Entre notas [EN EMISION]

By BoxyRawr

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Taehyung es un joven tranquilo, amante de la música clásica cuya única afición es su futura profesión: Tocar... More

Bienvenida y disclamers
Capítulo 1 - El primer verso
Capítulo 2 - Acordes disonantes
Capítulo 3- Pizzicato
Capítulo 4: Balada triste
Capítulo 5- Outro
Capítulo 6 -Clavijero
Capítulo 7- Nessun dorma
Capítulo 8 - O Fortuna
Capítulo 9 - Reina de la noche
Capítulo 10 - La cabalgata de las valkirias
Capítulo 11- Heroes y villanos
Capítulo 12 - Distorsión
Capítulo 13 - O Sole Mio
Capítulo 15 - Hopelessly devoted to you
Capítulo 16 - Miedo
Capítulo 17 - El caballero de la rosa
Capítulo 18- Coraline
Capítulo 19- Fri(END)s
Capítulo 20 - Puente
Capítulo 21- Canon D (I)
Capítulo 22- Canon D (II)
Capítulo 23- Ritmo ternario
Capítulo 24- Romeo
Capítulo 25 - Julieta
Capítulo 26- Singing in the rain

Capítulo 14 - La marcha Radetzky

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By BoxyRawr

La primera semana de las vacaciones de Navidad pasó entre temperaturas gélidas y largos días tocando en la calle para Taehyung. Pero para su sorpresa, cada mañana al despertar recibía un mensaje de Jungkook preguntándole si iba a ir al parque y a qué hora. El primer día pensó que lo hacía para avisar a su sobrino o simplemente para sacar un tema de conversación. Pero, un par de horas después de llegar vio su rostro entre la gente que le rodeaba, dedicándole una sonrisa mientras le saludaba tímidamente con la mano.

Así, se convirtió en rutina tenerle como compañía silenciosa durante largas horas, a pesar de las peticiones del violinista por que volviese a casa, preocupado por su bienestar. Él tenía que sufrir porque no tenía alternativa, pero no quería que Jungkook se arriesgase a caer enfermo. Pero por supuesto, cada uno de los días el chico le quitaba importancia, diciéndole que, si él estaba tocando, quería escucharle. Y al terminar, Jungkook le llevaba de vuelta a casa en su moto, dándole la oportunidad a Taehyung de abrazar su cuerpo robusto y tonificado con la excusa de no caerse de ella.

Que aquello era una estrategia de Jungkook para poder sentir secretamente su delicioso calor, derritiéndose cada vez que el chico estrechaba sus brazos en torno a su cintura, no tenía por qué saberlo nadie más que el propio Jungkook.

Aquella mañana, el día despertó un maravilloso cielo azul, animando a Taehyung a levantarse de la cama. A pesar de que los cristales empañados revelaban que el frío fuera era tan intenso como los días anteriores, la presencia de un poco de sol ya era bastante alentadora.

Jungkook:

"¿Hoy vas a ir también a tocar al parque solo por la tarde como ayer?"

Taehyung:

"He quedado con Jimin y Hoseok por la tarde, así que estaré solo por la mañana y me iré a casa para cambiarme de ropa y comer algo rápido"

Jungkook:

"Iré a verte en un rato entonces."

Taehyung:

"No hace falta, hoy dicen que va a hacer mucho frío... "

Jungkook:

"Lo siento, soy sordo, no entiendo lo que dices."

Taehyung:

"Estamos literalmente hablando por mensaje."

Jungkook:

"Sordo y ciego. ¡Nos vemos luego!"

Taehyung puso los ojos en blanco con una sonrisa al leer el mensaje. El Jungkook que pretendía ser un perfecto seductor le había encantado desde que sus ojos se cruzaron en aquella fiesta, pero el chico al que estaba conociendo en ese momento le gustaba mucho más.

Por supuesto, aquella personalidad que mostraba antes de que el caos se apoderase de todo seguía ahí. Pero, sin embargo, había otras facetas nuevas que se habían unido. Su capacidad casi infinita de molestarle, tan propia de los hermanos pequeños de la familia, y cómo fruncía el ceño con confusión cuando Taehyung se lo devolvía. Cómo, de vez en cuando, su cerebro hacía una conexión neuronal aleatoria y empezaba a hacer algo ridículo sin ninguna explicación aparente. Cómo se mordía el labio y bajaba la mirada con nerviosismo si alguien le hacía un cumplido.

