Luz tras la oscuridad

Door AnaBelleNd

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Aquella terrible noche en que Cedric murió, una parte de Zoe también lo hizo, dejándola sumida en la más prof... Meer

La oscuridad
La promesa
Hogwarts, de nuevo.
La torre de astronomía
La chica de los ojos tristes
El Ejército de Dumbledore
El Escuadrón Inquisitorial
Odio
El galeón
Gracias
Demasiadas cosas en la cabeza
T.I.M.O.s , fuegos artificiales y chimeneas.
El Ministerio.
Vacaciones.
La carta
El club de las Eminencias, una nariz rota y un día muy largo

Dame un motivo

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Door AnaBelleNd

En un pasillo, cerca de las mazmorras, Zoe buscaba desesperada su galeón, con la esperanza de que, en su caída, se hubiera extraviado por el pasillo. La otra opción, no quería ni pensarla. Si ese maldito de Malfoy lo había cogido, tenía problemas.

- ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?

- ¿Se te ha perdido algo?
Apoyado con prepotencia en una de las paredes, un rubio de ojos grises lanzaba al aire una moneda dorada.

- ¡Devuelvemelo Malfoy! - le ordeno Zoe con toda la determinación que fue capaz.

- ¿O qué? - le dijo éste con arrogancia mientras se acercaba a ella despacio.

La elegancia que esos gestos le caracterizaban, a Zoe la estremecia. Le recordaban a un fiero tigre acechando sigiloso a su presa.
La rubia se armó de valor y se obligó a no retirar la mirada de esos ojos con los que soñaba.

- ¿Sabes? Tienes innumerables defectos Malfoy. Pero no pensé que el de ladrón fuera uno de ellos.
Con gesto serio, Draco le respondió.

- No te he robado nada. Se te cayó al suelo y lo cogí, pensaba devolvertelo. Tengo demasiado oro, más del que puedo contar y más del que pudieras imaginar. ¿Crees que iría por ahí quitándole la paga a niñas como tú?

- De ti una se puede esperar cualquier bajeza. Además ¿de verdad me crees tan tonta como para pensar que me lo ibas a devolver? No me hagas reir.

- Raras veces miento.

- Vale. Supongamos que te creo. Me lo devuelves y punto. Yo me voy a cenar y los dos evitamos tener que soportar una compañía desagradable más tiempo del necesario.

- Claro que te lo voy a devolver. Pero quiero algo a cambio. Además, me debes un favor ¿recuerdas? Es curioso este galeón tuyo, hace unos minutos me ha... quemado en el bolsillo, y al cogerlo, juraría que vi cómo los numeros que lleva grabados cambiaban.- le hablaba a la chica mirando la moneda con gesto pensativo.- De todos los que yo he visto ninguno hacía algo así.

- Sólo es un articulo de broma. Para descubrir ladrones.

Zoe se felicitó mentalmente. Había pensado una mentira creible, muy rápido y su voz no tembló en ningún momento.

- Qué curioso. Aunque no lo he visto nunca en ninguna tienda de bromas. Ni siquiera en Zonko, y allí hay de todo.

- No es de Zonko. Es un invento de los Weasley, me lo han regalado.

¡Bravo Zoe!- se volvió a felicitar.

- Aha.¿Cómo es lo que tu has dicho antes? ah si. Supongamos que te creo y dejo de pensar que esto es un metodo muy inteligente para comunicarte con tus amigos. Idea de Granger imagino. Supongamos que no sé que estos números coinciden con una fecha y una hora. Sigamos suponiendo que te creo y que me creo que esto es sólo un invento de los pelirrojos. ¿Por qué iba a devolvértelo?

Zoe le miraba con cara de tonta. Él no se habia creido nada de lo que le había dicho, y en el fondo no le sorprendía. Ese maldito hurón desteñido era demasiado inteligente. Tenia que pensar algo rápido, pero no se le ocurria nada.

