PRESENTE.
Dos ataúdes siendo cargados en el cementerio.
Lágrimas cayendo por las mejillas.
Las miradas llenad de tristeza de todos.
El llanto desconsolado de Cielo.
Ella trataba de no derrumbarse, pero no podía, no podía sostenerse, le era imposible dejar de llorar y por ello mismo, se alejó un poco de todos para que pueda desahogarse sola. Se sentó sobre una banca, cubriendo su rostro entre lágrimas, y Feli, al darse cuenta de aquello, se acercó a ella.
—Solcito, vamos a hacer el responso, ¿sí?
Cielo sollozo aún más fuerte.
—Ay, no puedo, Feli— sollozó y la miró —Necesito quedarme un poquito más acá.
Feli la observó sin saber qué decirle para calmarla. Sabía que nada de lo que dijera la ayudaría.
—Nosotros sabíamos que Juan Cruz iba a matar a Thiago y Valentina. ¡Nosotros sabíamos!— negó y secó sus mejillas —Teníamos todo armado, todo— tomó aire —Teníamos todo el plan armado y- y las visiones de Jazmín nos habían dado pistas— negó, una vez más —¡Sabíamos donde estaba Juan Cruz iba a hacer esto, y sabíamos donde tenía planeado matarlos a Thiago y a Valentina, lo sabíamos todo. ¡Nos hicimos atrapar, Feli! Nos hicimos atrapar— repitió —Pero no estaba en nuestros planes que lo atrapen a Luca. Juan Cruz, había atrapado a Luca para extorsionar a Thiago. ¡Nosotros no sabíamos como iba a reaccionar Thiago! ¡Y no sabíamos que iba a hacer!— sollozó una vez más —No sabíamos- no sabíamos si Valentina y él seguirían el plan o, o iban a ir a la terraza.
Cerró los ojos, recordando aquel día.
**********
DÍA DE LOS HECHOS.
Nico y Luca negaban con lágrimas en los ojos. Era difícil de creer y asimilar que... Valentina y Thiago estaban muertos. Muertos.
Juan Cruz los miró.
—¿Qué pasó con la elegida?— miró a Cielo, ella no hizo más que mirar —¿Con el Ángel de Eudamón? ¿Qué pasó con su aliado con Nicolás Bauer? ¿Qué pasó con los guardianes que no pudieron evitar la tragedia? ¿Ahora cómo van a vivir con esta culpa? ¿Qué pasó con el amor que los hacía tan fuertes..? ¿Dónde está el amor?— sonrió —¡Pum! ¿Murió el amor?
**********
En el estadio, el conductor salía una vez más para anunciar la presentación de los Teen Angels.
—¡Bien, esta es la final de La Bestia Pop!— todo el público gritó eufórico —¿Están preparados para lo que sigue? ¿Sí?— más gritos —¡Ellos también! Por eso, ya se suben al escenario, con ustedes.... ¡Teen Angels!
En el camerino de los chicos, Jazmín caminaba de un lado a otro, mientras Tacho y Rama la miraban con evidente preocupación. Valentina y Thiago no regresaban y aquello, tenía preocupado a todos. A ninguno se les olvidaba lo que la rubia había visto.
—Chicos, algo salió mal, estoy segura, sí.
—¿La podés cortar con eso, Jazmín?
Ella negó —No.
Entonces, Mar ingresó a la habitación.
—Chicos, Thiago no está en el baño y Valentina no está con Simón, no. No los encontré a ninguno por ningún lado, chicos. Pregunté y nada, nadie los vió. ¡No sé dónde están!
De los cuatro, ella y Jazmín se mostraban un poco más preocupadas. Tacho y Rama trataban de estar calmados y calmarlas.
—Llámenlos, Tacho, Rama, ¿están llamando?
—En eso estoy, Mar.
—Sí, estoy en eso, estoy en eso, estoy en eso.
La castaña suspiró —¿Dónde se metieron?
Todos callaron cuando escucharon los timbres del teléfono de Thiago y el de Valentina.
—Los dejaron acá— señaló Jazmín.
Estaban a nada de perder la cordura.
—Eh, bueno, no no quiere decir nada— Tacho dijo tratando de mantener la calma un poco —Eso no... no quiere decir nada, tranquilos, tranquilos.