El Jungkook de antes era poco menos que el hombre ideal, pero el Jungkook de ahora era real. Y aquello era un problema para Taehyung, porque cada día que pasaba, sus sentimientos crecían más y más, pasando de ser una semilla llena de "quizás", a ser un enorme árbol de emociones que recorría con sus ramas cada rincón de su corazón.

Tras unas cuantas horas tocando el violín en la calle, Taehyung vio aparecer a Jungkook a lo lejos con el casco de la moto en una mano y una bolsa de plástico en la otra. Al acercarse, el chico movió la cabeza de un lado al otro en un intento de saludarle sin usar las manos, pero quedando bastante ridículo visto desde fuera, como si fuese un oso del zoológico. Sin querer, una media sonrisa se pintó en los labios de Taehyung ante aquella imagen tan tierna.

— Justo iba a irme ya para casa, pensé que al final no vendrías—dijo Taehyung, dedicándole una sonrisa.

— Lo siento, es que he ido a ver a Jun, y Seokjin ha insistido en que le trajese comida al ídolo de su hijo—respondió Jungkook.

— ¡Es tan amable! Dale las gracias de mi parte.

"Bueno", pensó Jungkook en ese momento, "quizá Taehyung tampoco tiene que saber que Seokjin se está riendo de mí a diario por intentar ganarme tu confianza de nuevo a base de llenarte el estómago de manjares en lugar de decirte lo que siento". Asintiendo con la cabeza, Jungkook se comprometió a hacerle llegar el mensaje, mientras observaba las manos del violinista, blancas debido al frío extremo que llevaba sufriendo desde hace horas.

— Tae, ponte mis guantes—dijo Jungkook, quitándoselos y agarrando una de las manos del otro para enfundarla en uno de ellos—Ese abrigo ni siquiera tiene bolsillos para que metas las manos.

— ¡No, no quiero que pases frío por mi culpa! -exclamó el chico, haciendo el intento de quitarse el que ya llevaba puesto.

— Hazme caso, cabezota—dijo Jungkook con voz dulce, pero dejándole claro que no era negociable—Al menos ponte uno de ellos, ¿vale?

Aún disconforme, Taehyung asintió con la cabeza, dejando el guante que Jungkook le había puesto en su mano derecha mientras seguían caminando. Sin embargo, lo que no esperaba era que Jungkook agarrase su otra mano con su mano desnuda y la metiese dentro del bolsillo de su chaqueta.

— ¿Ves? Así ninguno de los dos pasaremos frío—dijo Jungkook despreocupadamente.

— S...sí, una...idea...muy buena—tartamudeó Taehyung, sintiendo no solo el calor de la mano de Jungkook sobre la suya, sino también el ardor de sus mejillas sonrojándose furiosamente.

No, tampoco Taehyung tenía que saber que Jungkook estaba gritando en su cabeza por haber hecho aquello sin pensar. Ni que estaba muriéndose por dentro por la vergüenza. Ni que su corazón estaba corriendo como un caballo de carreras dentro de su caja torácica.

Jungkook ya se había resignado a que Taehyung nunca le viese de la misma manera que antes. Pero tenía la firme intención de demostrarle quién era de verdad, darle de forma desinteresada todo el cariño que aceptase de su parte y protegerle.

Tras un viaje en moto tan corto como agradable llegaron a su edificio. Como ya se había convertido en hábito, ambos hicieron el mismo teatrillo de los anteriores días: Jungkook le invitó a su casa, Taehyung declinó la oferta diciendo que no quería molestarle cuando se había tomado ya la molestia de llevarle comida y recogerle en moto, Jungkook le respondió que no dijera tonterías, y finalmente terminaron sentados en la alfombra del guitarrista, comiendo mientras charlaban animadamente sobre algún tema sin importancia. Sin darse cuenta, los minutos se convirtieron en horas, hasta que Taehyung miró su reloj.

