Midnights ✨ || Casi Ángeles

By just4cherry

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Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél... More

MIDNIGHTS | REPARTO
MIDNIGHTS | PORTADAS
MIDNIGHTS | INTRODUCCIÓN
HOY: ESPERANZA
HOY: CENICIENTA
HOY: REYES MAGOS
HOY: EL RULO VUELVE
HOY: EL ELEFANTITO ROSA
HOY: BAJO OCHO LLAVES
HOY: TUS DESEOS SON ÓRDENES
HOY: RETRATOS DE FAMILIA
HOY: HASTA EL SANTO DESCONFÍA
HOY: EL AMIGO INVISIBLE
HOY: MISIONES
HOY: SIGUE AL CONEJO BLANCO
HOY: HAY UN LUGAR
HOY: REVIVALS
HOY: BAUTISMO
HOY: EN EL NOMBRE DEL PADRE
HOY: EL SENTIDO DE LA VIDA
HOY: DÍGALO CON MÍMICA
HOY: EL BUSCADOR
HOY: PASTORCITO MISTERIOSO
HOY: CARETAS
HOY: FASE II
HOY: EL ESCUDO
HOY: EL REY LEÓN
HOY: DE UNA MANERA O DE OTRA
HOY: COMEDIA ROMÁNTICA
HOY: INCONSCIENTE
HOY: EL MONSTRUO BAJO LA CAMA
HOY: LA RESISTENCIA
HOY: PRUEBA DE AMOR
HOY: NOS VEREMOS OTRA VEZ
HOY: LINDA Y CIELO
HOY: UN DÍA EN LA CASA DE LA ABUELA
HOY: EL TRADUCTOR
HOY: SNOW ON THE BEACH
HOY: TODOS PARA UNO
HOY: DOS
HOY: DE CABEZA
HOY: NO HAY TIEMPO
HOY: EL PLACER DE LOS DIOSES
HOY: EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS
HOY: ROMPECABEZAS
HOY: BAJO MI PIEL
HOY: EL ALMOHADÓN DE PLUMAS
HOY: LA EDAD DE LOS POR QUÉ
HOY: SEIS HORAS ANTES
HOY: PALITOS CHINOS
HOY: LA TELENOVELA
HOY: SALE
HOY: ÁNGELES CAÍDOS
HOY: QUIERO
HOY: ESCALADA
HOY: EUFORIA
HOY: SORPRESA
HOY: ¿QUÉ SOMOS?
HOY: GRACIAS
HOY: MELODY DESENCADENADA
HOY: SUPERAR AL PADRE
HOY: ISLA FLOTANTE
HOY: LA RISA FRANCA
HOY: UNA TEORÍA SOBRE EL TIEMPO
HOY: EL PRESENTE
HOY: SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
HOY: FUISTE
HOY: EL ESCORPIÓN Y LA RANA
HOY: LA OTRA ORILLA
HOY: OJO DE ÁGUILA
HOY: INVISIBLE STRING
HOY: CHIQUITITA
HOY: FLOGGERS
HOY: DIECISÉIS
HOY: FOTOS DEL FUTURO
HOY: UNA CUESTIÓN DE ESTADO
HOY: NO ESTÉS SOLO EN ESTA LLUVIA: PARTE I
HOY: NO ESTÉS SOLO EN ESTA LLUVIA: PARTE II
HOY: LA COMPETENCIA
HOY: ROCK AND ROLL
HOY: LA MUÑECA DE TRAPO
HOY: JUGATE CONMIGO
HOY: SOLOS Y SOLAS: PARTE I
HOY: SOLOS Y SOLAS: PARTE II
HOY: CARNAVAL
HOY: CHACOTE
HOY: EL BOOMERANG, LA ESPADA Y LA LLAVE
HOY: NO ME FALLES
HOY: CAMBIO CLIMÁTICO
HOY: UN GRAN AMOR
HOY: SIN NOMBRE
HOY: ESTOY CON VOS
HOY: EL PERIODO SAROS
HOY: LOOP
HOY: MASTERMIND
HOY: ¿ALGUNA VEZ VISTE LLOVER EN UN DÍA SOLEADO?
HOY: PADRE E HIJO
HOY: CRISIS DE ANSIEDAD
HOY: CON UNA PEQUEÑA AYUDA DE MIS AMIGOS
HOY: ATRÉVETE
HOY: QUE NADIE SEPA MI SUFRIR
HOY: LA IDENTIDAD DE UN SUPERHÉROE
HOY: NO HAY TAL CRISIS
HOY: EN EL AMOR TODO ES EMPEZAR
HOY: PLANTAR UN ÁRBOL, TENER UN HIJO, ESCRIBIR UN LIBRO
HOY: LA MANZANA DE ORO
HOY: SIN NICO
HOY: EL MAL DE LA ÉPOCA
HOY: A DONDE VAYAS
HOY: TALK SHOW
HOY: LA VIDA ES MARAVILLOSA CON VOS EN EL MUNDO
HOY: ALGO MUY IMPORTANTE
HOY: EL MAL AGÜERO
HOY: ÁNGELES Y LA FÍSICA CUÁNTICA
HOY: FACTOR DESENCADENANTE
HOY: PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS
HOY: EL OFF
HOY: EL AMATEUR PROFESIONAL
HOY: YO SÉ
HOY: FAMILIA
HOY: CONGA
HOY: SIENTO COMO UNA MUJER
HOY: QUEDATE CONMIGO
HOY: EL ESPEJO: PRIMERA PARTE
HOY: EL ESPEJO: SEGUNDA PARTE
HOY: ¿LOBO ESTÁ?: PRIMERA PARTE
HOY: ¿LOBO ESTÁ?: SEGUNDA PARTE
HOY: HOY PUEDE SER UN GRA DÍA
HOY: LAS SOMBRAS
HOY: EL SENTIDO DE TODAS LAS COSAS: PRIMERA PARTE
HOY: EL SENTIDO DE TODAS LAS COSAS: SEGUNDA PARTE
HOY: ¿DÓNDE ESTÁ EL AMOR?
HOY: COPIADO: PRIMERA PARTE
HOY: COPIADO: SEGUNDA PARTE
HOY: LA BOTELLA ROTA
HOY: EL SONIDO DEL SILENCIO
HOY: LOS SÚPER AMIGOS
HOY: CINCO BODAS Y DOS FUNERALES
HOY: EL ALMA AL CUERPO
HOY: LABYRINTH
HOY: A MI MANERA
HOY: ZARPADO
HOY: SÍ, ACEPTO: PRIMERA PARTE
HOY: SÍ, ACEPTO: SEGUNDA PARTE
HOY: NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA: PRIMERA PARTE
HOY: NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA: SEGUNDA PARTE
HOY: ESTOY LISTO: PRIMERA PARTE
HOY: ESTOY LISTO: SEGUNDA PARTE
HOY: UN MUNDO AGRADABLE
HOY: BIGGER THAN THE WHOLE SKY: PRIMERA PARTE
HOY: BIGGER THAN THE WHOLE SKY: SEGUNDA PARTE
HOY: CASI ÁNGELES
HOY: MIDNIGHTS
MIDNIGHTS | AGRADECIMIENTOS

