Capítulo 38
Bob me sonrió con una sonrisa realmente escalofriante y a mí me altero un poco.
Mi hermana con Ayden del otro lado...
Jayden bebiendo mucho alcohol... con esa chica que no conocía y que no podía esperar nada bueno, si era amiga de Bob.
Gente alcoholizada y realmente pérdida bailando en la pista de baile.
Esa chica con la que Bob se había aprovechado. Se me revolvió el estómago, ante toda esta situación y pensar que estoy en el medio y me metí en la boca del lobo, sabiendo que no la iba a pasar bien.
Pensar que ese cantante al que mucha gente admiraba, había abusado de una jovencita y se había aprovechaba al máximo de ella, por pensar que tenía poder solamente, porque tenía mucho dinero. Mis náuseas comenzaban a apoderarse.
— ¿Yannick?
— ¿Qué?
— ¿Te encuentras bien?
—Me duele un poco el estómago...
No estaba mintiendo la verdad que era real, y le pedí a Dios en mi pensamiento que por favor me dejara de doler tan bruscamente el estómago, porque no iba a poder resistirlo más.
"Por favor, Dios ilumíname...
Deja de hacer que pase un mal momento.
Por favor, por favor, por favor."
—Respira hondo y luego exhala... —Me aconsejo Bob—Lo que sucede es que estas muy estresado con todo eso de los shows y exponerte tanto a las personas como estás haciendo —Me tomo del brazo y comenzó a guiarme hacia un lugar que no sabía.
Su casa era tan grande, que me mareaba y me hacía pensar que era un laberinto del mal y sin fin, como también sin escapatoria.
Me llevo a una mesa alejada de donde todos estaban bailando como si fuera el último día que estaban vivos en la tierra.
La mesa en donde me llevo tenía muchas personas, que estaban concentrados haciendo cosas que no sabía porque no focalizaba la mirada en ellas.
Las cosas eran malas.
Muy malas.
—Las personas que te vieron Yannick, me dijeron que estabas aburrido...
—No lo estoy.
Mentí.
Era la verdad...
No había probado ningún trago y no estaba con nadie en compañía así que era evidente que todos de la fiesta iban a notar que estaba solo, aburrido, y que encima le costaba la relación con las personas que estaban allí. Quizás pensaban que era un chico muy extraño, aislado y con un grado de autismo.
—Bueno, pero aquí vas a estar mejor.
— ¿Cómo lo sabes?
—Porque yo sé todo lo que tengo que saber de la diversión de las fiestas, querido.
Largue una carcajada más bien de nerviosísimo porque estaba muy acelerado por lo que me estaba por enfrentar.
Quería sacar su mano de mi brazo, darle un empujón y buscar la salida de esta casa enorme, caliente y llena de personas inestables.
—Yannick, ya... tienes que divertirte de verdad.
— ¿Si?
Bob largo una carcajada y luego se acercó a uno de sus amigos para hablar de ciertas cosas, mientras me hallaba en medio de esas personas, que me estaban mirando como si fuera el centro de atención y eso me molestaba porque no estaba en un concierto, estaba en una fiesta que consistía en divertirte nada más.
— ¿Tu eres Blackrose?
—Si.
Me pregunto una chica de pelo color azul y la mitad del cabello rasurado, y con una musculosa donde se mostraban todos sus tatuajes.
Si me ponía a visualizarlo, eran realmente infinitos y de seguro tenían sus significados porque es chica debe de haber vivido muchas cosas.
—Te hacia mujeriego...
La mire con la boca media abierta y haciéndome el impresionado.
—Pues ya ves que juzgar no es nada bueno.
—Sí, ¿No?
Asentí y la mire con una leve sonrisa. Luego observe que Bob estaba con dos amigos, pasándose... ¿Droga?
—Si.
—Oye pero sí que eres resentido como te hacía.
— ¿Disculpa?
La chica echo la cabeza hacia atrás para largar una carcajada y luego ignorándome por completo, se fue a besar a una chica.
Bob seguía buscando droga.
De seguro era ese motivo por el cual me invito a la fiesta... para convertirme en uno de ellos, para que encuentre en la droga la felicidad que ellos encuentran.
Bob, es un tipo que me decepciono en todos los sentidos.
Y ahora no puedo mirarlo más en la cara porque es alguien que te desea realmente el mal, vino hacia mí, entre risas.
— ¿Por qué no pruebas de esta?
— ¿Qué quieres drogarme?
—No es droga...
— ¿Qué es... entonces?