— ¡Maldita sea, tengo que irme! ¡Se me ha hecho super tarde! —exclamó Taehyung, levantándose del suelo de un salto.

— Antes de que te vayas, ¿podría darte algo? ...—preguntó Jungkook con voz tímida, levantándose del suelo también.

— ¿A mí? ¿Por qué? —preguntó Taehyung.

— Bueno, Jimin me chivó hace un par de días que hoy era tu cumpleaños. Felicidades—dijo el chico con una sonrisa— No quería incomodarte ni obligarte a contármelo si no querías, por eso no te he felicitado hasta ahora. Pero quería hacerte un pequeño regalo de todas maneras.

De una de las estanterías, el chico sacó una bolsa de plástico con algo envuelto en papel de regalo. Al verlo, Taehyung sintió una mezcla de emoción, vergüenza y arrepentimiento por haberle ocultado aquello.

— Perdóname, Jungkook, yo...no te lo dije porque...hace poco que arreglamos nuestras diferencias, y has estado semanas poniendo distancia conmigo. Así que pensé que simplemente no querías ser mi amigo más, así que no quería ponerte en un compromiso -dijo Taehyung.

— Siendo sincero, he estado guardando algo de distancia durante unas semanas porque no creía merecer tu perdón después de todo lo que te hice. Sigo pensando que no lo merezco—explicó Jungkook—Pero tanto Yoongi como Jimin me han pedido que deje de castigarme a mí mismo, y estoy intentándolo.

— ¡Pero Jungkook, yo ya te he perdonado, no tienes que sentirte mal! —exclamó Taehyung en respuesta, yendo instintivamente a acariciar el hombro del chico—Y no hacía falta que me regalases nada...

— Pero quería hacerlo, ¡y ahora abre el dichoso regalo ya, pesado! —dijo Jungkook poniendo los ojos en blanco.

— ¡Tú sí que eres pesado! —respondió Taehyung, sacándole la lengua de forma burlona.

Sobre el papel de regalo, había una nota manuscrita con la letra de Jungkook. "Para que renueves tu repertorio". Con el ceño fruncido, Taehyung buscó un borde del envoltorio para descubrir lo que ocultaba, descubriendo un libro de partituras para violín. Con curiosidad, lo volteó para mirar la lista de canciones, y para su sorpresa, no conocía ninguna de ellas.

— Quería algo que aunase tu amor por el violín y mi gusto por la música actual. Son partituras de canciones modernas. Sé que a priori parece un regalo envenenado, pero de verdad creo que te pueden gustar si les das una oportunidad. Evidentemente no tienen la complejidad de las obras clásicas que tú interpretas, pero...

— Muchísimas gracias, Jungkook —le interrumpió Taehyung, dándole un abrazo y atreviéndose a darle un beso en la mejilla.

— Eh, sí, claro, emmm, eso—respondió el chico, ruborizado hasta las orejas en medio de un colapso nervioso.

— Te prometo que le daré una oportunidad a las partituras, ¿vale?

Sin poder hablar, Jungkook asintió con la cabeza, dedicándole una sonrisa de oreja a oreja. Era solo un inocente beso en la mejilla, algo que viniendo de cualquier otro ser humano le parecería algo insignificante. Pero Taehyung no era un ser humano cualquiera, o al menos no para él.

Y aquel desastre de sonrisa de estúpido combinado con el rojo de sus mejillas hubiese sido evidente para cualquiera que hubiese prestado la más mínima atención. Pero no para Taehyung. Él estaba demasiado ocupado reuniendo valor para preguntarle por fin lo que llevaba una semana callándose por miedo al rechazo. Pero era su última oportunidad, y no quería arrepentirse de no hacerlo.

— Jungkook, verás... mañana Jimin organiza una fiesta en su casa para celebrar el final del año, y...me preguntaba si...—empezó a balbucear Taehyung—Olvídalo, seguro que ya tienes planes, es demasiado tarde, ya lo sé...

— No tengo planes para mañana, iba a pasar el final de año con Seokjin. Yoongi me dijo que podía ir a la fiesta de Jimin si quería, pero no quería ir y arruinarte la noche.

