Un bello brazalete de plata, su primer regalo a Theodore; lo primero que le había dado y podía verlo usar, incluso a pesar de la situación en la que ambos se encontraban.
Aunque era algo grueso y más llamativo de lo común, sobre todo por que Theo no tenia costumbre de usar accesorio alguno, seguía teniendo belleza, no del todo como una joyería que usarían los demás, pero los intricados patrones de runas daban una señal de lo especial que era, y a pesar de no ser muy hermoso, le quedaba bien.
No es lo que le hubiera querido regalar en primer lugar; cuando fantaseaba sobre que le daría cuando fueran cercanos, en su cabeza no había cruzado ningún pensamiento sobre brazaletes, no era la mejor primera impresión, era impersonal y frio, pero verlo puesto en su muñeca en realidad le hacia sentir ligeramente agradable, al ver como combinaba con él.
A pesar de su edad, siendo aun joven, Theo tenia un cuerpo atlético y masculino que ciertamente llamaba la atención; delgado, alto y elegante, de hombros ligeramente anchos y brazos fuertes, su pelo y mirada oscura le daban un aire de misterio, su rostro antiguo y aristócrata hablaba de poder y conocimiento real.
Su figura esbelta y rápida debido a su talento en los duelos le agregaba seguridad y presencia, y sumado a todo eso, la pieza de plata, notoria en toda su muñeca, añadía un aire aun más frio a su penetrante figura.
Al ponérselo, Harry no pensó que lo tomaría con aprecio, pero le fue un alivio al ver como encajaba tan perfectamente a pesar de sus dudas, le había prometido que le quedaba bien, Theo, sin embargo, no había dicho nada al respecto.
Theo en realidad no le había hablado; más que un temblor nervioso, no había reaccionado, pero tampoco es que pudiera verlo, la venda en sus ojos le bloqueaba cualquier luz, y tampoco podía sentirlo, con las manos y pies atados con una cuerda.
Todo debía ser extraño y aterrador para él, en ese mismo momento, mientras lo observa en silencio, tenia una bestia en el pecho rugiendo y rasguñando para que lo soltara, lo liberara y no le causara mal, sin embargo, sabia que no podía ser de otro modo.
No había llegado a dormir mucho, pensando en como él actuaria al despertar, en si gritaría, se apartaría, o le prometería odio eterno por sus acciones; no creía que comprendiera, era una situación complicada y no se permitía a si mismo hacerse muchas ilusiones sobre su futura relación con quien había secuestrado.
El tiempo de efecto de la poción termino cuando no estaba listo, no podría haberlo estado de todos modos, y a pesar de lo aterrado que estaba por afrentar la situación, lo había sacado del baúl, le coloco el brazalete y le había explicado ligeramente que estaba pasando, esperando a que él estuviera listo para hacer preguntas.
A pesar de haber cruzado ya varias horas en silencio, él aun no se dignaba a hablarle, y se regaño a si mismo por no tener ese camino como una opción, pues su corazón se quejaba con cada minuto que Theodore fingía no existir.
Al menos el brazalete para suspender la magia era más bonito que los grilletes o las otras opciones, y aunque era útil, era algo que le había dado, pensó que lo apreciaría más que un pedazo circular de metal con posibles cadenas.
-Si estas esperando una recompensa, no la recibirás, si es una venganza contra mi padre estas equivocado, no le importo- fueron las primeras palabras de Theo, amargas frases a la defensiva mientras intentaba mantener distancia, al parecer identificando donde estaba solo por el peso de su mirada.
Harry se mordió los labios hasta casi herirlos, reconociendo que decía la verdad, Theo, al igual que él, conocía el desprecio, el abandono y el no ser amados, y solo quería consolarlo por eso, decirle que ya había alguien que lo amaba y que lo protegería, por que a él siempre le habían quitado todo, y era la única cosa que defendería sin importar que.
Por eso mismo lo había secuestrado, escondido y llevado lejos, por que quería protegerlo del destino que le deparaba el regreso a su hogar.
En cambio, suspiro lo más suave posible y dijo, intentando explicarse un poco -Tengo lo que quiero, te tengo a ti, solo tienes que acostumbrarte a eso- murmuro, ocultando la duda de si eso alguna vez habría de pasar, si Theo le querría en algún momento.
Supuso que no, secuestrarlo en contra de su voluntad había arruinado cualquier posible futuro, lo miro con un poco de lastima, permitiéndose demostrar sus sentimientos al saber que este estaba ciego de lo que ocurría a su alrededor e incluso con quien estaba, una necesidad de acariciar su bello rostro latiendo fuertemente, más la ignoro.
Theo no respondió ni dijo nada más, tampoco se relajo, solo se quedo quieto, en silencio, solo un escalofrió como evidencia de que escucho sus palabras, tal vez incluso identifico la verdad en ellas, pero no tenia tantas esperanza.
Lo miro unos minutos más antes de levantarse y salir, conociendo que su mirada lo tendría incomodo y que debía permitirle al menos unos momentos de tranquilidad ente tanto caos y peligro.
No se sentía mal, solo un dolor por la hostilidad con que ahora seria tratado, pero lo había salvado de ese destino...
Era lo correcto...