HOY: PURRETES

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By just4cherry

Después de un largo silencio, mientras veíamos con asombro al papá de Thiago, Feli soltó un gritito y se giró a vernos con una sonrisa gigante.

—¡Reaccionó!— exclamó y se acercó a Barto rápido, emocionada —¡Reaccionó mi señor!— giró a vernos con una sonrisa nerviosa —¡Mi señita..... Cielo! ¡Ay! Reconoció a Thiaguitis, Cielo.

Thiago asintió —Me miró y me dijo...

—Purrete— Barto repitió.

¿Es que era lo único que podía decir?

—A ver, a ver, dejame a mí— mi tía empujó a Feli y se acercó a su hermano —Barti, Barti, hola, gordi— sonrió —¿Me reconocés? Soy yo, hola.

Barto asintió con una sonrisa —Purrete.

—Sí, eh- bueno... purreta en todo caso, o bólida... o mamerta, zanguanga... no sé, ¿te suena?

—Purrete— Barto respondió asintiendo —Purrete.

—¿Me está cargando?— susurró mi tía.

—No— Feli soltó una risita.

—Purrete— Barto repitió, una vez más.

Mi tía se encogió de hombros y retrocedió.

Entonces, la mirada de Barto se posó en mi con un poco de confusión —¿Purrete?

—Eh...

¿Cómo le explicábamos quién era? Claramente, no me conocía, y no quería aturdirlo con cosas que las podíamos dejar para después. Bueno, eso pensaba.

"Señor, soy la hermana de Thiago. ¿Se acuerda de su hermano, el que quiso matar? Pues, resulta que soy su hija, ¿no es genial? Mucho gusto." Obvio no.

Miré a Thiago —No tenemos que decírselo ahora— susurré, aunque todos pudieron escucharme —Nos podemos sentar a hablar con él luego.