— No me vas a arruinar la noche. Todo lo contrario, quiero que vengas. Si tú quieres. Quizá prefieres quedarte en casa y...

— Me encantaría ir. Claro que siendo una fiesta a la que vas a ir, será una fiesta de té con pastas y música de cámara, ¿no? —respondió Jungkook con un toque burlón.

— ¡Eh, no te pases! —dijo Taehyung, ligeramente molesto—Solo voy porque es Jimin quien la organiza. Probablemente me pase toda la fiesta escondido en algún sitio.

Y ambos pensaron lo mismo en ese momento, aunque por supuesto no lo verbalizaran: "Ojalá pasar la noche escondido contigo".

════ ∘◦❁◦∘ ════

Por su cumpleaños, Taehyung no quería grandes fiestas ni celebraciones. Solo quería pasar una tarde tranquila con sus amigos, soplar una vela sobre un cupcake especialmente elegido por Jimin, y abrir sus regalos, quejándose por el dinero que se habían gastado, pero secretamente disfrutando de que hubiesen pensado en él. Pero aquel año en especial, deseó con todas sus fuerzas que el día se terminase lo antes posible para poder volver a ver a Jungkook. Por suerte, a sus amigos no les extrañó que Taehyung decidiese irse temprano a casa con la excusa de querer descansar, y en cuanto llegó a casa decidió meterse en la cama para que por fin el día siguiente llegase.

Evidentemente, una fiesta era lo último que le apetecía a Taehyung incluso aunque su adorado Jungkookie fuese a estar allí. Pero cuando recordaba los grandes momentos que había pasado con él, una sonrisa enorme aparecía en su cara, secretamente esperando poder tenerle más cerca con la excusa de la desinhibición del alcohol.

A pesar de que su armario estaba compuesto de ropa más que adecuada para la ocasión, Taehyung tardó varias horas en decidir qué ponerse. Finalmente, se decidió por su primera opción, a pesar de que su camisa favorita de pronto parecía tener algo mal, sus pantalones de traje nunca parecían suficientemente planchados, y su americana se veía extraña sobre él.

Jimin vivía con sus padres en una casa enorme de dos plantas con jardín, y estaba acostumbrado a vivir entre lujos: Su padre era un internacionalmente conocido director de orquesta, y su madre una violonchelista en la Filarmónica de Seoul, básicamente el sueño de Taehyung. Y su hijo, después de muchas discusiones con ellos, consiguió entrar en el itinerario de moderno en el conservatorio, a condición de continuar con el piano, instrumento que tocaba desde niño.

Pero si bien ambos eran estrictos con su hijo con respecto a su futuro, también eran dulces, cariñosos y respetuosos con él. Y, por suerte o por desgracia, le dejaban la casa para hacer fiestas en días señalados con la única condición de que se la encontrasen igual que la dejaron.

Cuando Taehyung llegó, la música ya rugía por los grandes altavoces que había situados en cada rincón, y la mayoría de los invitados ya estaban combinando alcohol y baile en el irreconocible salón de la casa, reconvertido en una enorme pista de baile.

— Hola amorcito—saludó Jimin, dándole un fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla—¡Estás guapísimo!

— ¿Tú crees? Yo me veo fatal—respondió Taehyung.

— De eso nada, querido—dijo Hoseok, acercándose a ellos para darle un abrazo también—Siempre vistes muy elegante, pero hoy podrías ser el presentador de la televisión que hará la cuenta atrás.

— Por cierto, Jungkook y Yoongi llegaron hace un rato—dijo Jimin a título informativo, mirando fijamente a Taehyung.

— No... no había preguntado—respondió el violinista con cierta incomodidad.

Instintivamente, miró a Hoseok esperando encontrar una mueca en su rostro ante la mención de Yoongi. Sin embargo, su rostro permaneció tan sonriente como siempre, con su mano rodeando despreocupadamente la cintura de Jimin. ¿Habría algo que no sabía respecto a sus dos amigos?

— Pues él sí ha preguntado por ti. Dos veces—respondió Jimin guiñándole el ojo.

— ¿Ah sí? ¿Y qué le has dicho?

