¿Qué significaba aquello escrito en el espejo? ¿Y si era algo sobre Thiago? Hilda me había comentado, cuando llamé a Thiago hace varias horas, que justo se había ido a hacer algo muy importante. Era una gran coincidencia y empezaba a preocuparme cada vez más. Realmente esperaba que esté bien.
—¡Mar! ¡Jazmín!— las llamé.
—¿Qué?
—¡Vengan, vengan!
Al escuchar el miedo en mi voz, ambas entraron de manera rápida al baño.
—¿Qué pasa?— Mar preguntó.
—Esto pasa— señalé el espejo.
—Agüero dos nueve uno, algo muy importante.
Asentí —Sí.
—¿Importante?— Jazmín habló —Debe ser alguna dirección de alguna chica que anotó Luca.
En ese momento, apareció Tefi —O Tachito, ¿no?
—No— Jazmín le sonrió —Quedate tranquila que si es de Tacho, es de un gimnasio.
—O de un telo— Tefi atacó.
Puse los ojos en blanco —¿Pueden parar un poco y prestarme atención? Yo... no sé, no estaba eso allí- apareció de golpe. Yo estaba acá y cuando giré...
—Mar, Valen— Jazmín nos llamó —¿Ustedes creen que Tacho me llevaría a un telo a mí?
—Y das trampa, gordi— Tefi le dijo —Chicas, me da miedo esto— señaló el espejo.
A mí también.
—Ahora, Mar— Jazmín, la miró —Todo bien que te hermanes con tu hermana— comenzó —Pero yo no tengo por qué bancármela. Decile algo.
Mar la ignoró —¿Por qué no te gusta, Tefi? ¿Qué.... qué pensás? ¿Qué?
—¿Piensas que es algo malo?— pregunté yo.
—No sé. El secuestro de Luca y Terremoto— habló, asentimos —Nico desapareció; Thiago, no sabemos dónde está y ahora... Bedoya otra vez acá.
Jazmín, Mar y yo jadeamos —Agüero...
—Sí, esto— señaló lo que decía en el espejo —Hay- chicas, hay señales, no sé, algo va- algo va a pasar.
—Ey, no no, no, no seas pájaro de mal agüero.
—No, y.... las señales las veo yo acá nada más, Tefi, así que...— Jazmín comentó.
Ella no era la única, pensé.
—No, shhh, shhh, no, también soy llave— Mar dijo, en voz baja —No te olvidés de eso. Ah, y llave Valen también, eh, que es mi cuñada.
—Chicas, algo malo va a pasar— Tefi repitió.
—¡No!— Jazmín le dijo —Yo te digo que no porque yo no vi ni estoy viendo algo raro, así que... vamos, no pasa nada.
—Pero-
Jazmín nos ignoró a Mar y a mí y nos empujó para que regresemos al cuarto, sin embargo, cuando me estaba por regresar, escuchamos cómo algo se caía. Giramos para ver de qué se trataba, y encontramos el espejo tirado en el piso.
Tefi se agachó y lo giró solo para ver que este ya no era más un espejo completo, estaba destrozado. No pude evitar pensar en la mala suerte que esto daba, para luego intercambiar una mirada con las chicas.
**********
Cuando regresamos al cuarto con las chicas, seguía pensando en el tema del espejo y lo que había en él antes de romperse mientras que las chicas estaban poniéndose la pijama.
Como Feli nos había pedido que entremos al aula a tomar su clase, todas nos dirigimos hacia allá. Cari se veía triste, pero no le quise preguntar porque no quería hacerla llorar o algo parecido. Cuando entré al aula junto con las chicas, vinos a Luca sobre una escalera, arreglando el foco, mientras los demás ya estaban sentados, esperando a que empiece Feli su clase. Bartolomé estaba también presente, sentado en su silla de ruedas.
Todas las chicas y yo nos sentamos en el piso.
—Es yeta, Mar, este tipo es yeta— escuché que Tefi susurraba, señalando al papá de Thiago.
—¡Shhh!— le dije.
—Che, ¿llamó Thiago?— Tacho nos preguntó.
Negué —No, y estoy preocupada por él.
—Debe andar de tiroteo por ahí— Simón comentó.
Todos lo miramos.
—Fue- fue un decir.
