Hannya cargaba a Alessandro, acunandolo entre sus brazos con cierto nerviosismo. Ella y los bebés no compatían, pero estaba haciendo la lucha con esos dos.
- Es es idéntico a Shawn, ahora si que no lo puedo negar.
- Te lo dije.
Alexandra veía con curiosidad la lampara en el techo, conforme babeaba sus manos cubiertas por unos guantesitos lilas. La puerta sonó, me levante del sillón donde me encontraba y abrí. El chico con expresión dura, aquel de cabello pelirrojo y ojos un poco rasgados, igual a los de mi papá hizo que mi piel se erizara competa, sentí una terrible necesidad de aferrarme al presente, a mi Alexandra, a Alessandro o a Hannya que se encontraba a unos pasos de mi para no volver al pasado. Incluso quería que Shawn estuviera ahí. Pero no estaba. Solo Blake, mi hermano, el único qué no murió aquella noche en el viaje de auto con sus amigos, donde se encontraba su hermano gemelo Ray, que también murió. Había quedado marcado no sólo psicológicamente, si no también física, por aquella cicatriz en la frente. Quería llorar y tirarme al suelo, pero Noah se movió en mis como diciendo "¡Ey, mamá! ¡Solo es mi tío! "
- Arabella... ¿Me recuerdas?
- ¿Como voy a olvidarte, Blake? Si fuiste tu el culpable de que me sacaran el apéndice.
Una sonrisa amarga se cruzo en sus labios, su mirada bajo a la bebé que tenía sus ojos cerrados, dando pataditas y leves manotazos.
- ¿Jennifer volvió a tener una hija?
Me preguntaba como no sabia lo de los bebés. ¿Es que acaso no veía la television o tenia Facebook? Tenía tanto que explicarle, me hice a un lado, dejando ver a Hannya con el otro, con Dylan. Levantó una ceja.
- Son dos. Y son míos. Tienes tantas cosas que saber.