto a todo esto.

-¿En serio? ¿No... no te ha contado nada? - Pregunta Harry, sin salir de su asombro. Probablemente se pregunta si ha ocurrido algo entre nosotras, pues él es perfectamente consciente de que Daisy y yo siempre hemos sido como uña y carne. Y, en el fondo, lo seguimos siendo. Lo que pasa es que las cosas han cambiado mucho. Demasiado, de hecho. Y, por tanto, nuestra relación también lo ha hecho.

Niego levemente con la cabeza, frunciendo los labios en un gesto apesadumbrado, y suelto un largo suspiro.

-Lo último de lo que tengo noticia es... - Pauso durante unos instantes, tratando de hacer memoria y rememorando los últimos sucesos que conozco sobre Daisy y Harry. - Ah, sí. - Digo, finalmente, para después volver a fijar mi mirada en Harry, que me observa con una chispa de expectación brillando en sus ojos, y continúo: - Bueno, lo único que sé sobre vosotros es que erais una especie de... amigos con beneficios.

Harry asiente una única vez con la cabeza, para después desviar la mirada hasta la pared de enfrente. Se queda unos instantes pensativo, como si estuviese buscando las palabras adecuadas para explicar su relación con Daisy. Y, mientras tanto, yo espero pacientemente a que vuelva a hablar, hasta que finalmente inspira profundamente y vuelve a clavar sus ojos esmeralda en los míos.

-La verdad es que no ha ocurrido nada más después de eso... - Dice, encogiéndose de hombros.

Separo la espalda del sofá y digo:

-Pero... ¿cómo empezó todo? Quiero decir, que yo no sabía que estabais interesados el uno en el otro hasta que hace un mes o así Daisy me dijo que... - Trago saliva antes de continuar: - Que os habíais acostado.

-Bueno... - Comienza Harry, dubitativo, frunciendo los labios, para después comenzar a hablar: - La verdad es que ni si quiera yo sé cómo empezó todo... - Se encoge de hombros, en un gesto desconcertado. - Simplemente un día la invité a cenar y... - Hace un gesto con las manos, como queriendo explicarlo todo con ellas. - Y no sé, simplemente surgió.

Asiento levemente con la cabeza, ciertamente distraída, para después decir:

-Realmente te gusta Daisy, ¿no? - Me muerdo el labio inferior durante unos instantes antes de continuar: - Las pocas veces que os he visto juntos... en fin, se notaba que había química entre los dos.

Harry esboza una dulce sonrisa y una chispa ilumina sus ojos ante la mención de Daisy, dándome la confirmación a esa idea que ha estado flotando suavemente en las aguas de mi mente desde que hemos comenzado esta conversación.

Puede que ninguno de los dos se haya dado cuenta aún, pero está claro que lo que hay entre los dos es cada día más fuerte. Probablemente ninguno se haya atrevido a admitir sus verdaderos sentimientos, pero es imposible no ver que está creciendo algo muy fuerte entre los dos.

-Sí, me gusta de verdad. - Dice Harry finalmente, con un ligero y adorable rubor cubriendo sus mejillas.

Con una incontenible sonrisa, le tomo de la mano y le doy un ligero apretón. Al instante, Harry me devuelve el gesto y, entonces, le doy un beso en la mejilla.

-Me alegro mucho por vosotros. - Digo, con una sonrisa. - Ambos merecéis ser felices más que nadie. - Carraspeo y me inclino ligeramente hacia Harry, para después hablarle en voz baja, como si le estuviese contando un secreto: - Aunque, no se lo digas a Daisy, pero tú y Taylor Swift hacíais una gran pareja. Siempre os he shippeado mucho.

Al instante, Harry estalla en carcajadas e, inevitablemente, no puedo evitar unirme a sus risas. Entonces, me da un ligero empujón en el hombro y dice, entre risas:

-Qué capulla eres.

-Don't say yes, run away now, I'll meet you when you're out of the church at the back door, don't wait or say a single vow, you need to hear me out... - Comienzo a cantar, hasta que Harry, presa de un ataque de risa, me tapa la boca con la mano para impedirme seguir cantando.