—Chicos, ¿y si lo secuestraron?— Tefi habló —¿O... está tirado en una zanja, o-?
Le di un manotazo en el brazo —¡Tefi, cállate!
—Silencio, santuario— Feli ordenó.
Todos obedecimos y yo me percaté de la mueca en Barto. Parecía disgustado y no sabía si con la clase, con nosotros o con todo en general.
—Bailar está muy bien.... cantar esta mas que bien, pero... hay que saber interpretar las canciones, ¿si? La emoción de las canciones— Feli caminó hacia la radio y la encendió —Para esto..— comenzó —Ellos eran unos genios... Air Supply se llaman. Y ustedes van a escuchar tristeza en esas voces— señaló —En las voces de estos hombres.
—Pará, ¿son hombres?— Luca preguntó.
Barto comenzó a reírse a carcajadas. Feli lo golpeó con la libreta que tenía en la mano y este se detuvo. Los chicos nos reímos, divertidos.
Feli señaló a Luca —Hay que ser muy hombre para saber interpretar la emoción de estas canciones, sí. ¿Sí? ¿Entienden lo que dice?
Todos nos concentramos en escuchar la canción, y también su letra. Me parecía haberla escuchado, la verdad es que no estaba segura.
—Pienso en vos hasta que me duele— Feli tradujo, con dramatismo —Atormentados y separados.
Casi por inercia, miré a Simón y me percaté de que su mirada ya estaba puesta en mí.
—Son dos flojitos— Tacho comentó entre risas.
—¡Ah, bueh! ¡Ah, ah, habló el súper macho man!— Feli exclamó —Venga, a ver, interprételo— le pidió, indicando se que levante —A ver, flojitos.
Tacho suspiró, pero terminó por obedecer.
—¿Pero- pero tiene que estar esta cosa acá?—habló Tacho, señalando a Bartolomé.
—Sí, est..— Feli abofeteó a Tacho —Tiene que estar porque los chiquis me lo atormentan a él— habló y sonrió —¿No que sí? Va, vamos— le dió la libreta y asintió —¡Anímese! ¡Saqué la emoción!
Tacho titubeó —¿Por qué no lo hace Simón?— dijo, señalándolo —Que es así más- así como tiernito, y- como que...
Simón se rió y Sebastián palmeó su brazo, también riendo mientras lo molestaba.
—Vamos, saque la emocion— Feli repitió.
—No, Luca es mucho más tierno— Tefi comentó, y luego abrazó al mencionado sonriéndole —Gordi... sacá la emoción.
—No, no, yo la saco— Caridad se ofreció.
—¡Muy bien!— Feli exclamó.
Cari se puso de pie con una mueca de tristeza para dirigirse al frente.
—Le estuve dando al ingles, ¿no? Por ahí le chingo, pero...
Tomó la libreta de Feli entre sus manos.
—Te la pongo de nuevo, va. Atención, eh.
Caridad asintió, Feli se acercó a la radio y puso una vez más el tema, desde el principio. Bartolomé solo se acomodó en su silla de ruedas y miró a Cari, con una expresión de aburrimiento. Entonces, Cari nos deleitó con su linda voz.
I'm lying alone with my head on the phone
Thinking of you 'til it hurts
I know you're hurt too, but what else can we do?
Tormented and torn apart
I wish I could carry your smile in my heart
For times when my life seems so low
It would make me believe what tomorrow could bring
When today doesn't really know
Doesn't really know
I'm all out of love, I'm so lost without you
I know you were right believing for so long
I'm all out of love, what am I without you?
I can't be too late to say that I was so wrong
I want you to come back and carry me home
Away from these long, lonely nights
I'm reaching for you, are you feeling it too?
Does the feeling seem oh so right?
And what would you say if I called on you now
And said that I can't hold on?
There's no easy way, it gets harder each day
Please love me or I'll be gone
I'll be gone
I'm all out of love, I'm so lost without you
I know you were right believing for so long
I'm all out of love, what am I without you?
I can't be too late to say that I was so wrong
Cuando ella terminó de cantar, todos aplaudimos y fruncí mi ceño cuando vi que empezaba a llorar. Lo había hecho bien, pero sabía que era por Nacho.