Harry parpadeo un poco más antes de recuperar su concentración, regañándose y quejándose mentalmente por encontrarse sucumbiendo al sueño y al cansancio, cosa que no se podía permitir ahora, no cuando trabajaba en algo tan delicado e importante, sin perdonarse incluso con la hora tardía.
Curiosamente, aunque de manera física podía soportar horas largas de trabajo con poco tiempo de sueño, las partes emocionales lo dejaban desgastado; Ese día en particular, solo quería dormir y no despertar en al menos 8 horas, y aunque conocía lo improbable que podía llegar a ser eso, por no decir que no podía permitirse descuidar tanto tiempo a Theodore, era algo que realmente parecía necesitar.
Aun sentía algo de presión en el pecho, esa sensación incomoda como un tipo de fantasma que le recordaba parte del dolor de esa mañana en especial, por un momento casi había derramado lagrimas, antes de lograr controlarse; Theo aun desconfiaba, aun se alejaba y no entendía que todo eso era por su bien.
Aun era silencioso y le recriminaba con una mirada que no veía, más aun así sentía, su falta de libertad, su encierro en un lugar desconocido e incluso su lejanía a su propia magia, sin comprender que él se había arriesgado para salvarlo, para que no llegara a sufrir, para estar con él.
Simplemente no entendía, no comprendía todo el mal que le traería su dolor; no seria capaz de vivir si le arrebataran esa pequeña luz que lo ilumino en un segundo del pasado, no podía solo mirar como le herían sin la posibilidad de retroceder, un daño irreparable, una marca de esclavitud a una causa que no apoyaba con tanta pasión como para sufrir por ella.
Por eso había arrebatado a Theodore de ese destino vil, y él, en su arisca belleza, lo despreciaba por el método que había tenido que usar, sin quedarle alguna otra opción.
Negó con la cabeza y se alejo de esa rueda de pensamiento, luchando por realmente concentrarse en lo que tenia que hacer, pues era de suma importancia y no tenia todo el tiempo del mundo; le era imposible saber cuando alguien atacaría Privad Drive y tendrían que salir de las barreras, sin embargo, no podía arriesgarse de ese modo.
Por ahora era seguro, pero sin la secuencia de runas en su baúl o ninguna otra protección era cuestión de tiempo para que Theo fuera encontrado y arrebatado, incluso si luchara con sangre, uñas y dientes, pues nadie estaría de acuerdo en la decisión que él había tomado.
Dumbledore encontrándolo, sus amigos viéndolo por algún descuido, las barreras de su posible nueva residencia, los encantamientos de rastreo o incluso invocación; tenia pesadillas con ver a Theo bajo cruciatus, muerto, obliviatado, encerrado pero sin cuidado alguno, pensar en las opciones incluso le provocaba nauseas.
No podía permitir eso, por su propia vida no podía, no soportaría un dolor, una perdida así...
Por eso Theo estaba encerrado en su habitación, y era en momentos como esos que agradecía los múltiples candados de la puerta, pues aunque era la peor, le repugnaba la idea de acostar al hermoso joven en alguna cama que le perteneciera a esos cerdos.
Theo le había atacado con su afilada lengua de plata al probar la cama, insinuando que no quería ni cuidarlo ni protegerlo como había dicho varias veces, pues al menos tendría donde dormir, a diferencia de la monstruosidad que le ofrecía, Harry se avergonzaba un poco de admitir que se había estremecido y había temblado ligeramente por los dolorosos comentarios.
Sin embargo, después de disculparse y conseguir múltiples mantas para que se acostara en el suelo decentemente, Theo dejo de hablar; supuso que por error había murmurado demasiado fuerte el como lamentaba que algo así lo hiciera dudar, y que no era su intención que tuviera tan mala idea después de probar su cama.
Esperaba que ese no fuera el motivo, temía que la ágil mente de Theodore tuviera una idea sobre su secuestrador, durmiendo así, por que era incapaz de defenderse a si mismo, y relacionara eso con la incapacidad de defenderlo, lo cual no era asi.
Él ya se estaba enfrentando a mucho con el simple hecho de llevarlo bajo la mirada de nadie, y mantenerlo oculto de todos los demás.
Temía que Theo aceptara que lo hacia por su bien, pero creyera que era inútil para protegerlo y que por eso se intentaría ir, a pesar de que él luchara tanto por convencerlo.
Cerro los ojos fuertemente, alejando todos esos escenarios desastrosos que sentía como puñaladas, ya tenia suficiente dolor con lo que vivía en la realidad para torturarse con la adivinación.
Conto hasta tres, descansando la vista y recuperando toda su energía para continuar con lo que estaba haciendo, era importante.
Terminando de preparar adecuadamente todos los materiales imprescindibles para tallar las runas, suspiro, revisando el patrón detenidamente para no equivocarse, pues todas eran necesarias para esconder a Theo de cualquier curioso que sospechara de su baúl.
Decidió terminar antes de que llegara la mañana, y aunque tendría que ser silencioso al subir a la habitación y acostase para procurar no asustar a Theo, no pensó demasiado en si dormiría o no y en la cama que dormiría, su prioridad estaba antes que todo eso.
Proteger a Theodore...