—No, no, yo... yo quiero que sepa quién sos.

Nuestra tia nos sonrió —Pienso igual que Thiago y no tenés que preocuparte de nada porque Barti es- va a amarte, gordi.

—Bueno, yo... no sé. ¿Están seguros?

—Eso, ¿están seguros?— Feli intervino.

—¿Purrete?— escuchamos preguntar a Barto.

Giramos a verlo. Su mirada seguía sobre mí y se le veía muy confundido. Thiago tomó mi mano y solo dejé que me acercara a su papá sin saber que iba a decirle o cómo me iba a presentar.

—Mucho gusto, señor— comencé yo, nerviosa.

—Purrete.

Asentí —Sí, purrete- digo, Valentina, así me llamo.

Ni siquiera sabía por qué estaba tan nerviosa.

—Papá, te- te presento a Valentina— Thiago habló, me miró y luego regresó la mirada a su papá —Ella es... mi hermana.

Los ojos de su papá se abrieron con sorpresa y nos miró a ambos como si hubiéramos enloquecido. Él tenía todo el derecho a reaccionar así porque sí era una locura, así que lo entendía perfectamente.

—¿Purrete?

—Sí, es mi hermana, somos hermanos— repitió mi hermano —¿Vos... entendés lo que te digo?

Bartolomé asintió —Purrete.

—¿No es divina, Barti?— mi tía preguntó.

—Sí, encantada de conocerlo, señor— le sonreí, me acerqué un poco más —Me alegra que esté bien y... en su casa, seguro.

—Purrete...

—Ay, chicos, creo que se tildó— comenté —¿Estará así por la droga? ¿Qué significa purrete? ¿Por qué- por qué solo dice eso?

Me ponía nerviosa no escucharlo decir otra cosa, y esperaba que no se quedara así siempre.

—Señor— Feli se acercó a Barto para hablarle cerca —Señor Bartolometitis, señor Bartolomé, soy yo, sí soy yo, su fiel sepulturera. ¿Me reconoce? ¿Me ve... me siente? Soy yo, soy yo.

—Purrete— Barto asintió —Purrete.

—Mmm— Feli asintió —Mmm.

Barto volvió a asentir —Purrete.

—¿Qué dice?— mi tía preguntó.

—¡Purrete!— exclamó Feli.

—No, se taró entonces— comenté.

—Déjenme a mi, déjenme a mi— Cielo se acercó al hombre, se sentó a su lado —Hola, Bartolomé. ¿Se acuerda de mí?

La sonrisa de Barto se borró y asintió —Purrete...

Cielo suspiró y giró a vernos —Debe ser los efectos de la droga, como dijo Valentina.

—¿Purrete?— Barto negó —Purrete, purrete.

Pobre hombre.

Decidimos dejarlo descansar un poco ya que todos en una sola habitación podía aturdirlo. Feli ofreció en darle sus medicinas mientras que Thiago se iría hacia la cocina para hacerle algo de comer. Habían pasado muchas cosas en un solo día y estaba súper cansada, pero no quería irme aún.

Antes de que entremos a la cocina lo detuve.

—¿Te molesta si voy a ver a Luca y Terremoto?

Thiago negó —No, andá, voy a hacerle algo a papá para que coma.

—Bueno— le sonreí —Oye, y... viste que él aún está mal por lo de la droga que le pusieron, qué se yo, y no dice muchas cosas, bueno, nada, pero- lo que te quiero preguntar es si... ¿crees que me acepte? Soy hija de Juan Cruz y-

—Claro que te aceptará— me sonrió —Yo te quiero muchísimo. Así que él tiene que quererte también, porque somos dos ahora, vos y yo.

Me reí —Vale, esperemos que sea así. Iré a verlos a los chicos y luego te acompaño, ¿sí?

—Dale.

Le di una palmada en el hombro y me alejé para ir con los demás. En el pasillo, afuera de los cuartos, me encontré con Simón. Me acerqué a él y lo miré.

—¿Cómo está el papá de Thiago?— preguntó.

Me encogí de hombros —Despertó, pero.... no dice mucho. Con Cielo pensamos que es por las drogas, pero no sabemos bien.

—Por lo menos despertó.

—Sí. ¿Y Terremoto?

—Despertó también— sonrió —Está con Mar allí y Sebastián la está acompañando. No quiere dejarla.

Me reí —Pobre Sebas.

—Sí, pobre.

Suspiré y me recosté en la pared, cerrando los ojos con cansancio. Simón se recostó a mi lado, pero no me dijo nada. Un silencio se creó entre nosotros, el silencio más incómodo de mi vida.