—¡Bravo, bravo, bravo, bravo!— Feli la abrazó, ella seguía llorando —Eso es sacar la emoción claro que sí— la felicitó.
—Si me rompieron el corazón— Caridad respondió, triste —¿Cómo querés que no saque emoción?
Soltó un sollozo y salió del aula corriendo.
—¡No!— Tefi gritó y la miramos —¡Pasó por debajo de la escalera! ¡Chicos, mal agüero!
Con Jazmín y Mar nos miramos.
**********
La clase acabó casi después de que Caridad saliera, llorando, del aula, así que regresamos al cuarto con las chicas e iniciamos una ronda de amigas porque, honestamente, lo necesitábamos. Sobre todo, Cari.
—Pero Cari, ¿lo llamaste a Nacho o no?— pregunté.
—¡Y sí que lo llamé!
Básicamente, tenía el teléfono apagado.
—¡Gaucho sotreta! ¡Es pato criollo!— exclamó Cari.
De pronto se escuchó la voz de Tefi —Flor de ganso Nachito, eh.
¿Se había unido a la ronda de amigas? Con Jazmín no pudimos evitar mirarla.
—¿Perdón?— Jazmín, rió —¿Ahora te tenemos que soportar en la ronda de amigas también?
—Ay, es un alfiler, no ocupa lugar— Mar dijo.
Tefi se rió —Gracias, corchito quemado— suspiró y nosotras la miramos —Te morís con lo que me dijo Luca. Mirá.
*****
LUCA
Por favor, que diosa que sos.
Nunca estuve con una mina más linda.
TEFI
Ay...
LUCA
Esa piel, ese olorcito...
TEFI
Ay, ¿qué pretende usted, mi Luca?
LUCA
Que no me dejes.
Si me dejas, me mato.
TEFI
Ay.
*****
Luego de un largo silencio, me reí.
—Tefi, acá contamos la verdad— le dijo Mar.
—¿Qué? Palabras más, palabras menos.
—Cortala, yegüita— Jazmín le dijo.
Tefi se rió —¿Qué pasa, estás celosa?
Jazmín negó —Yo lo tengo a Tacho, mi amor, no lo necesito a Luca, no me importa.
—Ah, pero bien que te lo chuponeaste todo, eh— le dijo Caridad, causando que yo me ría.
—Es verdad, es verdad, un beso me dió.
—Y qué beso— añadí también para fastidiar a Tefi.
—¿Qué?— Tefi preguntó, un poco molesta —Este... ¿sabés qué? A mí no saben lo que me dijo— siguió, soltando un suspiro —Me agarró y me dijo-
La corté —La verdad, Tefi.
—¡Es la verdad!
Ninguna le respondió porque sabíamos que estaba mintiendo. La escuché suspirar.
—Bueno, a ver, contá tu verdad con Saimon— dijo.
Sentí las miradas de todas sobre mí.
Suspiré y asentí —Bueno, bueno, aquí les va.
Me senté, listas para recrearle el momento, pero lo único que podía ver era la sonrisa de Simón, pese a que aún no estábamos del todo bien. Sus ojos, esos lindos ojitos con los que me miraba... ay.
Me volví a recostar y solté otro suspiro.
—Me mira con esa carita de perrito mojado que me mata— comenté. Volví a sentir sus miradas en mí y carraspeé —Igual, tiene que remarla, chicas.
—¡Tal cual!
—Sí.
—Totalmente.
Mordí mi labio y lo solté —¿Opinan que hice mal y debo perdonarlo? Ay, chicas, ¿y si me equivoqué y estoy siendo muy dramática?
—¡No!— exclamaron todas, Tefi incluida.
—Saimon puede ser un tierno, gordi, pero creo que tiene que remarla más por vos.
—Opino igual que el palito— Mar comentó.
—Sí.
Asentí —Bueno, entonces que la reme.
Iba a seguir sus consejos.
—¿Y tú, Mar?— pregunté —¿Qué onda con Sebas y con mi hermano?
—Con Sebitas nada, yo estoy con Thiago, chicas.
—Sí, el tema es con quién esta Thiago, ¿no?— soltó Tefi una risita.
Todas la miramos.
—¿Por qué no te callás, alfiler?— Jazmín atacó.