Jazmín llevó ambas manos a su rostro.
—¿Que pasa, Jazmín?— preguntó Mar.
La rubia negó —Nada.
No podía decirles que con Nico y Cielo hallaron el edificio dónde estaba Juan Cruz.
—¿Qué, viste algo?— presionó la castaña.
—No, no, no vi nada.
—¿Y por qué tenés esa cara? Decime.
—¡Porque es la final! Porque es la final y.... y estoy nerviosa porque es la final y ustedes deberían de... de estar igual.
Rama asintió —Sí, sí, sí, tranquila.
—Bueno, bueno.
—Sí sí, se nos afloja las piernas, todo— Tacho dijo.
Un hombre de producción entró al camerino.
—¡Chicos, vamos al escenario ya!
Todos comenzaron a negar.
—Nooo.
—No, no, no.
—No, no, no, pará, faltan Thiago y Valentina.
El hombre negó firme —No, no, vamos los cuatro. Aunque sea sea los cuatro. Vamos.
—¡No, somos seis-!
Sin más, salió del camerino.
—¡Pará, somos seis!
—Mar, pará pará, somos seis y Thiago y Valentina deben estar... no sé... arriba— Rama trató.
—¡Sí! Deben estar arriba, porque viste que sos dos ansiosos e impacientes y...
Jazmín asintió —Claro, claro.
—¡Pero saben que nos juntamos acá siempre!
—Mar, tranquila— Rama le habló —¿Vamos?
—Sí, vamos, vamos yendo.
Los cuatro salieron del camerino y trataron de ver por un lado si Valentina y Thiago estaban sobre el escenario; sin embargo, no estaba ninguno.
—No, no los veo, no los veo. Es como raro, ¿no?
Todos asintieron, dándole la razón.
—Sí.
—¿Dónde están, chicos? No están.
—Ya, ya, ya vienen Teen Angels. Se hacen esperar.
Los chicos suspiraron al escuchar el nombre de su banda ser anunciada. No podían ni querían salir a escena sin sus amigos.
—¿Qué pasa, chicos?— el señor de antes se acercó con seriedad —¡Vamos!
Todos negaron, firmes.
—¡No, no, no!
—¡No salimos, no salimos!
—¿Por qué no?— preguntó otra voz.
Todos giraron y miraron aliviados a la persona.
—¡Thiago!
Mar lo abrazó —Mi amor, ¿dónde estabas?
—¿No te pasó nada?
—¿Estás bien?
Thiago rió —Sí.
—¿Qué tenés ahí?— Jazmín señaló su cuello.
—Eh, nada, me agarró un grupo de fans nada más.
Mar frunció su ceño —¿Qué grupo de fans?
—Eh... un grupo de fans— rió —¿Y Valentina?
Todos callaron al recordar que faltaba ella y todas sus sonrisas se borraron.
—¡Gracias, señor! ¡Es lo más!
Al escuchar aquella voz, giraron aliviados.
—¡Valentina!
Todos rodearon a la castaña rápidamente cómo lo habían hecho con Thiago mientras que ella reía al verlos así. Rápidamente, la empezaron a llenar de preguntas para saber dónde se había metido.
—¿Qué te pasó?
—¿Dónde estabas?
Valentina negó —¡Me quedé encerrada en el baño! Algún gracioso me apagó la luz y echó llave— soltó un suspiró —Quise llamarlos, pero mi celular está-
—En el camerino— completaron todos.
—Sí— ella se encogió de hombros —En fin, volví y todo gracias a un señor que me sacó.
—¿Pero estás bien?— Jazmín preguntó.
Valentina asintió —Sí.
Le causaba un poco de gracia verlos preocupados, cuando ella solo se había quedado encerrada en el baño por culpa de alguien. ¿De quién? No tenía ni una sola idea.
—Listo, chicos, al escenario— anunciaron.
—¡Pará, pará, pará!
—¡El saludo!
—¡Cierto, el saludo!
Todos juntaron sus manos en el centro.
—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis! ¡Vamos!
Prepararon las sonrisas y salieron al escenario con las mejores energías para cantar el siguiente tema. Los seis acordaron que harían una mezcla entre el tema de Valen; Estoy listo y... Ángeles del mundo.