— Que estás enamorado de él y que debería llevarte a un cuarto vacío para empotrarte contra la pared como si fueses un armario.

— ¿¡Qué!? —gritó Taehyung, sintiendo cómo toda la sangre desaparecía de su cara.

— ¿Estás idiota? Le he dicho que aún no habías llegado. ¿Qué le voy a decir? Haces unas preguntas a veces...—respondió Jimin, dándole una colleja amistosa.

— ¡Casi me matas de un susto, maldita sea!

— Sin embargo, podrías decírselo tú mismo...

— ¡No voy a decirle nada porque no estoy enamorado de él ni quiero follármelo! -dijo Taehyung.

Al escucharle, sus dos amigos se miraron entre ellos y empezaron a reírse a carcajadas, provocando que Taehyung frunciese el ceño. ¿Pero por qué no le creían? ¿Qué se habían creído esos dos? Por supuesto que había empezado a sentir algo más por Jungkook, pero era mejor negarlo todo que reconocerse a sí mismo sus sentimientos, más aún cuando sabía que no eran correspondidos. Esconder la cabeza en el suelo como un avestruz era mucho más factible que dar la cara y que le rompiese el corazón.

Abandonando a sus dos amigos, que por supuesto seguían riéndose de lo que había dicho, Taehyung fue a dejar su abrigo y su bufanda en la habitación que había preparada a modo de ropero. Por un lado, deseaba ver a Jungkook desesperadamente, pero otro lado, el miedo se apoderó de él. Lentamente, se adentró en la sala principal como si fuese una piscina de agua fría. El reloj de la pared marcaba ya las 11 de la noche, y aquello quería decir que el momento más esperado de la noche estaba por llegar.

— ¡Ya pensaba que no ibas a llegar a tiempo! —dijo la voz de Jungkook a su espalda.

— Ya te dije que vendría, no seas...—empezó a decir Taehyung.

Y cuando el violinista se dio la vuelta dispuesto a replicar, sintió que iba a perder la cabeza. Acostumbrado a ver a Jungkook vestido con vaqueros y camiseta, verle cómo el traje de chaqueta resaltaba cada uno de sus atributos era un shock en el mejor de los sentidos. Su pelo largo caía ligeramente sobre sus ojos, dándole un aspecto aún más atractivo que de costumbre, y su sonrisa, que siempre había sido preciosa, parecía brillar con mayor intensidad. Taehyung abrió la boca y la cerró un par de veces, boqueando como un pez fuera del agua mientras buscaba las palabras adecuadas para decirle, pero su cerebro se negaba a emitir ninguna palabra, ni en coreano ni en ningún otro idioma conocido.

— Estás muy guapo—dijo Jungkook con una sonrisa, dando un sorbo a su copa.

— Tú...tú también—respondió Taehyung, sonrojándose—Aunque creo que en tu caso está hablando el alcohol.

— Dicen que los borrachos siempre dicen la verdad, ¿no? —respondió el menor, guiñándole el ojo.

Justo cuando iba a responder, el volumen de la música bajó y vio a Jimin subirse sobre una mesa para llamar la atención de todos. Después de la queja general por haberles quitado su fuente de diversión, Jimin agarró un micrófono e hizo un gesto para que todos se callasen.

— Bueno, se acerca el mejor momento de la noche, ¡la cuenta atrás! Este año vamos a proyectarla sobre la pared, y después habrá música y mucho más alcohol, por supuesto. ¡Disfrutad de la fiesta! —dijo Jimin antes de saltar de la mesa para seguir preparando la pantalla sobre la que verían los últimos minutos del año.

Aprovechando la confusión, Taehyung se escurrió entre la gente para evitar decirle ninguna estupidez a Jungkook. No podía usar todavía la excusa del alcohol para justificar sus acciones, y lo que no estaba dispuesto era a empezar el año con una decepción amorosa después de que le diesen calabazas.