—Sí, porque mi hermano no es así— lo defendí —Y Mar confía en él, ¿no es así? Porque es un lindo, es un divino y la quiere.
—Eh... sí, pero-
Escuché la puerta del cuarto abrirse y cerrase. Giré un poco la cabeza y me di cuenta de que era Vale y está se acercaba a Tefi.
—¡Salí!
La levantó del brazo para que se levante, y tomó su lugar en la ronda de amigas.
—Chicas— suspiró —A que no saben qué.
Todas esperamos pacientes que nos cuente, pero la rubia no decía nada.
—¿Qué?— pregunté.
Entonces, procedió a contarnos lo que había hecho con Rama mientras todas escuchábamos contentas por nuestra amiga.
—Lo primero que me pregunta con esa vocecita es.. ¿estás bien?
—Ayyy...— todas suspiramos.
—Me muero.
—Que romántico.
—Un divino.
—Tan tierno.
Vale suspiro —Obvio, le dije yo. ¿Y vos? Feliz.
Todas soltamos unos grititos de emoción.
—¡Ay, pero qué lindo!
—Me mató, me mató.
—Y de ahí, me empezó a dar besitos en los ojos...
Más suspiros —Ayyy...
—En la boca... en el cuello... y de ahí de nuevo-
—¿De nuevo?— preguntó Tefi, con asombro.
Todas la miramos.
—¿Qué hacés, gila?— Valeria le preguntó.
Me reí —Es la nueva amiga, ¿no sabías?
—Ey, déjenla, es mi hermana— Mar la defendió.
—Gracias, morci.
—Esa.
Ambas chocaron los cinco.
—Che, gordi, seguí contando. Estabas hablando de Rama, ¿no? Dale, seguí.
Valeria la miró en silencio por unos segundos pero siguió porque sabía que no se iría.
—Contá cuántos van, me dice.
Tefi se echó a reír —Chicas, exagera— dijo —Gordi, no habrá sido más de uno eso.
—¡Ay, callate, nena!— Valeria pidió y negó —Contá cuantos segundos va desde que te di el último beso porque me parece una eternidad.
Volvimos a suspirar. Entonces, Tefi volvió a reírse.
—Chicas, está exagerando esta chica.
—¡¿Ay, por qué no te callás, nena?! ¡Salí de acá ya!
—Sí, mejor— comentó Jazmín.
Asentí —Adiós, Tefi.
—Sí.
—Andate.
—¡Salí de acá!
En verdad no me importaría nada que se quedara y siguiera en la ronda de amigas, si no interrumpiese tanto a Valeria, claro. Eso me irritaba.
—¡Pará, estúpida!
Vale comenzó a tirarle cosas a Tefi para que saliera mientras esta gritaba. Se quiso cubrir con la puerta para evitar lastimarse, pero el paraguas que estaba ahí colgado se abrió.
Tefi jadeó y soltó un grito.
—¡Mal agüero, chicas!
—¡Callate, lechuza!— Caridad exclamó.
Sí Tefi seguía diciendo una vez más eso, la mataría. Bueno, no la mataría, pero me ponía de nervios, yo no necesitaba asustarme o preocuparme más.
Les dije a las chicas que iría a la cocina por agua, y también aprovecharía en llamar a mamá, para que ella o papá pasen por mí. Caminaba de regreso a la habitación de las chicas cuando vi a Rama salir del cuarto de los chicos y no pude evitar sonreír.
—¡Ramita!— me lancé a abrazarlo —Me enteré del temita— le guiñé un ojo —¡Se les dió por fin! ¡Muy bueno!
—¿Ah, sí?— Rama preguntó, divertido.
—¡Sí!
Vimos que Valeria se nos acercaba con una sonrisa gigante en el rostro.
—Ojo que queda entre nosotros, eh— le dije.
—Sí, que, ya... ya le contaste— Rama le dijo a Vale.
—No— Jazmín apareció y los tres la miramos —No, solo nos dijo que estuviste bien.
Asentí.
—¿Sí?— Rama preguntó —Pero... ¿solo- solo bien?
Vale le sonrió —Muy bien, mi amor.
Los dos se besaron y con Jazmín sonreímos.
—Ay, cuánto amor— comenté —Son más tiernos.
—Me encantan y me alegro por ustedes, amigos.