**********
Juan Cruz desde la azotea sonrió mirando al cielo, esperando que llegase su momento. Sin embargo.. ¿por qué seguía en la tierra si estaba muerta? Algo no cerraba del todo. De igual manera, estaba listo.
Podía escuchar a los Teen Angels cantar.
—Ay, pobrecitos mis hijos— habló —Y qué feo que sus amigos cumplan su sueño sin ellos— giró a ver con burla —Pero a veces, las cosas son así— dijo y caminó hacia ellos con ayuda del bastón ya que se complicaba sin este —La gente quiere show, vaya, entonces les voy a dar show, ¿eh? Les voy a dar el mejor show de sus vidas— agarró su walkie-talkie para comunicarse con uno de sus hombres —Y no quiero ni ambulancias, ni policías— advirtió —Yo, quiero que todo el mundo.. vean sus cadáveres de mis hijos, destrozados contra el piso. ¿Está claro? Seguramente varios canales van a querer tener la primicia.
Su hombre, que se encontraba en el estadio, pudo recibir el mensaje, pero tardó es hablar porque no podía dejar de mirar el escenario con sorpresa.
—Juan Cruz, no lo va a poder creer— comunicó, a través del walkie-talkie.
—¿Qué?
—¡Están los dos! Thiago y Valentina, cantando en- en el escenario.
Juan Cruz sintió la furia correr su cuerpo. Suspiró cerrando sus ojos por unos segundos y, con ayuda del bastón, caminó hacia el borde para asegurarse. Cuando no vió ninguno cuerpo, comprendió todo. Había caído en una ilusión óptica.
Giro para encarar a Cielo solo para ver que ella se encontraba desatada al igual que Nico y Luca. Los tres estaban apuntándoles a Charly, Franka y a su matón. El único que tenía un arma entre ellos, era Charly; sin embargo, estaba en desventaja.
—¡Dame el arma, Charly!— Luca exclamó —¡Dale, dame el arma! ¡Bajá el arma!
Charly analizó brevemente la situación y, al ver la desventaja en la que se encontraba, decidió que le quedaba únicamente obedecer. Lentamente, puso una mano abajo, colocando el arma en el piso.
Juan Cruz miró a Cielo con una sonrisa.
—Muy bien, mi reina, aprendiste a ser ilusionista.
Cielo solo lo miró con disgusto.
—Muy bien, Cielo. Descubriste ese poder— siguió, hablando cada vez más agitado —Me engañaste.... Hiciste que todos vean a Thiago y Valentina, y que creyeran que los traían a ellos— pausó —Hasta me engañaste a mí. Muy buena ilusión, creí que era él, hasta sentí que lo empujaba. La verdad pensé... yo pensé que no estabas lista para esto. ¿Pero... sabés qué? Creo que no estás lista para enfrentarme aún. Vos no sabés las cosas que yo puedo hacer.
Cielo levantó el brazo y apuntó con el arma.
El, negó —Si vos querés que los demás sigan vivos, no haga nada, Cielo.
—No lo escuchés— Nico le dijo a la rubia.
—¡No sabe lo que hace, Bauer!— Juan Cruz le dijo para luego mirar a Cielo —¿Para qué me apuntás? ¿No te das cuenta que si me disparás a mí le estás disparando a Salvador?
—¡Hacelo, Cielo, hacelo!— exclamó Nico.
Cielo negó —A él no, pero a vos sí.
La mujer bajo un poco el brazo y disparó directo a una sus piernas. Juan Cruz cayó al piso y grito del dolor, llevándose una mano a la herida. Nicolás lo jaló a uno de los matones, y lo sujetó por el cuello.
—Cielo, yo sigo a los demás. ¿Podés sola?
Ella asintió —Andá, andá.
—¿Segura?
—Sí, andá tranquilo— le aseguró.
Charly aprovechó la distracción de Luca, para que pueda quitarle el arma y colocarle los brazos en la espalda, sujetándolo con fuerza. Luca se quejó del dolor y Charly sonrió.
—¡Lo mato, Cielo! ¡Te juro que lo mato!— advirtió.