Al pasar frente a la barra, pidió una cerveza y se fundió con la multitud para esconderse, con la tristeza apoderándose de él. Otro año más, no tendría a nadie a quien besar a medianoche. Los años anteriores, al menos, no tenía interés romántico en nadie. Pero saber que su primer beso podría haber sido con Jungkook meses atrás, y que sus mentiras, su cobardía y su inseguridad se habían interpuesto en el camino hacía que un nudo se formase en la boca de su estómago. Deseaba tanto besarle, deseaba tanto poder volver atrás en el tiempo y dejar que el chico diese rienda suelta a su pasión en aquel ascensor. Deseaba tanto volver atrás en el tiempo para decirle la verdad desde el principio, y así evitar que su enfrentamiento pusiese fin a su relación antes de empezar. Deseaba tanto no ser un cobarde y confesarle lo que sentía...

A lo lejos, vio a Jungkook mirando de un lado a otro buscándole, pero la oscuridad que reinaba en la sala, solo iluminada con pequeñas tiras de luces y una tenue iluminación de colores impidió que consiguiese su objetivo.

— ¡Aquí estás! Jungkook está buscándote al fondo—dijo Hoseok, seguido por Jimin, quien había terminado por fin de organizarlo todo para la cuenta atrás.

— Lo sé, pero...no le digas que estoy aquí, ¿está bien?

— ¿No quieres verle? ¿Habéis vuelto a pelearos? —preguntó Jimin con cara de extrañeza—Antes parecía estar muy ansioso por verte...

— No he discutido con él, es solo que temo hacer una tontería si estoy con él.

— Creo que es la noche perfecta para hacer "una tontería", como dices tú—respondió Jimin con cariño—Aunque te niegues a reconocerlo, él te gusta mucho, y salta a la vista que tú también a él.

— Te equivocas, Jimin. Cuando arreglamos las cosas, me dijo que le gustaba antes, ahora ya no. El momento ha pasado, y él quiere ser mi amigo ahora. Y yo también. Pero hoy...hoy no puedo parar de pensar en lo que pudo haber sido y no fue.

Viendo cómo las lágrimas amenazaban con desbordar sus ojos, Hoseok se lanzó a rodearle con sus brazos, seguido inmediatamente con Jimin. Pasaron unos instantes en silencio, hasta que los gritos de la gente a su alrededor les alertaron de que el año estaba terminando.

—Cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Feliz año nuevo! —gritó todo el mundo al unísono.

Y como siempre, Taehyung empezó el año con un pellizco en el corazón. Jimin y Hoseok se dieron un breve beso en los labios a modo de celebración a su lado, dejándole claro a Taehyung la naturaleza de su nueva relación, y le abrazaron a continuación para darle un millón de besos en la mejilla, uno en cada una. A su alrededor, todo el mundo se estaba abrazando y besando con sus parejas y ligues, recordándole inevitablemente lo solo que estaba.

— Si ya os habíais decidido a formalizar vuestra relación, podríais habérmelo dicho—dijo la voz de Yoongi a la espalda de los tres amigos, haciendo que Jimin y Hoseok se sobresaltasen.

— ¡No, espera! —exclamó Jimin, viendo cómo Yoongi se daba la vuelta y desaparecía con pasos acelerados, esquivando con agilidad a la gente que se interponía en su camino.

Al ver aquello, Jimin salió corriendo tras de él, seguido por Hoseok. A ojos de Taehyung, Hoseok estaba preocupado por Jimin, y Jimin estaba intentando no enemistarse con Yoongi, a quien sabía que quería conservar como amigo. Sin embargo, la situación era muy diferente. Al salir de la sala, Hoseok agarró de la mano a Jimin y tiró de él para correr más rápido hacia la salida, hacia donde Yoongi se dirigía ignorando los llamados a gritos de los otros dos. Al entrar en el ropero para encontrar su abrigo, Hoseok y Jimin entraron tras él.

— No hacía falta que fueseis a mis espaldas, podríais simplemente haberme dicho que queríais estar juntos. Felicidades, por cierto—dijo Yoongi, intentando mantener la compostura, pero visiblemente herido.

— ¡No saques conclusiones precipitadas, por favor! —dijo Hoseok, agarrando una de sus manos— No cometamos el mismo error que Jungkook y Taehyung.

— Escúchanos antes de decidir marcharte, te lo suplico—añadió Jimin, agarrando su otra mano—No hemos decidido nada ni queríamos dejarte fuera. Te hemos estado buscando para estar contigo en la cuenta atrás pero no te hemos podido encontrar a tiempo.