Jazmín y yo los abrazamos. Rama se rió y giró para ver a Vale con una sonrisa.
—Bueno, ¿busco la guitarra y tocamos algo?
Valeria asintió —Dale.
Rama se metió al aula y ambas le sonreímos a Vale con emoción.
—Bueno, creo que mejor nos vamos, Jaz— le dije y ella asintió —Así no les rompemos el clima.
Las tres reímos.
—¡Te felicito!— exclamó Jazmín.
De pronto, alguien gritó y nos asustamos. Apareció Tefi con un espejo en la mano.
—¡Se rompió! ¡Otro más, chicas! ¡Es yeta por favor, algo malo va a pasar! Please!— lloriqueó.
—¡Tefi, es solo un espejo roto, nada mas!— le grité.
—Sí, pero-
Su mirada se dirigió hacia algo o alguien detrás de nosotras y ella volvió a gritar.
—¡Un gato negro! ¡Más desgracia todavía!
Giré y efectivamente había un gato negro detrás de las tres. Me reí y me acerqué al pobre animalito, ya que este no tenía la culpa de nada. Lo levanté y reí, enternecida.
—Ay, miren que lindo— se los acerqué.
—¡Matá a ese gato!— Tefi ordenó —Matá a ese gato.
—¿Cómo lo voy a matar? Si es divino. Hola, Tefi.
Las chicas y yo reímos.
—¿Vos sos estúpida? ¡Da mala suerte!— exclamó y negó —¡Matalo! ¡Sacámelo de acá!
Tacho apareció en ese momento.
—¡Pará un poco! ¿Por qué gritás tanto?
Luca apareció detrás de él igual de confundido.
—Escuchame una cosa— Jazmín le habló a Tacho, este la miró —A Valen le apareció algo escrito en el espejo; agüero dos nueve uno. ¿No fuiste vos, no?
El teñido negó —No, no tengo ni idea qué es es esa dirección.
—Me parece que es un telo— comentó Luca —Igual, si quieren un telo tengo uno...
Todos lo miramos. Tefi jaló a Vale para cubrirse ya que no quería que Luca la vea con los ruleros en su cabello.
—¡Luca, no me mires, te lo pido! ¡Chicos, por favor saquen a ese gato! ¡Es yeta!— repitió de nuevo y no respondimos nada —Caridad pasó por debajo de la escalera; ¡es yeta! Un paraguas se abrió.... ¡es yeta! ¡Agüero es yeta! ¿Algo más nos va a pasar, loco?
—¡Ay, pará! ¡Vos no seas yeta, gato!
De pronto, el sonido de varios celulares se escuchó. Era el mío, el de Jazmín y el de Tacho. Un mensaje.
¿Otra vez lo mismo? ¡¿Qué significaba?!
—Sonaron los tres a la vez— Tefi susurró.
—¿Y? ¿Qué pasa?— Luca le preguntó.
Tefi soltó un grito —¡Ay, no me mires, tarado!
—Agüero dos nueve uno— leímos Jazmín, Tacho y yo el mensaje en nuestros teléfonos.
—¿Qué?
Tefi volvió a gritar y se fue corriendo al aula. No sé cuantos segundos pasaron hasta que ella gritó una vez más y volvió corriendo. Luca la frenó.
—¡Pará!
—¡Shhh!
—¡Pará, pará!
Suspiré —Está bien, ya es demasiada casualidad.
—Ahora.. ¿y sí agüero tiene que ver con el turro de Barto?— Jazmín sugirió.
Una vez más, Tefi gritó y salió corriendo. Todos la seguimos hasta el aula donde la vimos caer al piso. Luca cayó detrás de ella y yo me fijé que el piso era resbaloso. Seguro Feli lo había limpiado cuando la clase acabó.
—¿Estás bien?— Rama se acercó a Tefi.
—Es yeta, chicos, esto es yeta— Tefi lloriqueó.
Mientras que Rama y yo la ayudamos a levantarse, las chicas y Tacho ayudaron a Luca. Pero cómo aún estaba resbaloso el piso, Luca resbaló y empujó sin querer a Tefi contra los espejos.
Todos la miramos con preocupación.
—¡Ay, esto es yeta, chicos! ¡Esto es yeta!
Rama se acercó a ella —Pará, Tefi, pará.