Después de varios minutos, lo escuché decir:

—¿Podemos hablar vos y yo?

Giré mi cabeza para verlo mejor —¿Hablar, ahora? Estoy agotada, Simón, y... no sé qué tengamos que decirnos.

—Valentina...

—Me has tratado horrible— reí sin gracia —Yo... te amo, Simón, pero- no merezco el trato que me das. He estado para ti con lo de tu papá, no te dejé y yo- yo esperaba lo mismo de ti.

—Lo sé, lo sé— tomó mis manos —Perdoname.

—No sé si pueda— confesé —Necesito estar segura de que tu amor por mi es tan fuerte como el mío y, no sé- yo...— lo miré fijamente a los ojos —Yo creo que son muchas cosas.

—Vos pedime lo que sea y yo lo hago, mi amor. Me he comportado como un tarado y... perdoname. Yo te amo, Valentina.

Mordí mi labio y lo solté —¿Podemos hablar luego sobre todo eso? Ahora estoy verdaderamente muy cansada y... no tengo tantos ánimos de hablar.

—Sí, claro, entiendo. ¿Te llevo a casa?

—No, yo... mamá viene por mi— mentí.

Necesitaba estar sola para poder pensar bien en lo que pasaría con nosotros. Si seguía mirándolo, me derretiría por ese par de ojazos y cedería rápido, lo cual no podía pasar. Quería que luche por ambos y necesitar verlo intentarlo. Si me verdad me amaba, lo haría. Más le valía que sí.

Se escucharon unos pasos cerca y Thiago llegó con rapidez hasta dónde estábamos Simón y yo. Le dió una mirada algo seria a Simón y luego me sonrió a mí. Este drama de mejores amigos era mucho para mí y tenía que hacer algo al respecto. Suficiente ya tenía con Sebastián y Thiago peleados por Mar, no necesitaba más.

—Valentina, ¿podés venir un segundo? Es urgente.

—¿Qué pasó?

—Es privado.

Simón asintió —Yo... iré a ver cómo sigue Luca y... Terremoto y me voy a casa.

—Bueno— Thiago comentó.

Simón nos dió una última mirada y se metió a uno de los cuartos. Ay cómo quería comérmelo a besos. Fuerza, Valentina, resiste.

—¿Qué pasó?— le pregunté a Thiago.

—Ah, sí, vení a ver quién llegó.

No pude preguntar más ya que tomó mi mano y la jaló para que lo siga hasta que llegamos a la sala y señaló a la persona que había llegado. Ella se paró con una sonrisa cálida y me abrazó con fuerza.

—Hola, Hilda— le correspondí el abrazo.

—Hola, querida— acarició mis mejillas.

Cielo se acercó —¿Les parece si vamos a la cocina? Podremos hablar con más tranquilidad allí.

—Sí, claro, querida.

Hilda tomó una mano mía y una de Thiago y todos caminamos hacia la cocina, con calma. Felizmente, no se encontraba nadie, así que nos sentamos para poder charlar más cómodos.

Hilda procedió a hablarnos sobre Juan Cruz. Supe que había venido por algo en especial y aquello me causaba mucha curiosidad.

—Y bueno.. desde que mi hijo desapare- desde que hicieron desaparecer a mi hijo me empezó a llamar por teléfono— reveló —Pero no es mi hijo, es... otra persona.

Se le veía verdaderamente angustiada.

—Hace cosas horribles y yo tengo miedo por mi. Y por mis nietos— añadió, girando a vernos a ambos.

Thiago y yo le sonreímos.

—¿Pero... pasó algo puntual ahora?

—Sí, cuando empezó a negar en Escalada— reveló, nerviosa —Me llamó por teléfono y me dijo que no saliera de casa, que iban a empezar a pasar cosas.. horribles. Y yo no quiero vivir con miedo— agarró una mano mía y una de Thiago —Ahora tengo dos nietos por los que luchar.

Podía sentir que en verdad nos quería, se notaba y no se le veía fingido ni forzado.

—Hizo muy bien en venir— Cielo comentó.

Asentí —¿Y por qué no te quedas acá?— sugerí.

—Sí, quiero que se quede, Cielo— Thiago apoyó mi idea y miró a Cielo —¿Puede ser?

—Aquí estará segura— añadí.

—Por favor— Cielo asintió —Sí.

Le sonreímos.

—Por supuesto, si usted quiere.... puede quedarse.