- Bueno, lo que sea a ti no te importa, es mio. Devuelvemelo y no te denunciare al director por ladrón. Aunque pensándolo bien, mejor quedatelo. Será un placer ver como te expulsan del colegio, y no vuelvo a ver tu estupida cara nunca más.

Zoe intentó respirar con normalidad, había sacado toda la furia que llevaba dentro y eso la había alterado.
Sin ella esperarlo y con un movimiento brusco, el chico la tomó por el brazo y la arrastró dentro de un aula vacía, sin que a ella le diera tiempo, ni siquiera, de oponer resistencia.

Draco la empujó hacia el interior y mediante un rapido movimiento de su varita, cerro la puerta de tal modo que nadie pudiera entrar, ni salir.

- ¿Qué te crees que estas haciendo, estupido? -gritó Zoe con furia.

- Cierra esa boca de una vez. Ya me he cansado de oir tonterías. Ahora me vas a escuchar tú a mí.- Draco hablaba con voz amenazadora mientras acorralaba a la chica contra una pared.

A Zoe esas situaciones le aterraban, él la aterraba cuando la hablaba así, aunque jamás dejaría que él lo viera.

- No me tomes por tonto. Sé perfectamente qué es esto y me parece una verdadera estupidez por tu parte perderlo y tardar horas en darte cuenta. Voy a devolvertelo. Pero quiero que la proxima vez que esos números cambien me lo digas.

- ¡Si crees que voy a traicionar a mis amigos estas muy equivocado! ¡Jamás te diría algo así! ¿Entiendes?

- Pues precisamente, si tanto te importan, y quieres ayudarles, me lo vas a decir. - Draco empezaba a perder la paciencia. Sólo intentaba ayudarla. - Saben que os reunis en el pasillo de arriba, están haciendo guardias y os acabaran pillando. Y, si os pillan, estáis jodidos, porque Umbrige os tiene en su punto de mira. Soy tu única opción para que eso no suceda. Así que si eres lista y sabes lo que te conviene, me dirás los días de las reuniones. No sé que hacéis allí, ni me importa. Pero si confías en mí no os pillaran.

- Y ¿por qué deberia confiar en ti?

- No deberías. Pero soy vuestra única opción. La decisión es tuya. - Draco le entregó el galeón, se separó de ella y sin decir una palabra más se alejó dirigiéndose a la puerta.

- ¿Por qué lo haces? ¿Por qué quieres ayudarme? ¿Qué ganas tú con todo esto? - Zoe estaba confundida. Ese chico a veces le asustaba, la gran mayoría de las veces. Hacía sólo unos minutos lo único que quería era que él desapareciera, y ahora no quería que se marchara.

- ¿No puedes simplemente aceptar la ayuda y dar las gracias? Os intento salvar el culo. ¿Qué importan mis motivos?

- Aún no estoy segura de querer aceptar tu ayuda.

- ¡Pues no lo hagas! - Draco empezaba a cansarse de la desconfianza y el continuo interrogatorio de Zoe. Aunque no le extrañaba en absoluto que ella reaccionara así. No había echo nunca las cosas bien con ella. Siempre haciéndole daño, de un modo u otro, simplemente, por que eso es lo que hace un Malfoy.
El chico se pellizcó el puente de la nariz mientras cerraba los ojos tratando de calmarse. Tenía que convencerla como fuera.

- ¿Podrías olvidarte por un momento de todo y pensar, simplemente, en que esto lo hago por tu bien?.

Draco levantó la mirada para encontrarse con los ojos interrogantes y confusos de Zoe.

- Me gustaría poder confiar en ti. Olvidarme de todo, como tú has dicho. Pero ese todo, son demasiadas cosas. Y está en juego la seguridad de personas por las que haría lo que fuera. Quiero creer que de verdad quieres ayudarme. Pero mi memoria no me lo permite. Que yo sepa nunca has echo nada bueno por nadie, ¿por que ibas a hacerlo ahora y precisamente por gente a la que desprecias?

A Draco le dolían esas palabras. Ella era capaz de herirle como nunca nadie lo había echo.