Franka miró la situación preocupada y con algo de miedo. Ella no quería que nada le suceda a Luca y tampoco a Juan Cruz. En verdad se sentía entre la espada y la pared.
—Juan Cruz, ¿qué hago?— preguntó un matón, a través del walkie-talkie.
—Maten a Thiago, tráiganme viva a Valentina— le ordenó Juan Cruz.
Cambio de planes, pensó. La quería viva para que sea ella quién lo mate y así poder apoderase de su cuerpo. Con la muerte de Thiago, ella estará débil. ¿Y si no lo hacía? La mataría a ella, frente a todos, pero más importante, frente al reloj.
Sin esperar más, sacó otra pistola de su pantalón, para apuntarle así a Cielo.
—Puedo ser mucho más rápido que vos, Cielo.
—¡Pero están en el escenario!— informó el matón.
—¡Matalo en el escenario entonces!
Su matón recibió la respuesta desde dónde estaba. Se alejó un poco para poder encontrar el lugar que ayudaría a cometer el crimen. Mientras se alejaba, quién estaba trabajando en la cabina para el show, negó; por alguna razón había mucha interferencia.
—Ya sé Marino que hay interferencia no sé que es.
Trató de apretar algunos botones de la camina, no sabía que estaba sucediendo.
Los MAN desde su camerino fruncieron el ceño al ver que no podían escuchar bien a los chicos en el televisor que tenían dentro. Hasta que de pronto..
—¿Toledo, disparaste? ¡Matá a Thiago sobre ese escenario ahora inútil! ¡Y traeme viva a mi hija!
Todos jadearon al escuchar aquello.
—¿Escucharon eso? ¡Era Salvador!
Simón negó —¡No, es Juan Cruz!— se puso de pie, enseguida —¡Va a matar a Thiago y llevársela!
Abrió la puerta y salió corriendo. Todos siguieron. Tenían que detener aquello a como de lugar. Nada podía pasarles a sus amigos.
Mientras eso pasaba, en la mansión, entraban dos hombres de Juan Cruz con armas recargadas para tener de rehenes a los que se habían quedado; era todo parte del plan de Juan Cruz.
En la azotea, él se llevó el walkie-talkie a la boca y exclamó:
—¡Matalo, inútil!
Cielo analizó la situación y supo que hacer rápido. Usando sus habilidades, se movió a velocidad por toda la azotea, logrando quitarle el arma a Charly.
—¡Frená a tus hombres, Juan Cruz— exclamó.
Él rió —¿Querés matar a Charly?
—¡Si lo tengo que matar, lo voy a matar!
Juan Cruz asintió —Dejá, yo me ocupo.
Sin más, disparó. La bala cayó directo al pecho de Charly y este miró la sangre salir antes de caer. A Cielo se le escapó un jadeó, agachándose para ver que siguiera vivo. Sin embargo, el hombre murió. Luca y Franka intercambiaron una mirada.
—No quiero más de eso truquitos tuyos, Cielo— le advirtió —Ocupate de Bauer, está herido.
Cielo lo miró con confusión. Entonces, Juan Cruz disparó directo a la pierna de Nicolás y Cielo gritó.
—¡No! ¡No, mi amor, no!
Nicolás cayó al piso, adolorido y Cielo se levantó y corrió hacia él, tratando de controlar su llanto. La situación se le estaba yendo de las manosZ
—¡Movete, Toledo, movete!— ordenó Juan Cruz a través del walkie-talkie.
El hombre en el estadio desde un punto apuntaba con su pistola entre Thiago y Valentina. Sabía que tenía que matarlo a él y dejarla viva a ella, ¿pero a ella como se le llevaría? Hiriéndola era una de sus opciones. Era la única forma de sacarla. Antes, no podía olvidarse de matar a Thiago.
Antes de que pudiera hacerlo, llegaron los MAN y lograron noquearlo sobre el piso. Simón agarró el arma, apuntándole para que no se mueva.
—Quieto ahí, eh, quieto que te mato.
Valeria comenzó a darle patadas a Toledo sobre el piso, estaba furiosa. Sebastián se acercó a pararla.
—No, pará, Vale, pará, dejalo ahí, pará.
—Ya está, ya está— Nacho se acercó.
—¿Mataste a Thiago?— preguntó Juan Cruz.