Bob me sonrió con la misma sonrisa que utilizo para uno de sus videos musicales y me dio un leve escalofrió.
Solo espero que Jayden esté bien.
¿Y mi hermana?
Pensé en ella con ese sujeto y pensé que la podría llevar por un mal camino como lo está haciendo Bob ahora conmigo.
Entro a desesperarme por no saber qué hacer en este momento y lo bueno sería no haber venido nunca a esta fiesta y quedarme en el hotel dándole más y más vueltas a mi problema.
—Es algo que ayuda a despejar la mente...
— ¿Me estas tomando el pelo?
— ¡Bien, es droga hombre!
Me grito porque le había agotado la paciencia de todas maneras. Me sobresalte y lo mire con disgusto, porque sabía que me estaba llevando por un mal camino y que Bob era una persona muy mala no como todos creían.
— ¿Quieres que me drogue?
—Es leve y todos aquí lo hacemos...
Me quede observándolo un poco. Se notaba que estaba nervioso, se notaba que las personas que eran sus amigos, eran todos unos adictos...
Y ahora en ese mismo instante, este lugar había muchas personas, riéndose, charlando, sonriendo y bailando.
Estaban disfrutando la noche mientras yo estaba disgustado.
— ¿Y por eso me vas a dar droga?
Pensé en empujarlo, pero no iba a tocarlo, estaba en su casa con todos sus amigos y claramente esto iba a generar pelea e iba a salir lastimado si me enfrentaba a todas estas personas que estaban aquí... drogadas con Bob.
—Creí que la ibas a aceptar...
— ¿Por qué?
—Creí que te drogabas, hombre...
Y supongo que era un extraño para todos porque no me drogaba. Porque era el maldito raro que no estaba abusando de mujeres, abusando de alcohol y de drogas.
—No...
—Bueno, lo siento.
Se quedó en silencio sin saber qué hacer ni que decir.
—Bueno, Yannick, si quieres llamo a alguien para que venga a buscarte...
—No, no.
Noto unas miradas clavadas en mi rostro.
Que este chico se vaya, empecé a sentir voces de otras personas.
—Tenían razón fue un error invitarlo...—Opino Bob.
Mientras sentía que las miradas seguían clavadas en mi rostro, eran miradas de furia y enojo porque alguien que no era como ellos estaba invadiendo la fiesta.
"Va a decir lo que hacemos" sentí una voz.
Oh, cielos estoy en problemas.
Mi cuerpo comenzó a temblar, e hice contacto visual con un hombre calvo y lleno de tatuajes que me miraba con una mirada asesina.
Luego la chica que se burló de mí, me estaba dirigiendo una mirada enojada mientras le hablaba al oído a la otra chica al oído,
—Bob...
— ¿Qué quieres?
—Cambie de opinión.
— ¿Qué estás diciendo?
—Dame la droga.
—Yannick es cocaína... mejor no.
Mi cabeza comenzó a dar vueltas y en el reflejo en una de las sillas comencé a ver algo negro, como una sombra negra.
—Mejor llamo a alguien para que venga a buscarte...
Mire hacia donde tenía esa visión.
Era yo mismo sentado, con los ojos llenos de lágrimas y con mis brazos lastimados. Otra vez mi demonio estaba siendo proyectado fuera de mí.
"Si quieres dejar de verme..." sentí en mi mente.
—No quiero que llames a alguien...
—Pero hace un rato...
Perdí la audición para concentrarme en mi otro yo, que estaba, mirando a la gente de la fiesta como se mataban los unos a los otros.
Mordí mi labio inferior y mi corazón comenzó a latir fuertemente.
"Quiero dejar de verte", pensé.
Mi demonio dirigió la vista hacia mí.
—Yannick.
— ¿Qué?
— ¿Tienes algún numero al que llamar?
—No quiero irme de tu puta fiesta...
Sentí el enojo en mi cuerpo, sentí la furia de mi cuerpo, igual a la que sentí cuando vi a mi hermana con el vocalista de la banda.
Hice contacto visual nuevamente con mi demonio, que ahora de sus ojos estaban saliendo gotas de sangre.
"Quieres dejar de verme" me dijo.
"Por favor"
"Acepta lo que tiene Bob en sus manos"
Dirigí la vista hacia la mano del cantante, que tenía ese pequeño polvo blanco en sus manos y me estaba mirando con confusión.
"¿Quieres que me drogue?"
Lo volví a mirar y desapareció.