—¡Tenemos que invesigar que pasa con aguero dos nueve uno!— exclamé con determinación.
Tefi lloriqueó de nuevo —Sí.
No sabía si aquello se trataba de mi hermano, pero aún no había regresado y tenía miedo por él. Tenía que averiguar más y los chicos me ayudarían.
**********
Al día siguiente y como se los había prometido, fui directo al bar para reunirme con Tacho, Vale, Luca y Rama.
Queríamos averiguar qué significaba eso de agüero 291. Parecía ser una dirección, así que, empezamos por ahí, revisando eso.
—¿Cómo va a ser la pista de un telo?
—Bueno por ahí es la habitación dos noventa y uno de un telo, Tacho— Luca comentó.
—¿Thiago está en un telo?— Valeria preguntó.
Un silencio se formó. Decidí defenderlo porque era obvio que él no estaba en un lugar como ese.
—Mi hermano no está en un... telo, ¿de acuerdo? Y no quiero escuchar más de eso— ordené.
Valeria me ignoró —¿Habrá sido la jirafa la que nos mandó el mensaje?
—Epa, epa, epa, epa..— Luca le sonrió —¿Vos decís que Thiago está en la habitación de un telo?
—¡No!— exclamé.
—No, no, no, no fue- no es un telo, no es un telo.
Por lo menos, Tacho opinaba igual que yo.
—No no no, bueno, no metamos el dedo en la llaga, ¿dale? ¿mejor?— Rama sugirió.
Valeria lo miró —Tronco, ¿vos qué sabés de eso?
—¿Yo?— él la miró —No, que te amo mucho.
Entonces, la besó.
—¡Che, che, che!— Tacho le dió un manotazo —Ey, ¿estamos en plena investigación y ustedes dos a los besos?
—¡Bueno, está bien, dejalos!— Luca los defendió al momento —Dejalos que se den besos... y que estén abrazados. Acaban de rocanrolear-
Valeria carraspeó y lo miró.
—Bueno, ¿la cortan? ¿La cortan?— Rama habló, lo miramos —Acá estamos en una misión y es leer las señales.
—Sí.
Necesitábamos concentrarnos más.
—Tefi habló de la desgracia— Luca señaló.
—Es diecisiete la desgracia— Rama comentó.
—A ver, tenemos tenemos tenemos— Tacho leyó la hoja —Boulevard Agüero... avenida Agüero.. y calle Agüero.
Tres pistas. Luca lo escribió en su computadora.
—¿Y... si nos separamos?— propuso.
—No.
—No, no, no, no, porque las llaves tienen que estar juntas, juntas son mucho más fuertes, ¿entienden?
Tacho empezaban a escucharse como Mar, pero no se equivocaba.
—Además, puede que ya lleve un tiempo aquí en el país, pero... todavía no manejo bien todas las calles de la capital— les recordé —No a la perfección.
Rama asintió —Sí, Valentina tiene razón.
—Por eso, mejor juntas— Tacho comentó.
Todos asentimos.
—¿Por dónde empezamos?— pregunté.
Nadie respondió.
—Bueno, entonces decido yo— dije —Comenzamos por el Boulevard Agüero, ¿está bien?
Todos asintieron.
—¿Y qué carro va ahí?— pregunté.
Luca comenzó a buscar en su computadora, paró y nos miró con una expresión de asombro.
—Chicos...
—¿Que?
—El diecisiete— señaló.
—La desgracia— Rama añadió.
Ya era mucha coincidencia.
—Eh.. yo creo que tendríamos que ir solo las llaves. Esto no, no es-
Vale bufó —Pará, Tacho, ¿qué corno son las llaves?
—Mirá, no creo que lo puedas entender vos.
—No, sí, sí, sí, sí, sí— le respondió ella —Yo voy a ir, ¿eh? Voy a ir.
Se puso de pie y comenzó a caminar.
Tacho negó con bastante desacuerdo —Ramita, me parece que tenés que explicarle un poquito cómo es el tema de las llaves...
—Tacho, ¿puedes parar con lo de las llaves?— pedí, cansada —¡Estás igual que Mar!
Rama me dió la razón, Tacho solo suspiró. Me puse de pie y ambos me siguieron, Luca se quedaría para poder investigar más.