— Ambos estábamos deseando besarte a medianoche también—añadió Hoseok—Así que, déjanos arreglarlo.

Sin esperar una respuesta, Jimin y Hoseok salvaron la distancia entre ellos y el mayor, peleándose juguetonamente por ser el primero en besarle. Tras un pequeño forcejeo, fue Jimin quien se llevó el privilegio de hacerlo, momento que aprovechó Hoseok para acariciar el pelo de ambos mientras los miraba con ternura. Al separarse Jimin del beso, fue Hoseok quien giró ligeramente la cabeza de Yoongi, aún sin aliento, para besarle a continuación.

— La próxima vez, aquí nadie se besa sin que yo esté presente, ¿vale? —bromeó Yoongi, señalando de forma acusatoria a ambos.

— Ay, mi gatito celoso...—respondió de forma cariñosa Jimin, abrazando su cintura.

— Ahora, volvamos a la fiesta. Si el anfitrión desaparece tan pronto, los invitados van a organizar una rebelión, y tus padres van a matarte—añadió Hoseok.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Jungkook estaba ansiosamente mirando por todas partes para encontrar a Taehyung, sin ningún éxito. Por un momento, se planteó que el chico se hubiese vuelto a casa sin despedirse, pero teniendo en cuenta que su abrigo seguía allí, sabía que tenía que estar en algún lugar de la casa. Preguntó a toda persona que creía que podría conocerle, y o bien no le habían visto en toda la noche, o le daban ideas contradictorias que no parecían acercarle a su objetivo. Y entonces, tuvo una idea.

Siendo el mejor amigo de Jimin, Taehyung habría estado en la casa un millón de veces, y debía conocerla como la palma de su mano. Y una persona como él, que odiaba los ruidos fuertes, estaba seguro de que se habría escondido en algún lugar prohibido para el resto de los invitados. Con la osadía que solo el alcohol puede conferir, Jungkook decidió colarse por la puerta que separaba la fiesta de las zonas prohibidas de la casa, alejándose poco a poco de la música. Y al abrir la puerta más alejada al salón, encontró a Taehyung sentado en el suelo del que parecía ser el dormitorio de Jimin, con dos botellines de cerveza a su lado y bebiéndose el tercero con la mirada perdida en la nada.

— Por fin te encuentro—anunció Jungkook, haciendo que el otro se sobresaltase y se levantase torpemente del suelo.

— No deberías de estar aquí.

— Tú tampoco

— Yo ya me iba, de todas maneras—dijo con la mirada esquiva Taehyung, intentando evitarle para salir por la puerta.

Sin embargo, a pesar de que también estaba presa del alcohol, Jungkook fue capaz de bloquearle con su cuerpo, agarrándole suavemente de la muñeca.

— ¿Por qué me estás evitando? ¿Te he hecho algo? —preguntó Jungkook con tono de preocupación.

— ¡No! —exclamó Taehyung, sintiéndose tímido inmediatamente después—Es solo que empezar cada año nuevo me pone triste. Me hace sentir muy solo.

— Pero no estás solo—dijo Jungkook con voz suave, acariciando su mano con suavidad—Tienes a Jimin, a Hoseok... y bueno, me tienes a mí.

— Sabes que... sabes que no es lo mismo—titubeó Taehyung, sintiendo de pronto que Jungkook estaba demasiado cerca.

La mirada de Taehyung viajó inconscientemente de los ojos de Jungkook a sus labios, ligeramente teñidos por la sangría que debía haber estado bebiendo. Instintivamente, Taehyung lamió sus labios con nerviosismo, deseando en secreto saborear aquella fruta prohibida.

— ¿Quieres besarme? —preguntó Jungkook con una media sonrisa autosuficiente.

— N...no —respondió Taehyung dándose cuenta de lo que había hecho, apartándole la mirada avergonzado.

— ¿Seguro? Te veo muy nervioso con la sola idea de hacerlo.