Entonces, ambos nos enzarzamos en una "pelea" en la que se ven envueltas unas pobres e inocentes almohadas, hasta que ambos terminamos tirados en el suelo, con los ojos anegados de lágrimas provocadas por una risa que no podemos contener.

Y por unos instantes, es casi como si nada hubiese cambiado, como si de nuevo nos encontrásemos en esos meses del año pasado, cuando los lazos de nuestra amistad eran increíblemente fuertes y ambos sentíamos que juntos podíamos comernos el mundo.

Es increíble el poder de sanación que Harry tiene sobre mí: da igual lo mal que esté, los muchos demonios que me estén atacando en cierto momento o lo densa que sea la neblina de oscuridad que me rodea el corazón, como unas fuertes cadenas de hierro que me aprisionan y me hacen sangrar: Harry siempre conseguirá ayudarme a salir de esas tinieblas.

Y puede que las cosas hayan cambiado entre nosotros. Puede que yo sea una persona completamente distinta o que nuestra amistad se haya enfriado: Juntos, todo parece ir mejor.

Entonces, cuando ambos conseguimos parar ese ataque de risa, Harry vuelve a tornarse serio y, tras carraspear, dice:

-Ya hemos hablado bastante de mí. - Me señala con el dedo índice, me da un par de golpecitos amistosos con éste en la mejilla y, con una mirada suspicaz, añade: - Ahora te toca a ti. Sé que ha ocurrido algo, a mí no puedes engañarme.

En un primer momento, instintivamente todas las alarmas de mi cabeza se encienden, refulgiendo y avisando de que, una vez más, alguien está tratando de traspasar los altos muros que rodean mi corazón.

Tal y como lleva pasando todos estos meses.

Sin embargo, al cabo de unos instantes el resto de mi cuerpo reacciona contra mi mente defensiva, avisando de que no ocurre nada.

Es solo Harry. Y a él puedo contarle cualquier cosa. No tengo ningún motivo para cerrarme en banda como llevo haciendo este año y escudarme contra él, impidiendo que consiga ver más allá de esa capa, esa máscara con la que tan acostumbrada estoy a cubrir mi rostro.

Por ello, finalmente, con el corazón en un puño y la sensación de que me están estrangulando con fuerza, inspiro profundamente mientras me preparo para hacer aquello que, precisamente, llevo evitando hacer todo este tiempo: Abrirme a una persona y poner mis sentimientos en bandeja de plata, obligándolos a salir de su escondite y enfrentarse al mundo.

-Verás... - Comienzo, con la mirada clavada en el suelo, pero me interrumpo nada más pronunciar esa simple palabra, momentáneamente atacada por todas esas imágenes del día anterior que he tratado de ignorar con tanto ahínco, cayendo en la trampa de creer que, si las oculto en una esquina de mi mente, podré hacer como si realmente no existiesen. Por ello, carraspeo y tratando de reunir todas las fuerzas de las que dispongo, vuelvo a intentarlo, atreviéndome por fin a alzar la mirada hasta Harry, que me observa con una mezcla de preocupación y ansiedad. - Ayer... ayer discutí con mi familia. Pero no fue la típica discusión que se arregla fácilmente, o la cual olvidas pasados unos minutos. Fue... fue algo gordo. Will les contó a nuestros padres cosas que pensé que jamás le diría a nadie, cosas que le confesé porque creía que, como mi mejor amigo y encima hermanastro, mantendría en secreto. Y supongo que esa fue la guinda del pastel, la gota que colmó el vaso. En definitiva, lo que nuestros padres necesitaban para mantener una conversación bastante peculiar conmigo... - Pauso durante unos instantes, tratando de luchar contra esa oscura y violenta marea de sentimientos amargos que trata de derribarme. - Así que, cuando volví a casa, me hicieron sentarme en el sofá y... básicamente me dijeron que quería que fuese a un psicólogo, porque ya no saben qué más hacer, que me ven muy mal y que se sienten impotentes, y yo... - Me encojo de hombros, con la mirada vidriosa. - Simplemente estallé.