Las llaves, más Vale, fuimos en busca del lugar con rapidez. En medio del camino, una paloma hizo un poco de popó en el brazo de Mar y todos reímos de eso mientras que ella iba caminaba con el brazo un poco extendido y asqueada.
—¡Chicos, me hizo poporete una paloma, che!
—Fue casualidad— le dije entre risas.
—Eso es de mala suerte. ¡No, no, no es casualidad! No es casualidad, Valentina.
Me reí una vez más —Bueno.
—Nada es casualidad— repitió —¡Cuando sos llave, nada es casualidad, todo lo ves! Es así.
Puse los ojos en blanco.
—¿Y qué ves?— Valeria le preguntó.
Mar se detuvo, giró hacia un edificio y lo señaló.
—Veo que llegamos— anunció.
Fruncí mi ceño —Esto está todo abandonado.
—Chicos, chicos, es un aguantadero— Mar dijo con una mueca —Agüero aguantadero, ¿pero no se dan cuenta? Tiene lógica.
—Uy, Mar, ¿y cuál es la lógica? A ver.
Mar elevó las manos —¡Cuántas preguntas, Vale!— sonrió —Mirá aunque no seas llave tratá de abrir la mente un poquitito, ¿okay? A cinco llaves nos llega un mensajes; agüero dos nueve uno. Estamos acá, Thiago no está, Nico no esta, ¿entienden?
No.
—¡Lo único que entiendo es que agüero dos nueve uno puede ser cualquier cosa!— exclamó Tacho.
—¡Es un bar!— exclamó el pequeño que estaba ahí, jugando con una pelota.
Todos lo miramos enseguida.
—¿Cómo?
—¿Eh?
—Sí, el bar estaba ahí— señaló el edificio que ahora se encontraba deshabitado —Agüero dos nueve uno se llama. Ahora se mudó y esta acá a media cuadra.
Mar se acercó a nosotros luego de analizar la pelota del nene.
—No me gusta nada este espécimen, eh— señaló al niño —Me parece que nos está siguiendo-
—Mar, es un nene— le dije.
—No- Luca era un nene cuando lo agarraron los de CC— me recordó.
Ella tenía un punto.
—¡Mar, pará un poco!— Jazmín le pidió —¡Te estás haciendo mucho la película! Pará.
—No, a ver— Mar se acercó al nene y lo jaló —Vení, nene— lo levantó —¡Decime dónde está Juan Cruz!
Rápidamente la detuvimos ya que era mucho todo. Además, estaba asustando al pequeño.
—¡Sacate la careta! ¡Sacatela!— siguió.
—¡Mar, para un poco!
—¡Mar, Mar, Mar!
—¡Llévatela, Tacho!— exclamé.
Tacho la levantó en brazos para llevársela. Ella aún seguía gritando.
—¡Mirá que soy llave, no me metas conmigo, eh!
Le pedí disculpas al nene y seguí a los chicos. ¡Solo era un nene! Pobrecito.
Un par de minutos después, logramos llegar al bar. Mar entró tirando todo pese a que tratamos de que no arme un escándalo y finamente se detuvo al ver quiénes se encontraban en del bar. Simón, Sebas y Melody. Traté de ignorar el hecho de que Simón la tenía abrazada a Melody.
¿Que hacían en este lugar? ¿Por qué ella tenía una peluca negra? ¿Dónde había estado?
—¡Sebitas! ¡Payasito!— Mar exclamó.
—¿Que hacen acá?— pregunté.
Melody sollozó —Gabo nos está robando.
—¿Cómo?
Con la mirada ella señaló al piso y todos giramos a ver qué, efectivamente, Gabo se encontraba allí, un hombre se encontraba junto a él.
Rama se lazo sobre Gabo sin pensarlo.
—¡¿Qué carajo tenés que ver vos con todo esto?!
—¿Qué?— Gabo le preguntó con confusión.
Rama le quitó el arma y le apuntó con esta. Rápido me acerqué a él para detenerlo.
—¡Rama, para, para, para!
—¡Pará!
Entonces, me detuve al percatarme lo que había en el polo/remera de Gabo. Se lo acomodé para poder leerlo mejor y jadeé.
—Es muy importante— leí —¡El mensaje!