Al decirlo, Jungkook se acercó un paso hacia Taehyung, acorralándole contra la pared. La tensión entre ellos se podía sentir en el aire, pero aun con todo, Taehyung recabó valor para responder con un titubeo.

— N...no mientas—negó Taehyung.

Solo unos pocos milímetros separaban a Jungkook de su boca, y Taehyung olvidó por un instante respirar. Su orgullo le decía que lo negase y que saliese de allí. ¿Pero su corazón? Su corazón estaba haciendo cosas extrañas, latiendo a contratiempo por la emoción.

— Yo sí quiero besarte, ¿sabes? Pero no voy a hacerlo si tú no quieres. Solo dilo. Una sola palabra y lo haré, para empezar —siguió susurrando Jungkook, cada vez más suavemente, rozando la punta de su nariz con la suya.

— ¿Pa...para empezar? —Taehyung no podía respirar, aquello era demasiado para él. La intensidad del momento estaba inundando su cordura.

— Si, porque luego...—respondió Jungkook, en voz tan baja que era casi el movimiento de sus labios solamente—... luego podemos hacer algo más que besarnos.

Y en aquel momento, Taehyung supo que estaba perdido. Los labios de Jungkook estaban a apenas un par de milímetros de los suyos, y su aliento cálido acariciaba su rostro. La proximidad era tanta, que los ojos de ambos estaban cerrados. Si Jungkook estaba jugando con él, realmente debía de ser un buen actor. Más que bromeando, parecía enternecido por tenerle expectante y deseoso. Fuese un juego o no, Taehyung deseaba aquello más que nada en este mundo.

— A la mierda —respondió Taehyung un instante antes de unir sus labios con los de Jungkook, liberando todo su deseo contenido.

Y Jungkook en un instante respondió con igual entusiasmo, enredando sus dedos entre los mechones de pelo de la nuca de Taehyung. Su alma de líder se impuso, conduciendo el beso por donde él quería, y Taehyung simplemente se dejó guiar en aquella experiencia nueva. Aún con sus labios rozándose entre ellos, una risa satisfecha se escapó entre los labios de Jungkook, a lo que Taehyung respondió con un pequeño gruñido quejumbroso mientras volvía a garantizarse de que sus labios siguiesen bien sellados. Estaba absolutamente ebrio de las sensaciones que estaba experimentando, y no es que quisiese, sino que necesitaba más y más. Taehyung aún podía sentir la sonrisa del otro contra su boca mientras sus lenguas se enredaban entre ellas, y de alguna manera le resultó aún más adictiva que cuando veía aquellos labios deliciosamente carnosos, algo que creía imposible.

Pero entonces, la inseguridad de Taehyung llegó hasta él. "Solo te está besando por diversión, porque está borracho". "Para él, esto no significa nada". "Solo te besa por pena". A pesar de que para él aquello significaba todo, a pesar de que para él aquel estaba siendo su primer beso, estaba convencido de que para Jungkook solo era uno más de tantos que olvidaría a la mañana siguiente.

Así que, con los ojos llenos de lágrimas, se alejó de Jungkook y salió corriendo, dejando al otro chico dolido y sin aliento. Aquel beso había elevado a Jungkook hasta el séptimo cielo, y le había hecho sentir algo tan bello que no existían palabras en ese mundo para poder describirlo. Pero, era evidente para él que Taehyung se arrepentía de su arrebato. No necesitaba pedir explicaciones para ello, lo veía claro viendo su reacción. Pero haría lo que fuese por no alejar a Taehyung de él, así que decidió que lo mejor sería atesorar aquel momento, pero fingir demencia. A la mañana siguiente, no volvería a nombrar lo ocurrido para no poder en un compromiso complicado a su dulce Taehyung. Si eso era lo necesario para poder seguir conservándole en su vida, lo haría una y mil veces. Haría lo que fuese por su príncipe de cuento. 

════ ∘◦❁◦∘ ════

Uuuuhhh.... ¡¡el primer beso de estos dos!! ¿Qué os ha parecido? La inseguridad de Tae aún sigue ahi dando duro, pero no os preocupéis, que abrirá los ojos y superará sus miedos❤️

Me muero por saber qué os ha parecido el capítulo, así que cosedme a comentarios ❤️

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