Me detengo para comprobar la reacción de Harry, y cuál es mi sorpresa cuando me encuentro con una expresión en la que batallan dos sentimientos que conozco increíblemente bien: El deseo por comprenderme pero a la vez sabiendo que, en este caso, me estoy equivocando.

-Oh. - Digo, sin poder salir de mi asombro. - Tú también piensas que debería ir a un psicólogo, ¿verdad? - Consigo decir. No obstante, mi voz no sale de mis labios con un tono recriminatorio, ni como un reproche. Simplemente suena de esa forma en la que hablas cuando estás constatando un hecho.

Oh, Dios mío, si hasta Harry piensa que debería ir a un psicólogo... eso significa otro punto en mi contra.

Harry suspira y se frota la nuca en un gesto frustrado, como si no supiese cómo decir algo para hacérmelo entender, para que no lo malinterprete.

-Yo no he dicho eso. De hecho, no he dicho nada. Pero... - Se muerde el interior de la mejilla, pensativo, hasta que finalmente vuelve a decir, aturullándose con sus propias palabras, como si no supiese muy bien qué decir exactamente para explicarse bien: - No sé, Julia, yo... yo estoy preocupado por ti. Solo quiero lo mejor para ti, y... - Alza los brazos al cielo en un gesto frustrado, para después volver a dejarlos caer sobre su regazo. - Creo que eres tú la que debe decidir qué hacer respecto a ese tema, porque es muy delicado y no es algo que haya que tomarse a la ligera. Entiendo que estés enfadada por el hecho de que... Will les haya contado cosas que no debía decir, y por el hecho de que hayan tomado esta decisión tan... importante a tus espaldas, pero por otra parte deberías intentar ponerte en su lugar. Yo... creo que estás dando grandes pasos, que estás consiguiendo salir por fin de ese pozo en el que estabas sumida, aunque tú pienses lo contrario. Pero lo sé porque has hablado conmigo, te has sincerado y has sido clara, por lo que puedo ver esa mejora. Pero tu familia puede que no lo vea porque... no les has dado la oportunidad para ello... - Harry frunce el ceño y aprieta los dientes: - No sé si me he explicado bien...

Esbozo una leve sonrisa y vuelvo a tomar la mano de mi amigo entre la mía, buscando ese tipo de consuelo, esa medicina que solo él es capaz de darme.

-Sí, te has explicado bien, pero... - Al instante la sonrisa se esfuma de mis labios con la misma rapidez con la que en un principio había aparecido. - Yo... me siento traicionada, ¿entiendes? - Harry asiente, comprensivo: - No solo por... eso, sino también... porque siento que da igual lo que haga, los muchos esfuerzos que ponga o lo mucho que trate de hacer las cosas bien; parece que para mi familia nunca es suficiente. Mi padre me soltó en la cara que no le gusta la idea de que estudie Bellas Artes, ¿sabes cómo me sentó eso? Me hizo sentir como una completa mierda, como si no valiese nada. Ni si quiera me dio oportunidad para decirles que he conseguido las calificaciones que necesitaba para aceptar la plaza en Cambridge. - Harry abre los ojos como platos, sorprendido porque le suelte una noticia así de importante de esta forma tan abrupta. No obstante, no me interrumpe para felicitarme o darme la enhorabuena; simplemente me deja seguir hablando, permitiendo que por fin me desahogue y me deshaga de esos monstruos que llevan torturándome tanto tiempo. - Eso fue la gota que colmó el vaso. Ya estoy harta de que me menosprecien en ese sentido, como si fuese menos que el resto de personas solo porque no voy a estudiar la carrera que, según ellos, debería estudiar. Es mi vida, mi futuro, y yo decido qué hacer con ello. Y si me da la gana estudiar Bellas Artes, pues lo hago, pero lo que no pueden hacer es tratarme como si fuese una repudiada, como si por el simple hecho de haber tomado esta decisión respecto a mi vida no mereciese el mismo respeto. Y eso... creo que eso fue lo que, en el fondo, más me dolió, más que el hecho de que quieran llevarme a un maldito psicólogo.