Hilda dudó un poco, pero terminó por sonreí. Ella estaría protegida en la mansión, igual que todos lo estaban. Yo estaba protegida por relojito, suponía.

**********

Nuevo día.

No tenía clases ni mucho que hacer en casa, por lo que decidí ir al Hogar Mágico y visitar a los chicos, también a Hilda. Estaba pensando seriamente que debería empezar a llamarla abuela, aunque me era un poco difícil porque yo sentía que nos faltaba un poco más por convivir. Sin embargo, veía que cada vez que sus ojos se posaban en Thiago y en mi, nos demostraba amor y cariño. No podía imaginar que fingiera eso, no podía, así que elegía creer en ella y esforzarme por conocerla más.

Cuando bajé las escaleras de mi casa, me encontré con que mis papás aún no se habían ido al trabajo, algo que llamó mucho mi atención.

¿Se habrían enterado lo que pasó ayer? Ay, no, eso no, por favor. Serían capaces de mandarme a Perú, con mis abuelos, o peor, a New York. No me quería mudar a otro país, quería quedarme con los chicos, con Simón, con mi hermano.

Decidí terminar con mi tortura y me acerqué a mis papás tratando de parecer relajada cuando todo en mi temblaba de nervios.

—Buen día...— saludé.

Mamá me sonrió —Buenos días, mi amor.

—Buen día, princesa.

Vale, no estaban enojados, eso era algo bueno.

—¿Se quedaron dormidos?— bromeé —Porque me parece raro verlos aquí a esta hora desayunando y tomándose su tiempo.

—Lo mismo dije yo— comentó Marta.

Ella entró al comedor con un plato de frutas.

Le sonreí —Hola, Martita.

—Buen día, niña Valentina— me sonrió —Ahora te preparo tu jugo de fresa, esperame un segundo. Te traeré panqueques porque hice bastante.

—Dale, gracias. ¡Por eso te quiero!

Marta soltó unas risitas y salió del comedor.

Miré a mis papás, parecían normal, como siempre, así que seguramente estaba siendo muy dramática. Claro, lo de ayer me había dejado así.

—¿Tienen día libre entonces?— pregunté.

Mamá asintió —Algo así.

—Oh.

Noté el intercambio de miradas entre ambos y eso hizo que no aguantara más. Aquí ocurría algo.

—Estoy asustada— confesé —¿Qué pasa? ¡Les juro que no hice nada! Bueno, sí, pero-

—Valen, Valen— papá me interrumpió, riéndose y negando con la cabeza —Tranquila, sabemos muy bien que no has hecho nada.

—Aunque por la manera en la que te alteraste... yo no estaría tan segura, eh— comentó mamá, riendo.

—¿Eh? No, yo... nada mamá. Bueno, ya díganme lo que esconden.

Mamá se echó a reír —Bueno, bueno, ¿por qué tan angustiada?

—Mamá— la miré.

—Te tenemos dos noticias— finalmente, papá dijo.

—Una de ellas, muy buena— añadió mamá.

—Eso sí— papá estuvo de acuerdo.

Entonces, jadeé —¡¿Tendré otro hermanito?!

—¿Eh?

—No, mi amor, no es- ¿cómo que otro?

Uy.

Me reí —No, digo otro porque... nada, los chicos y mis amigas son como hermanos para mí, eso. Hay amigos que son así, como hermanos y ya.

—Ah.

—Claro.

Acomodé un mechón de mi cabello y asentí. Yo no tendría que decir las cosas sin antes pensarlas. Era un poquito mala actuando, pero solo un poquito, y no quería cometer un error.

Carraspeé —Bueno, ¿entonces?

Ambos de echaron a reír ante mi impaciencia.

—Bueno, la primera noticia es que... tu mamá va a abrir su propia empresa.

—Lo cual llevaba esperando desde que llegamos al país. Una meta cumplida— mamá comentó, feliz y muy sonriente.

Sonreí —¿Enserio? ¡Qué bueno, mamá! ¿Cómo me ocultaron eso? ¡Es algo grande!

—Bueno, porque no estaba nada dicho aún. Ahora, me tomo más tiempo, sí, pero lo logré. Lo mejor de todo es que mis clientes me seguirán— suspiró con una sonrisa —Quedan unas cosas por firmar aún y entrevistas por acabar, pero ya está.

—Estoy muy orgullosa de ti, mami— agarré una de sus manos —Me pone feliz que hayas logrado esto. Sé cuánto lo has esperado.

—Tu propia jefa, eh— papá le guiño un ojo.

—Sí— mamá se rió —Por fin.