Simón le quitó el walkie-talkie al hombre —¡Vas a tener que venir vos, basura!
En la azotea, Cielo le había quitado el cinturón del pantalón a Nicolás para hacerle un torniquete por toda la sangre que estaba perdiendo. Juan Cruz la observó mientras se ponía de pie y Franka lento y aún apuntándole a Luca, se acercó a él.
—¿Vas a ir a matarlo vos?— preguntó.
Juan Cruz asintió —Cualquier movimiento y das a matar, ¿está claro?— se acercó a Nico —Levantate. ¡Dale, levantate y acompañame!— ordenó.
—¡No!— gritó Cielo.
—¡Levantate y acompañame!— repitió.
Cielo soltó un grito lleno de frustración y ayudó a Nicolás a levantarse y ponerse de pie.
—Cualquier cosa que insinúes y lo mato— advirtió seriamente —¿Está claro?— Cielo sollozó —¡Vos te quedás acá!— Nico trató de caminar —¡Seguí dale! ¡Caminá!
Cielo lo observó irse con lágrimas en los ojos. Y en ese momento, los Teen acababan su presentación.
Un amanecer, ángeles del mundo queremos ser...
**********
PRESENTE.
Cielo sollozó.
—Con toda una vida por delante, ¿no?— Feli habló negando con la cabeza —Yo sé que es una frase un, un poco hecha, pero... que Dios me perdone, pero, pero... es injusto, es injusto— volvió a negar —Yo... yo a veces no entiendo a Dios, no me enoja Dios y.. no sé...— suspiró, mirando a Cielo —Vamos yendo, solcito, ¿sí?
—No, Feli, no puedo, no puedo— Cielo negó —No.. no puedo mirar a los ojos a nadie.
—No te hace bien recordar, no te hace bien.
—No Feli, dejame— sollozó —Necesito encontrarle un sentido a todo esto— pausó, recordando todo y llorando aún más —Entonces, Juan Cruz, se había llevado a Nico...
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DÍA DE LOS HECHOS.
La camioneta se detuvo afuera de la mansión y de está bajo Juan Cruz. Nicolás cayó al piso, soltando un grito de dolor, mientras Juan Cruz lo golpeaba, haciéndolo girar hasta la fuente.
—No sé- no sé qué hacés— Nicolás habló, agitado, tembloroso —Estás perdido, estás perdido.
—¡No, vos estás perdido! ¡Vos estás perdido! ¿Y lo que viste en ese viaje? ¿Qué pasa, Bauer?— sonrió con malicia —Cuando vos mueras, cuando Thiago muera, cuando Valentina muera.. cuando mueran los que yo decida, los débiles... los que queden acá van a quedar devastados y ahí yo voy a ganar.
Nicolás negó —No sé no sé qué buscás— tiro hacia atrás la cabeza —No entiendo, no entiendo qué- es qué querés. Ya está, ya está, ya está.
—El escudo— Juan Cruz miró el reloj —El escudo.. va a romperse y el portal va a ser mío, Bauer, ¿qué pasa? ¿Vos no les contaste a Cielo y Valentina eso- eso que viste en ese viaje?— con el bastón le dió en una pierna, la herida —¿Eh?
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Los MAN empujaron a Toledo sobre el sillón para que este se siente allí.
—¡Sentate ahí!
Tefi miró la mesa —¡Chicos, dejaron enchufada la planchita, los voy a matar!
—¡Callate, Tefi!
—Callate la boca.
—Voy a llamar a la policía— avisó Sebastián.
Toledo negó morándolos —¿No se dan cuenta que toda la seguridad es nuestra?
—¿Y Thiago y Valentina y los chicos? Los tenemos que sacar ya de acá— Melody sugirió.
—Ya deben de estar muertos— el hombre susurró.
Las chicas jadearon, Simón le dió un puñetazo con furia en la barriga.
—¿Y Luca dónde está? ¡¿Luca, dónde está?!
El hombre se quejó —Muerto.
—¡¿Por qué no te callás, flaco?!
—Llamá a Juan Cruz, tomá.
Simón le entregó el walkie-talkie.
—¡Dale, dale, llamalo!— Sebastián exclamó.
El hombre obedeció.
—¿Juan Cruz?