Cuando termino de hablar, siento la garganta atorada por un amargo nudo y los ojos anegados en lágrimas. Sin embargo, permanezco en una postura estoica, sin soltar ni una lágrima y mucho menos sin derrumbarme.

Entonces, Harry frunce los labios en un gesto compasivo y, sin decir nada, me rodea con un brazo y me hace apoyar la cabeza en su hombro en un gesto infinitamente tierno.

-Sé perfectamente cómo te sientes, Julia. - Dice, para después soltar un suspiro. En esta posición, puedo sentir cómo su pecho sube y baja en compasión con su respiración. - Pero... creo que deberías hablar con ellos y explicarles todo lo que me has contado a mí. Expresar todos tus sentimientos y, como te he dicho antes, ser totalmente transparente, para hacerles ver cómo te sientes exactamente.

Suspiro y cierro los ojos, dejándome embargar por la tranquilidad que se respira en este instante. Ambos permanecemos unos minutos en silencio, pues, en realidad, de momento no hay nada que decir, y tanto Harry como yo sabemos que necesito unos instantes para poder asimilar sus palabras.

Hasta que, finalmente, cuando me siento lo suficientemente serena como para volver a hablar, digo:

-Intentaré hacer lo que me has dicho, Harry. - Me vuelvo entre su abrazo para poder observarle mientras hablo: - Creo que ya es hora de que comience a poner en hechos ese cambio de actitud que tanto necesito.

Harry esboza una dulce sonrisa y me da un tierno y cariñoso beso en la frente.

-Esa es mi Pequeña Jilguero.

______________________________________________________________________

Hiii.

Vale, SIENTO HABER SUBIDO ESTE CAPÍTULO DE MIERDA :((( No sé qué me ha pasado esta última semana, pero parece ser que la inspiración ha decidido tomarse unas vacaciones y abandonarme. Por ello, me ha costado un montón escribir este capítulo, no os hacéis una idea, y al final el resultado ha sido esta mierda. Lo siento :(

Well, no me ha dado tiempo a revisar nada de nada el capítulo, lo he subido tal y como lo he escrito, así que siento muchísimo los errores que pueda haber, pero si lo hubiese revisado no me habría dado tiempo de publicarlo, y como mañana comienzo de nuevo la universidad, quería subir ya esta kk de capítulo. En cuanto tenga un poco de tiempo, lo revisaré y editaré los errores que haya, promised.

Anyway, muchas gracias por leer y, bueno, aunque el capítulo haya sido una kk, me haría muy feliz ver vuestros votos y comentarios <3

P.D: La canción de multimedia de la diosa Avril es Jiall af aoisdjfoisdf me recuerda un montón a ellos, así que os recomiendo que la escuchéis :')

Muchas gracias por leer, ilysm <3

-Alice. xx

Continue Reading

You'll Also Like

3.2K 418 31
"𝓔𝓵 𝓶𝓪𝓻... 𝓤𝓷𝓪 𝓿𝓮𝔃 𝓺 𝓵𝓪𝓷𝔃𝓪 𝓼𝓾 𝓱𝓮𝓬𝓱𝓲𝔃𝓸, 𝓶𝓪𝓷𝓽𝓲𝓮𝓷𝓮 𝓪 𝓾𝓷𝓸 𝓮𝓷 𝓼𝓾 𝓻𝓮𝓭 𝓭𝓮 𝓶𝓪𝓻𝓪𝓿𝓲𝓵𝓵𝓪𝓼 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓲�...
126K 2.3K 31
Pasaron mas de 5 años desde que noah se fue a la universidad y esta historia tratara de ellos dos aqui ell regresara de nueva york devuelta y tendra...
161K 19.4K 51
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
155M 9.2M 55
PRIMER Y SEGUNDO LIBRO [Primer y segundo libro ¡publicados en papel! Esta es solamente la primera versión de ambas historias] Para Jenna Brown, su pr...