Luego deje de tener la vista nublada, mis piernas dejaron de temblar, mi corazón dejo de palpitar tan fuerte y el estómago dejo de doler.
— ¿Te encuentras bien? —Pregunto Bob.
—Claro.
—Bueno... ¿En que estábamos?
Mire al sillón donde se encontraba mi figura sentada con la mirada perdida y representando mi estado de ánimo como siempre.
—Dame lo que tienes en la mano...
—Pero...
—Dámelo.
Bob extiende su mano con una sonrisa, hacia mi mano que está temblando pero a la vez que quiere creerle a lo que el demonio me dijo.
No lo voy a ver más, si acepto lo que Bob me quiso dar.
Droga.
—Es peligrosa... pero te hace olvidar de todos tus problemas.
— ¿Incluso de todos?
—De todos.
Me mira con una sonrisa, para que pruebe lo que a ellos les hace tan feliz y me sumerja en donde ellos están ahora, en un mundo que es imparable.
Un mundo en donde empiezas a depender de algo que no es tu cuerpo, ni algo sano, sino que es una droga.
—Gracias.
— ¿Entonces te quedas?
—Si.
Los amigos de Bob y las personas que estaban en esta parte de la casa, ya no me estaban mirando y las que lo hacían me miraban con una leve sonrisa.
¿Se habrán dado cuenta que no quiero hundirlos?
El pequeño polvo blanco que tenía en mis manos estaba cerrado con una bolsista transparente, y me daba escalofríos cada vez que lo miraba.
—Disfrútalo.
Lo mire pero no le respondí.
Camine hacia un sillón que estaba solitario, que no estaba ocupado por gente sudorosa, por gente alcoholizada, por gente perdida.
Ya no sentía que las personas me estaban mirando.
Me relaje y abrí el polvo.
No sabía cómo utilizarlo así que lo lleve a mi nariz para olerlo.
Recuerdo una vez que me entere que un cantante que me gustaba, había muerto de una sobredosis de cocaína.
Ese día, me senté tristemente a reflexionar.
Pero lo primero que fue pensar en que había sido la causante de su muerte, entonces tome mi computadora y busque lo que era cocaína y ahora estaba haciendo lo mismo nada más que desde mi celular:
"La cocaína es un polvo blanco que se fabrica a partir de hojas secas de la planta de la coca, que crece en Sudamérica. El crack es una forma de cocaína que te coloca de una forma muy rápida e intensa
La cocaína incrementa la velocidad con que late del corazón (o frecuencia cardíaca), la tensión arterial y la temperatura corporal y puede hacer que el corazón lata de forma anormal. La cocaína es tan peligrosa que, aunque la utilizaras solo una vez, te podría desencadenar un ataque de corazón o un derrame cerebral y te podría matar."
—Con que no sabes cómo utilizarla ¿No?
La chica de pelo azul y con la cabeza mitad rapada, se acercó a mí.
—No.
Saco de su bolsillo un billete y me saco de las manos el polvo que tenía. Lo volcó en la mesa y parece un poco de azúcar nada inofensivo.
Pero otra vez estaba nervioso y temblando.
—Cuando la pruebes te vas a sentir mejor...
— ¿Cómo sabes?
—Me ayudo con mi depresión.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente al escuchar la palabra "depresión" y comencé a sentirme identificado.
Estaba inmerso en una depresión de la cual me era difícil salir, y quede como un completo estúpido y engañado.
Realmente creí que cuando pensara que "lo tenía todo" estaría feliz, estaba muy equivocado, realmente, me siento roto todo el tiempo.
— ¿Esto, te ayudo?
—Si.
—Vaya...
—Bueno, Blackrose tu no creas... solo aspíralo.
Me dio el billete enrollado, lo acerque a mi nariz, y apoye en la "azúcar" dañina y luego mire a la chica que me estaba mirando con una sonrisa.
— ¿Esta noche podría morir si aspiro?
Ella se quedó mirándome unos segundos y luego desapareció su sonrisa por completo.
—Si.
Me contesto con sinceridad.
Aspire sin pensar.
Y comencé a sentir mi corazón palpitar rápidamente, mis manos temblar y mucho calor corporal... pero mire a los alrededores y todo seguía igual.
La chica me miro con sorpresa y también la mire con los ojos abiertos y no podía creer lo que acababa de hacer.
— ¿Estamos en el cielo?
— ¡Si!
Y ella comenzó a reírse mientras yo estaba sorprendido y me caía un pequeño hilo de sangre de la nariz.