Este, desde la mansión, respondió.
—¿Siguen vivos, Toledo? ¿Los mataste?
Simón le arranchó el walkie-talkie —¡Terminá con todo esto enfermo! A Toledo lo tenemos nosotros. Cortala o lo vamos a-
—¿O qué?— Juan Cruz lo retó —¿O qué?— sonrió, casi burlándose —¿Que vas a hacer vos? Tarado.. payasito.... Vos que no podés elegir ni siquiera el color de bóxer que te querés poner, sin consultar antes a tu terapeuta— rió —En verdad que no sé como mi hija se pudo fijar en alguien como vos... Supongo que cuando acabe con ella, tendrás una oportunidad más para conseguir a alguien como vos— volvió a reír, Simón respiró agitado, por la furia que tenía —Dale, matalo a Toledo, dale, eh, dale, matalo.
Los chicos miraron a Simón.
—Chicos— Toledo llamó su atención —¿Por qué no miran hacia atrás?
Valeria negó, aún apuntándole —¡No, yo de acá no me muevo!
Tefi y Melody giraron y jadearon al ver a un tipo y los chicos abrieron los ojos al darse cuenta de que este, estaba armado. Tefi y Melody gritaron y Vale tuvo que darle el arma a Toledo.
¿Ahora? Estaban perdidos.
**********
Los seis Teen entraron contentos a su camerino al termino de su presentación. Había logrado vencer los nervios y dar un show increíble. Estaban súper satisfechos con la presentación y no les importaba perder o ganar, aunque eso sería un sueño.
—¡Wooo!
—¡Hey, hey, hey!— cantaron, animados.
Rama se alejó para llamar a Valeria.
—¿Hola? ¿Hola, mi amor?— sonrió —¡Cuando vos escuches el mensaje quiero que me digas como me viste! Vení al camarín. ¿Dale? ¿Mi amor?
—Pero- cortale, cortale— Tacho le quitó el celular, colgando así la llamada —No podés ser tan perrito faldero, Rama.
—Hey, hey, hey— Jazmín se acercó —¡Vos podrías aprender un poquito de eso! ¿No?
Tacho la miró —A ver, pará, pará, pará. ¿Vos ya te olvidaste de la lista que hicimos de condiciones?— miró su pecho —No sé, este escote no, no lo podés tener. Esta panza al aire no la podés tener.
Trató de acomodar su escote, pero Jazmín sacó la prenda roja con disgusto.
—Perdón perdón perdón, mi amor, ¿podés tirar la bombacha horrible?— le tiró la prenda.
Por otro lado, Mar estaba regañando a Thiago con evidente celos.
—Te vi, te vi, eh, cuando le estabas tirando besos a esas chicas, re desubicado, ¿qué te pensás qué sos, eh? ¿A las fans haciéndoles así? ¡No no te hagas el lindo!— lo regañó.
Valentina intervino —Mi hermano es lindo, che, y por eso las fans lo quieren, ¿verdad?— apretujó la mejilla de Thiago —Mira esta carita.
—Exacto— él asintió, sonriéndole.
—No, borrá esa sonrisita. ¡Te voy a rapar!
—¡Yo solo me voy a rapar!— Thiago respondió.
Valentina le dió un manotazo en la nuca —¡Basta! No te vas a rapar, Thiago.
—¡Eso! ¡No te vas a rapar porque te mato!
Jazmín se acercó —Yo lo voy a matar a los dos por haber desaparecido así —señaló a sus amigos —Sí, ¿por qué tardaron tanto en aparecer?
—¡Ya lo dije, me quedé encerrada!
—¿Y vos, Thiago?
—Bueno, bueno, bueno— Tacho intervino —Pero.. salió todo bien, ¿o no?
Todos le dieron la razón. Había salido estupendo.
Thiago asintió —Sí, voy a chequear eso.
—Dale, dale, dale.
—¡Te acompaño!— exclamó Valentina.
—Dale, vamos.
Ella asintió y saltó sobre su espalda de Thiago con una carcajada; él sujetó sus piernas para llevarla a caballito, pero no llegó a dar otro paso porque dos hombres le bloquearon la salida. Al ver que tenían armas, ambos retrocedieron.
—¿Se sientan, por favor?