Qué mamá haya logrado eso significaba mucho. Lo primero era que ella pensaba quedarse aquí, que la familia no tendría que mudarse de nuevo, algo que me importaba más de lo que pensaban. Yo no iba a irme, no quería, no ahora que tenía a mis amigos y un hermano al que adoraba.

—Bueno, la segunda noticia...

Salí de mis pensamiento y sonreí —Sorpréndanme.

—No es nada tan grande.

—Con tu papá hemos estado hablando y queremos viajar a Perú para ver algunos temas de la empresa constructora y ver cómo están tus abuelos— mamá comentó —Será bueno regresar por unas semanas.

—¿Semanas?— repetí —Vaya. Pero me encanta esa idea, ya quiero ver a los abuelos— sonreí —Porque, como nos lo vi en vacaciones por el castigo...

La idea de visitar Perú me agradaba. Era mi país y tenía muchas ganas de ver a mi abuelos, visitar las playas y pasear un poco.

Comencé a planear las cosas que haría allá cuando llegase. Qué divertido iba a ser todo eso.

—Sí, sobre eso...— papá comenzó.

Fruncí mi ceño —¿Qué pasa?

—Pensábamos viajar los dos, tu papá y yo. Porque, bueno, tu tienes colegio, y queremos quedarnos un par de semanas por allá.

—No puedes perder tantos días de clases.

—Pero-

—Pero te prometemos que podrás ir en vacaciones.

Parpadeé —Pero- ¿me voy a quedar sola acá? ¿Qué clase de padres hacen eso? No es justo, eh.

Ambos se echaron a reír.

—Tampoco es gracioso.

—Ya pensamos en esto también— mamá comentó.

—Y, bueno, estuvimos hablando un poco y... quizá, sólo quizá, sí Nico y Cielo aceptan, podrías irte con ellos a vivir por unas semanas.

—Solo hasta que regresemos nosotros.

—Claramente tu mamá y yo hablaríamos con ellos. No queremos comprometerlos ya que... bueno, son varios chicos los que viven allí.

¿Yo, viviendo en el Hogar Mágico? ¿Con todos los chicos? Eso era algo que no esperaba del todo, eh.

Y mis papás tenían razón, allí en la mansión vivían varios chicos, pero estaba segura que Cielo no diría que no. Y si Nico estuviera, también aceptaría.

—¿Entonces, qué dices? ¿Te agrada la idea?

Sonreí —Bueno, si bien me gustaría visitar a todos mis abuelos... si me quedo con los chicos no estará tan mal, ¿verdad? Estaré bien allá, se los prometo.

—¿Ah, sí? ¿Y esa seguridad?— mamá preguntó.

Me encogí de hombros —Un presentimiento.

—Bueno, entonces queda listo. Tu papá y yo antes veremos bien lo del viaje y hablaremos con Cielo y Nico antes de irnos para que puedas quedarte allá.

Hablar con Nico estaba muy difícil, pero sabía que Cielo lo arreglaría, confiaba en ella.

—Está bien— asentí —Estoy segura de que ellos no tendrán problemas con que me quede allá.

Mis papás se miraron y asintieron.

Me emocionaba la idea. De solo pensar en aquellas pijamas con las chicas y las rondas de amigas... me quería ir ya.

**********

Cuando llegué a la mansión, me recibió Jazmín un poco adormilada ya que recién se había levantado. Me pidió que la acompañe a la cocina a desayunar, algo que acepté sin chistar. A la pobre le costó más de lo normal dormir con todo lo que había pasado.

En medio de nuestra conversación entró Melody y comenzó a prepararse un café en total silencio. No había hablando con ella más sobre lo que pasó con todo eso de la revista y los comentarios que dijo en televisión Alice, pero también sabía que ella no me diría nada. Yo no era su amiga más cercana.

La vi revisar su celular una vez más.

—¿Todo bien?— pregunté.

Ella me miró y asintió —Sí, todo bien.

—¿Sí?— Jazmín se encogió de hombros —No, digo, te pregunto porque... por lo que pasó ayer, que tu... mamá enojó por lo de las fotos.

Melody asintió —Sí.

Intercambie una mirada con ella, pero no dije algo más porque no me correspondía. Era su secreto, lo tenía que respetar, aunque no esté de acuerdo. Era una mentira que cada vez se hacía más grande, y le estaba afectando no solo a ella, también a Irma, su verdadera mamá.

Rama, Tacho y León entraron a la cocina.

—Buen día— saludaron los tres.

Les sonreí —Buen día, chicos.

—¿Dormiste otra vez acá vos?— Jazmín preguntó.