- Dame un motivo Draco. Sólo dame un motivo para confiar en ti, y lo haré.

- Un motivo... - Draco miraba a Zoe con una sonrisa que ella jamás había visto y que la dejó deslumbrada. Él, por su parte, no se creía lo que estaba a punto de decir.

- No tengo un motivo para hacer esto, preciosa. Tengo muchos. Pero si te los digera, probablemente pensarias que miento, y eso no ayudaría. Vuestra próxima reunión es mañana a las diez. A las diez y media Montage, Crabbe y Parkinson empezarán la primera guardia, hasta las once y media. Después, Nott, Zabinni y yo nos encargamos de la segunda. Ese momento es cuando podreis salir, pero debeis ir por el pasillo de la izquierda, el de la derecha es el que va a las mazmorras y será allí donde podré entretenerlos unos minutos.

Zoe no daba crédito a todo lo que oía. No sólo le estaba diciendo las guardias de sus amigos sino que él mismo los iba a distraer. ¿Quién era ese chico y qué había echo con Draco Malfoy?
Mientras ninguno de los dos podía apartar la mirada de los ojos del otro, ella se dio cuenta de que tal vez sí podía confiar en él.

- Está bien Draco. Haré lo que dices. Pero si todo esto es una de las tuyas para pillarnos, te juro que te arrepentirás el resto de tu vida.

- Si quisiera pillaros ¿no crees que habría sido mas fácil no devolverte el galeón?.- El chico sonrió a Zoe- Mañana me darás las gracias.

Y esta vez, Draco Malfoy, si que se fue, dejando a Zoe un tanto confusa y apenada. Deseaba con todo su corazón que las palabras del chico fueran ciertas, y poder darle las gracias.

Mientras, en el Gran Comedor, Hermione no dejaba de mirar a la puerta esperando ver entrar a Zoe con buenas noticias. Si no había encontrado el galeón tendrían que pensar algo nuevo para comunicarse y por supuesto, anular la siguiente reunión.

-¿Por qué tarda tanto?- murmuro la castaña viendo que su amiga no aparecía.

En ese instante, un rubio platino aparecía en el umbral de la puerta.

- ¡Draco, amor!- la estridente voz de Pansy Parkinson se escucho por toda la estancia mientras la morena corría hacia Malfoy, provocando que todos los allí presentes los miraran y muchos se rieran de la situación.

-Estaba preocupada. ¿Donde estabas?

De un empujón, el rubio apartó a la chica con cara de pocos amigos, provocando más risas aún. Le dijo algo en cvoz tan baja que nadie pudo oir que era y los dos se dirigieron a la mesa de Slytherin.

Hermione estaba atónita.

- ¿Parkinson sale con Malfoy? - pregunto la castaña haciendo que sus amigos la miraran extrañados.

- Él es un asqueroso y ella una asquerosa- respondio Ron- Son la pareja perfecta. ¿Por que te importa tanto?

- No, por nada. Es solo que me habían dicho que Parkinson salía con otro.

- Bueno y ¿qué más da?

- Me da igual Ron, es sólo que me a parecido curioso. No le des mas vueltas. ¡Zoe!

Justo en mitad de su conversación la rubia había aparecido en el Gran Comedor y al oir a su amiga se acercaba corriendo hasta su mesa.

- ¿Que tal todo? ¿Encontraste lo que buscabas? - preguntó Hermione con una mirada que Zoe no supo descifrar.

- Si, todo bien. Quería hablar con vosotros sobre algo. - y bajando la voz para que nadie pudiera oirla continuó hablando- me he enterado de las guardias de mañana de los esbirros de Umbridge.

- ¿En serio? - preguntó Harry- Eso es genial, podremos despistarles sin problema. ¿Cómo te has enterado?

- Lo oi por casualidad - mintió Zoe.- Os contaré todo mañana en la reunión.

Zoe volvió a su mesa sin saber que su castaña amiga sabía más de lo que ella quería.

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