Justin baja las escaleras como una gacela.
- ¿Y las llaves de mi coche?
Pattie le sonríe.
-Las tiene Scooter.
- ¿Tú se las diste?
-Tal vez.
- ¿Sabes que no me las va a dar, verdad? E inmediatamente empezaremos a discutir, porque ese coche lo pagué con mi dinero.
-Será mejor que subas ya entonces, para que bajes a tiempo para la escuela.
- ¿Él dónde está?
-En una de las habitaciones. Se ha quedado desde anoche.
- ¿Por qué?
-Yo se lo pedí, así puede hablar contigo antes de que vayas a estudiar.
Justin suelta una maldición.
-Esto en serio es estúpido, mamá.
-Ya me lo agradecerás.
- ¿Sabes qué? Yo de verdad, de verdad, lo dudo.
Él se gira y comienza a subir las escaleras. ¿En qué habitación estaba? Eso era un total misterio. La casa tenía demasiadas habitaciones. Tardaría demasiado en encontrarlo. Pero no, Scooter le ahorra el trabajo saliendo de la habitación.
- ¿Qué tal? -sonríe-. ¿Listo para el primer día?
-Dame las llaves.
-Mira, ya que nos fuimos por lo directo, te diré que vamos a hacer. Tú te ajustarás bien el maldito cinturón y mejorarás tu maldito comportamiento.No soy tu madre, que va por el camino pacífico. No irradio amor, así que tienes que hacerme caso. No te llevé a la cima para que bajes rodando como un niño con dos pies izquierdos -extiende las llaves-. ¿Estamos claros?
-Trasparentes -gruñe Justin.
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Beaumont aprieta la mano de su hija antes de sonreírle. Solían llevar a las doce en dos coches, seis en uno y seis en otro. No había otra forma. Pero hoy llevaría personalmente a sus niñas, sobre todo para cuidar a su preciosa flor marchita.
-No sé si pueda hacerlo, papá -musita.
Beaumont sostiene el gorro y se lo acomoda.
-Yo pienso que esto es bueno para ti, mon chérie. Necesitas distraerte, salir con gente nueva. No es sano estar todo el día encerrada en esa habitación.
-No será lo mismo sin Meredith.
-Lo sé, pero por favor haz el esfuerzo.
La chica asiente.
-Además tienes a tus hermanas -continúa él-. Ellas no te dejarán sola.
-Bueno, entonces intenta pasarla bien ¿Si, mi niña? -le da un beso en la frente-. Todo va a mejorar muy pronto.
- ¿Estás seguro?
-Sí, mi cielo.
La chica suspira antes de bajar del coche. Allí estaban sus once hermanas, esperándolas con las sonrisas más encantadoras.
-Chicas -musita ella feliz.
Sus hermanas la envuelven con cariño, pero son demasiadas. No es capaz de abrazarlas a todas.
-Ya verás, _________ -dijo Carleen-. A partir de hoy, las cosas van a mejorar.
La chica suspira esperanzada, deseando que realmente su hermana tuviera razón. Abrazadas las unas a las otras, recorrieron el pasillo hasta la dirección para buscar sus horarios. Lo que parecía una mañana mejor, comenzaba a tornarse en un caos.
_________ tomaría la clase sin la compañía de sus hermanas.
-No puedo hacerlo -protestó-. No sin una de ustedes.
Las once hermanas se miraron. Olivia tomó la iniciativa.
-Nena, escucha -le dijo-. Tal vez sea bueno para ti, así conocerás gente.
__________ persona ambas manos contra su pecho mientras comienza a respirar con dificultad.
-________, ya basta -chilla Olivia-. Hemos sido pacientes contigo, pero no vamos a quedarnos sentadas viendo cómo te ahogas en esa depresión tan espantosa -la sujeta por los brazos-. Eres _________ Douze, una niña alegre y tierna, que no para de hablar, cantar y bailar.
Los ojos de la chica se humedecen.
-Yo ni siquiera quiero hacer esto -chilla.
-Lo sé, por eso lo harás. Entrarás a ese salón y es un asunto culminado. Basta de llorar y quejarte por todo. Vas a volver a ser la misma de antes, y no se discuta más.
_________ intenta protestar, pero sus once hermanas ya estaban empujándola hacia el salón de clases. Tres simples compañeros, dos chicos y una chica, giran hacia ella al verla de pie junto a la puerta. El corazón de la chica martilla con exagerada rapidez y siente que va a desmayarse. No podría hacer esto sola sin sus hermanas.
Pero ellas ya se habían ido, así que se obligó a si misma a correr hasta el asiento más apartado. Pánico. Estaba experimentando pánico. Todavía no estaba lista para dar la cara, así que se oculta lo mejor posible, sabiendo que era imposible. No iba a conseguir ser invisible para nadie.
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Justin está a punto de salir de su coche, un coche que él pagó y que no puede conducir por una semana. Ser menor de edad era un asco. Scooter parecía feliz por conducirlo, no se esforzaba por ocultarlo.
-Kenny pasará por ti en la salida. Ya que su coche está dañado, usará su viejo Chevrolet.
-Pero eso es una chatarra.
-En ese caso espero que te gusten los saltos, los frenazos repentinos y el chirrido de piezas oxidadas.
- ¿Por qué no viene en mi coche?
-Lo usaré para llevar a Yael al trabajo.
Justin parpadea.
- ¿Perdón?
-No lo usarás durante una semana, ¿no?
-Claro, porque ni mamá ni tú me lo van a dar antes.
-Exacto -presiona el botón y quita los seguros automáticos-. Buena suerte.
Justin le lanza una mirada fría antes de bajar. Ni bien estuvo afuera, el auto aceleró inmediatamente. Al levantar la vista vio el edificio de la escuela. Sabía que si se quedaba a contemplarlo, lo que ya había iniciado mal, acabaría en convertirse en algo peor. Así que optó por entrar lo más pronto posible, pero era Justin Bieber. No había tardado en que lo reconocieran. Observó la avalancha de gente correr hacia él, sintió el flash de las cámaras, escuchó los gritos. Él sonríe, pero no iba a detenerse. No era importante. En el pequeño pasillo, la gente seguía persiguiéndolo.Entra al salón y cierra la puerta justo frente al rostro de una chica que le tenía el papel y lápiz.
-Qué molestia.
Ignoró al resto de los compañeros, sentándose al final del salón.
Espero sus votos y comentarios.
¡Espero que les guste!
Los Amo, Besotes a todos♡