—¿Qué no puedo ahora?— León preguntó.

—Sí, ¿qué problema hay?— Tacho lo apoyó.

Una puerta se cerró y los padres de Lleca entraron con firmeza a la cocina.

—Sí, el problema es que esta no es su casa, Tacho— respondió Mercedes, la mamá.

—Mercedes, no hagas un escándalo acá, ¿estamos?

—Ey, ¿qué pasa ahora?— León preguntó.

—Pasa que otra vez no dormiste en casa, León— le respondió la mamá, cruzándose de brazos.

—Sí, pero papá me dijo que se iban de partusa, por eso.

Mercedes agachó la mirada y pausó antes de decir algo más —Papá te dijo eso porque.... escuchó que vos no querías dormir en casa, pero... te tenés que dormir- tenés que ir a tu casa, León, tenés que ir a dormir-

Marcelo interrumpió, con seriedad —Este no es el lugar ni el momento para discutir, ¿estamos?

Mercedes lo miró —¡A mí no me digas como tengo que criar a mi hijo!

—¡Bueno también es mi hijo y también te digo que no es el momento!

—Ah, ¡¿que no es el momento?!— Mercedes alzó la voz —A ver, ¡¿cuál es el momento?!— preguntó, un poco más alterada —¡Si no está nunca en casa!

—Por algo será, ¿no te parece?

—Ah, resulta que es culpa... ¿es culpa mía? Claro.

—Mercedes, Mercedes, después lo discutimos— su esposo le pidió —Después la seguimos.

—No, después no, ahora. Vamos, León.

—No, no, yo no quiero.

—A ver, ¿por qué no lo hablan después?— me metí.

—No, lo hablamos después nada— Mercedes negó, con determinación —Ahora, León, nos vamos.

Tacho saltó —¡Ahora no quiere él!

La mamá se calló.

No sé cómo fue que pasó, pero la cocina se llenó de gritos por parte de los papá de León y de los chicos, que defendían al pequeño. Yo, al verlo vulnerable y sin saber que hacer, me acerqué a Lleca y lo abracé con fuerza, besando su cabeza.

**********

OFF (MAR)

A veces nos miro a mí y a mis amigos, y veo que parecemos curtidos, con calle. Será tal vez porque a todos nos falta un padre, una madre o... los dos.

El payasito tiene un padre que le hace tanta sombra que al final no es un padre; a Sebitas le pasa casi lo mismo, pero con la madre, una mujer con muchos prejuicios que, en su afán de proteger a su hijo, hace de lado todos sus sentimientos, los ignora. Thiago luchó para que el turro del padre no le empaste la bujía y ahora se da cuenta que su padre es otro, y peor que Barto; Valentina fue adoptada por dos padres divinos, pero llegó al país y no solo descubrió que tiene un hermano, sino que comparten un padre enfermo mientras que de la madre biológica no se sabe nada. A Cielo le canutearon los padres de chiquita; Alelí ni quiere escuchar hablar de la madre que la dejó; Cristóbal toda la vida engañado, su mamá lo abandonó y Nico se hizo cargo, ahora hasta Nico le falta; Lleca toda la vida buscando a sus viejos; Tacho y Jaz con historias que te parten el eje; y la Jirafa, se inventó los padres que le gustaría tener. Rama se hizo padre sin darse cuenta; Luca solo en la vida, con Franca que lo usa; Tefi que no quiere conocer a sus viejos; a Vale le virlaron a sus papás; Cari los perdió y Nacho está conociendo al suyo.

No puede ser casualidad. Todos crecimos de un sacudón, a la fuerza, besando la lona, con la guardia baja y todo por crecer sin alguien que te diga: "No nene, vos sos chico, de esto me ocupo yo, un grande."

Lo que te perdés de chico lo perdés para siempre, eso no vuelve nunca más. Todo el amor que te faltó de chico, no se recupera con nada. A la larga, el chico hace cortocircuito y todas las mentiras que le dijeron de chico te las escupe en la cara.

No es casualidad, no puede ser casualidad que a todos nos haya faltado un padre, y no es casualidad que todos nos encontremos acá, en este momento.

Somos chicos, y no tenemos por qué hacernos cargo de las cosas de los grandes. Estamos para jugar, para enamorarnos; estamos para reírnos, para divertirnos... que los grandes resuelvan sus cosas y nos dejen tranquilos, que para eso somos chicos.

Tenemos derecho a bardear, a pelearnos a morir, irnos de tema y de reconciliarnos al toque; tenemos derecho a eso, porque somos chicos. Queremos hacer cosas de chicos, y que los grandes, hagan las cosas de grandes, ¿no?

Tenemos derecho, para eso somos... purretes.

**********

Cuando los papás de León se calmaron al igual que Rama y Tacho, pudimos hablar mejor. Mercedes le dijo al esposo que lo esperaría en casa, estaba muy enojada aún, pero no armaría otra escena.

Marcelo suspiró, apoyándose en la mesa.

—Dele tiempo— comenté.

—Decile a tu mujer que... que lo banque. Cielo va a hablar con él y van a arreglar las cosas.

Rama asintió —Sí. Ahora andá, andá con ella. Va a ser mejor.

Marcelo asintió —Bueno, gracias, chicos.

—No, de nada.

Marcelo le dió una pequeña sonrisa a su hijo antes de irse detrás de su mujer. Jazmín, Tacho, Rama y yo nos acercamos a León.

—¿Querés que hablemos?

—No no, chicos, no— respondió —Yo no me quiero meter en estos problemas. Yo quiero jugar— habló, con un poco de determinación—Me quiero divertir, quiero meter cheboli.

Los cuatro sonreímos sin poder evitarlo.

—¿Vamos a jugar a la pelota? Dale, ¿se copan?

Rama y Tacho asintieron sin pensarlo. Incluso con todo lo que pasaba en casa con sus padres, León se mantenía positivo y alegre. Lo admiraba bastante.

**********

Mar nos buscó a Rama, Tacho, Jazmín y a mí muy desesperada y nos metió al baño alegando que nos tenía que enseñar algo muy importante. ¿Qué era? Según ella, su llave.

En sus manos llevaba una bolsa rosa de regalo que Terremoto le había dado y Mar juraba que su llave, la que tanto había esperado, estaba adentro.

—Dale, Mar, abrí que está tu llave ahí.

Mar abrazó la bolsa de regalo con emoción.

—Sí sí, que loco, que loco esto de resolver algo que pum, te aparezca la llave de la nada, ¿no? Y ahora- les juro que siento eso que sienten ustedes. De ser llave, de ser un elegido.....— pausó —No sé ni para qué, pero está buenísimo.

Me reí.

—Sí, eh... Mar, ¿podés abrirla?— Rama le pidió un poco impaciente.

Asentí —Dale, deja el misterio, Mar.

—Sí.

—¿Dale?

—Sí, dejame ver un poco la bolsita.

Todos suspiramos —¡Dale, Mar!

Ella asintió y de la bolsa sacó una mamushka.

—¿Mamushka?— pregunté, casi riendo.

Mar me miró y sonrió —Sí, soy una mamasa... una genia por haber encontrado la llave. Ay, pero vos y Jazmín también son unas mamasas, eh. Y, ustedes son dos papasos— señaló a los chicos —Y Thiago es un papasote tremendo— sonrió —Seis guardianes.. bueno, siete con Lleca también, ¿no?

—Mar, estoy hablando del regalo— señalé el objeto en sus manos —Es una mamushka.

Ella dejó sonreír —Ah, sí, también, también.

Admiró su regalo otra vez y luego nos miró.

—¿Vieron dónde viene a estar la llave?

—¡Dale, Mar!— la apresuramos todos

Me estaba empezando a desesperar.

—¡Ey, ey, tranquilos! Esto... esto de ser llave no es cualquier cosa chicos. Somos los guardianes, tiene que tomarse su tiempo...

Finalmente, comenzó a desarmar la mamushka. Y cómo me lo esperaba, adentro de la primera había otra un poco más pequeña.

—Abro uno, saco otro...— sonrió —Ya viene acá.

Repitió el mismo proceso, pero salió de nuevo una mamushka y ninguna llave. Repitió la acción otras veces y nada, la llave no aparecía. El objetó era tan pequeño, casi como del tamaño de una llave y Mar aseguraba que estaba adentro.

—Aquí está— la agitó.

—¡Dale!

—¡Dale, apurate!

Asintió y abrió la muñeca. Cómo era de esperarse, adentro solo había otros igual, pero más chica que todas las anteriores.

—Ah, bueno, otro más.

Mar la abrió y sacó otra mamushka pequeña, muy pequeña. No había forma de que una llave esté allí adentro, todos lo sabíamos, todos menos Mar.

—De- debe estar... debe...

Trató de abrirla, pero no pudo. La mordió, pero no pudo, ya no habían más muñecas, y tampoco había una llave adentro.

Finalmente, se rindió y negó.

—No hay llave.

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